Reverdeciendo reventón
Concierto de El Columpio Asesino
Fecha: viernes, 25 de diciembre.
Lugar: Zentral Café Teatro, Iruñea.
Intérpretes: El Columpio Asesino, formación integrada por Albaro Arizaleta, Raúl Arizaleta, Daniel Ulezia, Cristina e Iñigo Sola. Como teloneros abrieron noche Los Graves y Cabezafuego.
Incidencias: último concierto de El Columpio Asesino antes de un anunciado período de descanso. Alrededor de hora y 1/4 de duración, bises incluidos. Lleno, público de todo tipo y condición.
Desoyendo el dicho de Sabina que dice que no se debería tratar de volver al lugar donde se ha sido feliz, El Columpio Asesino tentó a la suerte por partida doble el pasado día de Navidad, regresando al mismo recinto que completaron en 2014… y haciéndolo un año más tarde exactamente. Y lo hicieron obteniendo idénticos resultados: satisfacción y felicidad en ingentes cantidades tras llenar nuevamente Zentral hasta la bandera, con motivo del último concierto de su actual gira. Bueno, y del parón hasta nuevo aviso en lo que a actividad en directo respecta.
La velada arrancó con la comparecencia de Los Graves, trío local que defendió acertadamente su propuesta en el tiempo del que dispuso, erigida sobre aires stonianos, surferos, rockabillys, tonalidades de country rock & rock sureño… Todo ello por medio de unas canciones elegantes y bien plasmadas en directo. Así pues, podemos decir que Los Graves cumplieron bien su cometido, prender la caldera aportando a la noche las primeras notas de calor. ¿La anécdota de su actuación? La presencia de Cristina, de El Columpio, aportando su voz en uno de los temas, rememorando su condición de antigua componente del grupo. Acto seguido la noche prosiguió su camino al lado de Cabezafuego, quien, ecléctico, explosivo y sin complejos sobre el escenario (o sobre la barra de Zentral, ya conocemos sobradamente a Íñigo), compartió ingeniosamente con su público el showman que lleva dentro, demostrando efervescente estado de forma apoyándose en los temas de Camina conmigo, su celebrado primer álbum en solitario; en unos temas de concepto y concepción un tanto psicodélica, derroche de arte y singulares maneras mediante. Y sí, gustó Cabazafuego, su humor inteligente y provocador, dejando el recinto en perfecto estado de ebullición tras el incendio provocado.
Un año después de que estrenaran la sala, El Columpio Asesino, la histórica formación comandada por Albaro Arizaleta, regresó al escenario de su último gran triunfo en casa, reverdeciendo laureles y reventón. Al igual que sucediera un año atrás, el telón se abrió para ellos con Babel, ofreciendo en un primer momento el quinteto una selección de temas de Ballenas muertas en San Sebastián, su último CD. Tras el último de ellos, el que da título al álbum –precisamente-; con Cristina respaldando a Albaro a la perfección a las voces y a las percusiones (qué ambientaciones las creadas, siderales –por momentos-), el grupo cambió de tercio con Your man is dead, quedando propulsada la noche sin remedio con hits como Cha cha chá, Perlas o, evidentemente, Toro, el clímax perfecto: la tormenta perfecta con forma de canción, toda vez que lo tiene todo, magistral punteo incluido. Y así, por todo lo alto; dejando el pabellón arriba del todo pareció terminar la noche. Pero no, todavía faltaban unos bises que, generosos, se tradujeron en la interpretación de 5 temas más, La marca en nuestra frente es la de Caín o Floto incluidos: en las de unas composiciones llamadas a rubricar del mejor modo posible, más que la actuación, un ciclo –tal vez-, sonando como sonaron para el grupo en los días previos tambores, si no de despedida, sí de “hasta luego”. Así pues, hasta la vista, Columpio. ¿Tal vez hasta 2016 por Navidad?
Airado
Concierto de Hamlet
Fecha: sábado, 12 de diciembre.
Lugar: Sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Hamlet, formación integrada por Molly a la
voz, Luis y Ken HC, a las guitarras, Álvaro al bajo y Paco, a la batería. Como
teloneros abrieron Ingravitö
Incidencias: presentación de La ira, 11º CD del grupo. Hora y media de duración, bises aparte.
Alrededor de 300 personas, público participativo.
Hamlet ofreció un airado, malencarado
concierto en su regreso a Tótem. Una actuación a cara de perro. Sin florituras
ni concesiones, en clara consonancia con los presentes tiempos (oscuros) que
vivimos y con el aura que preside los temas de La ira, su último trabajo.
A total altura de las circunstancias, la
velada fue abierta por Ingravitö, quienes aprovecharon la oportunidad para dar
voz una nueva noche a su susurro gritón. Para proclamar a voz en grito,
naturalidad y contundencia metálica mediante, la vigencia de su Diario de un susurro que grita, CD que
les está brindando reseñables satisfacciones. Y finalmente, tras concluir set
list a modo de extra con su personal revisión del hit de Doctor Deseo Corazón de tango, llegó el momento
rabiosamente esperado: la irrupción de Hamlet, banda que se vació literal y
espectacularmente sobre el escenario en su regreso a Iruñea, una de sus plazas
fuertes por excelencia.
Con Molly, el frontman de especial
magnetismo, saludando por todo lo alto invitando & incitando a meterse en
la fragua; en el fragor del rock metal del grupo a los presentes, el concierto
arrancó con Egoísmo, viejo tema que
al igual que los siguientes en sonar, Ceremonia
TV o Muérdesela, coqueteó con
parajes sonoros de muy variadas densidades. De intensas inmensidades o
viceversa (tanto monta monta tanto), en medio de una apoteosis sonora brutal.
