MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

22/6/13

JUNIO, criticARTE: NEKEZ, IZAKI GARDENAK, TRES SESENTA FESTIVAL, THE ICER COMPANY, ESCARABAJOS, DAWN OF THE MAYA Y RED ROOSTER REBELLION, PARA EMPEZAR!!

Bestial golpe de mano

Concierto de Nekez


Fecha: viernes, 21 de junio.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Nekez, banda formada por Eder, a la guitarra, a las voces y a los coros, Ander, al bajo, Jon, a la batería, y Ioseba, a la voz.                        
Incidencias: presentación de Zure esku, segundo CD del grupo. Medio aforo. Actuación de 1 hora de duración, bises aparte.

Año y medio desde su anterior visita, Nekez volvieron a pisar nuevamente el escenario de Black Rose, y lo hicieron con nuevo CD bajo el brazo, Zure Esku; con un trabajo con el que los de Iruñerria han dado un importante paso cualitativo en su carrera, ateniéndonos  a indicios como los siguientes: la corpulencia demostrada en la puesta de largo de sus canciones y el hecho de que el presente disco haya sido publicado con el respaldo de un sello discográfico; al amparo de Maldito Records.
Haciendo gala de una renovadísima contundencia, los comandados por Joseba salieron a por todas, arrebatadoramente echados para delante, alternando temas de sus dos trabajos en la primera parte del concierto. Dejando entrever cómo lucen sus viejas composiciones tras la reinvención sonora a la que se han visto sometidas: canciones como Argiak Piztu! o Laster arte –por ejemplo-, demoledoras tras el tema que dio el pistoletazo de salida a la velada, el de estreno Ez!pañola.
Con la voz  metálica y a un tiempo melódica de Joseba aportando luz y cordura al bravío mar creado (cómo se ha afianzado el citado en su puesto, cuántos enteros ha ganado), el contundente hecho musical del grupo, articulado alrededor de la concepción vasca más característica del nu metal (con bien de fundamento sonoro en su esencia, construido sobre una potentísima base rítmica), continuó manifestándose en todo su esplendor de manos de composiciones como Altxa gazte!, centrándose progresivamente la formación en la detonación de más temas de estreno. En unas canciones activadas en todo momento sin dudas ni concesiones. Con la seguridad del experto en la materia, denotando los músicos un incuestionable crecimiento exponencial en lo referido a conjunción y cohesión alcanzada; ¿la pena? Que no acudiese un mayor número de público al evento: cosa, posiblemente, de que con independencia de la meteorología, las fechas comiencen a pasar factura a los conciertos celebrados en recintos cerrados.
Así pues, de este modo transcurrió la actuación, todo un golpe de mano el dado  por el cuarteto: he aquí en qué se tradujo el golpe sobre la mesa propinado por la banda, con Joseba subiendo y bajando constantemente de tono sin derrapar, canción a canción, entre zigzagueantes cambios de ritmos tan sugerentes como abruptos: una de las señas de identidad del estilo facturado. Uno de los banderines de enganche del grupo.
Y todo ello entre zambombazos de altísima gradación (esquirlas de trrash presentes en los mismos, cómo no) sazonadas por puntuales remansos de corte melódico o emo y sabores más experimentales; con dichas esquirlas metálicas rompiendo contra los presentes con inusitada fuerza, como las olas los días de fuerte tempestad. Con la banda, a fin de cuentas, haciendo pleno dando vida a temas de estreno tan explosivos como Askatasun ostikadak, Nekaezina o Txanponaren beste aldea, antes de terminar, bises aparte, con Usuen pausoak. Con el grupo en estado de plenitud, dándolo todo en la noche de estreno de Zure esku. Demostrando avanzar con paso firme. Bien, en buenísima forma Nekez en este, su regreso.




Belleza, profundidad, madurez

Concierto de Izaki Gardenak

Fecha: jueves, 13 de junio.
Lugar: Patio de los Gigantes, Iruñea
Intérpretes: Izaki Gardenak, formación integrada por Jon Basaguren, a la voz y a las guitarras, Joseba Baleztena, a las guitarras, Eneko Leza, al bajo, Libe García de Cortázar, a los teclados y a los coros, e Iker Fernández, a la batería.
Incidencias: 4º concierto del ciclo Kantu eta Hitzaorganizado por el Ayuntamiento. Presentación de Itsasargiak, primer trabajo de la formación. Lleno, público participativo; 1 hora en total.

