BOCANADA, AGUA Y BARRO (2011, AUTOEDITADO)
Un año después de ver publicado su álbum debut, tras montar exitosamente sus caballos de rienda larga y pasearlos a lo largo y ancho del Estado, el rock & roll de muchos caballos de potencia de Bocanada vuelve a cabalgar por las pistas de su segundo CD, Agua y Barro; el rock metalizado de sonido y entidad propia de una banda que, surgida en 2007, continúa integrada por los mismos cinco jinetes: Martín, a la voz, Juanito y Abel, a las guitarras, Txarly, al bajo, y Pepo, a la batería.
Agua y Barro fue grabado y mezclado en los estudios Sonido R-5 de Oricáin, Navarra, entre diciembre de 2010 y marzo de 2011; Jaime Sanz Mapatxe y Kolibrí Díaz se encargaron de ello, asumiendo éste último además las labores de masterización y producción. 12 canciones integran el trabajo: Gallo De Pelea, La Guadaña (protagonizando ésta su videoclip promocional), La Madriguera, En Casas De Cartón, En Cueros, De Mierda Hasta El Cuello (de interesante raigambre acústica), Resurgí, Aguantando El Chaparrón, A La Sombra, Que Corra El Aire, Que Me Arranquen El Pellejo y Solo Pero Vivo, doce temas cantados y tocados única y exclusivamente por los integrantes del grupo, toda vez que, en esta ocasión, no quisieron que hubiera colaboraciones. Del diseño del elegante digipack y de todo lo concerniente a maquetaciones se encargó Víctor Zapata, y del apartado fotográfico, Fernando Lezaun.
Agua y Barro, titulado así atendiendo a la idea de que todo, las cosas mas bonitas incluso, se pueden ensuciar (al igual que dos elementos tan puros como agua y tierra, después de mezclarse, convertirse en barro) ve la luz tras nueve meses de gestación, brillando en el disco, además del brioso hecho musical (atención a las guitarras, poderosas correas de transmisión de la energía generada por la banda), su componente lírico; los textos de las canciones, concebidos, trabajados y cantados, aun desde la máxima ilusión, con verdadera entrega y dolor: como todo lo que sale de dentro, con verdadero sentimiento, poniendo para ello el mismísimo corazón en el asador. Unas letras escritas con el alma y cantadas con las tripas –directamente-. Paridas de forma natural sin tan siquiera el concurso de la anestesia epidural, como viene a demostrarlo el grito prorrumpido por Martín en la acertadísima portada. Tocadas por la varita, la magia y el salero del agüita del Romero, marcando terreno en ocasiones, anteponiéndose incluso al embiste del hecho musical.
Sin darse tiempo apenas para respirar, Bocanada coge aire nuevamente y vuelve a dar rienda suelta a su vigorosa concepción del rock firmando un CD tan rockero y rocoso como Caballos De Rienda Larga, cuando menos. Haciendo gala de una salud artística de hierro, un disco de altura y a la altura de las expectativas generadas; dejando claro que en su jardín de canciones no hay lugar para flores de un solo día, mostrándose dispuestos a continuar trotando con paso firme a lomos de su nueva cabalgadura, Agua y Barro: lo que, agua y barro, somos en otro orden de cosas los humanos, atendiendo al elemento más presente en nuestros cuerpos y a la materia prima con la que, según la Biblia, fuimos creados. Pura esencia en todos los sentidos así pues, he aquí Bocanada, de nuevo: pura agua y barro. Pura sangre siempre espesa, puro corazón libre y puro latido al galope. En su caso, todo ello, vitamínica y trepidantemente musicado.
BOCANADA DE ROCK & ROLL
Procedente de Berriozar, Bocanada, la banda comandada por Martín Romero, entra en la escena a lo grande con Caballos De Rienda Larga, su primer disco; diez canciones integran el CD, diez composiciones que, sin bocado, al galope siempre, se traducen en diez impactantes relinchos de rock y libertad.
Con Caballos De Rienda Larga (AUTOEDITADO), Bocanada entra en el circo del rock & roll por la puerta grande: por donde acostumbran a salir tras sus conciertos, briosas cabalgadas musicales que llevaron a Martín (voz), Juanito y Abel (guitarras), Raúl (más conocido como Txarly, bajo) y Pepo (batería, también en El Portal de Jade) a la grabación de su primer CD; el disco sorprende por una sonoridad que denota pedigrí, intensidad e identidad propia más allá de las comparaciones, inevitables siendo Martín hermano de Kutxi Romero como es: suena rockero y, a un tiempo, fuerte, contundente y compacto; La verdad es que no lo hemos podido hacer mejor, apunta el primero.
Así suena, damos fe; manteniendo el tesón, la tensión. Demostrando los músicos, jóvenes veteranos o veteranos jóvenes –según se mire-, haber explotado definitivamente; que la carrera de fondo que les ha traído hasta aquí ha sido tan larga como fructífera: Abel, Pepo y yo, dice Txarly, nos conocemos del colegio; Juanito era de la cuadrilla y Martín, del barrio. Aunque hemos tocado en bandas diferentes siempre hemos sido compadres. Con Bocanada vamos a por todas.
