Blog musical de J. ÓSCAR BEORLEGUI llamado a ser integrado principalmente por monográficos sobre grupos de rock que le gusten y por críticas musicales de las publicadas por él en DIARIO DE NOTICIAS de NAVARRA. He aquí, sin duda, tus dosis diarias de BLOG & ROLL. Textos y notas -musicales- en perfecta armonía, como las combinaciones de sonidos, emociones y tiempos que dan lugar a una buena canción
MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN)
)
15/10/09
CRÍTICAS DE CONCIERTOS DEL MES DE OCTUBRE: BOCANADA, PRIMAL FEAR, LA FIESTA DE ROCKEFOR, Y & T, MAGO DE ÖZ Y KEROBIA!!
Relinchos de rock y libertad
Concierto de Bocanada
Fecha: jueves, 29 de octubre.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Bocanada, formación integrada por Martín Romero, a la voz, Juanito y Abel, a las guitarras, Txarly, al bajo, y Pepo, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de "Caballos de rienda larga", primer CD de la banda. 1 hora de duración. Lleno, público expectante, entregado y participativo.
Tras tratar de hacerlo en este mismo marco a mediados de junio (no pudiendo presentar finalmente el CD por no encontrarse disponible), Bocanada celebró el último jueves de octubre la puesta de largo de su primer disco, y lo hizo en Black Rose igualmente… y casi sin discos disponibles esta vez: cosa, en esta ocasión, del concierto ofrecido, pletórico, y de lo bien que ha sido acogido dicho primer trabajo –en general-, un disco en el que mana a borbotones esencia de rock callejero, frescura y espíritu de libertad; un rock de rienda suelta, con muchos caballos de potencia y que, sostenido sobre unas vetas metálicas que vaya cómo han endurecido las canciones, suena agreste y descaradamente metalizado, brillando el resultado final por su inusitado peso, solvencia y contundencia. Ante un Black todavía más abarrotado que en junio (buena señal, significativo dato), lleno como en las grandes citas, la enervante descarga de vatios y sensaciones arrancó con Como los ratones, sonando asimismo Palabras de sangre y pintura o Cuesta arriba en el primer tramo del concierto: unas composiciones grandes y verdaderamente ricas en consistencia y contundencia, como hemos dejado entrever. El baño de multitudes que se dio la banda (he aquí lo que vino a ser su actuación) deparó la interpretación de la totalidad de las canciones de Caballos de rienda larga, contándose con las colaboraciones de César Ramallo, a la guitarra eléctrica, en las de Tres palillos y El bicho (qué grandes ambas, junto con A navaja, que también sonaría esta noche, de lo mejor del álbum), Brigi Duque, vocalista de Koma, en Campo a través, y, como no podía ser de otro modo, la presencia de Kutxi Romero, mano a mano con su hermano a las voces en Río. Finalmente, el intenso, vigoroso y vitamínico ejercicio de rock & roll concluyó con Mala hierba, dejando entre los presentes la sensación de haber visto un concierto serio, propio de grupo grande. Y no sólo por el ambiente previo al mismo o por el llenazo obtenido. O por el hecho musical esgrimido en el disco: por cómo fue defendido éste en directo, lo realmente importante; y ¿cómo fue defendido? A sangre y fuego. A la perfección. Por cómo fue defendido por una banda que, sin complejos, a pasos agigantados, vaya que si está creciendo de un tiempo a esta parte, dejando claro lo siguiente, que el público no va a verles porque Martín sea hermano de Kutxi: y es que, si así fuese, el respetable no cantaría sus canciones, cosa que muchos hicieron, damos fe.
El pasado jueves arrancó una nueva temporada de conciertos en Black Rose, la ¡décimo novena! –posiblemente, en estos días en los que, Mago de Öz o Rockefor mediante, se nos empiezan a acumular aniversarios similares-, y no pudo hacerlo mejor que con el rock fresco y de asilvestradas connotaciones de la nueva banda de Martín Romero. Con su bocanada de rock-metal de sangre espesa, corazón caliente… y bien de caballos en su factura, crines y vatios al viento. Con un concierto que dejó claro qué necesita la banda –y debe intentar encontrar ya-, nuevos horizontes, fuera del circuito de los bares: arrojo y ganas no les faltan, canciones tampoco. Relinchos de rock y libertad –en este caso-: lo realmente importante.