Izaki Gardenak surge como proyecto de Jon Basaguren durante los últimos tiempos de existencia de Akatu, banda en la que el citado se encargaba de las voces y que echó la persiana en febrero de este año, tras una década de meritoria trayectoria. Siendo esto así, tras registrar a finales de 2012 una avanzadilla de los temas llamados a conformar su  nueva apuesta, liberado Basaguren de cualquier otro compromiso, finalmente llega la hora de que Izaki Gardenak se transforme en realidad; de que pase a ser una formación en toda regla, enmarcándose en este contexto su actuación la semana pasada en el Patio de los Gigantes: comparecencia que sirvió para que presentaran Itsasargiak, EP publicado meses atrás e integrado por sus cinco primeras canciones.
En el marco más adecuado para presentar un trabajo como este, el concierto comenzó bajo los ritmos pesados y pensados de Sagarroia, prosiguiendo con Ni naiz, la joya de la corona del CD, a nuestro parecer: un tema de corte neo folk, de sonido genuinamente americano; muy en la línea de artistas como Johnny Cash, referente de Jon a todas luces a la hora de embarcarse en este proyecto. Una composición en la que brillaron con fuerza los destellos generados por el talentoso guitarrista de Bera Joseba Baleztena, con pasado y presente en formaciones como Sexty Sexers, Sumision City Blues o Joseba B. Lenoir. Poderoso como el rock, bonito el concierto como el pop –en líneas generales-, acto seguido sonó la canción que da título al trabajo, revisando pronto el quinteto un tema de Ruper Ordorika antes de regalar otro de los incluidos en el CD, Maggie Dukson, composición que dio paso a tres inéditos: uno de ellos, una balada, la cual, brindada por el mentor del grupo en solitario, encarriló la velada hacia su conclusión. Hacia un final que deparó la interpretación de otro de los banderines de enganche del EP, Dena, perfectamente escoltado por sendas –y sugerentes- versiones de Neil Young, otro de los referentes de Jon (Hey, hey, my, my) y Mikel Laboa, Gure bazterra.
Tras la canción de autor, la música tradicional -en feliz comandita con la música contemporánea europea) y el folk, el pasado jueves fue el rock el estilo que encontró su espacio en Kantu eta Hitza. El rock americano intensamente facturado por Izaki Gardenak, totalmente a la caza de nuevas sensaciones los comandados por Jon a la hora de afrontar esta, su recién estrenada andadura. Buscándose y encontrándose en el reflejo de sus nuevas inquietudes musicales. Marcándose y exigiéndose nuevos retos, la apertura de nuevos caminos en aras de alcanzar nuevos horizontes: y así lo dio a entender su actuación, articulada sobre unas canciones que, además de belleza, si algo denotaron fue profundidad. En clave de sugerente madurez, conformar un agradable, profundo y sugerente caudal.


El mejor Indie se hizo fuerte en la Ciudadela

La Habitación Roja, Corizonas, Delafé y Las Flores Azules, The Gift, Delorean, Iván Ferreiro, Standstill, We are Standard y Lori Meyers escribieron los capítulos más exitosos del TRES SESENTA Festival

Las actuaciones comenzaron el jueves con El Desván de Peter, Radiofunkens y Reina Republica


La Ciudadela de Pamplona volvió a albergar el TRES SESENTA festival, cita que acogió durante tres noches a miles de personas y hasta quince propuestas musicales, entre los pasados jueves y sábado; unas actuaciones de diferentes colores y calado, aunque orbitando alrededor de un mismo concepto: la música independiente o indie rock.

