MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

31/12/12

HATORTXUROCK 14, LAS CRÍTICAS!! CUANDO LAS COSAS SE HACEN BIEN:...


Hator, hator neska mutil etxera (I)

Hatortxurock 14: actuaciones de Nekez, Gatillazo, Koma, Zea mays, Canteca de Macao, El Drogas, Habeas Corpus, Des-Kontrol y Tximeleta

Fecha: sábado, 29 de diciembre.
Lugar: espacio denominado Entre Cementerios, sito entre Burlata y Atarrabia.
Incidencias: actuaciones desarrolladas sobre dos escenarios bajo una única carpa gigante, actuando 70 minutos de media cada banda. Puntualidad exquisita. Asistencia excepcionalmente buena, varios miles de personas.

Como gran acontecimiento de carácter anual que es, adelantándose la presente edición algunos días a la cita, el pasado fin de semana se celebró Hatortxurock 14, desarrollándose en medio del habitual buen ambiente y exquisita organización.
El festival calentó motores el viernes con Keu Agirretxea, Doctor Deseo y DJ Stepi, arrancando por todo lo alto el sábado 29; jornada marcada por la despedida de Koma, a quienes dedicaremos una crítica aparte por haber brindado un concierto tan especial, y por la presentación en Nafarroa de la nueva carrera en solitario de El Drogas.
Las actuaciones comenzaron con Nekez, prometedora banda local que, de manos de unas canciones sostenidas por un numetal anclado en el euskal rock más contundente, disfrutó e hizo disfrutar de su primer gran escenario a los más madrugadores; a un público cuyo número no hizo sino aumentar durante su pase, a la vista de la entidad del  siguiente grupo anunciado: Gatillazo.
Los comandados por ese mito viviente que es Evaristo, sorna, inspiración e ironía a espuertas, pusieron las cartas sobre la mesa desde el principio, obrando como solo ellos saben hacer: enlazando sin tregua bloques de canciones (hasta ¡9 temas! para arrancar), movimientos característicos y gesticulaciones varias el cantante en escena… y lo más importante, mensajes afilados. Perfectamente afinados, con forma de canción. Demostrando Evaristo que hace años, muchos años, cayó en una marmita muy especial, la del elixir de la eterna juventud, y que mientras el tiempo –y las bandas- pasan, él, permanece. Haciendo gala de todo ello y poniéndole la noche en bandeja a los siguientes en actuar, Koma, banda cuya actuación analizaremos en fechas próximas, por haber sido la última de su carrera. De una trayectoria tan sobresaliente como, a nuestro entender, perfectamente finiquitada, algo que, cosa de lo altísimo que en todos los sentidos dejaron el nivel (preferentemente en lo referido a ebullición) pagaron los siguientes: los grandes Zea Mays -en primer lugar-, grupo que con su rock enérgico, elegante y bailable supo mantener el tirón, y, a la espera del siguiente plato fuerte del cartel, Canteca de Macao, multiformación incluida a última hora en sustitución de Bongo Botrako y que acertó igualmente a lidiar su trocito de noche, con su festiva mezcolanza de músicas y ritmos.
A la espera de la presencia de la incontestable banda auspiciada por El Drogas, entrando -y saliendo- el carismático cantante de la Txantrea en Iruñerria, en esta nueva etapa de su vida artística, por la puerta grande: y es que, pese a no encontrarse posiblemente  el citado frente a su público ‘natural’, hubo que estar allí para ver la que lió; cómo puso a botar y a cantar a la carpa con su personal e inimitable forma de proceder, representar y, en suma, vivir las canciones, algo que hizo desde que rompió fuego con En blanco y negro hasta que remató el incendio, avivándolo más, con Víctima; ¿en el medio? Otros 15 certeros cañonazos, imposible citarlos todos, que, estrenando vestimenta (en la mayoría de los casos), demostraron mantener lo que realmente importa, el latido. 15 temas extraídos de la totalidad de los escritos por él a lo largo de su prolífica trayectoria, composiciones que conformaron un pase que, pese a ser una tarjeta de presentación de lo que realmente está ofreciendo en sus conciertos, dejó el listón verdaderamente alto para las últimas formaciones; bandas a las que, debido a la hora que iba siendo, ya no vimos. Grupos que, al igual que los anteriores, pusieron todo de su parte en aras del objetivo final: una edición de Hatortxurock inolvidable.



Punto final (y II)

Concierto de Koma


Fecha: sábado, 29 de diciembre.
Lugar: Hatortxurock 14, Burlata - Atarrabia.
Intérpretes: Koma, formación integrada por Brigi Duque, a la guitarra y a las voces, Natxo Zabala, a la guitarra y a la voz, Rafa Redín, al bajo, a las voces y a los coros, y Juan Carlos Aizpún, a la batería.
Incidencias: concierto de despedida de la banda, celebrado en el marco de Hatortxurock 14. Hora y 1/2 de  duración, bises incluidos.

Koma, banda que desde el comienzo de su carrera fue punto y aparte en el metal, puso punto final a su trayectoria el último sábado de diciembre, protagonizando un concierto que quienes lo vieron tardarán en olvidar. Una actuación que perfectamente podría ser calificada de épica, a tenor de las agridulces sensaciones; de los sentimientos encontrados vividos: cosa de la perfección exhibida en su última noche como banda –se mire como se mire, incluso desde el buen rollo transmitido por los músicos-… y de ello, precisamente. De que fuese su última noche.
En el mejor de los marcos posibles, en total loor de multitudes; frente a un auténtico gentío que llevó a Brigi, Rafa, Natxo y Juancar en volandas, los comandados por ese insustituible frontman que es Brigi Duque salieron a por todas, dando inicio a tan histórico concierto con Tío Sam. Tras tratar de desdramatizar este último la disolución del grupo (“Gabon, Hatortxu; hemos venido aquí con la única intención de pasar un buen rato”), el cuarteto, imparable; a quemarropa, prosiguió disparando hits como Vaya carrera que llevas, chaval o Imagínatelos, encontrando pronto su espacio piedras de toque del calibre de El Pobre o Caer, dentro de un repertorio que aglutinó temas de todos sus álbumes. ¿Más canciones a destacar? El sonajero, perfecto punto de encuentro de tres de las constantes vitales de la banda durante sus 18 años de existencia, letras irónicas, metal ultra contundente y espíritu festivo; Marea gora! (banda sonora del verano de 1997 tras su inclusión en el seminal CD Aurtengo GORakada I) o Bienvenidos a Degüelto, brindado con la presencia de Kutxi Romero y de una sección de vientos y último en sonar; pero, evidentemente, tratándose de una noche como esta, la cosa no podía quedar así, quedando para los bises Menos mal, Sakeo y un medley que agrupó los mejores momentos de El marqués, Aquí huele como que han fumao, Mi jefe y El infarto, antes de quedar echada la persiana de forma definitiva con La almohada cervical: señera reivindicación del heavy metal como base del ADN musical del grupo. ¿Que quedaron clásicos sin sonar? Pues sí, pero no hay que olvidar lo siguiente: que el presente concierto estaba anunciado en el marco de un festival, y en marcos como estos el tiempo de actuación es el que es; así las cosas, nada que objetar.
Koma, 1994-2012. Punto final. Y, ¿qué queréis que digamos al respecto? Que, habida cuenta de los motivos que han llevado al cuarteto a tomar la difícil decisión de separarse (verse abocados a cambiar dos piezas claves de su engranaje: Brigi –en primera instancia-, y Juan Carlos); que, debido a ello, y más en una banda como esta, que nunca con anterioridad había visto marcharse a ninguno de sus fundadores… Mejor así. Mejor, a la vista de posibles riesgos derivados de sustituir a los citados. Mejor, sí, y dicho sea de paso, ahorrando a los seguidores en el peor de los casos polémicas gratuitas que no llevan a nada bueno. Así pues, adiós, Koma. Una pena, pero bueno. Año nuevo... y, no todo van a ser despedidas, para Natxo y para Rafa, grupo nuevo, Sakeo. ¿Koma sin Brigi y sin Juan Carlos? ¿Sin el carisma y la magia aportada principalmente por el primero? Algo harto difícil de imaginar para el firmante de estas líneas, alguien que, por cierto, comenzó a escribir con continuidad de música a una con los primeros ensayos de la banda, otoño de 1994. Así las cosas, beti arte, Koma; ongi etorri, Sakeo. Ah, y hasta dentro de doce meses, Hatortxurock!







23/12/12

VENDETTA, FUIMOS, SOMOS Y SEREMOS (ATZO, GAUR ETA BIHAR), NUEVO DISCO!!





Surgidos del seno de Skalariak en 2007, Vendetta prosigue con este CD, Fuimos, somos y seremos (Atzo, gaur eta bihar) su celebrada marcha triunfal; su incontestable carrera con los aires festivos de sus canciones por bandera, viendo día a día avivada la hoguera que encendieran Javier Etxeberria, Luisillo Kalandraka, Pello Repáraz, Rubén Antón y Enriko Rubiños en 2009, con su aclamado álbum debut.

Portadores de una contagiosa y rockerizada concepción del ska (no en vano Javier y Luisillo ya llevaban diez años tocando rock antes de que se iniciaran en los legendarios  ritmos jamaicanos), moldeado el espíritu skatalítiko más genuino con sus musicales señas de identidad, Vendetta vuelve a la carga con nuevo material; con un tercer disco llamado a consagrarles definitivamente. Con un CD al que no aplicaremos el dicho de que “a la tercera va la vencida” porque, en el caso de la banda que nos ocupa, ya lo fue con la primera. Con su primera cosecha de canciones. Con una grabación que les llevó a entrar en la escena como no lo ha vuelto a hacer formación alguna surgida de las cenizas de otra: por la puerta grande, poniendo de manifiesto el quinteto que lo suyo, más que flor de un día, ya era lo que ha terminado por ser: un bullicioso y colorista jardín de canciones.

Grabado en El Sótano por Iker Piedrafita, quién se encargó de tocar los teclados, Fuimos, somos y seremos (Atzo, gaur eta bihar) alberga 12 canciones: Time for freedom, Botella de ron, La parranda, Udarako gau luzeak (primer single elegido), Cuídate, Jean Laffite, Cerca del mar, Ekainak 24 y La vida, quedando completado con Fuimos, Somos y Seremos, tres pegadizos temas instrumentales; 12 brillantes composiciones para cuya grabación también se contó con la colaboración de Selva, a los coros, conformando un tracklist realmente vitamínico y vigoroso; todo un soplo de frescura y aires cálidos, luciendo las canciones unos colores que, sostenidos sobre sorprendentes pinceladas de reggae, country rock y pop melódico –incluso-, brillan de forma totalmente preciosista en las voces de Javier, Luisillo (quien pone voz a una de ellas) y Pello, músico en franca progresión en lo que a composición hace referencia y que en esta ocasión se ha involucrado especialmente a la hora de cantar, aportando su voz a cuatro temas.

Reinventándose el quinteto por tercera vez y, en una suerte de más difícil todavía, reinventando el género por ellos auspiciado, Vendetta continúa abriendo nuevos y sugerentes caminos con el presente disco, recorriéndolos con paso firme y decidido. De  forma realmente exitosa, lo más difícil y relevante. Puro derroche de voz, entidad y sonoridad propia, yendo de bien en mejor la trayectoria de la banda. Viviendo canción a canción un presente llamado a llevarles en volandas al mejor de los futuros. Hacia un mañana que, como el ayer, se nos antoja perfecto para ellos. No tenemos ninguna duda acerca de cómo saludarán los seguidores del grupo estas nuevas composiciones: en indisimulado pie de baile, sonrisa cómplice en el rostro, con los brazos abiertos. Que empiece la función.

Trabajo hecho desde el departamento SOLUCIONES CREATIVAS

19/12/12

SECCIÓN criticARTE, CRÍTICAS DE DICIEMBRE: TRACCIÓN, BARRICADA, AKASKARLA Y M-CLAN, PARA EMPEZAR!!