Con el quinteto dándolo todo… y lo siguiente, cabalgando denotando gran
presencia escénica. Sin guardarse nada de puertas para adentro, puro derroche
de fuerza, protagonizando un inmisericorde bombardeo ya de manos de viejas
composiciones (Dementes cobardes, Denuncio a Dios –entre otras-), ya, como
cabía esperarse, de nuevas armas, como las anteriores, llamadas a ser de
persuasión masiva, como Irreductibles
o La imperfección, antes de concluir
con Tu medicina. Antes de hacerlo,
tras agradecer emotivamente su asistencia y su respuesta a los presentes, con Irracional y J.F., ya en los bises.
Viviendo el metal en primerísima persona,
Hamlet protagonizaron en Tótem una tormenta metálica sin escape. Sin
posibilidad de escampe, con Molly abriéndose paso todo el tiempo a través de
los truenos percutidos por el baterista y del muro sonoro general; sobrevolando con autoridad y mando en plaza
sobre sus tres hacheros o gladiadores, guitarras y bajo en mano. Y, airados se
mire desde el prisma que se mire, lo hicieron convenciendo a los presentes.
Bestiales en su regreso una vez más.
Sobresaliente boche final
Concierto de Vendetta
Fecha: viernes, 11 de diciembre.
Lugar: Zentral Café Teatro, Iruñea.
Intérpretes: Vendetta, banda integrada por Jabiero, a las
guitarras y a la voz, Luisillo, al bajo, a los coros y a la voz, Rubén, a la trompeta
y a la voz, Pello, al trombón y a la voz,
y Enrikko, a la batería, al ukelele, a la voz y a las programaciones.
Como teloneros, abrieron velada Benation.
Incidencias: último concierto de
la gira de presentación de 13 Balas.
Cerca de 2 horas de duración, tanda de bises incluida. Lleno. Público entregado
con importante presencia de jóvenes de sexo femenino.
Vendetta la armó en su última
noche de Abriendo camino tour, gira
que por les ha llevado a numerosos puntos de Estado, haciéndose sobre los escenarios
no solo con el nihil obstat del
público sino con las mejores críticas. Con el reconocimiento masivo, ese premio
tan apreciado y codiciado por los músicos.
En medio de un gran ambiente, la
velada arrancó con Benation, trío de rap formado
en 2011 por Beltxa y Paco Brick, primos senegaleses que se
reencontraron en Iruñea tras emigrar de su país; el grupo, una nación (he aquí el significado de su nombre), presentará el
próximo viernes su primer CD: a tenor de lo visto en Zentral, un álbum erigido
sobre una concepción del hip hop diferente y genuinamente diferenciada, rica en
colores propios del rap neoyorquino, del jungle y, cómo no, de ritmos tribales
africanos. Y con semejantes argumentos cautivaron a los presentes, antes de que
Kutxi Romero saliese para ejercer de maestro de ceremonias del último preámbulo
previo a la gran cita: el estreno de un nuevo videoclip de Vendetta, África, de importante componente divulgativo-reivindicativo, además, música
mediante, de lúdico. Y a continuación, la hora de la verdad para los cabezas de
cartel.
Grupo
de imborrable huella con el que se ha iniciado en la música toda una generación,
ante un público con presencia de seguidores llegados incluso del resto del
Estado, Jabiero, Lusillo, Rubén, Pello (en línea los cuatro en la parte
delantera del escenario mano a mano y voz a voz) y Enrikko abrieron camino con Leña al fuego, avivando la llama sin
posibilidad de vuelta atrás con temas como Time
for freedom y Egunero, para cuya
interpretación se contó con la colaboración de un primer invitado, Gorka, de
Leihotikan. Pura gasolina con forma de canciones, la fiesta tanto sobre como
bajo el entarimado continuó con La
familia, llegando un nuevo clímax con Begitara
begira. Y de esta manera se desarrolló la fiesta, con el gentío llevando a
Vendetta en palmitas, cantando, dando palmas, bailando o procediendo a todo
ello a la vez; con el quinteto, cuerdas y vientos en perfectísima cordada todo
el tiempo, viento en popa a toda máquina demostrando tener cuerda para rato.
¿Más
momentos a destacar? Los brindados por las colaboraciones de Iker Piedrafita (Pólvora), Benation (África) o Montxo, hermano de Jabiero con histórico pasado en
Tijuana in Blue o Los Huajolotes, quien participó en La diabla, último tema antes de los bises; o los momentos ofrecidos
por la dedicatoria de Pasos de acero
al nuevo gaztetxe de Iruñea o la interpretación espontánea por parte de un
gaitero del Hator, hator, de lo más celebrada
por público y banda. ¿Temas a destacar? Ardua labor… Buonasera, por haber sido precedido por una incendiaria
batucada brindada por los propios músicos, luminosas baquetas de por medio. Y,
de imprescindible reseña, los que sonaron en los bises, espectacularmente
arreglados para la ocasión: Ekainak 24,
Sugarra zugan (en sorprendente formato
¡acústico!) o Botella de ron, entre
guiños a Toy Dolls, Tijuana in Blue… y espectacular lingotazo de ron por parte
de Pello en una noche como esta: sobresaliente a todos los niveles. De
inolvidable broche de gira y celebración. ¡Chapeau!
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