Dentro de un perímetro muy bien organizado, concebido para que la sombra le fuese comiendo terreno al sol; en un marco inmejorable para la música en directo, el pistoletazo de salida sonó el jueves de manos de los locales El Desván de Peter, Radiofunkens y Reina Republicana, demostrando los tres el porqué de su inclusión en el cartel; satisfaciendo plenamente las mejores expectativas, dejando entrever estar más que preparados para hollar más altas cimas, como las alcanzadas por los llamados a actuar los días siguientes.


El honor de abrir la jornada del viernes correspondió a Anai Arrebak, quienes se vieron abocados a ello pasadas las 18.00 horas; en plena canícula, con los termómetros bailando con los 30 grados. ¿El resultado? Que tuvieran que actuar ante una audiencia  casi inexistente, labor que sacaron adelante con total entereza y profesionalidad. En cualquier caso, nos gustó su directo, articulado sobre una simbiosis de rock y la mejor música de baile de los setenta; muy negroide, al servicio del mejor soul. A continuación, ya ante centenares de personas, se hizo con el escenario La Habitación Roja, correspondiéndoles a ellos poner la banda sonora a la progresiva llegada del respetable: ¿Cómo? Con temas de Fue eléctrico, su más reciente CD, o con canciones añejas, como Febrero. Acerca del público, diremos que, integrado por jóvenes de ambos sexos y de un amplio abanico de edades, siguió la velada en plan espectador -en estos primeros compases-, más que cantando o bailando. Viéndolas venir, cambiando dichas tornas con hits como El eje del mal o Voy a hacerte recordar, muy celebrados. Derrochando gusto, maestría y conocimiento de la materia, los siguientes en comparecer, Corizonas, demostraron por qué siguen siendo una de las sensaciones del la escena: cosa de su rock vaquero con vetas folk, perfectamente facturado. De su boogie boogie cósmico de cierto regusto sixtie, tan arenoso como fino. Tan fino como la arena del desierto, poniendo la nota rockera a la velada con su música, hecha desde la coherencia y la dignidad. Buscando en la esencia más que quedándose en las formas. Con poso, más que con pose únicamente: lo mismo que la música de Delafé y Las flores Azules, a medio camino  entre vertientes atmosféricamente experimentales (tal y como lo dieron a entender los temas que sonaron de su nuevo disco) y su seña sonora de identidad por excelencia, esa especie de hip - pop que a tantos sigue fascinando, plasmado en hits como Río por no llorarMar el poder del marLa primavera o Espíritu Santo, los que se llevaron realmente de calle al personal. Acto seguido, ya cerrada, la noche abrió sus puertas de par en par a las dos últimas bandas en liza dicho viernes, los portugueses The Gift, llamados a aportar regusto internacional a la cita (qué puesta en escena, qué voz la de su cantante y que forma de bordar y abordar el pop), y Delorean, principal reclamo del día y formación que con sus ritmos ultrabailables condujo la velada a su final.

Frente a algo más de público que la víspera y bajo un calor menos atenazador, la última jornada del festival, la del sábado, arrancó con las actuaciones de Yani Como y Garamendi, siendo seguidas por los presentes ya, recostados en sus almohadas-cojín (en la parte delantera del escenario) ya, dispersos por el recinto… Mas, desgraciadamente, he aquí el sino de los teloneros en estos tiempos, pasando ambas sin pena ni gloria, toda vez que a quien esperaba el público con verdadera ansia era a otro: a Iván Ferreiro, el auténtico plato fuerte de la noche, a tenor de lo visto. El triunfador. Y es que no hubo más que ver cómo cambió el decorado a una con el inicio del concierto del que fuese capo de Los Piratas; cómo se puso en pie el gentío y se arremolinó adelante, generándose por fin un ambiente propio de una cita de estas características. Pertrechado por una banda de auténtico lujo, Ferreiro hizo lo que de él se esperaba, cautivando con su intenso y melancólico rock de autor, con sus canciones para el tiempo y la distancia, totalmente a los asistentes: a un público que se entregó sin concesiones a la denominada zona oscura de su repertorio, dominada por temas básicamente tristes entre los que destacaron Años 80 (de Los Piratas), El equilibrio es imposible o Turnedo, con la que terminó, dejando más que caliente el escenario a Standstill. A una banda que, a nuestro juicio, dio la de cal y la de arena al mismo tiempo: la primera, de manos del multidisciplinar y deslumbrante show presentado, denominado Cénit (todo un espectáculo de sonido y de luces, respaldado por todo tipo de medios, efectos luminotécnicos y proyecciones de audiovisuales) y la de arena, derivada del hecho de que el mismo, su desarrollo, orbitó alrededor de las canciones de su próximo CD, todavía no publicado, por lo que pese a que la futurista puesta en escena deslumbrara a todos, la Ciudadela siguió el show de forma un tanto fría: una actuación de corte conceptual y porte muy estratosférico, realmente trabajada, pero, sinceramente, más propia de un recinto cerrado que de un festival: menos mal que allí, al quite, estaban We are Standard, dispuestos a poner en pie de baile al gentío y a buscarle el pulso a la noche nuevamente. A propulsarla, labor que acometieron tirando de su tecno rock característico con energía. Pero, posiblemente, les costó hacerlo más de lo previsto: tal vez por lo frío que encontraron el ambiente… Y por los 15 grados que para entonces marcaban los termómetros. Así pues, he aquí la tarea que tuvieron que afrontar, tanto ellos como los siguientes en actuar, Lori Meyers, a quienes les tocó cerrar noche de sábado y cartel, en general.

