‘Vader’ retro
Concierto de Vader y Venom inc.
Fecha: viernes, 25 de septiembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Vader, banda integrada por Piotr Wiwczarek, a la voz y a las guitarras, Marek Pająk, a la guitarra, Tomasz Rejek, al bajo, y James Stewart, a la batería. Venom inc, formación integrada por Tony Demolition Man Dolan, a la voz y al bajo, Jeff Mantas Dunn, a las guitarras, y Anthony Abaddon Bray, a la batería. Como teloneros comparecieron Divine Chaos y Witches.
Incidencias: primer concierto de la presente gira, denominada Reunion tour. Presentación de Iron & Steel, primer trabajo de Venom inc. Estos actuaron durante 1 hora, bises aparte. Varis centenares de personas.
La presente caravana metálica nos dejó sensaciones encontradas, toda vez que fuimos a ver a los denominados Venom inc., formación auspiciada sobre la reciente reunión de los componentes de la banda madre, Venom, Mantas y Abaddon (su vocalista y bajista original, Cronos, sigue actualmente al frente de lo que a su parecer sigue siendo Venom) y descubrimos a Vader, banda polaca de thrash core – death metal que, formada en 1983 por Piotr Wiwczarek, único miembro original sobre el escenario, se llevó indiscutiblemente el gato al agua en lo relativo a rotundidad y aquiescencia de los presentes: de un público que, estética heavy por bandera, llegó a Totem de manera progresiva, quedando integrado finalmente por entre dos y tres centenares de personas.
La velada arrancó a las 20.30, hora tan inusual como comprensible estando 4 bandas de por medio, compareciendo sobre las 21.15 horas los segundos, Divine Chaos: formación inglesa de thrash metal que, con 10 años de trayectoria y 2 trabajos en su haber, maravilló: cosa de su abrasiva concepción del género. Salvaje. Asalvajada realmente la misma, repartiendo atronadoras sopas con onda el quinteto; dejándose literalmente los músicos el alma en el intento durante la media hora de que dispusieron.
Acto seguido llegó el momento de los polacos Vader, llamados a continuar incendiando la noche más que a quemarla prácticamente por completo, tal y como hicieron con sus canciones: con unos temas seleccionados básicamente de su primera década de trayectoria, conformando un repertorio muy especial. Brutalmente especial, marcados por un sonido poderosamente transparente y brillante para la bestialidad de la que hicieron gala. Y todo ello, presidido por la voz gutural de Piotr (aportando la necesaria oscuridad) y el omnipresente tabletear del doble bombo, sin perder ni un ápice de fuerza las composiciones: haciendo gala Vader de contrastada técnica y profesionalidad por medio de unas jugadas perfectamente ensayadas. Demostrando haber venido a mostrar sus desquiciantes encantos sonoros, más allá de posibles cantos de sirena: y vaya que si lo lograron durante sus tres cuarto de hora, haciéndose con el primer cajón del podio.
Finalmente, 45 minutos después (he aquí lo malo de estas giras, que, entre reorganización de backlines y chequeos de última hora, el tiempo entre actuación y actuación viene a ser directamente proporcional a la duración de las mismas), arrancó el trío cabeza de cartel, comenzando de forma desgraciada por un problema técnico relacionado con el cable del bajo, subsanado tras la primera canción. Pero, tras el derroche artístico de Vader, dicha incidencia condicionó un tanto el desarrollo de la actuación de Venom inc: erigida substancialmente sobre temas de Venom, tal y como cabía esperarse. Y más en este arranque del proyecto de Mantas y Abaddon. Eso sí, en honor de la verdad, diremos que gracias al empeño y la constancia del guitarrista en aras de conectar con los presentes el concierto fue cogiendo altura, cuerpo, algo que los suyos agradecieron, griteríos y cuernos al aire de aprobación mediante. Quedando plenamente satisfechos.
Fecha: viernes, 25 de septiembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Vader, banda integrada por Piotr Wiwczarek, a la voz y a las guitarras, Marek Pająk, a la guitarra, Tomasz Rejek, al bajo, y James Stewart, a la batería. Venom inc, formación integrada por Tony Demolition Man Dolan, a la voz y al bajo, Jeff Mantas Dunn, a las guitarras, y Anthony Abaddon Bray, a la batería. Como teloneros comparecieron Divine Chaos y Witches.
Incidencias: primer concierto de la presente gira, denominada Reunion tour. Presentación de Iron & Steel, primer trabajo de Venom inc. Estos actuaron durante 1 hora, bises aparte. Varis centenares de personas.