Primos hermanos de Judas Priest
Concierto de Primal Fear
Fecha: domingo, 25 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Primal Fear formación integrada por Ralf Scheepers, a la voz, Magnus Karlsson y Henny Wolter, a las guitarras, Mat Sinner, al bajo, y Randy Black, a la batería. Como teloneros actuaron Jaded Heart y Brainstorm.
Incidencias: concierto enmarcado en la gira que las tres bandas están realizando por Europa; aceptable entrada, público de edad preferentemente madura que se mostró participativo y entregado por momentos.
Procedente de Madrid, donde aterrizó el sábado, y camino de Burdeos, su siguiente destino, la presente caravana metálica se detuvo en la Tótem el domingo, ofreciendo una descarga imponente. Con puntualidad germana –más que británica-, la noche arrancó con Jaded Heart, banda a la que no vimos y que pasó el testigo a Brainstorm. Con flamante disco recién editado, Memorial Roots, los citados ofrecieron hora y cuarto de atractivo y arrebatador power metal, protagonizando un pase que ofreció desde sonidos duros y épicos hasta otros más melódicos; un acerado hecho musical –en claro contraste con la melódica voz del cantante- rico en vetas de trash, metalcore y speed metal… en el que, pese a dichas presencias, predominaron los medios tiempos de diferentes intensidades. Y todo ello entre vistosísimos juegos de luces (cuyo radio de acción siempre fue más allá del escenario) y ante un público que, llegado de otras provincias en muchos casos (a destacar la representación vizcaína, fuera de toda duda) disfrutó, y cómo, de un cartel como éste, de verdadero lujo para los entendidos en la materia. Y a continuación, tras la pertinente media hora para reajustar el escenario y terminar de chequear el sonido (ya sabemos cómo son los guiris para estas cosas), bajo los tintes épicos de una intro pregrabada, los esperados Primal Fear a escena. Hijos del heavy metal más característico y primos hermanos -estilísticamente hablando- de Judas Priest, los Judas germanos ofrecieron una descarga que en lo que a sonoridad y sonido se refiere no tuvo nada que envidiar a las de aquellos. Comandados por Ralf Scheepers, primigenio cantante de Gamma Ray y a punto de serlo años atrás de los citados Judas Priest -tras el temporal abandono de su mítico vocalista, Rob Halford, a principios de los 90- (para desgracia del frontman de Primal Fear, cuando todo parecía decidido a su favor, apareció en el último momento Tim Ripper Owens, siendo finalmente el elegido para el puesto), comandados por un Ralf Scheepers de idéntico timbre, similar estética y parecidas maneras que las del carismático Halford (sin tanto derroche de cuero y sin tachuelas, aunque haciendo suyas cosas propias de Rob como la de emerger cantando desde detrás del escenario después de que los músicos hubiesen comenzado la canción), los Primal protagonizaron un pase que, centrado en la presentación de los temas de su nuevo CD, 16.6 (Before the devil knows you´re dead), discurrió por los parámetros más genuinos del heavy y el speed metal, poniendo de manifiesto lo siguiente: que el género metálico, en cualquiera de sus acepciones, sigue gozando de buena salud sobre los escenarios. De una inoxidable salud de hierro.
A pesar de no ser tan mediáticas como otras formaciones, siendo como somos adictos a la música en directo no pudimos dejar pasar de largo la ocasión de ver a estas bandas en concierto, por lo que fuimos a Tótem el domingo. Y es que, una vez más, nos pudo el veneno, la curiosidad: la que no acabó de picar dicho día a muchos de los potenciales espectadores de este tipo de conciertos, esos que después, en algunos casos, se preguntan por qué bandas como éstas paran en Bergara en vez de aquí. Nosotros, asistiendo, ya aportamos nuestro granito de arena para que lo hagan. Y mereció la pena, sí. En fin, terminemos: el domingo 25, sin desmerecer a sus compañeros de gira, muchos de esos espectadores en potencia se perdieron a unos grandes, Primal Fear.
