MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

16/4/13

CriticARTE ABRIL: RULO, VENDETTA, LAS CULEBRAS, BLACKBLETZ, ADAM BOMB, JUANTXO SKALARI & LA RUDE BAND, KAOTIKO, GIGATRON...

Haciendo camino al cantar

Concierto de Rulo y la Contrabanda


Fecha: Viernes, 26 de abril.
Lugar: Planetario, Iruñea.
Intérpretes: Raúl Gutiérrez, Rulo, a las guitarras, a la armónica y a la voz, acompañado por La Contrabanda, trío integrado dicha noche Mario, al Hammond, Fito, a la guitarra eléctrica y a los coros, y Karlos, a las percusiones.
Incidencias: 4º y última cita del ciclo Conciertos de otro planeta. Presentación de Especies en extinción, 2º CD del artista. Lleno, localidades agotadas. Hora y media de duración, dos tandas de bises incluidas.

Con sus canciones p´aquí, con sus canciones p´ allá, Rulo aterrizó en el Planetario de Iruñea el último viernes de abril, envolviendo a los presentes con cuantas composiciones interpretó y, en un marco como este, dejándose envolver por el habitual y, por más empeño que pongamos, indescriptible cúmulo de sensaciones llamado a aderezar el hecho musical. Dejándose atrapar por dicha magia tanto él como el trío que le acompañó, músicos que asistieron al evento mostrándose ensimismados por momentos, desde sus privilegiados puestos. Y, en verdad, no fue para menos.
Dispuesto a continuar haciendo camino al cantar, labor que decidiera afrontar en solitario, fuera del paraguas de La Fuga, a finales de 2009, el de Reinosa abrió el telón él solito bajo las notas de A solas, tema del CD que está actualmente presentando. A continuación, con su escudero Fito ya sobre las tablas, sonó Como Venecia sin agua, primera concesión a Señales de humo, ópera prima de su actual carrera, siendo testigo el siguiente tema, El prota, de las comparecencias de teclista y percusionista y de una primera participación de los presentes en los coros, labor que acometieron de manera muy tenue durante toda la velada. Derrochando el concierto lo siguiente, preciosismo imbuido de espíritu de puro color unplagged, denotando Rulo haber alcanzado una incuestionable madurez artística, estar en otra dimensión, la cascada de diferentes sensaciones llamada a sucederse prosiguió con la interpretación de otros cinco nuevos temas, brillando con luz propia Mi pequeña cicatrizBuscando el mar (bañados virtualmente sus compases por sus olas, totalmente al alcance de la mano), A punto de colapsar o Amor en vena, temas que demostraron ganar muchos quilates en este formato, quedando multiplicado su valor por efecto de las omnipresentes y sugerentes proyecciones. Pero, además de temas nuevos, sonaron casi todos, también encontraron su lugar viejas y referenciales señales de humo; canciones como Mi cenicientaLa cabecita loca (con la que terminó la noche en falso) o, ya en los bises, Heridas del rock & roll: tiempo extra, los bises, que, al segundo intento, desde el mismísimo quiosco de la plaza del Castillo, quedaron definitivamente cerrados con el vals del adiós. ¿Otros temas a destacar? El manual, única deferencia al repertorio de La Fuga, y La flor, composición que vio al que fuese frontman de dicha banda bajar al patio de butacas ramo de flores en mano, dispuesto reparto mediante de las mismas a agradecer su presencia a parte de las chicas presentes.
De manos de Rulo y sus, si se nos permite, contrabandistas dicha noche, el viernes fue testigo de la conclusión de un ciclo musical… De auténtico lujo. ¿De cinco estrellas? No, de muchas más. De muchísimas más, si sumamos las que han iluminado a cuantos han acudido a los conciertos, ya, desde el escenario, ya, desde la cúpula del planetario. Un ciclo en el que, necesariamente, a la vista de la avalancha de emociones disfrutadas, hablar únicamente de música hubiera sido pecado. Delito. Tanto monta, monta tanto. Sí, a la vista de la magnética conjunción de factores noche a noche degustada; de las irrepetibles aleaciones de sensaciones de todo tipo que han orbitado alrededor de los conciertos. Alrededor de unas actuaciones (una noche más, se cumplieron los mejores presagios), de porte y corte excepcional. 