La presente caravana metálica nos dejó sensaciones encontradas, toda vez que fuimos a ver a los denominados Venom inc., formación auspiciada sobre la reciente reunión de los componentes de la banda madre, Venom, Mantas y Abaddon (su vocalista y bajista original, Cronos, sigue actualmente al frente de lo que a su parecer sigue siendo Venom) y descubrimos a Vader, banda polaca de thrash core – death metal que, formada en 1983 por Piotr Wiwczarek, único miembro original sobre el escenario, se llevó indiscutiblemente el gato al agua en lo relativo a rotundidad y aquiescencia de los presentes: de un público que, estética heavy por bandera, llegó a Totem de manera progresiva, quedando integrado finalmente por entre dos y tres centenares de personas.
La velada arrancó a las 20.30, hora tan inusual como comprensible estando 4 bandas de por medio, compareciendo sobre las 21.15 horas los segundos, Divine Chaos: formación inglesa de thrash metal que, con 10 años de trayectoria y 2 trabajos en su haber, maravilló: cosa de su abrasiva concepción del género. Salvaje. Asalvajada realmente la misma, repartiendo atronadoras sopas con onda el quinteto; dejándose literalmente los músicos el alma en el intento durante la media hora de que dispusieron.
Acto seguido llegó el momento de los polacos Vader, llamados a continuar incendiando la noche más que a quemarla prácticamente por completo, tal y como hicieron con sus canciones: con unos temas seleccionados básicamente de su primera década de trayectoria, conformando un repertorio muy especial. Brutalmente especial, marcados por un sonido poderosamente transparente y brillante para la bestialidad de la que hicieron gala. Y todo ello, presidido por la voz gutural de Piotr (aportando la necesaria oscuridad) y el omnipresente tabletear del doble bombo, sin perder ni un ápice de fuerza las composiciones: haciendo gala Vader de contrastada técnica y profesionalidad por medio de unas jugadas perfectamente ensayadas. Demostrando haber venido a mostrar sus desquiciantes encantos sonoros, más allá de posibles cantos de sirena: y vaya que si lo lograron durante sus tres cuarto de hora, haciéndose con el primer cajón del podio.
Finalmente, 45 minutos después (he aquí lo malo de estas giras, que, entre reorganización de backlines y chequeos de última hora, el tiempo entre actuación y actuación viene a ser directamente proporcional a la duración de las mismas), arrancó el trío cabeza de cartel, comenzando de forma desgraciada por un problema técnico relacionado con el cable del bajo, subsanado tras la primera canción. Pero, tras el derroche artístico de Vader, dicha incidencia condicionó un tanto el desarrollo de la actuación de Venom inc: erigida substancialmente sobre temas de Venom, tal y como cabía esperarse. Y más en este arranque del proyecto de Mantas y Abaddon. Eso sí, en honor de la verdad, diremos que gracias al empeño y la constancia del guitarrista en aras de conectar con los presentes el concierto fue cogiendo altura, cuerpo, algo que los suyos agradecieron, griteríos y cuernos al aire de aprobación mediante. Quedando plenamente satisfechos.
Sorprendentes, pletóricos
Concierto de Immaculate Fools
Fecha: jueves, 24 de septiembre.
Lugar: Zentral Kafe Teatro, Iruñea.
Intérpretes: Immaculate Fools, formación integrada actualmente por Raymond Kevin Weatherill, a la voz, a la armónica y a las guitarras, Adam Fuest, a las guitarras, Linda Lamb , al bajo y a los coros, Alex Valentine, a los teclados, Helena Watt, al violín, y Phil Redfox O'Sullivan, a la batería.
Incidencias: presentación de Turn the whole world down, Nuevo CD del artista. Hora y 20 minutos de duración, bises aparte. 2/3 largos de sala; público de ambos sexos y edades maduras que disfrutó del concierto.
Unos sorprendentes y pletóricos Immaculate Fools arribaron en plena antesala de los Sanfermines de Aldapa a Zentral, tocando tierra en el marco de la gira de presentación de Turn the whole world down, su último trabajo (publicado 19 años después del anterior, Kiss and Punch)… y de reencuentro de su frontman, el carismático Kevin, consigo mismo –en primer lugar-, público de la banda y sus canciones mediante. Ante un público que, predispuesto en todo momento a gozar de cuanto sucediera sobre el escenario, disfrutó de modo sobresaliente de la noche, reencontrándose con su pasado tras retroceder en el tiempo varias décadas al compás de las canciones que sonaron: de unos temas que, ya de entonces, ya de ahora, resultaron en todos los casos del agrado general.
Unos sorprendentes y pletóricos Immaculate Fools arribaron en plena antesala de los Sanfermines de Aldapa a Zentral, tocando tierra en el marco de la gira de presentación de Turn the whole world down, su último trabajo (publicado 19 años después del anterior, Kiss and Punch)… y de reencuentro de su frontman, el carismático Kevin, consigo mismo –en primer lugar-, público de la banda y sus canciones mediante. Ante un público que, predispuesto en todo momento a gozar de cuanto sucediera sobre el escenario, disfrutó de modo sobresaliente de la noche, reencontrándose con su pasado tras retroceder en el tiempo varias décadas al compás de las canciones que sonaron: de unos temas que, ya de entonces, ya de ahora, resultaron en todos los casos del agrado general.
En medio de una calurosa expectación, la velada cobró vida bajo las notas del tema de estreno Never Give Less Than Everything, puerta de acceso al nuevo álbum, sonando prácticamente de inmediato dos clásicos del grupo regrabados en dicho nuevo trabajo, Wish You Were Here y Come On Jayne: este último, precediendo al tema clásico & banderín de enganche por excelencia, Immaculate fools, también vuelto a grabar por Kevin y sus actuales nuevos compañeros: por un músico que, perfectamente secundado por aquellos, demostró estar disfrutando de sus canciones, viejas y nuevas, y de la actual coyuntura musical. De los actuales medios técnicos y digitales; de las nuevas posibilidades al servicio del hecho musical al alcance de músicos como él, actualmente convertidos en iconos. Y, evidentemente, de la avidez del público por verle en acción, del de ahora, integrado por el sector más joven, y del de entonces.
Rica en connotaciones propias del mejor pop británico de los 80 así como en otras propias del folk rock (aportadas por el concurso de la violinista estas últimas, por el del teclista las primeras), la actuación continuó entremezclando temas de distintas épocas –así las cosas-, cosidos por el hilo conductor del actual presente sonoro del grupo: composiciones de estreno, como Got me by the heart o la que da título al CD -además de otros como The Prince o Sad- y legendarias, de la talla de las ofrecidas en un mini set acústico camino del final, So much here una de ellas –por ejemplo-: de melodía más que apropiada, como el conjunto general de las mismas, para caldear y refrescar a un tiempo los espíritus. Para que, de la mano de dichas melodías, hombres y mujeres –tanto bajo como sobre el escenario- se quitaran el pasado jueves unos cuántos años de encima, regresando momentáneamente a aquellos en los que fueron jóvenes. A los 80 o los 90, los más afortunados. El pasado jueves, damos fe, fueron muchos los que al abrigo de Kevin Weatherill y sus canciones visitaron momentáneamente sus años mozos, en verdad.
Como si no
hubiese un mañana
Concierto de Marvin
Fecha: viernes, 18 de septiembre.
Lugar: Zentral Kafe Teatro, Iruñea.
Intérpretes: Marvin, formación integrada dicho día por Javier e Íñigo, a las guitarras y a las voces, Andrés, a las guitarras, Jimmy, al bajo y a los coros, e Ignacio, a la batería. Como teloneros abrieron noche
H13.
Incidencias: fiesta conmemorativa del décimo
aniversario de Marvin, último concierto antes de un parón indefinido. Más de
2/3 de sala, público joven y de ambos sexos que se mostró entregado.
Sin que hubiese transcurrido un año tan siquiera desde que viésemos a ambas formaciones en la desaparecida sala El Templo (la cita fue en el mes de noviembre), no pudimos resistir la tentación de volver a repetir la experiencia; así pues, por varios motivos, el pasado viernes no dejamos pasar de largo la ocasión: por ser testigos de la evolución seguida por H13 en un marco como este, el escenario del Zentral (banda que en aquel entonces nos causó una grata impresión) y por acompañar a Marvin en esta, su gran noche. En una noche agridulce –finalmente-, a la vista del definitivo porqué de la cita: conmemorar diez exitosos años de autogestionada presencia sobre los escenarios… y anunciar la detención de la maquinaria de forma indefinida, habida cuenta de la cara B de la cuestión. De la dureza implícita a la autogestión, fuente del agotamiento psicológico que no creativo del grupo, con toda seguridad.