CRÍTICA DE LA FIESTA DEL VIGÉSIMO ANIVERSARIO DE ROCKEFOR!!
20 años en clave de rock
Actuaciones de Amilunio, Marea, Koma, Flitter y Mr Fylyn
Fecha: sábado, 17 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Incidencias: gala músico-solidaria organizada con motivo del vigésimo aniversario del programa radiofónico Rockefor. 4 horas de duración, lleno total.
Organizada y presentada por el alma mater del programa, Rudy Goroskieta, en medio de un ambiente indisimulablemente festivo (veinte años desempeñando una labor no se cumplen todos días), la presente gala en honor del vigésimo cumpleaños de Rockefor reunió en la Tótem a un buenísimo número de seguidores del programa; a un público dispuesto a honrar con su presencia tanto a la carismática y reconocible voz como a aquéllos que, con su labor diaria ya en los locales de ensayo, ya sobre los escenarios, hacen posible el sentido y la emisión del espacio: los músicos navarros. En cualquier caso, a un gentío dispuesto y predispuesto a celebrar estas dos décadas de buena salud del rock foral, tal y como comentó el incombustible locutor. Y la verdad es que todo salió a pedir de boca. Además, a tenor de lo visto, creemos que tiene que ser un orgullo, un honor y una especie de constatación del trabajo bien hecho conmemorar semejante efeméride… y rodeado de unos músicos como los citados. ¿Que no estuvieron todos los que son? Ya, pero damos fe de que son todos los que estuvieron. La noche, como no podía ser de otra forma, se hizo música con los clásicos del heavy metal brindados por Amilunio, quienes, bajo un volumen brutal, arrancaron con Incomunicación, de Barón Rojo. El quinteto, todo un guiño su nombre a un emblemático grito de guerra de la escena metálica local, plasmó a la perfección el espíritu del programa de radio homenajeado con las versiones ofrecidas, parte de la banda sonora de la vieja Iruñea de los 80 y 90. Y acto seguido el primer plato fuerte de la velada, los Marea, quienes, con Kutxi y el Piñas haciendo barridas sobre el entarimado como verdaderos tornados, deleitaron al gentío con seis emocionales interpretaciones (Manuela canta saetas, La Rueca o El perro verde –entre otras-) antes de pasar el testigo a un combo que plasmó perfectamente el ambiente de hermanamiento y camaradería que se respiraba en la sala: al grupo formado para la ocasión por Alfredo y Boni –de Barricada-, Rulo, de La Fuga, y Rubén, de Tijuana in Blue, quienes ofrecieron dos temas: Animal caliente, de Barricada, cantado por Rulo, y Pa´quí pa´lla, de La Fuga, brindada por Boni. A continuación la música sacó bíceps de manos de Koma, quienes subieron la temperatura con cuatro atronadoras descargas antes de hacer que el mercurio saltase definitivamente por los aires con un medley que atrapó toda la fuerza de El marqués, Akí huele…, Mi jefe o El infarto, dándole así el relevo a Flitter en ésta, su ¿vuelta a los escenarios? Bueno, tampoco exactamente, toda vez que nunca dijeron que se iban. Imprescindibles en los 90, comandados por los vocalistas de sus dos etapas, Iñaki (desde el principio hasta 1999) y Miguel, hasta nuestros días, los de Lizarra hicieron que estallara Estella nuevamente con detonaciones como La vida ke cotxina es, Stop miseria, Bidea argitzen, Besos de marihuana, Ke hace aki o, principalmente, La Chelito y La Patilla. Finalmente, tras el presente con raíces en el pasado representado por las bandas y los músicos nombrados, llegó el turno de los representantes del presente… con la vista puesta en el futuro, convencidos como estamos de que parte del mismo les pertenece. Evidentemente estamos hablando de Mr Fylyn, quienes ofrecieron Vis a vis y Porno star -de su poderosa primera cosecha de canciones-, y tres versiones (con Kutxi Romero al micro, cómo cantó la sala el No somos nada) antes de despedirse con Arrecifes de humo, con Iker Piedrafita a la voz.20 años de Rockefor pero, seguramente, muchos más de rock & roll: he aquí lo que celebró el pasado sábado Rudy con su gente, a una y otra altura del escenario; toda una vida en clave de rock. A por otros tantos, compañero, nuestra más cordial felicitación.