Rugir y morder de guitarras

Concierto de Barricada


Fecha: sábado, 14 de Diciembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Barricada, grupo integrado en directo por Boni y Alfredo Piedrafita, a las guitarras y a las voces, Ander Izeta, al bajo, e Ibi Sagarna, a la batería. Como teloneros, abrieron noche Tracción.
Incidencias: presentación de Flechas cardinales. 2 horas y 10 minutos de duración, bises incluidos. Algo más de media sala. Público participativo.

Dos años después de llenar hasta la bandera el pabellón Anaitasuna dando carpetazo, sin que nadie lo supiera aquella noche, a toda una época –más que solamente a la gira de La Tierra está sorda-, mucho ha llovido en torno a Barricada, asunto en el que no vamos a incidir para no alimentar poco fructíferos debates; distintas polémicas han sacudido el devenir del grupo, traduciéndose lo dicho, a nuestro entender, en la asistencia registrada en Tótem para esta puesta de largo de Flechas cardinales, primer CD de esta nueva etapa de la banda; una entrada que, sin ser mala necesariamente, tampoco pensamos que fue  incontestablemente buena.
La velada arrancó con la trepidante contundencia melódica de TRACCIÓN, formación que hizo todo un ejercicio de derroche de energía en esta, fuera de cualquier duda, su gran noche de rock & roll. Toda una demostración de poderío en medio de una cuidadísima puesta en escena, comenzando por las interpretaciones de Zancadillas y Desinformación y terminando con Rocanroll, temas incluidos en Virgen de las tinieblas, su sorprendente primer disco. Así las cosas, como un tiro, pura tracción a cuatro bandas en la buena dirección; demostrando ser un grupo hecho y derecho, así recorrieron su tiempo los citados: con total determinación sobre el escenario.
Finalmente, sobre las 22.40 comenzó a sonar la intro pregabada anunciadora de la buena nueva, dicho viernes; de lo que los aproximadamente siete centenares de personas estaban esperando: la comparecencia de los actuales Barricada.
Comandado por Alfredo y Boni, el cuarteto, no ocultando su satisfacción por tocar en casa, arrancó con Punto de mira, primer single de sus Flechas cardinales: disco del que, en una actuación marcada por la presencia de clásicos de los treinta años de ambos  juntos sobre los escenarios, también sonaron temas como El muelle, Como el invierno, En lo más pequeño (ofrecida con cuatro músicos a las voces, con las colaboraciones de Iker Piedrafita y de Molly, de Hamlet), Aguardiente (“iba a mandar a la mierda al sistema pero creo que se va por su propio pie”, he aquí qué comentó Boni a modo de presentación) y Rugir y morder; algo, rugir y morder, que en medio de un sonido ciertamente estridente por momentos, marcado por la presencia de numerosos acoples en distintas fases de la velada, hicieron incluso en demasía las guitarras; las hachas de los actuales puntas de lanza de la banda, teniendo una enorme presencia. Haciendo piña Boni y Alfredo al filo del escenario con Izeta, haciendo gala la actual alineación del grupo ante los presentes de sus afiladas credenciales: ante a un público que, en líneas generales, hizo suyos preferentemente los viejos éxitos, participando con mayor o menor efusión (según la distancia que les separara del escenario) de clásicos como Todos mirando, Por salir corriendo, Mañana será igual (cantada por Piedrafita), A toda velocidad y, en una suerte de increscendo, Rojo, Animal caliente (con Piedrafita llevando nuevamente la voz cantante) y En blanco y negro, con la que terminaron… en falso; dejando para los bises, entre otras, No hay tregua (única cantada con verdadera fuerza por la totalidad de los presentes) y Flechas cardinales; ¿Más temas a destacar? El trompo, brindado con la colaboración de Kutxi Romero, u Oveja negra, con la de Iban, de Tracción. Unas interpretaciones que, a pesar de posibles e inevitables peros y pesares, se tradujeron en una guitarrera noche de rock & roll.


Insurgencia ribera

Concierto de Akaskarla


Fecha: viernes, 7 de diciembre.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Akaskarla, banda formada por Diego, a la voz, Pitxi, a las guitarras y a la voz, Ibai, al bajo y a la voz, Adrián, a la trompeta, Sacha, al saxo, e Iker, a la batería.
Incidencias: presentación de la primera grabación del grupo. Hora y 10 minutos de duración, bises aparte; asistencia aceptable, público que disfrutó de la velada.

Procedentes de la ribera navarra, con una sorprendente maqueta bajo el brazo llena de ska de concepción punk, Akaskarla iluminaron con sus sones la noche del pasado viernes, atípico día para la música en directo; jornada de descanso para las programaciones habituales a la vista de la ubicación de dicho día 7 en el calendario: prácticamente en la mitad del acueducto foral.
Formados en Corella a principios de 2010, el sexteto llenó de calor y de público Black Rose, haciendo de la víspera de fiesta una verdadera fiesta desde el inicio de su actuación de manos de temas incluidos en el CD como Pastillas de sueño, Criticar o Tenían razón, perfectamente propulsados por la sección de vientos. Por un trompetista y un saxofonista que, jovencísimos –en el marco de una banda indisimuladamente joven-, sobradamente preparados para la acción, cautivaron desde el principio a los presentes. Bueno, al igual que el resto de los músicos, traduciéndose lo dicho en una actuación en la que, a decir verdad, todos se propulsaron en todo momento entre sí, ya recurriendo para ello a temas propios (sonando además de los incluidos en el CD unos cuántos inéditos), o, evidentemente –encontrándose el grupo en la fase en que se encuentra, arrancando-, a algunas versiones; a covers como los extraídos de los repertorios de Skalariak (Solo vivir), Boikot o Betagarri, La chica del batzoki: sí, Betagarri, toda vez que a tal referencial chica tal vez la conocieran los Akaskarla gracias a los afincados en Gasteiz, más que a los bilbaínos Doctor Deseo. Finalmente el concierto, la personal coctelera skatalítika preparada por los corellanos, avanzó hacia su final con el Sarri Sarri de Kortatu, llamando la atención especialmente el traje especialmente diseñado por los vientos, toda vez que el tema original carecía de ellos. Dejando un gran regusto dicha composición, al igual que la totalidad de las ofrecidas: unos temas que perfectamente esbozados, planteados y plasmados en directo, intensamente nutridos de descaro, electricidad y cruces rítmicos, no dejaron indiferente a nadie, llamando en su conjunto la atención en la presente incursión del grupo en Iruñerria.
Y, en teoría, aquí termino la noche, aunque no en la práctica; y es que, a modo de guinda final, accedió al escenario el guitarrista local y amigo de la banda Michel Chivite, deleitando al receptivo público con varios clásicos del rock vasco, acompañado por bajista y baterista…
Festivos, contestatarios; rebosando ganas y juventud, he aquí cómo lucieron Akaskarla en Black Rose. Insurgentes y respondones, como buenos representantes de la Ribera rebelde, algo que dejaron claro incluso con la interpretación de un tema de factura propia en euskera, Ireki bidea. De esa Ribera distinta que, al igual que Teruel, también existe. De esa parte de Navarra de de la que nunca hablan ni hablarán determinados medios. Akaskarla, toda una fiesta en directo: esperamos más noticias suyas.


Pisando tierra firme

Concierto de M-Clan

Fecha: jueves, 6 de diciembre.
Lugar: auditorio Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: M-Clan, formación integrada por Carlos Tarque, a la voz, a la pandereta y a la armónica (ocasionalmente), Prisco Priscus y Ricardo Rupérez, a las guitarras, Iván González, al bajo, y Coki Giménez, a la batería.
Incidencias: presentación de Arenas movedizas, 7º disco de estudio de M-Clan. Hora y 45 minutos de duración, dos tandas de bises incluidas. Asistencia aceptable. Público preferentemente joven que se mostró participativo.

Con nuevo CD en la mochila, los murcianos M-Clan visitaron Iruñea nuevamente, satisfaciendo a cuantos acudieron a la cita; a un público que, pese a encontrarse en Baluarte, en ningún momento demostró miedo escénico alguno a la hora de disfrutar. A un respetable que, al contrario -más bien-, puesto en pie prácticamente desde el principio, no dudó a la hora de cantar y tomar parte activamente del hecho musical.
Haciendo gala del formato por excelencia de las bandas de rock (al contrario que en su anterior visita, en esta ocasión no hubo teclista ni sección de vientos respaldando al núcleo duro del grupo), los comandados por el carismático Carlos Tarque arrancaron bajo los ritmos quedos de Arenas movedizas, prosiguiendo con la igualmente de estreno Rock & roll del siglo XXI: tema que puso en pie de fiesta a la sala, después de que el en todo momento entregado cantante, tras saludar a los presentes, les hiciera saber que le gustaría que se levantasen de sus butacas. Y a fe que le hicieron caso: como que no se volvieron a sentar, adquiriendo desde entonces la velada, entre palmas y diferentes muestras de desenfado, una nueva dimensión. Una ambientación propia de un concierto dirigido a un público como el que se dio cita en Baluarte, ávido de emociones musicales en directo y mayoritariamente joven.
Haciendo justicia la sonoridad del grupo a sus raíces y al poso acumulado tras veinte años de carretera, acto seguido sonó Para no ver el final, haciéndolo de inmediato un nuevo hit extraído del mismo CD, Basta de blues, antes de regresar al álbum de estreno con Escucha mi voz. Buscando constantemente la cercanía con sus seguidores, tras recordar Carlos la primera actuación de M-Clan en Iruñea (1994, en el  viejo Katiuska de Donibane), el vocalista bajó del escenario para saludar a un espectador que dijo haber estado allí, recuperando en medio de una conexión total el viejo tema Perdido en la ciudad. Y todo ello en medio de un fervor que en todo momento fue a más, destacando temas como Las calles están ardiendo, Maggie despierta (brindada por Tarque paseando por el patio de butacas), Llamando a la tierra o Usar u y tirar, último tema en sonar antes de los bises (Pasos de equilibrista, Carolina –cantada entre los presentes nuevamente- o Quédate a dormir)… y cuyo título describió perfectamente el devenir de la pandereta dicha noche; de usar y tirar totalmente la misma: ¡si estuvo tanto tiempo sobre el espacio aéreo del escenario como entre las manos del cantante!
Buscando refugio como siempre hizo M-Clan en el rock & roll, en ese rock & roll sugerentemente pegadizo y teñido en su esencia de característico sabor suñero; perfectamente asentado el grupo en la escena, haciendo camino con paso firme (tanto como el terreno que actualmente pisan) al andar, los murcianos ofrecieron su vertiente más rockerizada el pasado jueves, brindando un efusivo concierto sostenido sobre los siguientes pilares: una muy buena banda, unas reseñables canciones, una buenísima voz  y un público que, a la altura de las circunstancias, cantó, aplaudió y secundó el hacer del grupo en todo momento. Ofreciendo M-Clan un directo que, en otro orden de cosas, se nos antojó totalmente acorde con los nuevos aires que parecen soplar en Baluarte. Con esos nuevos aires que tan gratamente nos sorprendieron con las actuaciones de Keane y de Manolo García. En resumen, una actuación, seguramente para muchos, para no olvidar.

11/11/12

CRÍTICAS DE NOVIEMBRE: DORO, VARGAS BLUES BAND, OBÚS, UDAZKENA BLUES, GERRY McAVOY´S BAND OF FRIENDS, DR. MAHA´S MIRACLE TONIC, PEACHY JOKES, CARLTON MELTON, HOEY AND THE MUSSELS, AURORA BELTRÁN,..


Armas (rockeras) de mujer

Concierto de Doro


Fecha: viernes, 23 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Doro, a la voz, acompañada por Johnny Dee, a la batería, Bas Maas, a las guitarras, Luca Princiotta, a las guitarras y a los teclados, y Nick Douglas, al bajo. Como teloneros abrieron noche Seven.
Incidencias: presentación de Rise your fist, último CD de la artista. Hora y ¾ de duración, bises incluidos. Asistencia aceptable, público que se mostró participativo.