La velada arrancó de manos del impulsivo
hacer de H13; de su potencia artística de hecho –más que en potencia- elevada a
la cifra que se quiera, quedando plasmada por medio de una sonoridad que,
modos, ritmos y maneras rabiosamente americanos, nos recordó sobremanera a los
de las bandas de dicha nacionalidad que visitaban Iruñea en el marco del Warped Tour en los últimos años 90. Y
todo ello ante una muy nutrida presencia de seguidores, algo que hemos de
destacar teniendo en cuenta las fechas, mediados de septiembre, y lo poco que
se prodiga la juventud en lo relativo a asistencia a conciertos: menos todavía
pago de una entrada de por medio. Así pues, hay cantera, he aquí qué dejó claro
el concierto de H13, ganas, hambre y todo un soplo de aire fresco. Hay relevo
para Marvin –si quiera temporal-, formación esta última que incluso fue
homenajeada con un medley de temas
propios suyos por estos, sus aventajados alumnos, enérgico engranaje a la hora
de tejer taquicárdicas y cautivadoras canciones.
Frente a un público abundante y entregado
como antaño lo era en el rock (no hizo falta que nadie presentase los temas ni
que dijese frases como “¿estáis ahí?”, “podéis bailar” u otras de corte
similar), Marvin pisó el acelerador desde el principio, dejando claro que la
música es su verdad y su razón de ser por medio de oleadas y oleadas de
hardcore que, facturadas a ritmo de punk pop, sin concesiones, denotaron
energía y melodías por igual. Oleadas perfectamente engarzadas. Ensambladas,
dando lugar a una trepidante balacera de hits de afilada y certera concepción.
¿Interpretaciones a destacar? Difícil no, lo siguiente, a la vista de cómo
fueron saludadas por el gentío: bailando, coreando sus letras y tocando palmas
allí donde entendieron que encajaban Dificilísima papeleta a tenor de la
actitud de un público que en esta, la última noche de la banda, llevó a los músicos
en palmitas, dándolo todo unos y otros cual sanferminero el 14 de julio,
próximo el momento del final. Sin dejar nada en la reserva… como si no hubiese
un mañana. ¿Y momentos a recordar? Más de lo mismo. Si acaso, por el
reconocimiento que supuso hacia uno de sus maestros, la colaboración en los
bises de Iker Piedrafita, protagonista de la penúltima canción. Del penúltimo
tema de este, el ¿último concierto? Estamos seguros de que no. Al igual que
cuantos respaldaron la cita, ya estamos contando los días que faltan para que
concluya el parón.
Haciendo posible lo imposible
Concierto de Gussy
Fecha: viernes, 11de
septiembre.
Lugar: La Carbonera,
Iruñea.
Intérpretes: Gussy, a las
guitarras, a la armónica y a la voz.
Incidencias: último concierto
de presentación de ImpoSIble, primer
CD en solitario del artista. Hora y 40 minutos de duración. Asistencia
discreta.
Gussy, incombustible
compositor, guitarrista, cantante y activista musical pamplonés, inauguró la
nueva temporada de conciertos acústicos de La Carbonera, poniendo punto final a
su –tal y como la denominó- “Gira de mundial de presentación por Pamplona” de ImpoSIble, primer CD grabado por él en
solitario; y, compareciendo en unipersonal formato, lo hizo poniendo de su
parte todo lo posible para caldear la noche con el crepitar de sus canciones.
En un ambiente de lo más
íntimo y distendido, buscando complicidad al más puro estilo cantautor, la
actuación se apoyó en una interesante macedonia musicada sostenida sobre tres
pilares: la interpretación de temas del disco que los últimos meses le ha
mantenido en activo, la de escogidas
versiones de referentes suyos y la de composiciones inéditas, presentándole
estas últimas ante los suyos en fecundo estado de gracia: unos temas estos
últimos que dejaron entrever lo siguiente, que el que fuera frontman de El
Color de la Duda -y es actualmente una de las dos voces de Barracus, formación
en necesario periodo de barbecho-, en perfecta forma artística, continúa dando
forma a canciones.
A fuego lento, la mágica
combustión de músicas y textos comenzó con Imposible,
acogedora canción de cosecha propia, prosiguiendo con Fuego -sensibilidad ante el
hecho creativo y total credibilidad mediante- cobrando cuerpo la hoguera recién
encendida. ¿Más temas llamados a dejar rescoldos en los presentes? Peldaños, con el drama de la emigración
de fondo; Avión sin alas o los que Gussy
ofreció con la colaboración de Jon, su
hermano, a la guitarras. Bueno, y hablando de quien estamos hablando,
cuantas composiciones (ya, publicadas, ya, inéditas) sonaron a ritmo de country
rock, terreno en el que Gussy, vaquero con vocación de domador de sensaciones,
siempre se ha encontrado muy gusto: temas como Las Vegas, uno de los lugares comunes de su imaginería. Y llegados a
este punto; sobre las versiones ofrecidas, ¿qué decir? Que, de artistas como
Los DelTonos, José Alfredo Jiménez, Jorge Drexler o Carlos Chaouen –entre
otros-, más que únicamente en el
repertorio, denotaron un perfecto encaje en la idiosincrasia del artista,
resultando del agrado general.