De ayer, de hoy y de siempre
Concierto de Y & T
Fecha: viernes, 16 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Y & T o Yesterday & Today, formación integrada actualmente por Dave Meniketti, a la guitarra y a la voz, Phil Kennemore, al bajo, John Nymann, a la otra guitarra, y Mike Vanderhule, a la batería. Como teloneros abrieron Deonliguan.
Incidencias: entrada aceptable para cerca de 3 horas de música en directo. Y & T actuaron durante hora y ¾, bis aparte. Público de edad madura –mayoritariamente- que disfrutó de ambas actuaciones.
Veteranos donde los haya, parte viva de la historia del rock (aunque sean por estos lares menos mediáticos que otros), los legendarios Y & T mostraron las esencias de su atemporal repertorio el viernes 16 en la sala Totem, ofreciendo un concierto que, majestuoso, dejó más que satisfechos a los presentes. La velada arrancó de manos de los locales Deonliguan, formación que, con su correoso y enérgico hecho musical, armada de rock bravo en estado bruto, calentó el ambiente durante los 40 minutos de que dispuso; con unos temas para cuya interpretación, en algunos casos, contaron con el respaldo de las zíngaras Arantxa, Marifé y Selva y que destilaron vibrantes dosis de ganas y actitud: cosa, entre otros factores (y sin ánimo de desmerecer a los músicos restantes), de la fuerza imprimida por Patxi -desde una de las guitarras- y por Josetxo LÓbelix desde las cuatro cuerdas, viva imagen del rock & roll la suya, a sus 60 años. A caballo entre la de Yosi de Los Suaves -por su look- y la de El Drogas, por su felina forma de hacerse respetar al bajo. Y a continuación, sobre las 23.00 horas, lo que todos estaban esperando: la comparecencia de los comandados por el histórico Dave Meniketti, todo un guitar hero en la línea de eminencias del AOR –o hard rock para adultos- como Neal Schon, de Journey, o de Steve Lukather, de Toto. Sí, del heavy-rock para adultos… como la mayoría de quienes dicho viernes 16 poblaron la sala de Atarrabia, un público que acudió a reencontrase con su pasado musical y que disfrutó del encuentro, dejando entrever claramente qué fue Iruñea durante el último cuarto del siglo pasado: una ciudad indiscutiblemente heavy. Aclamados por el respetable desde su salida, los Y & T abrieron fuego con Open fire –precisamente-, ofreciendo a continuación Don´t wanna lose (con el público cantando su estribillo) o Mean streack, entre otros temas de similar octanaje musical. El concierto orbitó en todo momento alrededor de la guitarra del incombustible Dave Meniketti, precisión y entrega, gusto y energía a espuertas a las cuerdas de acero de la misma, y además de los argumentos típicos de este tipo de descargas (deslumbrantes punteos e intensos desarrollos instrumentales, poses acompasadas de los músicos o cuernos al aire por parte del público en la recta final de los temas) mostró también a las claras las sólidas razones musicales por las que la banda sigue estando ahí, a día de hoy; al pie del cañón a un lado u otro del Atlántico ¡treinta y cinco! años después de su formación, materializadas dichas razones mediante interpretaciones como las de Dirty girl (con el citado Dave alcanzando el clímax y tocando el cielo con las manos con su forma de hacer sonar la eléctrica… pese a eso precisamente, a tener las mismas por su mástil), I believe in you (magistral, ¡qué explosión de sensaciones la creada alrededor del intensísimo sonido de las guitarras!), Midnight in Tokyo, I´ll cry for you (en la línea del rock-blues de grandes como Gary Moore), Squeeze (con el bajista llevando la voz cantante y solo de batería incluido) o, evidentemente, la esperadísima Forever, ofrecida antes de Rescue me, ya en los bises: unas canciones que mantuvieron todo el tiempo el interés y la tensión sin que ninguna desmereciera del resto. Unas composiciones que dicho viernes volvieron a demostrar ser así, tal y como hemos titulado esto: forever –como también podíamos haberlo hecho, parafraseando el título de una la más conocida tal vez-; de ayer, de hoy y de siempre.