Desplegando sus encantos artísticos, demostrando ser desde dicho prisma una más que interesante milf  -dicho esto con todos los respetos, tratando de llevar a nuestro terreno una palabra como esta, totalmente en candelero-, la imprescindible Doro Pesch descargó en Tótem lo mejor de su repertorio, satisfaciendo totalmente a los presentes con los temas ofrecidos. Con un listado de canciones profusamente poblado por hits de Warlock, exitosa formación en la que militó entre 1984 y 1988.
La velada arrancó con el buen hacer de Seven, grupo que caldeó el ambiente lo mejor que pudo durante los 45 minutos de que dispuso, sorprendiendo con su forma de entender el heavy metal; contundentemente brindado, sin fisuras. Y a continuación, sobre un escenario rico en iconografía al uso; sobre un entarimado presidido por una espectacular batería de doble bombo, ornamentado por calaveras gigantes, velas de pequeño tamaño repartidas sobre las pantallas de sonido (cubiertas por vistosos telares) y rematado por un colorista telón con la imagen de la cantante; ante un público llegado de fuera en una significativa parte de los casos, lo que el respetable había ido a ver: la pionera y referencial Doro en vivo y en directo.
La esperada actuación comenzó con I rule the ruins, canción de Warlock a la que siguieron otras dos de dicha formación, protagonizando la banda un gran cambio de marcha a la hora de meter la tercera. A la hora de atacar Fight for rock brillantemente enlazada tras la mítica Burning the witches, quedando más que preparado el terreno para la primera composición propiamente dicha de la carrera de la alemana en solitario, The night of the Warlock: tema cuya introducción pregrabada recordó sobremanera a la célebre intro del The number of the beast, de Iron Maiden. Hablando de bandas legendarias, no podemos seguir sin apuntar que también se dejaron oír en distintas interpretaciones huellas sonoras de artistas como Motörhead, Judas Priest o Dio.
Yendo el sonido y la intensidad sonora de la banda de menos a más, hacia el ecuador del concierto sonó otro tema suyo, Raise your fist in the air, haciéndolo acto seguido, tras una gran balada, Earthshaker rock, tema que albergó un solo de batería que, espectacular, disparó abiertamente la adrenalina de los presentes, camino del final. De una recta final iniciada por Wackem hymne (we are the metalheads), evidente  declaración de principios, y coronada por dos sonoros pelotazos: el Breaking the law, de Judas Priest, y el All we are de Warlock, coreado por la sala.
Voz femenina del heavy metal por excelencia, primera dama del género y madre (artística) de todas esas chicas que son guerreras. Rockeras, Doro pasó como un ciclón por Tótem, derrochando arte y maneras a la hora de cantar… y simpatía hacia las primeras filas en todo momento, mostrándose tan pendiente del micrófono como de estrechar la mano constantemente a los de delante. De regalar saludos y primeros planos a las cámaras de sus móviles. Doro, vocalista que, luciendo sus armas –rockeras- de mujer, demostró ser una artista de armas tomar, entregándose totalmente, como solo los viejos rockeros saben hacer. Esos que, sean del sexo que sean, pura actitud en directo, nunca mueren. Y es que, según en qué órdenes de la vida, la igualdad entre los sexos; la en todos los órdenes deseada igualdad, en casos como este parece venir de serie. Dándolo todo, así lo demostró Doro el pasado viernes.

Noche de blues y heavy metal

Conciertos de Vargas Blues Band y Obús

Fecha: sábado, 17 de noviembre.
Lugar: Casa de Cultura de Burlata.
Incidencias: última cita del festival Burla Rock, casi 4 horas de música en directo. Muy buena asistencia, público de distintas edades que se mostró participativo.

Como más que brillante colofón de la 1ª edición del Burla Rock (festival que llevó hasta  Black Rose a Six Miles Wide el jueves 15 y a Got Cash al Animal´s, el viernes 16), como perfecto broche de oro del mismo, dicho sábado visitaron la Casa de Cultura dos referenciales formaciones: la Vargas Blues Band y los incombustibles Obús. Y a nuestro entender, a tenor de lo visto, lo hicieron protagonizando una especie de 2 x 1, llegando el arriba firmante a la siguiente conclusión, a la vista de las inmensas e intensas actuaciones presenciadas: a constatar que aunque tal vez sobre el papel una de las dos bandas fuese telonera, la presente cita no dio lugar a hablar de ello.
La noche se hizo música de manos del legendario Javier Vargas y su banda, resonando su blues de vigorosa concepción durante hora y ¾: tiempo que aprovecharon para presentar los temas de su último CD, un recopilatorio recientemente publicado en conmemoración de los primeros 20 años de la formación del grupo.De las primeras dos décadas de la puesta en marcha de una formación integrada por unos músicos cuya labor orbitó en todo momento alrededor de la brillantez a las guitarras de su mentor, poniendo cuerpo los citados de forma realmente brillante a la esencia atesorada por Vargas. Dotando de corpulencia a unas canciones que, incandescentemente coloreadas por ellos, demostraron ser muy ricas en espíritu. En alma y latidos con sabor a blues, quedando esto perfectamente plasmado mediante unos pasajes guitarreros que hicieron las delicias de los presentes. De un público que aplaudió especialmente la interpretación de Parisienne walkways, cover del malogrado Gary Moore y a él dedicado. ¿Otros aspectos a destacar? Sin desmerecer a nadie, la solvencia demostrada por el cantante, derrochando timbre, capacidad, gusto… Y saber estar sobre el escenario, ya en primera línea –micrófono en mano- ya, en posiciones más discretas, arengando al público y cediendo el protagonismo a sus compañeros. Y a continuación, tras 1/2 hora de obligado receso para redefinir el escenario, lo que el sector más heavy estaba esperando: la comparecencia de los históricos Obús.Sobre un espectacular entarimado montado a dos alturas –en la práctica, en medio de una colorista escenografía-; con el baterista haciendo sonar su set de platillos y tambores varios metros por encima del suelo, los comandados por el carismático Fortu protagonizaron una racial e incontestable descarga, articulada alrededor de sus perennes éxitos de los años ochenta; con permiso de temas menos conocidos como Corre, mamón, con el que empezaron, apoyándose su actuación sobre puntales tan indiscutibles para el respetable como La raya, Autopista (rematada su interpretación con un espectacular falsete por parte del vocalista) o el cañí El que más, protagonizando Fortu y sus huestes, tablas, maneras y profesionalidad a espuertas, un genuino concierto de heavy metal, aliñado por todos los sacramentos característicos del género. Un show de los de marcar territorio… y paquete, a juzgar por la actitud del sumo sacerdote encargado de las voces, metiéndose el cuarteto con todo ello de inmediato al público en el bolsillo. A unos asistentes que en todo momentos fueron espoleados a participar del metálico ritual, con Fortu acertando una y otra vez a la hora de pulsar las teclas llamadas a propulsarlos más y más, alcanzando su clímax la velada con clásicos como Dinero, dinero, Vamos muy bien y, ya en los bises, el imprescindible Va a estallar el obús: algo que sucedió a propósito de dicha interpretación, antes de dar por terminado definitivamente el concierto, arropados por una docena de jovencísimos espectadores sobre el escenario, con Esta ronda la paga Obús. Obús, grupo que, grande en directo al igual que la Vargas, dejó muy buen sabor de boca, en general.


De primerísimo nivel

Conciertos de Mercado Negro y Dani Wilde

Fecha: viernes, 16 de noviembre.
Lugar: peña Euskal Herria, Burlata.
Intérpretes: Mercado Negro, formación integrada por Salva, a la voz, el Niño y Pako, a  las guitarras, Fo, al bajo, y Aritza, a la batería. Dani Wilde, a la guitarra y a la voz, acompañada por Will Wilde a la armónica, a las voces y a los coros, Victoria Smith, al bajo, y Richard Newman, a la batería y a los coros.
Incidencias: 1ª cita del Udazkena Blues 2012. Muy buena asistencia, público de edades principalmente maduras que se mostró entregado.

Arrancó la 7ª edición del Udazkena Blues, otoñal cita con el blues organizada por la peña Euskal Herria, y no pudo hacerlo mejor que con las actuaciones de Mercado Negro y Dani Wilde; con las sensacionales actuaciones de ambos, de primerísimo nivel las dos.
Creado el grupo en 1992 en el área metropolitana del gran Bilbao, con CD recién grabado (en conmemoración de su vigésimo cumpleaños), la talludita formación vizcaína denotó durante la hora de que dispuso básicamente lo siguiente: auténtica devoción por el blues. Verdadera fiebre por el rock facturado en clave de blues. Mayúscula pasión por el rhythm´n blues, demostrando por medio de su concierto ser indisimulados cofrades del legendario género y que, aunque tal vez no se ganen la vida con ello, las notas musicales del blues son las que les dan vida. La vida –en general-, no vidilla. Las que les dan la vida y el hálito para seguir adelante a los integrantes del quinteto, brillando entre los mismos con especial fuerza sus guitarristas: unos músicos que en todo momento dejaron el pabellón altísimo.
Muy alto… Pero no insuperable, por increíble que recién concluido su pase pudiera parecer; difícil mas no imposible de superar, toda vez que cuando están arte y maestría de por medio; cuando se conjugan dichos vectores, no es posible hacer vaticinios de este tipo. Vamos, que según qué circunstancias confluyan… todo se puede superar. Todo puede alcanzar un grado superlativo. Y esto es lo que sucedió con la excepcional formación comandada por Dani Wilde, guitarrista y cantante de blues inglesa que a los 17 años de edad ya estaba actuando junto a artistas como Maddy Prior. Un año más tarde, en 2008, vio publicado su primer CD, habiendo visto la luz recientemente Juice me up, el tercero.
Tocando la guitarra con la técnica denominada fingerpicking (esto es, prescindiendo de púa, presionando las cuerdas con los dedos), haciendo gala de una gran voz, la jovencísima Wilde cautivó a los presentes con sus encantos musicales, llenando el cuarteto por ella comandado de rhythm and blues de altísimo octanaje el salón comedor del local. Haciéndolo un cuarteto cuyos instrumentistas rayaron a gran altura, comenzando por el encargado de tocar la armónica, continuando por la bajista (quien hizo sonar las cuatro cuerdas igualmente sin púa) y concluyendo con el baterista. Una banda que, demostrando estar muy rodada, en todo momento lució granítica, en el sentido de perfectamente conjuntada. Y así lo reconocieron los presentes, un público integrado por verdaderos aficionados al blues que, dejándose llevar siempre por el gemir de las guitarras, denotando gran complicidad con los músicos, celebró en intenso increscendo todas y cada una de la interpretaciones, llegando incluso a jalearles.
Finalmente, el pasado viernes tuvo lugar la segunda y última cita del presente ciclo, protagonizada por el dúo integrado por Xabi (vocalista del grupo donostiarra de larguísimo recorrido Señor No) y el beratarra Petti, y por la banda Belceblues: recientemente reconocidos como mejor grupo bluesero de Vascongadas -dentro del concurso internacional Road to Memphis- y contando con opciones para imponerse en la final mundial, llamada a ser disputada en Memphis a primeros de 2013. Casi nada. Que siga sonando el blues…



En recuerdo de Rory Gallagher

Concierto de Gerry McAvoy’s Band of Friends

Fecha: viernes, 9 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Gerry McAvoy’s Band of Friends, trío integrado por Gerry McAvoy, al bajo, Ted McKenna, a la batería, y Marcel Scherpenzeel, a las guitarras y a la voz.
Incidencias: concierto presentado como A celebration of Rory Gallagher’s Music. Hora y ¾ de duración. Asistencia discreta, público de edades maduras que se mostró participativo.

A falta de pan, buenas son tortas. Y en casos como el presente, buenísimas, podríamos añadir. Excelsas. Exquisitas. Y es que no cabe calificar de otro modo la presente actuación, protagonizada por una auténtica banda-tributo donde las haya. Por una formación que tributó un homenaje de verdad a su artista de referencia, en estos tiempos, a nuestro entender, de tantos pseudo-homenajes en lo que a formaciones apellidadas tributo respecta. Por un trío integrado por el legendario Gerry McAvoy, bajista del malogrado guitarrista irlandés desde 1971 a 1991, el baterista Ted McKenna (a sus órdenes entre 1977 y 1981) y, evidentemente, por un vocalista y guitarrista, indiscutible centro de atención en una noche como la citada: el gran Marcel Scherpenzeel, perfecta réplica de Rory Gallagher a las seis cuerdas y a las voces que, luciendo una característica camisa de cuadros (tal y como casi siempre acostumbraba a hacer el homenajeado), satisfizo sobradamente las expectativas. Las ganas de los presentes de volver a escuchar lo mejor del repertorio del referencial guitarrista: de un público que, tal vez por la coincidencia con la actuación de Robben Ford en Movie, no se dio cita en el número esperado.
Organizada con la colaboración de la entusiasta asociación de blues de Burlata, haciendo McAvoy bueno el dicho de “cuanto más viejo, más pellejo”, los por él auspiciados llenaron de buenísimas sensaciones la sala, dándolo todo y ofreciendo unos temas que brillaron siempre con luz propia, en manos de Marcel Scherpenzeel; unas composiciones que, de interesantes y substanciosos  desarrollos guitarreros (he aquí, en manos de Scherpenzeel, la mejor prueba de que la semilla musical esparcida por Rory a los largo y ancho del mundo encontró terreno fértil) se sucedieron a buen ritmo, quedando abierto totalmente el tarro de las esencias, la presente coctelera de rock pasado por los filtros del blues y del rhythm´ blues, con el tema The Last Of The Independents. Respaldado por las palmas de los presentes, el protagonismo recayó pronto en Do you read me, composición que dejó para el recuerdo un momento de minimalista preciosismo sonoro, seguido de forma totalmente ceremonial. Bueno, como el inmenso blues Off the handle o, a continuación, interpretaciones igualmente señeras –ya, camino de los bises- como Bad penny o Follow me, auténticos himnos generacionales: en cualquier caso, fieles reflejos sonoros de una época, perfectos botones de muestra de unos tiempos en los que los músicos de rock no tenían en consideración el minutaje de las canciones a la hora de abordar la composición, inclinándose más bien por la creación entendida primeramente como placer, más que como actividad encaminada a tratar de lograr gloria y efímeros éxitos a cualquier precio. He ahí, curiosamente, las razones del éxito de temas como estos. Imperecederos.
De manos del hacer de Marcel Scherpenzeel, Gerry McAvoy’s Band of Friends triunfaron en Tótem, protagonizando un sorprendente concierto… sin lugar para la sorpresa, paradójicamente. Y es que si algo tienen este tipo de citas es lo siguiente, que el público sabe perfectamente qué va a escuchar. Y si todas las mimbres son buenas (canciones, timbre y maneras del nuevo vocalista & guitarrista, actitud de todos los músicos implicados…), ¿quién da más? A falta de pan… Muy bien, la verdad.



Tónico para aliviar las almas

Concierto de Dr. Maha's Miracle Tonic


Fecha: jueves, 8 de noviembre.
Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava.
Intérpretes: Dr. Maha's Miracle Tonic, formación integrada por David Sánchez, a la guitarra, al bouzouki y a la voz, Daniel González, al contrabajo y a los coros,  Nerea Alberdi, al violín y a los coros, John Bolduan, al banjo, a los coros y ocasionalmente a la voz, y Patxi López a la batería.
Incidencias: 2º concierto del ciclo Jai O´Rama, presentación de Dr. Maha's Miracle Tonic, 2º CD de la banda. Asistencia muy discreta. 1 hora de duración, bises imcluidos.

El hecho de que los músicos llamados a cerrar la presente edición de Jai O´Rama, los bilbaínos Dr. Maha's Miracle Tonic, atesorasen en su palmarés galardones como el 2º premio Villa de Bilbao 2011, o primeros premios a la mejor banda de Bizkaia, de Euskadi, el premio de la FNAC (otorgado dicho año) o el máximo reconocimiento –asimismo- del Azkena Rock no pareció ser suficiente reclamo para atraer a un número aceptable de asistentes a esta cita, viéndonos abocados a tener que hablar de la de cal (si nos guiamos por lo presenciado sobre el escenario) y, con todos nuestros respetos para quienes sí asistieron a la actuación, a hacerlo de la de arena, si nos atenemos a la entrada registrada.                                                                                                       
Recreando a ritmos de swing, rythm'n' blues y mambo la música de los años cuarenta, con garageros toques de rock´n´ roll característicos de décadas posteriores; rindiendo su particular homenaje al vodevil de principios del siglo XX y a los denominados medicine shows (en recuerdo de los entrañables charlatanes de feria), la música se materializó bajo elegantes y distendidos sones de country rock, comenzando con la musicada declaración de principios que da nombre al presente  espectáculo, El remedio milagroso del Dr. Maha: tema brindado después de que el citado doctor y maestro de  ceremonias, guitarrista y cantante de la banda, mostrara a los presentes una característica botella de un supuesto tónico, ingiriendo antes de continuar parte de su contenido. Antes de proseguir facturando canciones de títulos de imposibles (e hilarantes) traducciones al castellano, perfectamente plasmadas en directo con instrumentos tan poco habituales por estos lares como el bouzouki, el violín o el banjo -en alegre comandita-, siendo la conjunción de los sonidos de todos ellos, la exquisita música por tales mimbres facturada, el verdadero hecho diferencial de la velada. La sonoridad del banjo sugerentemente secundada por las notas del violín, sobre el buen hacer de guitarrista y baterista y el vistoso trabajo del contrabajista –por ejemplo-: tan vistoso como su instrumento, dando lugar a un corpus musical que en todo momento se hizo querer. Que siempre se dejó querer.                                                                                                                         Encarnando tal vez con un punto de nostalgia la filosofía de los antiguos buhoneros, vendiendo canciones cual vendedores de elixires infalibles de pueblo en pueblo (o al menos intentando hacerlo, en lo que se presentó como un indisimulado homenaje a los citados) el carromato de Dr. Maha's Miracle Tonic se detuvo en Villava/Atarrabia, transformando el escenario de la casa de Cultura en el de una especie de saloon del lejano oeste y seduciendo con sus suaves lingotazos sonoros a los presentes. Con una música que, por qué no decirlo, en días oscuros como estos, perfectamente podría pasar por ser un más que perfecto tónico contra los nubarrones que acechan el espíritu de los humanos. Aunque únicamente temporal (como si de un edulcorante bálsamo se tratara),  como un reconstituyente llamado a mitigar el efecto de dichos nubarrones: al menos durante el tiempo de duración de los conciertos, frente a los fantasmas que nos acechan en el día a día, dinamitando la calma que se supone inherente al alma. El pasado jueves, damos fe, lo consiguieron.



Porte, clasicismo y actitud

Concierto de Peachy Jokes

Intérpretes: Peachy Jokes, formación integrada por Lemy, a la voz y a la guitarra, Gere,  a los teclados, a la armónica y a los coros, Bop, a la batería y a los coros, e Iban, a la guitarra, al bajo y a la voz. Como teloneros abrieron La Rana Toro.
Fecha: viernes, 3 de noviembre.
Lugar: bar Subsuelo, Iruñea.
Incidencias: presentación de The Papa´s & The Mama´s, nuevo CD de Peachy Jokes. 45 minutos de duración, bises aparte. Asistencia dicscreta, público participativo.

Vencedores de la última edición del prestigioso Villa de San Adrián, los tolosarras afincados en Cataluña Peachy Jokes presentaron sus poderosas -y triunfales- credenciales en Subsuelo, demostrando el porqué del éxito cosechado en el legendario certamen y transportando con su vertiginosa actuación varias décadas atrás a los presentes; a los años sesenta y setenta del siglo pasado, todo un lujo dicho viaje en el tiempo, protagonizando un auténtico concierto de rock & roll.
La música en directo comenzó a sonar pasadas las 22.30 horas de manos de La Rana Toro, teloneros de excepción y formación que, de actualidad nuevamente tras regresar a la escena con nuevo CD bajo el brazo, Dedicados a ciertos errores, a finales de primavera de 2011, aprovechó la presente coyuntura para reivindicar sus nuevos temas; unas composiciones extraídas de dicho álbum, de diferentes volúmenes o corpulencia sonora todas ellas pero de de un mismo calibre emocional. Composiciones como Dónde voy, con la que empezaron (de sonoridad rockera calculadamente melódica, haciendo bueno el gusto del grupo por el punk americano), No soy yo, Eva (brindada por el vocalista a pie de escenario buscando la complicidad de las chicas de las primeras filas) o las más melosas Dejar de estar asustado o Fragilidad: canciones con las que, en cualquier caso, los comandados por Suko, antes de concluir con Todo por ti mi amor, demostraron estar viviendo una merecida segunda juventud.
A continuación, alrededor de las 0.00 horas, las tornas –musicales- cambiaron con la comparecencia de Peachy Jokes, formación que debería sonarles de algo –o ir haciéndolo- a los amantes del rock´n roll. A los verdaderos seguidores del rock´n roll más clásico, abrasivo y rugoso; de más enérgica pegada, erigidas sus canciones sobre demoledoras guitarras y omnipresentes teclados en primera línea de fuego siempre, representando el multidisciplinar cometido del teclista la espina dorsal del hecho musical. Bueno, y todo ello, sobre una base rítmica igualmente demoledora, pese a que no en todos los temas hubiese quien tocara el bajo; a pesar de que el sonido del instrumento de las cuatro cuerdas, en la mayor parte de las canciones, fuese obtenido por el teclista tocando un Rhodes: por un teclista que brilló a gran altura… siempre, y en el sentido literal de la expresión –si así se quiere entender, tomando como punto de partida los momentos en los que se subió a los teclados, avivando el incendio desatado-. Demostrando, al igual que sus compañeros de escenario, estar poseído totalmente por el espíritu del rock. Sin posibilidad de antídoto, contraveneno o exorcismo alguno -a estas alturas-, arte, gusto y contundencia el cuarteto en escena, estar todos ellos  irremisiblemente atrapados por la pasión por el legendario género. Por una fiebre de lo más contagiosa. Y así lo entendió el respetable, un público que si bien no completó el aforo del local, disfrutó de la velada. De una noche que dejó muy buen sabor de boca en general.


De venenoso magnetismo

Concierto de Carlton Melton

Fecha: martes, 30 de octubre.
Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava.
Intérpretes: Carlton Melton, formación integrada por Andy Duvall, a las guitarras y a la batería, Rich Millman, a las guitarras y al sintetizador, y Clint Golden, al bajo y a la batería. Durante la actuación se contó con la presencia de diferentes colaboradores.
Incidencias: primer concierto del ciclo Jai O´Rama, presentación de Photo of photos, nuevo CD de la banda. Asistencia aceptable, público entusiasta. 1 hora y 1/2  de duración.

Arrancó una nueva edición de Jai O´Rama, ciclo que, especializado en la presentación de golosas propuestas musicales en shows de pequeño formato, acercó hasta Atarrabia a los americanos Carlton Melton: formación de San Francisco integrada, entre otros, por los antiguos componentes de Zen Guerrilla Andy Duvall y Rich Millman.
Sobre un escenario presidido por dos baterías, una a cada uno de sus lados, y rematado por una pantalla de fondo para acoger las proyecciones de Jero FunTsak, cómo reforzaron las mismas el hecho musical; ante una asistencia si bien, discreta, aceptable -a nuestro juicio-, la actuación deparó la interpretación de siete temas, erigidos sobre densos y sugerentes bucles sonoros que derrocharon improvisación y psicodelia a discreción; cíclicas olas sonoras que, buscando recrearse en la nebulosa de sonidos  creada –más que en los ritmos- envolvieron y atraparon a los presentes, seduciéndoles la banda con una concepción del space rock –o rock espacial- especialmente sensorial. Con su forma de entender un género que, en manos del trío, aunó a la perfección sones psicodélicos y vetas de rock progresivo, quedando plasmado todo ello en los extensos pasajes instrumentales pergeñados, perfectamente construidos sobre el hacer de los sintetizadores y los efectos de las guitarras. En unas composiciones que en un principio, hasta la tercera; en medio de un máximo ejercicio de concentración por su  parte, fueron ofrecidas en solitario por los tres músicos implicados, mostrándose impúdicamente las canciones como más que acertadas avenidas de música para dejarse arrastrar por sus caudales, afluentes todos ellos de un mismo mar. Por los borrascosos y por momentos tormentosos torrentes musicales facturados, cuyos ritmos, machaconamente marcados por el bajo, se colaron de manera inmisericorde en las almas de los presentes, haciéndose fuertes en lo más profundo de las mismas como la sensación de calor en verano o la de frío en invierno. Bueno, colándose al igual los latigazos propinados por las guitarras, manifestándose de forma cruda y dejando descarnadas marcas con sus incendiarios riffs,  marcando tenazmente el terreno sobre las atmósferas creadas por los sintetizadores. ¿El resultado? Unas composiciones que, portadoras de un magnetismo tan venenoso como cautivador, atraparon a todos sin ambages, transportando al respetable a atmósferas propias de mundos exteriores, más que de el que nos acoge.
A partir de la cuarta interpretación, el trío contó con la colaboración de distintos músicos locales a la hora de seguir facturando su excitante nebulosa tóxica, entrando y saliendo a partir de entonces del escenario Germán, al sintetizador, Beñat y Leroy Starlight, a la segunda batería, Chechu Brainloster, al bajo, y Joseba Irazoki, a las guitarras; terminando de dar lugar entre todos ellos a un espectáculo a todas luces irrepetible. A un incendio musical de colosales proporciones. Por otra parte, diremos  que ayer, jueves, terminó el presente ciclo, con la presencia de Dr. Maha´s Miracle Tonic. Próximamente lo contamos.



Resistir, vencer, convencer

Concierto de Hoey and the Mussels

Intérpretes: Hoey and the Mussels, formación integrada dicha noche por Colm Candon, a la voz, a la guitarra acústica y a la armónica, Stephen, a la guitarra eléctrica, Patxi Antón, al bajo, Germán San Martín, a los teclados y al acordeón, y Javi Egiluz, a la batería.
Fecha: viernes, 26 de octubre.
Lugar: bar Subsuelo, Iruñea.
Incidencias: presentación de The humours of privilege, tercer CD de la banda. Hora y 20 minutos de duración, bises incluidos. 2/3 largos de entrada, público participativo.

Subsuelo volvió a acoger a los comandados por ese animal de escenario llamado Colm Candon, en un nuevo día grande para ellos: el de la presentación en directo de sus nuevas canciones, tarea que sacaron adelante con su habitual solvencia, protagonizando una velada que resultó del total agrado de los presentes.
Frente a un público cuyo número se fue incrementando de manera progresiva a una con el transcurrir del concierto, articulado el repertorio, aunque de forma comedida, sobre las nuevas composiciones, la actuación comenzó con un tema de estreno –tal y como mandan los cánones-, Don Sisyphus and the Stone Gods, country-rock de cierto regusto fronterizo perfectamente vivido por el carismático vocalista, a la hora de cantarlo; esto es, brindado como solo él sabe hacerlo. Con esa forma tan personal de transmitir. Acto seguido, el más que perfecto engranaje musical conformado por el veterano cuarteto, reforzado para la ocasión por la presencia del polivalente Germán San Martín, atacó tres viejos temas, Fabric & Ghosts (de Home, la recordada ópera prima de la banda y desde entonces y por siempre perfecta tarjeta de presentación de la misma) y To Dick Whittington –entre ellos-, extraído este último de Daemon dozen, su segundo trabajo: canción de raigambre más acústica y explosivo desarrollo, marcado por una tensión sonora verdaderamente electrizante. A continuación el protagonismo volvió a ser para el flamante The humours of privilege, siendo representado en esta ocasión el novísimo CD por Maccumhail takes the Old Sacraments, sugerente medio tiempo que dio paso a una versión de un tema de Neil Young cantada por Stephen sobre un mar de notas musicales acrecentado por las de la armónica: cosa del buen hacer de Colm, de característico regusto sureño. Posteriormente, Free again, siguiente tema en sonar, llevó al escenario al ya citado Germán San Martín, puntual fichaje que, tras adornar dicha canción desde los teclados, alimentó con la acordeón la siguiente interpretación; la de un nuevo tema, Barr Mullets Washing Day, plasmado por las lindes del mejor country rock. Lo mismo -en otro orden de cosas- que la igualmente de estreno Self Help, de agradable y cadenciosa escucha. Y todo ello, las diferentes canciones, (pese a los pasos en novedosas direcciones dados por la banda a la hora de afrontar la composición de las nuevas) rezumando clasicismo y personalidad sonora, en suma, conformando un tótem de músicas y ritmos perfectamente construido por los músicos; con Stephen, rabia, garra y actitud total, secundando inconmensurablemente a Colm, sintiéndose ambos totalmente cómodos sobre la poderosa base rítmica dibujada por los igualmente grandes Patxi y Javi, adornada de forma realmente elegante dicho viernes por Germán..
Hoey and the Mussels, The humours of privilege. Tercer asalto. A la vista de los diferentes contratiempos padecidos en 2009 por la banda (desde que un incendio engullera sus instrumentos, que no sus ilusiones), he aquí la constatación de que, en ocasiones, resistir ya es vencer. ¿Y resistir... convenciendo, como en el presente caso? ¿Con total convencimiento de tener que seguir adelante? Vencer por partida doble –incluso-, tras imponerse a avatares del destino como el ya comentado; he aquí la lección dada por los Mussels con el presente disco, el tercero. A ver si de su mano, siendo esta como es su grabación tercera, llega la vencida.



Con clase

Concierto de Aurora Beltrán

Fecha: viernes, 26 de octubre.
Lugar: Civivox Iturrama, Iruñea.
Intérpretes: Aurora Beltrán, a las guitarras y a la voz, acompañada por Eva Rada, a las guitarras, a los coros y a las segundas voces.
Incidencias: concierto enmarcado en el ciclo Escenarios, organizado por el Ayuntamiento; presentación de Museo Púrpura, último CD de Aurora Beltrán. Muy buena asistencia, lleno prácticamente. Actuación de hora y 20 de duración, bises aparte.

El incombustible y solvente tándem formado por Aurora Beltrán y Eva Rada llenó de público y de estupendas vibraciones el acogedor recinto de Iturrama, derrochando clase y protagonizando un exquisito concierto; una actuación que, fuera de cualquier duda, satisfizo a un respetable que, integrado en buen número por mujeres, en todo momento se mostró cómplice y participativo, validando con palmas las diferentes interpretaciones.
En medio de un ambiente intimista, familiar, tanto por la cercanía brindada por la pareja artística como por el formato elegido para el presente concierto, la  actuación arrancó de manos del tema Él lo predijo, comenzando a tejerse con dicha  interpretación la telaraña de música y colores llamada a iluminar la noche; a dar vida con sus sones a una exquisita red perfectamente hilvanada ya, desde las cuerdas de las guitarras de las dos implicadas, ya por sus cuerdas vocales, dando lugar a unas canciones que, luciendo con semejantes mimbres a pleno rendimiento, erigidas las mismas sobre unas voces y una actitud perfectamente empastadas (complicidad mutua y buen hacer musical mediante), destilaron su esperado sello propio; las habituales sensaciones con impronta propia características del dúo, plasmadas en temas escogidos de la dilatada carrera de Aurora como Azul (ofrecido después de que la compositora y cantante de Potasas, satisfecha y agradecida, animara a los presentes a continuar ocupando las butacas de los teatros), Afiladas palabras (“canción de amor y mentiras” –tal y como la citada la denominó-), El gran juego (con programas televisivos como La voz en el ojo del huracán por, según sus palabras, jugar con los sentimientos de la gente), Mañana (dedicada por una comunicativa Aurora “a la gente que invierte su tiempo en cuidar a otras personas, haciendo que el mundo sea mejor”) o Silencio, con el drama del alzheimer de fondo. A continuación, con Miguel Aulló al micrófono, encontró su lugar el ya referencial tema Clases de baile, comenzando la velada a caminar hacia su final con Chicas fuertes (dedicada a todas las mujeres, independientemente del factor edad, tras reivindicar la igualdad entre los sexos) y llegando a dicho punto de destino con La caza. Bueno, acercándose el concierto a dicho punto final, pues, habida cuenta de que todavía faltaban temas imprescindibles por sonar, parecía claro que habría bises: que quedaban canciones en la recámara, como Tocaré o, como perfecto colofón y declaración de intenciones de Beltrán, ejemplo de chica fuerte donde las haya, Invicta, único tema nuevo de cuantos integran Museo Púrpura y auténtico banderín de enganche del CD.
Con sus canciones pa´ quí, con sus canciones pa´ llá –que cantaría La Fuga-, Aurora y Eva o Eva y Aurora (tanto monta monta tanto a estas alturas de la película) calentaron sin objeciones la antesala de la noche del viernes, desenvolviéndose el dúo como pez en el agua sobre el escenario; demostrando una vez más tenerle cogida la medida, y más, al presente formato, y que el mismo tal vez sea el más apropiado para la interpretación de temas como cuantos sonaron; y así lo dejaron entrever, además de las canciones señaladas, los dos legendarios hits de Tahúres Zurdos que saludaron la velada en sus inicios, Lujuria y Una noche de amor. En resumidas cuentas, una noche, esta, de sensacionales sensaciones la vivida. Directas al corazón.

4/11/12

APABULLANTES UNA VEZ MÁS, SOZIEDAD ALKOHOLIKA ARRASARON TÓTEM: LA CRÍTICA!!



La tormenta perfecta 

Concierto de Soziedad Alkoholika


Fecha: sábado, 27 de octubre
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: S.A., quinteto integrado en directo por Juan, a la voz, Iñigo y Jimmy, a las guitarras y a los coros, Pirulo, al bajo, y Alfred, a la batería. Como teloneros abrieron velada Childrain.
Incidencias: presentación de Cadenas de odio, último CD de S.A. Hora y ½ de duración, un bis incluido. Media sala larga. Público entregado.


Apabullantes, he aquí cómo sonaron los inigualables Soziedad Alkoholika, formación que arribó a Tótem con dos reseñables novedades: un nuevo disco bajo el brazo, Cadenas de odio, y un nuevo baterista, Alfred Berengena, llamado a sustituir temporalmente al legendario Roberto Castresana, presente entre el público y de baja por lesión en uno de sus hombros. En cualquier caso, así se presentó el por motivos de fuerza mayor renovado quinteto, sin mostrar tregua ni concesión alguna: lo mismo que sus discípulos y teloneros dicha noche, los también gasteiztarras Childrain, quienes tampoco dejaron indiferente a nadie con la brutalidad musical esgrimida, participando activamente en el choque de frentes que dio lugar al totum sonoro final; a la tormenta perfecta que sacudió la sala, absolutamente bestial.
Con CD de estreno igualmente, Life show, Childrain salieron a por todas, desplegando un potencial sonoro que, rayando a la altura del  sonido de cualquier grupo metálico foráneo, aportó un buen número de grados en la escala de Richter llamada a cuantificar la sacudida sísmica final, protagonizando un hecho musical que desquiciado, desquiciante, llevó a cabecear a las primeras filas durante los 45 minutos que duró el seísmo; la deflagración de unas bombas sonoras erigidas sobre los parámetros del metalcore más moderno, aliñado con sus toques de punk, numetal y thrash. Y tras semejante demostración de fuerza, entre gritos de “S.A.”, “S.A”, comenzaron a dejarse sentir los rugidos de la bestia, iniciándose el concierto con dos temas de estreno: composiciones las dos que, siendo Barrio oscuro la primera de ellas, encajaron a la perfección con las siguientes en sonar, Tiempos oscuros (de más que profético título, a la vista de la actual nebulosa en que vivimos; ofrecida bajo inquietantes haces rojos) o Política del miedo, primera en poner a botar al gentío. A un público que, como siempre, disfrutó como nunca de la música de la veterana formación, de un hecho musical representado por unos temas caracterizados más que por estar llamados a tranquilizar a las fieras… Por ponerlas nerviosas –seguramente-. Como a determinados sectores políticos. Como a la hipocresía dominante. Por unas canciones ya, nuevas, como Corruptos (dedicada a esa nueva clase social, en estos tiempos en los que vemos cómo desaparecen unas, como la clase media, mientras emergen otras) o, preferentemente, legendarias, entrando el concierto en progresiva e imparable ebullición con clásicos como Palomas y buitres, En el tejao, La aventura del saber o Peces mutantes, imprescindibles hits que, perfectamente propulsados por Alfred desde el espectacular set de platillos y tambores (fuera de toda duda, el citado fue el epicentro de todas las miradas dicha noche) dieron a entender algo ya sabido: que el tiempo pasa (no en vano en 2013 los S.A. cumplirán 25 años sobre los escenarios), pero el poderío, la marca de la casa de los comandados por Juan, permanece. Y yendo a más –en todos los sentidos- en una suerte de más difícil todavía, tal y como lo demostraron en la demoledora recta final, quedando rematado el presente terremoto sonoro por sacudidas como No kiero participar, Buenos momentos o Cuando nada vale nada –entre otros-, sonando ya en los bises, a modo de réplicas, SHAKTALE, primero en hacerlo, y Nos vimos en Berlín, compañero de maqueta del anterior en 1989 y, como siempre, último. Esperando volver a ver con la mayor brevedad a Roberto en su puesto, muy grandes nuevamente S.A.