A continuación abordamos la gestación del álbum, deteniéndonos en la producción y en aspectos como las colaboraciones: teníamos catorce canciones; aunque hubo descartes, dos de las primeras que compusimos están, ‘Tres Palillos’ y ‘El Bicho’; ¿que cómo fue trabajar con Kolibrí? Súper cómodo. Es exigente, pero tiene tanta paciencia como gusto. En nuestro caso sí se podría decir que para qué ir a buscar fuera lo que se tiene en casa, concluye Juanito. Un aspecto que cautiva de ellas es el pulso callejero y poético de sus letras, en total consonancia con el espíritu que transmite la música: cada vez están más elaboradas; no sé, igual he madurado algo, reflexiona Martín entre las risas generales. Finalmente, a propósito de los invitados presentes, más allá de algunos tal vez esperados (como los Marea Kutxi o César Ramallo o David y Naiara, pasado y presente a la voz en El Portal de Jade), les hago ver que sorprende la presencia de Brigi Duque y, principalmente, Albertucho: pedí al grupo poder invitarle a cantar en ‘Palabras De Sangre Y Pintura’; deseaba que en nuestro primer disco estuviera, explica Romero.
Fieles a las connotaciones de libertad que, desde su mismo título, sugiere Caballos De Rienda Larga, la banda, a la hora de publicarlo, optó por la autoedición: El título, continúa éste último, lo pusimos partiendo de que los caballos siempre han estado al servicio del hombre, para trabajar; así pues, ya que en la vida tenemos que estar atados a muchas cosas, ¿qué menos que tener algo de libertad para hacer lo que queramos? Con el segundo haremos lo mismo. No creemos en nadie ni en nada, sólo en nosotros. Lo que está claro, comento para acabar, es que la apuesta ha funcionado: hicimos una remesa de mil copias y antes del fin de 2009 se terminaron; las vendimos en los conciertos y por Internet. Hemos fabricado otra tirada y siguen saliendo bien.
DESDE SANTA ENGRACIA, ROTXAPEA, EL TREN: RECOMIENDA BEORLEGUI´N ROCK!!
A todo tren
Concierto de El Tren
Fecha: sábado, 29 de enero.
Lugar: Café Bar Bigaroa, Errotxapea.
Intérpretes: El Tren, banda interada por Diego, a las guitarras y a la voz, Roberto, al bajo, a los coros y a la voz, Patxi, a las guitarras, y Kiki a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de la 1ª grabación de la banda. Hora y ½ de duración. Lleno, público de todas las edades que se mostró muy participativo.
Surgidos a principios de los 90 en Santa Engracia, barrio popularmente conocido como el de la estación, El Tren, tras permanecer varios años en vía muerta, decidió recientemente retomar su carrera; retornar a los raíles, llevando a cabo lo dicho con remozada tripulación (únicamente se mantienen Patxi y Diego de quienes completaron la formación original) y con un CD de cinco temas que a nadie está dejando indiferente, tal y como lo dio a entender el ambiente vivido en Bigaroa.
Ante un café-bar que, lleno hasta la bandera, hizo las veces de estación, tomando el rock urbano de genuino sabor a barrio como puntos de partida y de destino, el presente viaje arrancó con Brillo En La Carretera, banderazo de salida del CD y, desde siempre, de los conciertos de la banda, al que siguieron En Mi Rama, igualmente incluido en el disco, uno inédito y Sabiñe: temas que, sólidamente defendidos por el cuarteto, tintados de indisimulables influencias metaleras (principalmente en el remate final de las canciones), se mostraron de esta guisa: concebidos sobre los patrones del rock callejero de los 80 y plasmados con la contundencia del de los 90, destacando principalmente la labor de Diego, ya a las cuerdas de su guitarra, ya a las cuerdas vocales, por la seguridad y credibilidad que transmitió, haciendo gala de un timbre más que apropiado para el rock. Bueno, y la voz de Roberto, el bajista, en las contadas canciones que cantó, saldándose el asunto con idénticas demostraciones de saber estar y aplomo; y así lo entendieron los presentes, un público integrado por jóvenes de hoy y de ayer que totalmente por la labor desde el principio, haciendo piña alrededor del grupo como pocas veces hemos visto, siguió sus evoluciones en éste, su regreso, con rostros repletos de satisfacción. Sí, hasta el punto de que en vez del tren a ellos, podemos afirmar que el gentío, en volandas, fue quien llevó a aquel. A continuación, tras las canciones reseñadas, llegó el momento de Pensando, tema de reflexiva letra que, con Paco y El Malo, miembros desaparecidos de la banda, en el recuerdo, se tradujo en un recorrido de generosa e intensa duración; bueno, y al igual que el transcurrir de la vida –si nos ponemos pensativos-, luciendo a diferentes velocidades, mostrándose lento al principio y rabiosamente acelerado a una con su desarrollo. Finalmente, con permiso de Perdido (último de los incluidos en el CD) sonaron unas cuántas composiciones que, inéditas, exhibieron similares parámetros sonoros: trasmitiendo inquietudes y actitud, por las sendas inherentes al rock cuando éste aún se estaba gestando; por lindes propias de los tiempos en los que los incipientes rockeros no tenían ninguna pretensión más allá de escapar de la realidad, a cambio, si acaso, de pasar el rato.
De largo recorrido en el tiempo pese a su vocación de cercanías, El Tren se presentó en sociedad mediante un intenso concierto que, musicalmente, nos llevó décadas atrás en el tiempo… Y para bien, al igual que, si se nos permite la comparación, Osasuna el pasado domingo: El Tren, formación así llamada en homenaje a sus orígenes (¿qué mejor nombre para una banda de Santa Engracia?) y a la canción de Leño igualmente titulada; además, al igual que en su día una banda de Melilla, La Patera (siendo de allí como eran, cómo se iban a llamar? Razón por la que los Marea se llaman Marea) éstos, igualmente, ¿cómo iban a hacerlo? Como dicha seña de identidad del barrio, ¿no?
De un barrio que, aunque llegado el momento, vea la desaparición de las vías, a toda máquina como vimos a la banda, seguro que tiene Tren para rato.
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