Pese a que en las tres jornadas la llegada de la noche nos recordara que Pamplona no es Benicassin, el verano lució su mejor cara para saludar nuestra, de momento, cita veraniega musical por excelencia, el TRES SESENTA festival, aliándose la meteorología con la música y dando lugar a una feliz aleación. A tres bonitas noches de indie rock.

Electrizante inmersión

Concierto de The Icer Company


Fecha: viernes, 7 de junio.
Lugar: cervecería Animals, Burlata.
Intérpretes: Icer, a las voces y guitarra acústica, Ruben Matilla, a las guitarras eléctricas, Xabier Valverde, al bajo, Arkaitz Ezkai, a la batería.
Incidencias: presentación de Ur abisalen espedizioa, primer CD de la banda. Asistencia aceptable; 1 Hora de duración, bises incluidos.

El coqueto escenario de la cervecería Animals acogió la segunda comparecencia en directo de The Icer Company, formación de Iruñerria que aprovechó para presentarse en público –poco menos, toda vez que debutó la semana anterior- y para volver a desgranar los temas de su álbum debut, Ur abisalen espedizioa: un trabajo erigido sobre un muy trabajado concepto intelectual, además de musical.
Así pues, un viaje –metafórico- por aguas abisales. Un recorrido por lo más profundo del océano personal de cada cuál, he aquí la original propuesta planteada por la banda en su primer trabajo.
Una vez puestos en situación, diremos que la sugerente inmersión arrancó bajo los intimistas sones de Izaki abisalak, composición de raigambre acústica que pronto cogió inusitado cuerpo, desbordándose por derroteros de arrebatador regusto pop. Derrochando empaque y empuje a partes iguales, mostrándose los músicos totalmente seguros de sí mismos y de sus posibilidades, ya con los siguientes dos temas en sonar se metieron a la totalidad de los presentes en el bolsillo, amigos y conocidos aparte: de manos de Kaixo itzuli naiz, muy indie, y Urte bat, intensidad y nervio a espuertas, temas que, conformando junto con sus hermanos de camada una trabajada e interesante propuesta musical, demostraron ser toda una extensión artística de la personalidad de su principal mentor y compositor, el ex vocalista de Arima Sutan Iker Cía. Y dicho lo anteriormente expuesto sin que pase por verdad de Perogrullo. Pero, además de composiciones de ritmos realmente vivos, también hubo lugar para otras de tempos más quedos, demostrando las mismas que, llegado el momento, la calma también es un reflejo del estado del alma. El más perfecto de todos, tal vez. Del estado de la del músico o del alma de las canciones, sabiendo como sabemos que las mismas cobran  vida propia, tras dejar atrás los estudios de grabación: y así lo dejaron de manifiesto temas como AstearteaHonainoko ibilbidea (hacia la mitad de la velada, marcando esta  un punto de inflexión) o, camino del final, Ezezagunen bilera, con las guitarras eléctrica y acústica coloreando los medios tiempos a la perfección. Antes de una recta final que, brillantemente apuntalada por temas tan eléctricos y electrizantes como Lotan o Munduaren amaiera, permitió que Iker interpretara un tema en solitario antes de terminar; antes de dar final al concierto, con la banda ya a todo rendimiento, con una versión de Chris Isaak, Wicked Gaine.
The Icer Company, o, llegados a cierto punto, cómo reinventar la música en euskera. Cómo reinventarse los músicos a sí mismos, cuando las inquietudes se renuevan, haciéndolo a la vez las ilusiones. Cómo reconducir el euskal rock hacia derroteros de nuevos y sugerentes sabores. The Icer Company; cuando las mimbres son buenas, tanto como la determinación y la actitud exhibidas a la hora de poner en marcha un proyecto como este. Y desde ya, a una con el verano, a iluminar con la música noches, mentes y escenarios. Aguas abisales propias y ajenas. A rodarse, en aras de crecer. Avisados estáis, la bola ya ha empezado a rodar. 