CADENAS DE ODIO: LA RESEÑA!!

Retomando el camino de la autogestión, consolidando el sonido alcanzado en sus dos últimos trabajos (más escorado el mismo nuevamente hacia el punk) Soziedad Alkoholika destripan sin piedad la actualidad por medio de los acelerados temas de su nuevo CD, décimo tercero de su discografía.
Producido nuevamente por Tue Madsen, recorriendo las sendas sonoras trazadas por Mala sangre; con esta fluyendo a borbotones y bañando de forma inmisericorde las pistas del trabajo, los alaveses vuelven a combinar a la perfección la rabia acumulada durante sus más de dos décadas de vida con los medios técnicos y los conocimientos alcanzados en el presente siglo: veteranía y agresividad, actitud, creatividad y explosiva sangre roja… tan caliente como espesa, dando como resultado Cadenas de odio: silo de misiles con forma de canciones que, hablando de modo conceptual de actitudes que provocan odio entre la gente, cual torpedos eficazmente lanzados en diferentes direcciones, hacen blanco en cuantos objetivos se les ponen por delante. En resumidas cuentas: que los de Gasteiz lo han vuelto a hacer; que con temas como Barrio oscuro, Corruptos, Contra las cuerdas, Cadenas, Gora goaz, Bilis y rosas o Apestáis, llegados para quedarse, los comandados por Juan vuelven a crecer.

En fin. Si un día, camino de la irremediable sordera, me dijera un otorrino que sólo me quedaran tres discos por escuchar, este sería uno de ellos: con las colaboraciones de Carlos, de Non Servium, y de músicos de Crisix y The Eyes.




21/10/12

CRÍTICAS DE OCTUBRE: LOU LESAGE, JUAN PERRO, UNISONIC, GOTTHARD, GILES ROBSON & THE DIRTY ACES, ÚLTIMOS RITOS, PETER HAMMILL,ELUVEITIE, SABATON, ENSIFERUM Y MEMO, PARA EMPEZAR!



Meloso, tempestuoso

Concierto de Lou Lesage

Fecha: viernes, 20 de octubre.
Lugar: Auditorio Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: Lou Lesage, a la voz y a las programaciones, acompañada por Pierre Emery, a las guitarras y a los coros, y Nicolas Ballay, a la batería.
Incidencias: 2ª cita del ciclo Musiketan, 1 hora de duración. Asistencia discreta.

Cantante y actriz, hija de padres artistas; nueva cara sonora del rock parisino, la jovencísima Lou Lesage subió el pasado sábado al escenario de la sala de Cámara de Baluarte, entusiasmando con su concepción del rock a los presentes; al discreto número de aficionados que se dio cita para degustar la presente golosina musicada, un público no muy numeroso que se limitó básicamente a oír, ver y, eso sí, aplaudir con fuerza después de todas y cada una de las interpretaciones.
A caballo entre la música facturada por la diabólica terna integrada por los Rolling Stones, la Velvet Underground y los Stooges, destilando cierto regusto a rock  alternativo; solventemente acompañada por guitarrista y baterista (llamando nuestra atención la ausencia de bajista) y, además de lo dicho, perfectamente respaldada  por el encargado de hacer sonar las 6 cuerdas, Lou Lesage protagonizó una actuación marcada por el equilibrio entre sugerentes polos contrapuestos; presidida por una voz melosa y melódica a más no poder, la suya (entre las de Cat Power y Alisson Mosshart, dos de sus grandes influencias) que encontró su contrapunto en un hecho musical construido en buena parte de la noche sobre la electricidad y la distorsión; por una falta de descaro sobre el escenario totalmente premeditada, a nuestro juicio (la cantante apenas se movió, manteniéndose totalmente estática frente al micrófono), perfectamente compensada por la actitud rockera derrochada por el guitarrista. Y por último, para no extendernos más en este apartado, caracterizada la actuación igualmente por el preciosismo denotado por vocalista y baterista, frente a la fuerza y fiereza inducida a las canciones por Pierre a las cuerdas de acero, demostrando el citado, enfundado en su cazadora de cuero negro, tener tablas y más, en el asunto. Tantas como imagen de niña buena, de no haber roto nunca un plato, la cantante. Eso sí, en honor de la verdad, apuntaremos que pese a no dar una imagen propiamente dicha –o estereotipada, si se quiere- de líder de una banda de rock & roll, las canciones, lo realmente importante, sí que demostraron ser propias de un grupo rockero, siendo ello la razón que nos ha llevado a incluir voces como premedita a la hora de enjuiciar el proceder en escena de Lesage. Unas canciones, todas las brindadas, que pidiendo tal vez un mayor desarrollo musical en algunos de los casos, dieron lugar a un interesante corpus de contrastes de contrastada calidad –más allá de etiqueta alguna-, brillando con luz propia tanto los temas de esencia más tempestuosa como, cosa del timbre de la  voz de la cantante, los medios tiempos, más que adecuados para iluminar y calentar una tarde como la del pasado sábado: cosa de la lluvia, un tanto grisácea y triste fuera del recinto.
Tras el bautismo de fuego recibido el 5 de octubre concierto de Peter Hammill mediante, Lou Lesage puso música a la segunda cita de Musiketan, obteniendo su concierto una tímida respuesta por parte del público potencial. Una actuación que fue todo un lujo –desde el prisma artístico-, como seguramente lo serán todas las que están por llegar. Las once que restan por hacer. El sábado 10 de noviembre, más.


La huella del rock & son

Concierto de Juan Perro


Fecha: viernes, 19 de octubre.
Lugar: Teatro Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Santiago Auserón, Juan Perro, a la voz y a las guitarras, acompañado por Joan Vinyals, a la guitarra, a la armónica (ocasionalmente) y a los coros.
Incidencias: presentación del espectáculo denominado Casa en el aire. 2 horas y 10 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia discreta, varios centenares de personas. Público que se mostró participativo.

La profunda huella sonora que está dejando Santiago Auserón en el panorama musical del rock mestizo escrito en castellano quedó perfectamente reflejada por medio del presente concierto; mediante una actuación concebida por el que fuese líder de Radio Futura sin ninguna concesión a la nostalgia. A su pasado artístico al frente de tan referencial formación, tal y como dejó claro el repertorio escogido para la ocasión: totalmente huérfano de hits firmados por él en épocas pretéritas, para desconsuelo –tal vez- de algunos de los presentes. De un público que, no obstante, conocedor del artista y de su coherente trayectoria, se rindió totalmente al proceder de Auserón, resignándose a la evidencia (en verdad, el citado cantó en todo momento lo que le pareció más conveniente) y participando activamente de la velada. Y es que ni tan siquiera en los bises accedió a determinadas peticiones de viejos éxitos -tras hora y ¾ de concierto-, siendo dicho tiempo extra una deferente prolongación de la sesión.
Por si alguien albergaba dudas respecto a cómo iba a transcurrir la velada; por si hubiese en el teatro quien no intuyera la dinámica que iba a seguir Auserón, el conocido desde principios de los años noventa como Juan Perro presentó credenciales con un tema inédito, A ver si cae un rayo, dando a entender que la máquina creadora continúa  a pleno rendimiento, antes de proseguir la recién desatada tormenta de canciones con José Rasca, tema dedicado a Joe Strummer, el que fuese líder de The Clash, incluido en Río Negro, quinto CD suyo bajo la denominación de Juan Perro.
Haciendo definitivamente buenas las palabras que dirigió al respetable como presentación del concierto (“vamos a tocar canciones del último disco, canciones inéditas y también, antiguas o maduritas”);  acto seguido, tras una irónica referencia a su nombre artístico (“¿Has visto que en el Reino de Navarra no han puesto el cartel de Perros No? Es un nombre artístico arriesgado”, que comentó en tono cómplice a Joan Vinyals, su partenaire dicha noche), el sobrio escenario que acogió a ambos fue testigo de la interpretación de un viejo tema, El carro, prosiguiendo con tres extraídos de Río Negro antes de brindar dos del referencial CD La Huella sonora: El ala rota (escrita a medias con el jazzman local Javier Colina) y Obstinado en mi error. Las composiciones en su conjunto fueron presentadas con grandes dosis de ironía y socarronería, destilando  en el presente formato genuina alegría con regusto a esencia rockera y son cubano y   haciéndose Auserón con la complicidad  de los presentes. Resultando siempre las canciones de su agrado, dejando claro con las mismas el carismático y visionario vocalista que ahí sigue, instigando la creatividad e investigando nuevas texturas y  sabores sonoros. Ejerciendo de embajador del más sugerente preciosismo musicado, además de con las citadas, con otras como La nave estelar (de surrealista e hilarante presentación, ofrecida mástil contra mástil por él y Vinyals, el demonio del barrio de Gracia –tal y como lo presentó- puestos en pie) o la negroide Reina Zulú, tema que condujo la velada a su final. Bueno, tras saludar desde el escenario a cuantos seguidores se acercaron al mismo, tema que dio paso a los bises, concluyendo los mismos cuatro interpretaciones después con Perla Oscura, extraída del seminal Raíces al viento, de 1995. Poniendo fin a un concierto que, damos fe, dejó huella (sonora) en los presentes. Como siempre, grande, Auserón.


. Apoteosis

Conciertos de Unisonic y Gotthard

Fecha: sábado, 13 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Integrantes: Unisonic, formación integrada por Michael Kiske, a la voz, Kai Hansen y Mandy Meller, a las guitarras, Dennis Ward, al bajo, y Kosta Zafiriou, a la batería. Gotthard, banda integrada por Nic Maeder, a la voz y a las guitarras (ocasionalmente), Leo Leoni y Freddy Scherer, a las guitarras, Marc Lynn, al bajo, Hena Habegger, a la batería, y un teclista adicional.
Incidencias: localidades agotadas. Público de distintas edades que  se mostró muy participativo. La velada arrancó a las 22.00 horas y concluyó pasadas la 1.00.