Pasado, presente y todo el futuro

Concierto de Vendetta


Fecha: sábado, 20 de abril.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia
Intérpretes: Vendetta, banda integrada por Jabiero, a las guitarras y a la voz, Luisillo, al bajo, a los coros y a la voz, Rubén, a la trompeta y a la voz, Pello, al trombón y a la voz,  y Enrikko, a la batería. Como teloneros, abrieron velada Brigada Improductiva.
Incidencias: presentación de Fuimos, somos y seremos atzo, gaur eta bihar, tercer CD de Vendetta. Hora y ½ de duración. Cerca de media sala, público mayoritariamente joven que se mostró participativo.

Vendetta superó de manera airosa la prueba del algodón de presentarse en una sala ante los suyos, aprobando tal reválida con nota, de manos de la asistencia registrada. De una asistencia más que meritoria si tenemos en cuenta el imprescindible paso por taquilla, algo que sus seguidores locales, para verles, tuvieron que afrontar por vez primera. Así las cosas, buenísima señal, el aspecto que ofreció la sala: dando a entender indiscutiblemente que su nuevo CD ha gustado, tal y como acto seguido quedó corroborado por el concierto, excepcional termómetro para calibrar lo dicho.  Conformando un lujoso binomio con los cabezas de cartel, derrochando actualidad y dejando entrever futuro, la noche arrancó con Brigada Improductiva, multiformación que continúa presentando con éxito ¡¡Manos arriba!!, su primer CD. Bueno, y toda vez que recientemente les dedicamos este espacio, una única cosa añadiremos, que ante la inminente llegada del verano, a una banda como esta, no le debería faltar trabajo. A una formación autora de temas como Yo soy realSka-nfermín o Eres la caña. Y no diremos más. Así pues, atención, comisiones de txoznas y de fiestas. Y a continuación, hablemos del verdadero trago largo musical de la velada. De la comparecencia de Vendetta.
Aunando su espléndido pasado con lo que son actualmente, puro presente; dando a entender de diferentes formas que el futuro les pertenece (más allá de la incuestionable proyección del grupo, para ello solo hubo que constatar la media de edad de buena parte de sus incondicionales), la actuación se erigió alrededor de diferentes bloques de canciones, sonando los temas que los integraron prácticamente enlazados, con las cuatro voces implicadas en su factura alternándose a la perfección sobre el hecho musical; sobre un corpus calurosamente tintado por el mar de fuego prendido por los vientos: por un trombonista y un trompetista que incendiaron el escenario desde su primera línea, tiñéndolo de rojo color fiesta y demostrando estar ganando más presencia cada día. Ser ambos, actualmente, más que los pulmones de una banda que, de manos de la progresiva implicación de todos a todos los niveles, vaya que si ha crecido. Y  de forma exponencial, sonando día a día más enriquecida su propuesta: y así lo dio a entender, por ejemplo, la interpretación de temas nuevos como Udarako gau luzeak, cantado por Pello, perfectamente recibido y claro botón de muestra de lo dicho. ¿Más composiciones de estreno a destacar?  Las siguientes, por orden de aparición: La vida, con Luisillo  llevando la voz cantante, Jean Laffite (historia de un pirata de Iparralde, con letra de Patxi Irurzun), La parranda y Botella de ron, inmensas, con arrebatador gancho propio en medio de hits del pasado perfecto del grupo como Cómo subeEgunero (la gran versión que, a nuestro entender, contribuyó de manera decisiva a catapultar a Vendetta) o Loco, de su primer CD, o de la batería de temas extraídos del segundo, efusivamente recibidos todos ellos: La familia, Volar (dedicado por Jabiero a Josetxo Bicho), AlertaBuonasera (brindado en medio de una espectacular batucada trazada por los cinco músicos), La diabla (cantada en su primera parte por Enrikko), el ya imprescindible Begitara begira, tocado en los bises… Composiciones en su conjunto que, en feliz maridaje, dejaron clara la reafirmación dada a entender por el quinteto desde el mismísimo título de su CD. Que fueron, son y serán, Que, además del presente, sólidamente forjado desde 2007, el futuro es suyo, en verdad.