Se acabó la espera

Concierto de Escarabajos


Fecha: viernes, 31 de mayo.
Lugar: Baluarte, Iruñea.
Intérpretes: Escarabajos, formación integrada por Alfredo Domeño a la voz, Rubén Domeño y Sebas Catena, a las guitarras y a los coros, Gorka de Carlos, al bajo, y Álvaro Fernández, a la batería.
Incidencias: actuación enmarcada en el ciclo Abre la muralla, presentación de Que nadie sabe ni espera, nuevo CD de la banda. Alrededor de ¾ de aforo. Hora y 15 minutos de duración.

Tras retomar su carrera oficialmente en 2012, Escarabajos, el grupo bandera de los hermanos Domeño, presentaron por todo lo alto el segundo CD de su intermitente trayectoria, publicado cuando poca gente sabía del grupo –en lo referido al gran público- ni, mucho menos, lo esperaba; 17 años después de que lo hiciera su ópera prima, el referencial No coleccionable. Eso sí, tal y como reza el dicho, nunca es tarde si la dicha es buena: he aquí qué habría que decir del trabajo presentado; del nuevo disco de una banda que, suponemos, vuelve para quedarse.
Enclavada la sala que acogió la actuación al abrigo de los restos de uno de los cinco baluartes de la Ciudadela, felizmente preparada para acoger citas de pequeño formato, Escarabajos aprovecharon para presentar sus recién grabados temas, haciendo la puesta de largo de los mismos en formato semi acústico. Protagonizando un bonito umplugged, en líneas generales. La velada, tal vez en homenaje a sí mismos, arrancó con Tu mirada (espoleta de cuantas canciones han compuesto desde 1994, año de la formación del grupo), sonando acto seguido dos de estreno: ¿Y ahora qué? (rica en melodías pop, con clara madera de hit) y Dolía. Después de recuperar otra legendaria, Dame la libertad (nexo de unión entre sus dos discos, toda vez que ha sido regrabada para la ocasión), encontraron su hueco Risas (segundo gran tema del CD, a nuestro juicio) y el tema repescado del pasado e incluido en el presente CD La Lengua De Trapo, haciéndolo de inmediato otros dos viejos temas: Falsa Farsa, inédito, y el imprescindible Nunca pasa nada, comenzando a crecer a partir de entonces el sonido y el concierto. A ganar consistencia, sin posibilidad de vuelta atrás. ¿Más temas a destacar? Volver a soñar, para cuya interpretación se contó con Marta, a la voz; El mar, En las vías (primer single, incontestablemente aplaudido) y Solo, tema un tanto difícil de cantar que fue brindado como en el CD, con la voz acompañada únicamente por la pianista Isabel Álvarez. Sobre las interpretaciones, diremos que, sin desmerecer a ninguno de los músicos, estuvieron marcadas por el buenísimo hacer de Sebas, un grande en materia de hacer sonar las 6 cuerdas: marcando las directrices de las canciones (con Rubén, a la acústica, ejerciendo de contrapeso perfecto), bordándolo y desbordándose en todo momento, hasta el punto de representar el verdadero hecho diferencial de la actual formación de Escarabajos; y así lo entendieron sus compañeros y los presentes, quienes, en un ambiente de lo más desenfadado, siguieron la actuación de manera informal; de pie o sentados en sillas, pequeños bloques de palés o incluso recostados en puffs: un público que, evidentemente, tras la conclusión, pidió más, obteniendo dos interpretaciones extra: una de ellas, Por no dormir tan sola, con Pedro, de La Fuga, compartiendo micrófono y compadreo con Alfredo.

Escarabajos puso un bonito broche final al ciclo Abre la Muralla, novedosa programación que ha acogido en Baluarte, en dos tandas, diferentes propuestas musicales, habiendo sido los protagonistas de estas líneas, junto con los vizcaínos Jare, los únicos artistas que han aprovechado para presentar nuevo CD. Nuevas credenciales sonoras: después de 17 años de espera, en el caso de Escarabajos. Bien, bien. 


Vientos de componente ‘core’

Concierto de Dawn of the Maya

Fecha: viernes, 24 de mayo.
Lugar: sala Ozone, Iruñea.
Intérpretes: Dawn of the Maya, formación integrada por Igor, a la guitarra y a la voz, Garz, a la guitarra y a los coros, Marta, teclados y sintetizador, Eneko, al bajo y a los coros, y Marcos, a la batería. Además actuaron previamente The Killing Machines y Noisfast.
Incidencias: presentación de The Truth Is In Front Of You, tercer CD de la banda. 50  minutos de duración. Asistencia discreta, público muy joven y de ambos sexos que se mostró muy participativo.  

Dos años después de que Dawn of the Maya presentaran Me, The planet, segundo trabajo suyo y segunda parte de una trilogía articulada alrededor del mundo maya (iniciada con la publicación de Sour Soul Never Dies, en 2007), los comandados por Igor protagonizaron un concierto épico, con motivo de la presentación del último capítulo de dicha tríada: un disco, The Truth Is In Front Of You, publicado alrededor del 12 de diciembre de 2012 (12 – 12- 12), fecha del fin del mundo -según el calendario maya- y concebido con la destrucción de la Tierra de fondo. Eso sí, a la vista del error del vaticinio, no hay mal que por bien no venga: he aquí qué podrán decir los seguidores de tan ancestral cultura, los fans del grupo en particular y el gran público en general, toda vez que de este modo se ha podido disfrutar del CD.
Ante una asistencia tal vez aceptable, la velada arrancó con las actuaciones de los locales The Killing Machines y los mallorquines Noisfast, formaciones a las que no llegamos a ver, compareciendo sobre las 22.45 los cabezas de cartel.
La actuación de Dawn of the Maya, incontestable –se mire como se mire-, orbitó alrededor de la puesta de largo de los nuevos temas, liberando la formación mediante su ejecución ingentes dosis de energía. Verdaderos remolinos sonoros que se tradujeron en un auténtico temporal: en una auténtica tormenta que, presidida por vitamínicos cambios rítmicos, se nos antojó riquísima en todo tipo de vientos racheados de componente core: huracanados en todo momento, presididos por el hardcore más vanguardista y el metalcore de corte más alternativo, luciendo un tanto oscurecidas las atmósferas generadas debido dos factores: las borrascosas vetas de metal extremo detectadas, aportando las mismas indisimulable virulencia al tornado, y el hecho de que las notas de los teclados, pese a su presencia en los temas, no siempre aportaran los esperados rayos de luz. Y no lo hicieron por una razón, porque no siempre se escucharon con nitidez. En una suerte de viene y va aplicado al sonido, más bien. Pero bueno, pese a lo dicho, a pesar de que el sonido no fuese siempre todo lo nítido que hubiese sido de desear, damos fe de que ello no representó ningún impedimento para el disfrute de los presentes: de un público que, embriagado por las poderosas sacudidas (y sus consiguientes movimientos de réplica), se mostró absolutamente entregado a la hora de corear determinados estribillos, llegando a protagonizar intensos pogos en la parte más próxima al escenario. A la hora, en resumidas cuentas, de vivir en primerísima persona unos temas que, al igual que las chimeneas de los volcanes, mostraron diferentes temperaturas dentro de una incandescencia general.
Llegados a este punto, señalaremos que lo que tampoco representó obstáculo alguno para la efervescencia y la intensidad vividas fue el hecho de que Igor compareciera con su pie derecho roto. Un vocalista que, cual ciclón en escena, luciendo una espectacular escayola, lo dio todo, haciendo todo un derroche extra de pundonor y protagonizando una épica actuación. Sencillamente brutal.




Creer en el Rock & Roll

Concierto de Red Rooster Rebellion

Fecha: viernes, 24 de mayo.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Red Rooster Rebellion, formación integrada por Omar Pizarro, a la voz, Joserra Mitxelena, a las guitarras y a los coros, Oswaldo Oneca, al bajo, e Igor Telletxea, a la batería.
Incidencias: segunda actuación de la banda, tras debutar recientemente en Big Star. Hora y ¼ de duración, un bis incluido. Buenísima asistencia, público que disfrutó de la actuación.

Comenzado a incubarse el proyecto en 2010 partiendo de las inquietudes musicales de Omar Pizarro y Joserra Mitxelena, bien podríamos decir que la banda que nos ocupa, Red Rooster Rebellion, ha entrado en la escena por la puerta grande: así lo dejó entrever el concierto presenciado la semana pasada en Black Rose y la asistencia registrada, y, más allá de ello, así lo demuestran hechos como el siguiente: que gente con peso en el mundillo y en la industria discográfica esté siguiendo la pista de la banda, hasta el punto de que Believe, el CD que recientemente han grabado, esté momentáneamente en stand by, a la espera de futuras –y positivas- noticias. Y es que, según hace ver la formación, hay negociaciones muy avanzadas de cara a ver lanzado su disco a nivel nacional e internacional, estando previsto tan feliz acontecimiento para después del verano.
Derrochando un aplomo y una seguridad casi insultante, el grupo descargó un rock & roll con patente propia que lució por derroteros genuinamente yankees, por momentos; por lindes propias de un hardrock ocasionalmente teñido de post-grunge que, trascendiendo todo tipo de marcas generacionales, hizo gala de estar perfectamente engrasado. De encontrarse en su punto, al igual que el sonido del grupo propiamente dicho. Su electrizante y personal sonido en directo, lo realmente importante. Y así lo dejaron entrever las composiciones que sonaron, de fornida y atlética complexión todas ellas, alcanzando sus cotas máximas de ebullición de manos del brillantísimo hacer de Omar, a las voces (fuera de cualquier duda, a la espera de acontecimientos relacionados con el lanzamiento del CD, la gran voz de la escena local) y de Joserra -a las seis cuerdas-, devorando ambos dos con inusitada voracidad el repertorio e imprimiendo caballos y caballos de potencia a la velada, sobre los pétreos raíles trazados por la base rítmica. Siendo esto así, llegados a este punto, he aquí qué sensaciones nos dejaron los comandados por Pizarro: que siempre es un placer ver a músicos como estos, viviendo segundas juventudes –desde el prisma artístico- mas con bríos propios de la primera. Y si hemos hecho especial hincapié en dicho prisma, el artístico, es porque, como si de una reunión de all stars se tratase, los cuatro implicados en el asunto han confluido en Red Rooster Rebellion tras dejarse oír en diferentes proyectos musicales. Así pues, lo dicho: que da gusto encontrase gente así por el camino, verdaderamente curtida pero, con la ilusión del principiante, demostrando creer ciegamente en el rock & roll; además de con arte y vocación a raudales, premisas que se presuponen en los artistas al igual que el valor en los soldados, gente con verdadera fe en las posibilidades de su empresa, siendo como es la fe indispensable a la hora de embarcarse en proyectos como este.
Red Rooster Rebellion, he aquí una banda, a tenor de lo visto, llamada a brindarnos  muchas alegrías. Fuera de toda duda, quienes nos dedicamos a esto estamos de enhorabuena.




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