Teníamos pendiente reseñar
el hacer de Gussy defendiendo ImpoSIble,
razón por la que pasamos por La
Carbonera; hablar de su buen hacer hilvanando textos, acordes y melodías de
genuino regusto a rock & folk americano, y, más vale tarde que nunca, la
ocasión vaya que si lo mereció. Las canciones que escuchamos, demostrando Gussy
–parafraseando el tema de Chaouen versioneado- no cansarse de vivir en
escenarios. Y que no se canse. Que siga habitándolos. Seguiremos siendo
afortunados.
Desconstruyendo emociones y canciones
Concierto de Ariel Rot
Fecha: jueves, 10 de
septiembre.
Lugar: terraza del
Caballo Blanco, Iruñea.
Intérpretes: Ariel Rot, a
las guitarras, a los teclados y a la voz.
Incidencias: penúltima de
las citas programadas dentro de la programación veraniega del Mesón del Caballo
Blanco. Hora y 30 minutos de duración, bises incluidos. Buenísima asistencia.
Ariel Rot la armó en la
explanada del Caballo Blanco en lo que a convocatoria de público respecta,
convirtiendo su actuación, penúltima del ciclo estival, en todo un
acontecimiento social: cosa de la condición de icono del bonaerense- madrileño,
del carácter gratuito de la cita y de que, pese al inexorable avance del
calendario, antes de que la estación desemboque definitivamente en el otoño,
todavía queden días de verano. Tarde noches como la del pasado jueves, idóneas
para sacar a los pamploneses de sus casas antes de que durante los próximos
meses se apoderen del cielo las características tonalidades de componente gris
Pamplona...
Ante un auténtico gentío,
Rot, gentleman en el imaginario colectivo por haber formado parte de formaciones como Tequila o Los
Rodríguez, comenzó su deconstrucción de canciones recurriendo a un viejo tema, Debajo del puente, sorprendentemente regrabado
en su último disco de estudio, La huesuda:
irónico y agridulce guiño a su pasado dicho tema, toda vez que así, Debajo del puente, se tituló un LP suyo
grabado tras la resaca de Tequila. Con su guitarra eléctrica como fiel
compañera en el primer tramo del concierto, su elegancia e impronta, timbre,
porte y maneras, quedó plasmada acto seguido por medio de temas como Lo siento Frank o Felicidad. Acto seguido, pasados 40 minutos de concierto, Ariel se
sentó ante el teclado, prosiguiendo escalada por derroteros que denotaron un
repertorio tan propio –en el sentido de personal- como poco evidente.
Recurriendo a temas no tan conocidos por los presentes, por un público que, a
juzgar por la vocinglería que se fue generando, dejó entrever en muchos casos haber
asistido a la cita en busca del personaje más que del artista. Buscando al ex
de Tequila o Los Rodríguez, más que al actual Ariel, con impecable carrera en
solitario desde 1997. Pero, a pesar de lo dicho acerca del repertorio de esta parte
central del concierto, también hubo momentos para el homenaje y el recuerdo,
con Tequila, Salta, y el malogrado Pappo
de por medio. Finalmente, acompañado por la guitarra acústica, la tercera y
última parte del show deparó interpretaciones tan habituales en sus noches como
Pólvora mojada o Bar Soledad, antes de terminar con la imperecedera Hace calor, revestida de tango para la
ocasión. Bueno, antes de desembocar en un tiempo extra que concluyó con la
célebre Milonga del marinero y el capitán,
de las más celebradas por los presentes.
Y con la noche y las noches de
los 80 latiendo de fondo todo el tiempo; haciendo bueno aquello de que “el que
tuvo, retuvo”, todo ello con la clave de sol, al igual que el astro rey,
luciendo su mejor cara; para nada nublada. Todo ello dejando entrever lo
siguiente, que Ariel, en el baile de ilusiones que es la vida, continúa muy
vivo. Bailando y haciendo mover las
almas a ritmo de su mejor son: al de su más puro y genuino rock and Rot.
No hay comentarios:
Publicar un comentario