Hasta arriba. Llena hasta la bandera, he aquí cómo recibió Tótem a estos dos grandes del rock: Unisonic, promesa para algunos –si se quiere- pero, para la práctica totalidad de quienes coparon la sala, absoluta realidad sobre los escenarios, y Gotthard, toda una referencia del hardrock de sonoridad más actual.
Frente a un público expectante, llegado en algunos casos de provincias limítrofes y seguidor confeso del heavy metal -en su inmensa mayoría-, la velada arrancó a las 22.00 con la esperada presencia de Unisonic, siendo la salida a escena de los liderados por el legendario Michael Kiske realmente aclamada. Ya sobre las tablas, el quinteto puso desde el primer minuto las cartas sobre la mesa, con premeditación, rotundidad… Y total predisposición y receptividad por parte del gentío: de un público que, totalmente entregado -tal y como mandan los viejos cánones del género-; tras hacer suyo con verdadera energía el estribillo del primer tema (Unisonic, precisamente), coreó con fuerza el nombre del carismático cantante, haciendo acto seguido lo propio con el del guitarrista Hansen: normal, siendo buena parte de los asistentes fans declarados de Helloween, banda en la que militaron los dos, y de Gamma Ray, formación auspiciada por el segundo. Tras corear –asimismo- con idéntico vigor el nombre de Unisonic, después de otro  tema extraído de Ignition, EP que están presentando los citados, pronto sonó la primera versión de un hit de Helloween, March of time, excelentemente recibida por todos, prosiguiendo los músicos hasta el final del show vistiendo el espíritu del heavy metal destilado con las vestimentas más características lucidas por el viejo género décadas atrás, evidentes toques de hardrock y AOR de por medio. Procediendo así hasta la conclusión de un concierto que, una hora después de que empezara (no olvidemos que, teóricamente, Unisonic era el telonero) encontró el mejor broche posible en la interpretación por parte del grupo de dos clásicos de Halloween; Future World (tema inmortalizado en un videoclip grabado en 1988 en Nafarroa, tras el histórico concierto protagonizado por la banda junto a Iron Maiden, Metallica y Anthrax en la Plaza de Toros de Iruñea), y I want out: al igual que la anterior, todo un himno en la ciudad a finales de dicha década. 
A continuación, tras la pertinente adaptación del escenario, comparecieron los suizos Gotthard, banda que, cosa de cómo dejó de caliente la sala Unisonic, si bien estuvo a la altura de sus teóricamente teloneros, en lo que a efusión y respuesta obtenida hace referencia no superó a aquellos con sus canciones; con unos temas facturados a caballo entre el rock americano más actual y un hardrock de tintes indisimuladamente comerciales entre los que, a la hora de ser cantados por los presentes, destacó… la versión del Hush ofrecida. Un tema que, popularizado por Deep Purple, sonó como si lo estuviesen tocando unos Guns´N Roses marcadamente influenciados por Europe y Bon Jovi. Y con esto no queremos decir que Gotthard no dieran la talla, nada más lejos de la realidad, sino que Iruñerria, básicamente, demostró haber acudido a ver a Unisonic. A Michael Kiske –concretamente-, claro triunfador de la noche: artífice de que su banda le comiera a Gotthard la tostada; uno de los culpables de tan catártica velada.


De altísimo octanaje 

Concierto de Giles Robson & The Dirty Aces


Fecha: viernes, 12 de octubre.
Lugar: El Bafle, Iruñea.
Intérpretes: Giles Robson & The Dirty Aces, formación integrada por Giles Robson, a la armónica y a la voz, Flip Kozlobski, a las guitarras, Ian Jennings, al contrabajo y al bajo, y Mike Hellier, a la batería.
Incidencias: presentación de Crooked heart of mine, primer CD de la banda. Asistencia discreta, público participativo. Hora y ½  de duración, bises aparte.

El Bafle honró el carácter festivo de dicho viernes con la actuación de Giles Robson & The Dirty Aces, nueva formación de rock & blues que, surgida en Jersey Island, Reino Unido, está causando furor en las islas. Y con razón, a tenor de lo visto.
Procedentes de Bilbo, donde iniciaron la víspera a su gira estatal, los talluditos y experimentados músicos, derrochando imagen y credibilidad, dieron todo un recital de rhythm´n blues y rock & roll de muchísimos octanos, recordando por la energía desatada a directos de artistas como Dr. Feelgood y pudiendo con carros y carretas -derivados principalmente de la asistencia registrada-; esto es, no mostrándose, en una noche tan atípica como la de dicho día, amilanados por ello: marcada la misma por los postreros coletazos de las últimas fiestas de Iruñerria, como las de Echavacoiz y Villava. Con sus pertinentes conciertos gratuitos, claro está.
Articulada sobre los temas de su álbum debut, la velada destiló principalmente rhythm´n  and blues de regusto ya, genuino, ya teñido de diferentes sabores: a boogie boogie, slow blues, charlestón o a blues de Chicago o blues británico de la década de los sesenta, todo ello aderezado con aires de funk, música negra y swing, quedando en todo momento la médula espinal tejida por la base rítmica del grupo (espectacular el contrabajo lucido por Ian Jennings) inmejorablemente respaldada por el hacer de las guitarras y la armónica. ¿El resultado? Unas composiciones de interesantes desarrollos musicales cuyos títulos fueron nuestra última preocupación, sonando como lo hicieron en manos de semejante cuarteto. Homenajeando al legendario género ya, en clave de blues de sabor característico, ya más en clave de rock,  como lucieron con su sonoridad. Unos temas de elogiable plasmación en directo por parte de una banda que, integrada por músicos que han tocado con grandes como Robert Plant, Eric Clapton, Jimmy Page o James Hunter, no sólo sonó a la perfección, sino que hizo que sonara igualmente la sala, lo realmente importante. Inusualmente bien, traduciéndose lo dicho en puro sabor a rock & blues de bar y carretera. A concierto de verdad. A mezcla de olor a sudor sobre el escenario, cuerdas de guitarra incandescentes y ruedas desgastadas, prestas a encarar el próximo destino. El siguiente escenario, encontrándose Giles Robson & The Dirty Aces, pese a lo curtidos que se mostraron los músicos, haciendo su primera gira como tales. Como una banda que ¿acabara? No, que, como quien dice, acaba de empezar, circunstancia que, por otra parte, no fue óbice para que pensásemos tras todas y cada una de las interpretaciones lo siguiente: que tal vez estuviésemos ante una de las mejores formaciones de blues de cuantas hemos visto este año. Y, bandas como las de José Luis Pardo o Marcos Coll de por medio o artistas como Guitar Crusher, cuyas actuaciones presenciamos en el Burlada Blues Festival, pueden ayudar a que el lector entienda de qué estamos hablando. De lo alto que la noche de dicho viernes quedó el listón, a la vista de lo elevado que lo dejaron monstruos como los citados.
Bien, y a la vista de las circunstancias ya apuntadas que marcaron el devenir del concierto; llegados a este punto, no podemos menos que aplaudir al puñado de fieles aficionados que tuvieron a bien pagar una entrada por asistir a este concierto. Por ver a un gran grupo que, todo un lujo su cercanía y su presencia, fuera de toda duda, lo mereció.



Satánico plan

Concierto de Últimos Ritos

Fecha: sábado,  6 de octubre.
Lugar: Big Star, Atarrabia.
Intérpretes: Últimos Ritos, formación integrada por Iván, a la voz, Raúl e Iker, a las guitarras, Jaime, al bajo, y Beja, a la batería.
Incidencias: presentación de Canciones oscuras para días sin luz, 1 hora y 20 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia discreta, público participativo.

Demoledores. Bestiales. Brutales, a la hora de presentar en público este, su personal satánico plan: el CD de seis canciones que acaban de publicar. Así pues, he aquí cómo lucieron Últimos Ritos dicha noche en Big Star, local que acogió a la banda el primer sábado de octubre, día verdaderamente importante para ellos. Tintado de rojo en su calendario. De un color rojo sangre –si se quiere-… o, en cualquier caso, rico en connotaciones relacionadas con celebraciones y rituales como este: la presentación de un siempre bienvenido vástago musical.
Ante un público íntegramente integrado por acólitos confesos de la banda, plenamente conocedor de los músicos y de sus virtudes (experiencias musicales previas de los mismos incluidas; esto es, de formaciones como Stop o Kizio), la ceremonia, el ritual musical llamado a cobrar vida quedó materializado de facto con la interpretación de Ritus Maximus, tema que tuvieron a bien detonar disfrazados; himno de salutación que, erigido sobre una concepción del metal de tenebrosas y oscuras connotaciones, llevó a los presentes a comulgar de inmediato con la celebración que allí acababa de empezar. Despojados los músicos de los atrezzos mostrados, acto seguido, los comandados por Iván, quien se mostró en todo momento totalmente metido en su papel (normal,  contando el citado con la mili con que cuenta a sus espaldas: no olvidemos que fue el frontman de los prometedores Kizio, en la década de los noventa) protagonizaron una nueva deflagración, sonando a continuación el primero de los temas incluidos en la grabación llamados a hacerlo, Sin pekado entretenido: composición que, seguida de un nuevo tema inédito, encontró su lugar poco antes de que lo hiciera otro igualmente de estreno, El arte de cortar, con el oficiante y portador de la voz cantante del ritual, ejemplar –y ejemplo- de viejo rockero que nunca muere, luciendo un delantal de carnicero. Y de esta forma, entre canciones recién editadas, protagonistas por excelencia de la fiesta; temas no publicados, alguna que otra versión de legendarios hits y temas nuevos inéditos transcurrió la sesión; entre la interpretación de canciones del CD como Miedo o Progresión / Evasión (pórtico de entrada a dicho infierno musicado) o versiones como las que sonaron de Sepultura (con tres guitarras prendiendo la hoguera sonora, Iván a una de ellas además de a la imponente voz), o de grupos como Kizio y  Koma -ya en la recta final-, quedando la noche definitivamente sellada con los hits de estos últimos Suicida y Caer, respectivamente.
Fe, actitud y presencia escénica a raudales, caminando por los escenarios prestos al   encuentro con Satán, Últimos Ritos abrieron su particular caja de los truenos en Atarrabia, demoliendo el ambiente, calentándolo (o incendiándolo –mejor dicho-) y no dejando indiferente a nadie con la música brindada. Con su brutalidad ritual, en la noche de presentación de sus seis nuevas canciones, seis. 666. Últimos Ritos, quinteto que, siguiendo las ígneas sendas trazadas por grandes del metal como Sepultura, Pantera o Koma, últimamente está haciendo cierto ruido. Mediático -queremos decir- pero eso, mucho ruido. Dejándose ver y oír en los medios. Nos vemos en el próximo ritual. 



 A su libre albedrío

Concierto de Peter Hammill

Fecha: viernes, 5 de octubre.
Lugar: Auditorio Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: Peter Hammill, a la guitarra, al piano y a la voz.
Incidencias: 1ª cita del ciclo Musiketan, concierto de hora y ½  de duración. Asistencia aceptable. Público que aplaudió con fuerza tras cada interpretación.

La sala de Cámara de Baluarte abrió sus puertas el primer viernes de octubre para acoger la puesta de largo de Musiketan, ciclo de conciertos de pequeño formato que, muy especiales en sí mismos, tras comenzar su andadura en Bilbo en 1994, ha tenido a bien el presente año extender su radio de acción hasta Iruñea, con motivo de la celebración de su vigésima edición. Así pues, siendo lo dicho así; buscando dar con apetecibles golosinas musicales, ¿con quién comenzar el ciclo? ¿Qué mejor que con alguien como Peter Hammill?
Multiinstrumentista, compositor y poeta; pionero y referencial icono del rock  progresivo de los años setenta, el camaleónico e inclasificable Hammill (Londres, 1948) compareció sobre el sobrio escenario en solitario, tocando durante hora y media sus canciones ya, sentado al frente del gran piano que presidía el entarimado, ya, acompañándose por las notas de la guitarra. Difícil de predecir el repertorio llamado a ser brindado e imprevisible y de lo más personal el artista, mostrando sin tapujos a los presentes su voz y sus circunstancias con forma de canciones. Las circunstanciales interpretaciones de las mismas –más bien-, toda vez que dudamos que, a estas alturas de su carrera, el londinense ofrezca dos conciertos parecidos: cosa de la libertad artística que demostró a la hora de plasmar sus temas en directo, absoluta. Desde una concentración máxima –a pesar de lo dicho, una cosa no quita a la otra-, cosa de su capacidad para reescribir y adaptar al hábitat de que se trate unas composiciones que, denotando intenso sabor a desnudez en un formato como este; a banda sonora de su vida, demostraron en su voz y en sus manos ser puros ambientes musicados o momentos con entidad propia en sí mismos, y como tales, irrepetibles: con sus ritmos, su musicalidad y su furia más o menos contenida (qué bien jugó Peter con los registros de su voz a la hora de enfrentarse al micrófono), ser pequeños cachitos de arte creados sin trampa ni cartón, haciendo gala para ello su autor de un total preciosismo; sí, para llevar las mismas a llegar a ser lo dicho, pese al minimalismo esgrimido. Unos temas que, explotando con diferente fuerza; dejando entrever nebulosas de corte más estridente –en unos casos-  y en otros, de más queda raigambre, delataron su genuino latido sinfónico, progresivo, dejando claro que el citado, pese a comparecer en solitario, no vino a pasar la tarde. Cabalgando su voz a lomos de las distintas notas musicales, ora de las del piano, ora de las de la guitarra; haciéndolo en estados próximos al éxtasis inducido por sus canciones, que se acercó hasta Iruñea dispuesto a marcar una nueva muesca en su carrera: forjada,  como todas, a fuego, por su irrepetible marchamo personal.
Peter Hammill abrió el presente ciclo de concierto de pequeño formato… y cercanía grande con el público, con un respetable dicha tarde noche que, sobradamente conocedor de su trayectoria; concentrado en su mayor parte de la mitad de la sala para delante e integrado por melómanos irredentos en la práctica totalidad de los casos, no dudó a la hora de premiar con fuertes y sentidos aplausos las diferentes interpretaciones, consiguiendo un bis y abandonando la sala más que satisfecho. Y, próximamente, de manos de Musiketan, Lou Lesage, Elliott Murphy, Nervous but excited o China Crisis, en este mismo marco. Más que nunca habrá que estar atentos a las agendas…




Atemporal metal

Conciertos de Eluveitie y Sabaton


Fecha: jueves 4 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Incidencias: actuaciones enmarcadas en la gira denominada Swedish Empire Tour.  Asistencia medianamente aceptable; público que se mostró participativo.