Orbitando alrededor del rock & roll

Concierto de Las Culebras

Fecha: viernes, 19 de abril.
Lugar: sala Ozone, Iruñea.
Intérpretes: Las Culebras, banda integrada por Kriss Teen y Olaia Heep, a las guitarras y a las voces, Marga Malaria, al bajo y a la voz, y Karmen Kobra, a la batería y a la voz. 
Incidencias: presentación de Locura orbital, tercer CD de Las Culebras. ¾ de hora de retraso, alrededor de hora y 15 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia muy discreta.

Perfectamente pertrechadas de canciones prestas a ser detonadas, más que predispuestas ellas a tirar a dar, Las Culebras presentaron su tercer CD en el antiguo Reverendos, saldándose el asunto de forma positiva en lo relativo al componente artístico, mas no tanto desde el prisma de la asistencia. Y más si tenemos en cuenta el espacio en el que, por las razones de que se trate, fue programado finalmente el concierto, fuera del espacio interior conocido como Zero2Live, más adecuado para este tipo de actuaciones.
Ante alrededor de un centenar de personas, cuerdas vocales y de acero empastadas a la perfección, el cuarteto repasó primorosamente su recién estrenado disco, liberando con brío y determinación el rock & roll encerrado en sus canciones, una vez abierta la espita; la fuerza albergada por unas composiciones que, de diferentes texturas y hechuras, se mostraron matizadas por toques estilísticos con regusto a rock de diferentes décadas o añadas: ora más directas, ora de corte y concepción más atmosférica e incluso psicodélica. Unas, sin apenas curvas en sus desarrollos, puras explosiones de energía musicada, y otras, con tramos de raíces más envolventes. Eso sí, sonando enlazadas en numerosas ocasiones, damos fe de que las mismas nos llevaron de unos a otros ambientes con pasmosa naturalidad, exhibiendo impúdicamente luminosos rayos sonoros característicos de grandes como Kiss, Alice Cooper, David Bowie, los Rolling o Jimi Hendrix, vetas que, de fondo, sobre el pequeño escenario, brillaron a la perfección: sobre el entarimado instalado contra la pared exterior del recinto conocido como Zero2Live, quedando los presentes en el pasillo sito entre dicho recinto y las columnas que delimitan la pista central de Ozone: un público con importante presencia  femenina que disfrutó en todo momento de la actuación.
Demostrando la música facturada estar ganando solera a pasos agigantados, la actuación, dedicada a la memoria de Josetxo Ezponda, dejó entrever a las claras las horas de trabajo invertidas desde que la banda comenzara a dar que hablar, otoño de 2008, quedando plasmado lo dicho, por ejemplo, en la complicidad con la que las diablesas que continúan dándole vida afrontaron el hecho de cantar, dándose muy bien los relevos a la hora de alternarse la voz cantante con la otra tarea reservada para todas, la de hacer los coros: labores en su conjunto que, dando lugar a un sugerente número de combinaciones y rotaciones, acometieron de la mejor manera posible.
Depositarias de las ganas y de la actitud de bandas de Nafarroa igualmente integradas por mujeres como Belladona o Matraka, compartiendo galones con Las Valium a la hora de portar un testigo, además de por bandas como las citadas, transmitido por otras como La Viuda Negra o Las Perras del Infierno, Las Culebras demostraron sin ningún género de dudas estar haciendo bien su camino. Seguir viento en rock a toda vela, mostrándose como un libro abierto a los presentes a la hora de enseñarles sus páginas, con forma de canciones. Dejando claro que, pese a que la sala les quedara grande, con tres discos en la recámara ya no cabe hablar de anécdota o de casualidad, al referirse a ellas. A una banda que la vimos bien, orbitando alrededor del rock & roll.