Genuina fiesta pagana
Concierto de Mago de Öz
Fecha: sábado, 10 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Mago de Öz, banda integrada en directo por José Andrëa, a la voz y a los teclados, Frank y Carlitos, a las guitarras, Pedro Díaz Peri, al bajo, Mohamed, al violín y, y Txus Di Fellatio, a la batería.
Incidencias: concierto enmarcado en la gira La Leyenda de la Mancha Tour, de celebración del 20º aniversario de la creación de la banda. Cerca de 2 horas de duración, bises incluidos. Asistencia más que aceptable, público mayoritariamente joven que se mostró participativo.
Veinte años después de que Mago de Öz, una religión para los más jóvenes más que un grupo de heavy metal, saltara a la palestra, la banda está de actualidad por encontrarse celebrando dicha efemérides de forma muy especial: ofreciendo unos conciertos cuyos repertorios están orbitando alrededor de los temas de sus primeros trabajos. Ante un público que, si bien, conformó una buena entrada, estuvo integrado por menos personal que el esperado (no olvidemos que en su anterior visita dos años atrás casi llenaron el Anaitasuna), los “Mago”, tras aparecer en escena a lo grande (con Txus emergiendo de las tinieblas sobre su batería mientras se hacía la luz, arengando desde allí a los presentes, puesto en pie sobre la misma), tras comparecer así, entre cierto loor de multitudes, destaparon el tarro de sus esencias con Maritormes, tema del CD La Leyenda de la Mancha al que siguieron el que da título a dicho disco y El santo grial y El pacto, con los músicos botando acompasadamente a su sonar… y con permiso de Jesús de Chamberí, hit que aportó título a otro de sus trabajos: unos temas que, presididos por la genuina aleación de heavy metal y ritmos celtas típica de la banda, tan festivos como fiesteros estos últimos, lucieron una vez más sin problemas su impronta más característica, ser de una concepción tan sencilla como efectista el resultado. Con el público, saltando también a su vez y acompañando con sus voces a la del carismático y cercano José Andrëa, el concierto, dedicado por un más que sentido vocalista al niño fallecido en Villava la mañana del día 9 (posteriormente, en los bises, volverían a recordarlo, dedicándole a su familia el tema Réquiem), la actuación, marcada por unos duelos de guitarras perfectamente rubricados por el alegre sonar del violín, continuó con una alternacia de hits de los dos discos citados, hasta desembocar en la recta final con tres del primero, Mago de Öz; con unas canciones que, al igual que las ya nombradas y, posteriormente en los bises, Rexacosis en Hispania (versión del célebre Nellie the elephant de los Toy Dolls) y Molinos de viento, pusieron de manifiesto lo siguiente: que la magia continúa sonriendo al grupo. Que la fiesta pagana que, de la mano de los seis músicos hoy subidos al escenario, comenzara a cobrar forma veinte años atrás, aún no ha empezado a decrecer. Que, pagana o no, sus seguidores tienen fiesta para rato.
Juglares del heavy-folk –en cierto modo-, Mago de Öz gustaron en la Tótem, sí: cosa del concierto ofrecido, articulado en torno a un viaje a su pasado, a su personal baúl de los recuerdos con forma de canciones, y de la cercanía y simpatía demostrada en todo momento hacia todos, materializadas, además de en lo referente al recuerdo de Alex Cabalgante, en la anécdota que protagonizaron en las postrimerías del show cuando detuvieron la canción que estaban ofreciendo para pedir que una pareja de novios que, según tenían entendido, había pospuesto su boda para poder asistir al bolo, accediese al escenario: “y esto es lo que nos faltaba, hacer de curas”, dijo Andrëa antes de… ¡casarlos!, gritos de “que se besen, que se besen” por parte de los presentes incluidos, cómo no: de un público conquistado sobre la marcha -pese a estar ganado de antemano- y que, como siempre, disfrutó de lo lindo de su grupo, de la fiesta pagana revivida. A cumplir muchos más, ¡salud!