Dirección Madrid seis noches después de que arribara a Iruñerria otra caravana metálica similar, una nueva trouppé rockera se detuvo en Tótem, protagonizando las bandas cabezas de cartel sendos conciertos de primer nivel, en la conocida sala de Atarrabia.
La velada arrancó con los húngaros Wisdom, quienes apenas pudieron mostrar sus cartas en directo, a la vista de los escasos quince minutos de que dispusieron. Como si los inevitables recortes hubiesen llegado también al terreno de los teloneros. En cualquier caso, diremos que los citados exhibieron unas credenciales sonoras que, orbitando por las lindes del heavy metal más tradicional, retrotrajeron a los presentes al sonido exhibido por el legendario género en los años ochenta, recordándoles la razón de que les enganchara como lo hizo. De que, en resumidas cuentas, dicho jueves los citados estuvieran ahí. Media hora después, tras la pertinente reorganización del escenario; ante una asistencia ligeramente superior a la registrada el pasado viernes (dato reseñable –a nuestro entender- por tratarse de un día laborable), comparecieron los suizos Eluveitie, multiformación que pasa por ser uno de los principales exponentes del folk metal del continente europeo; y sí, en medio de un espectacular montaje, así lo demostraron durante cuarenta y cinco minutos de manos de su  equilibrada combinación de música tradicional celta y death & metalcore de corte melódico. De dos ambientes que, totalmente diferentes -a priori-, se mostraron perfectamente fusionados, luciendo en armónica conjunción el armamento musical propio del rock y los instrumentos característicos de la música tradicional: guitarras, bajo y batería con zanfoña, whistles y  gaitas, por citar algunos de estos últimos; y, encontrando la voz gutural del vocalista Chrigel Glanzmann el contrapunto perfecto en el angelical y dulce timbre de la también vocalista Anna Murphy (la bella y la bestia, si se nos permite el símil), dejando claro al respetable lo siguiente: que una vez llegada la noche, en la Arcadia feliz; en el país de la hadas, también se escucha rock. Que los elfos y duendecillos que entonces pueblan los bosques también pueden vestir de cuero negro. Incluso puntear al aire y cabecear; haciéndoselo ver a un público que, entregado, llegado principalmente de fuera (incluso desde Francia), saludó con fuertes ovaciones las distintas interpretaciones.
Finalmente, tras un nuevo parón de cerca de ¾ de hora; entre gritos de “Sabaton”, “Sabaton”, comparecieron los teóricamente cabezas de cartel, Sabaton, banda sueca de power metal formada en 1999 y una de las formaciones de ese estilo más en forma del momento. Sobre un entarimado prácticamente despejado presidido por una prominente batería de doble bombo; bajo tonos morados salpicados por parpadeantes haces blancos –procedentes de los focos móviles y de los estrobos-, respaldados por espectaculares columnas de luces, los comandados por Joakim Brodém, pantalones de camuflaje todos ellos prestos para el combate, dieron sin mayor dilación rienda suelta a su concepción del heavy, de inspiración tan clásica como épica y marcial. Con Judas Priest y el speed metal, con permiso de Europe, latiendo con fuerza en el espíritu de su hecho musical. En el de un concierto majestuosamente llevado por los guitarristas al mejor de los puertos, cual si de consumados remeros estuviésemos hablando. ¿El único pero? La ausencia física de un teclista, recurriendo como recurre en directo el grupo al sonido de los teclados, omnipresentes en todo momento. El hecho de que, salvo en la penúltima interpretación, en la que sacaron teclado al escenario, los mismos fuesen pregrabados. Por lo demás, convenció la banda. Las bandas. También los teloneros, pese al concierto-degustación brindado.

En la pomada. En la pelea

Concierto de Memo

Fecha: sábado, 29 de septiembre.
Lugar: AKE, Txantrea.
Intérpretes: Memo, banda integrada por Iñigo, a la guitarra y a la voz, Mikel, a la guitarra y a los coros, Raúl, al bajo, y Metal, a la batería.
Incidencias: presentación de Libre, responsable y sin excusas, 4º CD de la banda; hora y 50 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia aceptable.

Con motivo del 7º aniversario de la constitución del AKE como tal, Memo, uno de los grupos habituales del local, subió dicho sábado a su escenario, aprovechando la ocasión para presentar su nuevo CD. Los temas de su nuevo disco –mejor dicho-, toda vez que el compacto, en lo que a soporte físico de las canciones se refiere, no llegó a la cita. Vamos, que todo por el disco… Pero sin el disco, he aquí en qué se tradujo el concierto de presentación del mismo; de un nasciturus que, autoeditado por la banda, para cuando se publiquen estas líneas ya habrá visto la luz.
El concierto, sorprendentemente largo –a nuestro juicio-, se tradujo en la interpretación de treinta y tres composiciones, convenientemente distribuidas en dos partes: en una primera, de quince temas, articulada alrededor del corpus de Libre, responsable y sin excusas (sonando la totalidad de las canciones que lo integran), y una segunda construida sobre los grandes éxitos del grupo, con especial presencia de temas de su tercer CD: el laureado La alegría de molestar.
Combinando las habituales dosis de mordacidad, ironía y realidad, las nuevas canciones se sucedieron mostrando sus armas sin ambages: haciendo gala de unas letras afiladas y afinadas perfectamente fusionadas con la música, acerada y acelerada; cultivadas las composiciones con la aparente sencillez con que parece hacerlo el grupo, sosteniendo la urgencia musical con total solvencia la precisión casi quirúrgica mostrada por las letras, a la hora de analizar las cosas. El porqué de lo que pasa… A ritmos del punk-hardcore melódico practicado. Las razones de  que no todo vaya bien. De que vaya mal, muy mal -en realidad- en unos tiempos como estos, llamados a ser buenos, muy buenos  -paradójicamente- para el rock y el punk de verdad; caldo de cultivo ideal para que cerebros como el de Iñigo den lo mejor de sí a la hora de ponerse a escribir. De componer canciones como, por citar una al hilo de la más reciente actualidad, Huelga general, banda sonora más que perfecta para la que se avecina: y no para la televisiva serie así titulada, precisamente.
Y respecto a las canciones viejas, ¿qué decir? Que, tal y como sucede en el punk cuando es de calidad, el tiempo demostró no pasar por ellas; no haberlo hecho, y en caso de que sí, para mejor, por hits (a nivel local si se quiere, pero hits) como Akellos días o Fan Nº 1 (de su CD debut); Legoland o Huele a podrido, extraídos de Todo va bien, o, principalmente, del ampliamente representado La alegría de molestar; por temas como El punk de ayer, Soy guay, Un idiota en el sol y, evidentemente, la que dio título al CD, clarividente tarjeta de presentación del grupo.
Decorado cual si de un castillo medieval se tratase; de uno de aquellos tan presentes en la Nafarroa anterior a 1512, AKE abrió sus puertas a Memo, banda con unos cuántos años de trayectoria a sus espaldas que ahí demostró seguir estando: en la pomada. En la pelea. Incansables, inasequibles al desaliento en la puesta de largo de sus nuevos temas… Pese al hándicap apuntado: no disponer del disco en una fecha tan señalada –y propicia- para ello. Para venderlo, hemos querido decir.
Con arrojo, libres y sin excusas, a la chita cantando, demostrando continuar su camino, haciéndolo y transitándolo. A su ritmo, seguir adelante o tratar de hacerlo con sus nuevas canciones; pa´ lante, como buenos hijos de Nafarroa Memo, siempre pa´lante!



Espadas con forma de guitarras

Concierto de Ensiferum

Fecha: viernes, 28 de septiembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Integrantes: Ensiferum son Petri Lindroos, a las voces, a las guitarras y a los coros;  Markus Toivonen, a las voces y a las guitarras; Sami Hinkka, a las voces, al bajo y a los coros; Emmi Silvennoinen, a los teclados y a los coros, y Janne Parviainen, a la batería. Como teloneros abrieron velada Profane Omen y Amoral.
Incidencias: asistencia discreta. Público que se mostró participativo. La velada arrancó a las 21.30 horas y concluyó pasadas la 1.00, actuando los cabezas de cartel hora y ½.

Tras descargar las noches previas su fuerza musicada en Barcelona y Madrid, los finlandeses Ensiferum (voz latina cuyo significado es portador de la espada) hicieron lo propio en Tótem, desenvainando enérgicamente sus hachas y ofreciendo un concierto que causó una muy buena impresión: tanto por la calidad esgrimida por dichos gladiadores como, e igualmente importante lo que vamos a apuntar -estando como estaba una banda foránea de por medio-, por su duración, de más de hora y media: circunstancia que no pasó desapercibida a los asistentes.
La velada arrancó de manos de los también finlandeses Profane Omen, formación de grrove & death metal a la que no llegamos a ver, por encontrarnos en otra actuación; lo mismo –prácticamente- que a Amoral, segundos espadas de la noche, quinteto que, por las lindes del heavy metal más genuino, dejaron la sala perfectamente caldeada para recibir a Ensiferum, los cabezas de cartel.
Saludados con palmas y cuernos al aire desde su salida, los citados ofrecieron un repertorio que giró básicamente alrededor de los temas de Unsung heroes, su último CD, un disco si bien, concebido por las lindes más características del metal combinado con música tradicional finlandesa; por los parámetros del viking folk metal por ellos postulado, demostró ser menos sinfónico que los anteriormente grabados por la banda y más directo, como pudimos constatar en el presente coliseo: tal y como lo dejaron entrever buena parte de los temas que sonaron, de estreno en su gran mayoría –tal y como ya hemos apuntado-, quedando, salvo puntuales excepciones, los clásicos para los bises: temas como Twilight tavern, Lai lai hey o Battle song, con los que dejaron más que satisfecho al respetable.
Torsos al aire y melenas al viento los portadores de los mástiles, el hecho musical practicado por el quinteto, por unos músicos que, cual si de miembros de una tribu se tratasen, comparecieron con sus rostros semi pintados, lució asimismo en su conjunto claramente influenciado por el power metal germano, briosamente propulsado desde la batería; por el impresionante set de platillos y tambores instalado a uno de los lados del entarimado, quedando al otro, sobre una plataforma y en su parte trasera igualmente, los teclados, guardando la retaguardia musical. Sobre un escenario decorado con motivos ricos en connotaciones épico-medievales, trazando desde su atalaya la teclista el colchón musical y adornando a la perfección el resultado final, erigido sobre los demoledores riffs de los guitarristas, con sonidos de flautas y violines, disparados en función de cada interpretación: de la plasmación de unos temas que, con dos vocalistas alternándose al micro principal y tres músicos repartiéndose los coros, demostraron portar tatuado en sus almas el espíritu del más puro metal guerrero, en líneas generales.
Y este jueves, en este mismo marco, nueva parada de una gira internacional; del Swedish Empire Tour, con Abaton y Eluveitie. Ánimo, que esto no ha hecho más que empezar.

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