Metal de color propio

Concierto de BlackBeltz

Fecha: jueves 18 de de abril
Lugar: Terminal, Iruñea.
Intérpretes: BlackBeltz, formación integrada por MA, a la voz, Mom y Robi, a las guitarras, Jonathan, al bajo, Idoya, a los teclados, e Imanol, a la batería
Incidencias: presentación de Breath, segundo CD de la banda. Hora y 15 minutos, un bis  aparte. Muy buena asistencia.


BlackBeltz presentaron armas y renovadas credenciales –sonoras- en el Terminal, mostrando a la noche su metal de color propio y demostrando por medio de su concierto que, más que ante una promesa, a la espera de que el factor suerte juegue con determinación a su favor (imprescindible la misma a la hora de salir adelante) tal vez ya nos encontremos frente a una realidad.
Articulado en esencia sobre los temas del CD que se presentaba, el despertar del dragón;  el heavy de personalidad propia, reminiscencias épicas y cierto regusto por momentos a power metal comenzó a cobrar forma bajo lo sones de Black dragon, tema de su ópera prima, materializándose de inmediato, sin remisión, de manos de tres temas de estreno: Balea (en euskera, haciendo buena la mezcla idiomática enseñada por el nombre del grupo) y Darkness breeds entre ellos, majestuoso primer single este último y, estamos seguros de lo que vamos a decir, composición llamada a hacer grande a la banda. Tema con madera de hit y actual bandera de la formación, a la vista de cómo enarbola su sonido. Su impronta propia. A continuación, el sexteto abordó la interpretación de una versión, la que hiciera Stravaganzza del mítico tema de Mecano Hijo de la luna, coloreando briosamente la imperiosa voz de MA el heavy & rockmetal facturado. Dándolo todo la citada todo el tiempo al igual que sus imponentes gladiadores, tal y como el sudor que bañó sus rostros pronto se encargó de delatar; y es que, calor humano aparte como el que sentimos en el Terminal, buena señal, ya sabemos qué dan los focos que apuntan a los escenarios en marcos como este: calor, en lugar de luz. Calor llamado a transformarse en luz a una con los saltos a divisiones superiores, alcanzando su razón de ser esta última conforme se va ascendiendo en el escalafón. A modo de nuevo espacio para el descanso de guerreros y guerreras, al legendario Hijo de la luna  pronto le siguió otra balada, de cuerpo metálico (claro está), autoría propia del grupo –en este caso- e incluida en el nuevo CD, comenzando la noche a buscar su final de manos de temas como Lethargy of the beast (último del nuevo álbum y todo un guiño al futuro, concebida dicha canción como un avance de por dónde están llamados a ir próximamente los tiros), Battle field, puerta de entrada de Breath y puro y arrebatador presente, y, mirando de refilón al pasado, con dos viejos temas: al igual que cuantos sonaron dicho jueves, de interesantes cambios rítmicos y desarrollos.
Incluidos por méritos propios en la iniciativa Artistas en RutaBlackBeltz de manos de Breath,  están comenzando a meter ruido por el Estado, en el mejor de los sentidos. A dejarse oír por ahí,  sacando músculo escenario a escenario. Lográndolo apoyándose en un disco que ha visto la luz como segundo eslabón de una saga, iniciada por Birth en 2011, que está previsto que continúe creciendo hasta desembocar en trilogía. Eso sí, en caso de que crezca como lo está haciendo la banda… En caso de que lo haga transmitiendo idéntica actitud y credibilidad que las transmitidas por los comandados por MA, ¡para qué más! Y es que ahí es nada cómo surfeó la vocalista sobre el mar de notas, con su voz de cautivadora luz propia; cómo cabalgó sobre el mismo, tejido a diferentes velocidades por Idoya, Imanol y Jonathan y solventemente hilvanado por Mom y Robi, gusto y solvencia a la par. Cómo -en resumidas cuentas-, con qué autoridad brilló el hecho musical pergeñado por todos: por un grupo, BlackBeltz, que, haciéndoselo así, puede ir donde quiera. Por buen camino los citados, muy bien.


Su casa, el rock & roll

Concierto de Adam Bomb


Fecha: domingo, 7 de abril.
Lugar: Casa de Cultura de Burlata.
Intérpretes: Adam Bomb, a las guitarras y a la voz, acompañado por Maxx N roll, al bajo, y Bobby Reynols, a la batería
Incidencias: nuevo concierto del ciclo Rock & Wine; presentación de Rock on, rock hard, rock animal, nuevo CD del artista. Horas y 3/de duración en total. Público entusiasta y participativo.

Procedente de Marsella, donde actuó la víspera, y camino de nuevos escenarios esparcidos por la piel de toro, Adam Bomb, guitarrista de espectacular curriculum, hizo un hueco en su apretadísima agenda para instalar por una noche su particular Rock & Roll Circus en Burlata, donde ofreció la tarde noche del domingo una poderosa actuación. 
Anunciado el show en un primer momento como acústico, dicha característica, dicho carácter acústico duró el tiempo que tardó el de Seattle en romper una de las cuerdas de su guitarra, de la bonita guitarra acústica con la que compareció: el tiempo que le costó tocar una canción, dejando entrever prácticamente de inmediato su pasión por el ruido y, en consecuencia, haciendo acto de presencia sin dilación bajista y baterista, iniciándose sin más preámbulos el concierto.
Sobre un escenario ornamentado muy al gusto del americano, pequeños neones luminosos incluidos, dos de ellos con forma de estrellas; destilando inequívoco espíritu glam -en lo que a presentación suya en escena hizo referencia- e inusitada, insaciable hambre de hardrock por todas y cada una de sus interpretaciones, lo primero que hizo Bomb para dar el verdadero pistoletazo de salida fue lo siguiente, colocar una especie de pequeña bombeta de humo a la altura del clavijero de su guitarra (eléctrica, por supuesto), activarla y dejar que una espectacular nube de color rosa se apoderara del recinto. Una colorista nube con forma de algodón de azúcar gigante. Así las cosas, con el presunto guión roto a una con la rotura de la cuerda de su acústica (¿premeditada tal vez la misma? Ahí lo dejaremos), la noche propiamente dicha arrancó entonces, con unas cuántas versiones. Haciéndolo con parte de los covers ya imprescindibles en sus noches de rock & roll. como Whole lotta rosie, de AC/DC; 7 Lonchas, de Antonio Flores, New York, New York o el Antisocial de Trust, popularizado posteriormente por Anthrax, gruesamente facturados y totalmente vestidos todos ellos de hardrock; lo mismo, por otra parte, que cuantas canciones de su propia autoría sonaron, de diferentes texturas y un idéntico y genuino sabor americano todas ellas; delatando una misma temperatura y, con las guitarras en primerísimo plano siempre sobre la granítica base rítmica, resonando cual bombas de inusual intensidad y elevado octanaje: y más todavía, incluso de forma estridente, en un recinto como el de la Casa de Cultura, cuyas sorprendidas paredes se encargaron de magnificar las interpretaciones.
Cofrade del rock & roll entregado con total fe a su labor, Adam Bomb sedujo en  Burlata con su música y su actitud. Con su rock & roll con regusto a asfalto caliente, a polvo del camino y a goma de rueda quemada, sensación esta última acrecentada por los efectos especiales de naturaleza pirotécnica que llegó a disparar desde sus mástiles, en la recta final de la actuación: uno de ellos, el de una guitarra de bordes luminosos. Adam Bomb, guitar hero que si algo demostró fue esto, que su casa es el rock & roll… Y su patria, la carretera. El lugar donde vive, día tras día camino del próximo concierto. De la nueva descarga de rock con tintes de hard y de glam por él solventemente facturado. Fuera del botón de muestra acústico que tuvo a bien mostrar, no sabemos qué darán de sí sus actuaciones en dicho formato; en eléctrico, lo bordó.

Alto reflexivo en el camino

Concierto de Juantxo Skalari & la Rude Band


Fecha: viernes, 5 de abril.
Lugar: sala Movie, Aizoáin.
Intérpretes: Juantxo Skalari, a la guitarra y a la voz, acompañado por Angel, a la batería, Carles, al bajo, Aureli, a la guitarra, Xevi, a los teclados y a la acordeón, Josep y Jaume, a los saxos, y Pol, a la trompeta. Como teloneros, abrieron noche Zartako-K.
Incidencias: presentación del CD-Libro JSK. Juantxo Skalari 1994-2012. Mensajes, anti-canciones y poemas de kalle. Hora y 20 minutos de duración aproximadamente. Alrededor de 1/3 parte de aforo, público participativo que disfrutó de la actuación.

Fundador en 1994 de Skalariak, Juantxo Skalari, ideólogo y vocalista de la referencial formación, trató de dar vida en Movie al concepto que a finales del siglo XX diese nombre al segundo CD de dicha banda, Club ska, transformando la sala en un pequeño club de genuino y skatalítiko espíritu; sí, a tenor de la entrada registrada, discreta –a nuestro juicio-, estando de por medio quien estaba. Pequeño el mismo a la vista de dicha asistencia –tal y como hemos apuntado-, pero grande, a tenor del calor brindado por los presentes, un público incondicional que, sobradamente conocedor del artista, integrado principalmente por jóvenes admiradores suyos ávidos de emociones musicales y por talluditos seguidores, llevó al carismático frontman en volandas todo el tiempo.
La noche arrancó con los tafalleses Zartako-K, reincidentes en esta plaza, toda vez que recientemente abrieron para Talco. Y lo cierto es que, por lo que vimos dicho viernes (los últimos coletazos de su pase, poco más), la volvieron a armar a ritmo de ska & oi!, apoyándose para ello en sus propios temas y en versiones como la del mítico Boina, de Decibelios: fuera de toda duda, tema más que apropiado para ello, en el presente marco. Para caldear totalmente el ambiente, labor que resolvieron sin problemas.
Buscándose a sí mismo –posiblemente-, tratando de reconducir su trayectoria artística recurriendo en esta ocasión a parte de sus canciones más celebradas, a continuación se hicieron Juantxo y los suyos con las riendas de la noche, abriendo actuación, tal y como siempre fue en la banda madre, con una sarrera instrumental, tarareada con efusión por los presentes. Al frente de una banda que, en lo referente a número de integrantes e instrumentos utilizados, mostró un esquema similar al de Skalariak (denominada rude band, aunque, cosa del tocar de los músicos, luciese más bien como una rock-band), el concierto se centró en la revisión del lado más festivo del repertorio del seminal grupo, comenzando por Puto alcohol y terminando, ya en los bises, con Solo vivir. Con el ecuador de la noche en lontananza, tras repasar fugazmente el cancionero de The Kluba (sonando Amor, odio y ruido y Pudo hacerlo), llegó el momento del reggae, representado por RuidoEmakume askea, lur askea y Fuego de revolución, perfecta banda sonora para unos tiempos como los actuales, que si algo van a demandar es eso, precisamente. Finalmente, como era de esperar, la banda pisó a fondo el acelerador, recurriendo en la recta final a hits tan legendarios como Todos los hintxasJaia Despídeme, último en sonar antes de los bises, tiempo extra que, a lo Rude Rock Train, abrió Juantxo brindando un tema en acústico, antes de alargar o proseguir la fiesta –ante la complacencia general- con Segi, segi, camino del final definitivo.
Tras reinventar la idea que diera título al tercer CD de Skalariak, En la kalle, durante su gira Rude Rock Train (tour llevado a cabo recorriendo Europa en tren e improvisando actuaciones en vagones, pequeños locales y estaciones), y posteriormente, por países como Chile, Argentina, Perú o Ecuador, Juantxo demostró estar de vuelta y de revuelta con el presente concierto, todo un festivo viaje en el tiempo para los presentes... Y, tal vez, un reflexivo alto en el camino para él, tal y como lo dio a entender tomando como punto de apoyo viejas e imperecederas composiciones como cuantas sonaron,  desempolvadas para la presente gira. Encantados de haber vuelto a tener noticias suyas. 

Militantes del punk rock

Concierto de Kaótiko

 Fecha: sábado, 23 de mayo.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Kaótiko, formación integrada por Jon, a la voz, Aguayo y Aguayico, a las guitarras (éste último también, a los coros), Fonta, al bajo y a los coros, y Xabi, a la batería. Como teloneros abrieron noche Memo.
Incidencias: presentación de E.H. Calling,, nuevo CD de Kaótiko. Media sala, público joven, sumamente entregado. Hora y 10 minutos de duración, bises incluidos.

El público de Iruñea y comarca respondió a la perfección a la llamada de Kaotiko, tal y como lo dejó entrever la asistencia registrada. La buenísima afluencia a un concierto que satisfizo totalmente a los presentes, dejando la misma sobradamente claro algo ya sabido de antemano, que los conciertos del quinteto de la llanada alavesa son apuestas seguras. De premio inmediato. Que Kaotiko, qué duda cabe, es gran grupo.
La velada arrancó pasadas las 22.30 de manos de Memo, formación que, cinco años y pico después de que en este mismo marco abrieran para Gatillazo, ahí siguen, en la pelea. Con dos discos más en las alforjas que por entonces, invierno de 2007, pero más o menos igual: facturando señeras canciones, esperando su golpe de suerte en la ruleta.
Militando en el punk rock desde principios de siglo, los comandados por Etxabe llenaron su tiempo con su particular selección de greatest hits; disparando sus balas con forma de canciones, caracterizadas por sus machacones y reconocibles ritmos y por sus afiladas letras, aguijón y veneno siempre dispuesto. Y acto seguido, tras una intro pregrabada de marcadas connotaciones partisanas, el momento por todos esperado: la comparecencia de Kaotiko.
Prestos a recoger una vez más los premios a la constancia y al trabajo bien hecho, recompensas que para ellos, desde que comenzaran en el 2000 a dar forma a su mundo kaotiko, siempre han sido sus directos, los de Agurain arrancaron pisándole a la noche a tope, metiendo primera con Psycho. Haciendo gala en todo momento de un sonido renovado, realmente musculoso y contundente, mostrándose fieles a su costumbre de no sobrecargar en exceso sus conciertos con muchos temas de estreno, pronto sonaron dos temas viejos, antes de disparar otro de E.H. CallingPresa, composición que, a su vez, cedió de inmediato el testigo a uno realmente legendario: Ansiedad, puerta de entrada de No hay agua, seminal primer álbum de Kaos Etíliko: la banda que compartieran Aguayo, Aguayiko y Fonta antes de verse abocados a montar Kaotiko. Malograda formación, los Kaos, de cuyo primer álbum, publicado en 1997, recuperaron igualmente temas como En la barra del bar o Su falso mundo, última en sonar antes de los bises y composiciones todas ellas que si algo dejaron claro fue lo siguiente, lo bien que las viejas canciones de estos músicos aguantan el paso del tiempo: queden como prueba de lo dicho, además, las muestras extraídas de Mundo kaotiko, su primer CD (En el barrio de Latón u Otra noche, broche final de la noche efusivamente acogido por la sala) o los ¡siete! botones recuperados de Rasca y pierde, su segundo disco: temas, por orden de aparición, como Sucio criminalParanoiaRico deprimido o Preso 2023 -por no citarlos todos-, al igual que cuantos sonaron, perfectamente combinados con nuevos como Fuera de juego o Falta de riego.
Militantes del punk rock, más que a jornada completa, a vida completa; derrochando, como siempre, adrenalina a espuertas, Kaotiko demostraron una vez más continuar escribiendo a lo grande su destino, y tanto en los estudios de grabación (qué álbum les ha quedado, cómo suena el CD), como en directo. Cosas, no nos cansamos de decirlo, de trabajar, trabajar y trabajar. De bregar, bregar y bregar, creyendo siempre en sí mismos. Desde el primer día, con determinación. En absoluto nos extrañó, para nada, ni su capacidad de convocatoria ni su tirón.


El regreso de los dioses

Concierto de Gigatron

Fecha: Viernes, 22 de marzo.
Lugar: sala Movie, Aizoáin.
Intérpretes: Gigatron, formación integrada por Charli Glamur, a la voz, Dave Demonio, a la guitarra, Mike Ferralla, al bajo, y Mazinger Molina, a la batería.
Incidencias: actuación enmarcada en la gira Metalocracia Tour 2013. Hora y 40 minutos de duración, bises aparte. Asistencia muy buena, público entregado.

Gigatrón surgen a finales de los noventa del seno de los valencianos Chococrispis, como proyecto paralelo, con un irónico plan: parodiar los clichés del heavy metal de los años ochenta. ¿El resultado final? Nada más y nada menos que un nuevo estilo, el freak metal, construido sobre la exageración de tópicos de la música parodiada. Componiendo temas propios o versionando canciones muy conocidas, tal y como hiciera Manolo Kabezabolo, 1995, con su célebre Véndemelo. Finalmente, después de desaparecer Chococrispis y Gigatron de la escena de forma simultánea y por circunstancias nunca aclaradas, estos últimos, autoproclamados los dioses del metal, decidieron resucitar a finales de 2012, habiendo sido acogidos por sus seguidores de forma excepcional: acudiendo a sus conciertos como si de ritos con nombre propio se tratasen, tal y como el pasado viernes pudimos comprobar.
Entre apasionados gritos de “Gigatron”, “Gigatron” prorrumpidos por el gentío, frente a un público expectante que, en muchos casos, se presentó especialmente ataviado (hachas de plástico en ristre, luciendo cuernos vikingos, llamativas y coloristas pelucas, exageradas gorras de plato…), la descarga de los dioses se materializó con el hit Warrior of the barrio, cantado al unísono por los presentes. Llevando al respetable al paroxismo más exagerado -espada al viento el vocalista en los momentos sublimes,  sobrevolando el mar de cuernos-; navegando sobre dicho mar, el cuarteto llevó la nave al mejor de los puertos, recurriendo a temas tan esperados como Barco de colegas, Banderas de roña, Caballón, Viva el kalimotxo, Te peto el kaka, Mazinger metal… Sin dejar fuera dos de estreno, Apocalipsis molón y Heavy hasta la muerte. Y todo ello en medio de una atmósfera…  Inmejorable: ¡cuántas bandas serias, normales, querrían para sí este ambientazo en sus conciertos! Riquísimo en riffs de reconocido regusto, calculadas poses, histriónicos falsetes y no menos histriónicas proclamas (sólo echamos en falta el “buenas noches, San Sebastian” –sin acento en la a, típico de las formaciones guiris en sus visitas a dicha capital en la década de los ochenta-), demostrando Gigatron moverse como pez en el agua entre el humor del absurdo y la genialidad. Pese a que su concepción del heavy tal vez sea a la tradicional lo que el spaghetti western al mítico género americano, acertando de lleno a la hora de llevarse a su terreno un estilo como este, tan grande… Como, digámoslo sin tapujos, parodiable. Parodiable como todo lo grande –en otro orden de cosas-, toda vez que únicamente se parodia aquello que triunfa o que, por una u otra razón, llama poderosamente la atención. Así pues, que nadie se moleste por lo dicho. Ah, y un estilo que los músicos, verdaderos obreros del metal, demostraron dominar a la perfección, siendo como son totalmente necesarias técnica y maestría para sacar adelante un proyecto como el suyo, articulado sobre una música perfeccionista donde las haya. Bueno, y asimismo, siendo necesario sentirla. Amarla. Y es que, al igual que se dice en Carnaval, que cada cual tiende a disfrazarse de lo que en verdad lleva en su interior, tal vez podríamos decir que el heavy metal anidó una vez en ellos, y ahí sigue: marcándoles la agenda.
Poderosos como el trueno, auténticos hermanos del rock and roll; demostrando ser los que más, Gigatron sobrevolaron Movie demostrando ser amos y señores sobre el escenario. Protagonizando un ejercicio de enaltecimiento del heavy metal por todo lo alto. Una jornada de total exaltación de sus ritmos: por eso y más, ¡larga vida a los dioses! ¡Larga vida a Gigatron!

















No hay comentarios:

Publicar un comentario

USTED ES EL VISITANTE Nº