Inmensidad. Intensidad
Concierto de Kerobia
Fecha: sábado, 3 de octubre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Kerobia, banda integrada en directo por Xabi a la guitarra y a la voz, Rubén, a la segunda guitarra, Mikel, al piano y a los teclados, Alberto, al bajo, y Mikel, a la batería. Como teloneros abrieron noche Zeren Zai.
Incidencias: concierto de presentación de Papera eta kartoia, 4º CD de Kerobia. Hora y 25 minutos de duración. Asistencia discreta.
Un año después de que presentaran Materia organikoa eta gainerakoak, primer CD de la trilogía en la que, recurriendo como nexo de unión a los contenedores, está embarcada la banda, el pasado sábado tuvo lugar la puesta de largo de su 2ª parte, la que hace referencia al papel y al cartón. La velada comenzó de manos de los donostiarras Zeren Zai, quinteto de actualidad asimismo por el reciente lanzamiento de Ametsei koloreak margotuz, su tercer trabajo. Sí, el tercero; y es que los citados no son unos recién llegados, tal y como por otra parte demostraron durante los ¾ de hora de que dispusieron, tiempo en el que, a la espera del plato principal, acertaron a colorear la noche con sus canciones. Con unas composiciones ricas en un pop-rock que, de definida aunque matizada vocación guitarrera, se reveló fresco, elegante y elegantemente facturado, dando lugar a un hecho musical con cierto gancho: de espíritu similar al de grupos precursores como Itoiz… mas con el cuerpo, la robustez de las bandas de pop de ahora. Así las cosas sí, nos convencieron los citados. Y a continuación, bajo dinámicos haces de luces blancas (barriendo los mismos la sala al tiempo que los músicos, camisas blancas igualmente excepto el teclista, ocupaban sus puestos), acto seguido lo que todos estaban esperando, Kerobia en concierto. La banda, reconvertida en quinteto para los directos, abrió y cerró set con sendos temas de su anterior CD, encontrando su lugar en el repertorio, además de parte de los nuevos, composiciones de su referencial Rose Escargor como Rose, Isburt, Maite zaituz, tina, Isan ere o Esnatu naiz (durante la parte central del concierto) y algunas del primero, como Garuna eta gorputza o Paradisua: unos temas que en lo que a ejecución respecta y recepción/aceptación por parte del público apenas mostraron diferencias con nuevos como Nondik irloetzen da o Gris, triste zoriontsu egun, por citar algunos. ¿Lo mejor del concierto? La fuerza guitarrera y emocional destilada, componentes inequívocos del latido musical de Kerobia perfectamente reforzados a día de hoy tanto por la inclusión de otro guitarrista como por la llegada de nuevos temas al repertorio. La fuerte personalidad demostrada bajo la blanca atmósfera generada por los focos, siendo de dicho color los haces que con mayor reiteración y dinamismo se sucedieron: mostrada y demostrada la misma por un grupo que, por las sendas del euskal-indie más emo, vigoroso y cautivador demostró una vez más seguir hacia delante con paso firme, con total seguridad y aplomo. Dejando huella y abriendo nuevos caminos a un tiempo. Y es que vaya directo el presenciado, cómo atrapó y se apoderó de los presentes. Qué magnetismo el generado por la voz de Xabi, perfectamente respaldada por los restantes músicos en general: por un Xabi que, como siempre, vivió impulsivamente la noche, no dudando en bajar a pie de suelo en los momentos de mayor efervescencia emocional. Y tras lo mejor, ¿qué fue lo peor? La poca asistencia registrada -fuera de toda duda-, tal vez por la coincidencia con el primer día de fiestas de Villava.
La telaraña musical de Kerobia, labrada con arte, oficio y minuciosidad sobre unas canciones realmente inmensas e intensas, volvió a seducirnos nuevamente en Tótem: pura inmensidad las mismas… e intensidad, una vez más. Hasta el siguiente pasaje de la obra, la presente y hasta ahora exitosa trilogía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario