PISS
JOHNSON fue más que un grupo, bien podríamos comenzar así estas líneas: la
exteriorización puntual de una manera de vivir, de entender la vida por parte
de ‘Wilboor’ Mari Azparren, su cantante
y bajista. Fundada la banda en 1995 (aunque con bastantes más años de
existencia seguramente en la cabeza de su mentor), la
formación subió por última vez a un escenario el 4 de abril de 1997. La cita
fue en Lizarra-Estella, cómo no. En el parque de Los Llanos. Ese día Juanma
Ugarte y Fernando Zabala acompañaron a ‘Wilboor’, irrepetible e inclasificable
músico que falleció en 2013 el día de Navidad.
Aquella
lejana noche de 1997 Piss Johnson se despidieron de sus incondicionales
haciendo lo que mejor sabían hacer:
tocarles… sus canciones, unas composiciones con las que a buen seguro tocaban
otras cosas a los ciudadanos bien-pensantes. Unos temas que, como los del
proyecto definitivo de ‘Wilboor’, Vanguardia Civil, se antojaron muy ochenteros.
Pura irreverencia musicada, presididos todos ellos por cierto toque psicodélico
y experimental y ricos en connotaciones un
tanto oscuras, melodías y en descaro. Unas canciones, en suma, con las que ‘Wilboor’
y los suyos llenaban sobradamente tanto los
escenarios como las almas de cuantos se acercaban para verles.
Autor
del célebre Azeite tóxico de Flitter
y de la letra de Fiesta caníbal, tema
incluido en el CD de Zurbano y compañía Mirar
hacia dentro, ‘Willboor’ fue en muchos aspectos un adelantado para su
tiempo. Muy iconoclasta y vanguardista, tal vez sin saberlo. Sin ser consciente
de lo que era, una rara avis que tanto
desde el prisma musical como vital siempre enarboló la incorrección política
por bandera, siendo su obra musical, con pecado concebida –sin lugar a dudas-, una
inequívoca proyección de su existencia.
Hablando de su obra en general, diremos que su
parte más señera quedó recogida de forma póstuma en el CD de Vanguardia Civil Canciones de amor y canciones de amor de
matar, indefinible trabajo recién publicado e integrado por 15 proyectiles
sonoros. Por temas como Barrendero, Cerca
de ti, Euroinómanos, Mujer con pistola, Pobre peón, Mamá LSD y el
sorprendente y lisérgico Ondarreta killers,
canciones que en su totalidad fueron su vida. Pura subida para ‘Willboor’, dejándosela
en ellas como se la dejó: con la libertad del que no tiene nada que perder… ni
que ganar. Sabiéndolo en su fuero interno, puliéndolas de puertas para dentro día
sí y día también como si le fuera la vida en ello; una existencia de la que, a
la vera de sus canciones, disfrutó
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