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3/10/11

CRÍTICAS DE OCTUBRE: MARAH, GOT CASH, MARVIN Y SORRY MAMMA, PARA EMPEZAR

Llevando por bandera el rock & roll

Concierto de Marah

Fecha: jueves, 6 de octubre

Lugar: sala Tótem, Atarrabia.

Intérpretes: Marah, formación integrada por David Bielanko, a la voz y a las guitarras, Serge Bielanko, a la voz, a la armónica y a las guitarras,, Mark Francis, al bajo y a la trompeta, Christine Smith, a los teclados, al acordeón y a la percusión, y Martin Linds, a la batería.

Incidencias: presentación de Life is a problem, último CD de la banda. Hora y ¾ de duración, con descanso de 15 minutos incluido. Asistencia discreta, público participativo.

Llevando a nuestro terreno una de las prácticas más empleadas en los últimos tiempos para justificar el logro de ciertos objetivos, el pasado jueves, tras aplicar un leve recorte al concierto al que asistimos previamente (el tiempo correspondiente a los bises, no más) nos desplazamos hasta Atarrabia, con el fin de seguir las evoluciones en directo de Marah: formación que lo dio todo, protagonizando un pase tan intenso como apasionado. Apasionante. Una actuación, en algunos momentos, con el plus añadido de cierto regusto y sabor a concierto de club –más que de escenario grande-, saliendo con ello, con semejante plusvalía, ganando los presentes: un público que, integrado por un centenar largo de personas, agolpándose en la parte delantera de la sala, disfrutó sobremanera del crisol de rock y folk americano facturado por el quinteto.

La velada, articulada en dos partes de similar corte y confección, se mostró ¿rica? No, excelsa –más bien- en rock de genuino sabor americano, tal y como ya hemos indicado.

Trabajado sin colorantes ni artificios, presentado sin envoltorio ni papel de regalo alguno; demostrando ser todo un regalo en sí mismo para los oídos verdaderamente rockeros, el concierto fue ganando ritmo y sonoridad made in U.S.A. de manera progresiva, resultando la música facturada, de diferentes atmósferas (unas veces más rockera, otras, más country y sureña) cruda y cálida a un mismo tiempo. Pese a la premeditada aspereza con que fue plasmada en determinados momentos, exhibiendo una sonoridad ora más clásica, ora más próxima a su agreste denominación de origen, luciendo siempre más yankee que la bandera de las barras y estrellas: la cual, por cierto, colgada de un amplificador, presidió el escenario; ah, y tocado, llevado al directo semejante hecho musical como se toca de verdad el rock & roll, tanto en lo que a expresividad de los músicos hace referencia como a su volumen, algo que los presentes vaya que si agradecieron y premiaron: lo mismo que la cercanía y proximidad demostrada por la banda, no dudando los hermanos Bielanko en cantar desde el mismísimo filo del escenario… e incluso a pie de pista, en alguna ocasión. Bueno, ni, a la vista de la asistencia registrada, en restarle formalidad al espectáculo, improvisando y alargando a voluntad el desarrollo de las canciones.

Procedentes de Madrid y camino de Valencia, Tótem acogió el rock con marca propia de Marah, banda que el pasado jueves hizo ondear, y cómo su country rock americano. Llevándolo en todo momento por bandera, protagonizando con sus canciones toda una fiesta de exaltación de dicha concepción del rock. Y esto deparó la noche del primer jueves de octubre en Tótem, sala a la que no nos queda otra que aplaudir por su valentía a la hora de programar. De continuar aplaudiéndoles por seguir programando con el gusto con el que lo están haciendo en este arranque de temporada, a pesar de, en noches como la presente, no ver totalmente recompensado su esfuerzo; y que todavía haya por ahí quienes digan que en Pamplona no hay conciertos…


Efervescencia, cal y arena

Conciertos de Hooked On Time, Got Cash y Marvin


Fecha: viernes, 30 de septiembre.

Lugar: sala Movie, Aizoáin.

Incidencias: cerca de tres horas de música en directo. Media entrada larga, en algunos momentos; público integrado principalmente por adolescentes que se mostró entregado.

Cual si de una moneda se tratase, la presente noche de pop-punk mostró dos caras: las exhibidas por Hooked On Time y Marvin, primeros y últimos en comparecer (bandas que dieron la de cal: junto con la afluencia registrada y la actitud de los presentes, lo mejor de la velada) y, lamentablemente, la mostrada por Got Cash, grupo cuyo directo, pese a resultar del agrado de su público, no nos terminara de convencer. Cosa de que la forma de cantar de su vocalista dejara un tanto que desear, haciéndolo fuera de tono durante buena parte del concierto; ¿acaso el grupo no lo escuchó por monitores? ¿Nadie se dio cuenta, excepto el arriba firmante?

La velada arrancó con los jovencísimos Hooked On Time, quienes haciendo suyas sendas abiertas años atrás por bandas como Dikers, se desenvolvieron con soltura aunando fuerza, velocidad y melodías, ganándose sin ningún tipo de duda el poder ser considerados banda revelación de la velada. Y es que Hooked On Time hicieron gala de un inusual engrase a la hora de plasmar sus temas, denotando a la de sacar adelante su pase, breve y contundente como sus canciones, una sorprendente madurez. A continuación llegó el momento de los teóricamente colíderes del cartel, Got Cash, banda que, en su quinto cumpleaños como grupo, demostró tener todavía mucho trabajo por delante en aras de mejorar a la hora de tocar en directo: de defender con más garantías unos temas que, extraídos de sus trabajos Veintiuno y Las cosas que pasan cuando no estamos en casa, compuestos siguiendo la estela de Blink 182 o Dikers, ¿podrían? No, deberían sonar mucho mejor: y con esto no queremos decir que los músicos no trabajen o no hayan trabajado hasta el momento, sino que les queda mucho trabajo por hacer: principalmente, en lo referido a afinación y a modulación y empaste de las voces implicadas (resultando lo dicho fundamental en estilos como el suyo), así como en lo relativo a aportar soltura a los cambios de ritmos. A hacerlos sin innecesarios nudos. Y es que sí, Got Cash le pusieron ganas, empuje y empeño, pero su directo, pese a que agradara a los asistentes, creemos que debe mejorar. Y hasta aquí diremos; ¿gustaron? Sí, pero gustar a tu público, a un gentío como el que dicha noche completó la parte baja de la sala, pensamos que no es necesariamente sinónimo de hacerlo bien. Cuestiones de gustos aparte, bien facturado, queremos decir. Afortunadamente, las aguas volvieron a su cauce y las tornas cambiaron con Marvin, banda que, en loor de multitudes, a lo grande, ofreció un gran concierto de principio a fin: desde que empezaron, con la proyección de su nuevo videoclip, Queremos hacerlo todo. Y todo ello, despachando y recibiendo adrenalina a raudales, sintiendo en todo momento el aliento de los presentes, quienes, botando con frenesí, los llevaron en volandas, cantándoselas todas. Y a voz en grito: temas, por citar algunos (que perfectamente podrían haber sido otros) como Saludos desde el sol o Inmortales (de su primer CD) o Lo último que quieres o, ya en los bises, Nuestro fin (fue, es, será), de su CD Olvidar lo aprendido, ofrecidos con tanta seguridad como autoridad. Con magisterio de autoridad –incluso- nos atreveríamos a decir, a la vista de lo que son Marvin actualmente: uno de los máximos exponentes del denominado easy core: vuelta de tuerca del pop punk o happy punk melódico, tocado con la velocidad/voracidad del hardcore.

El viernes 30 tuvimos ocasión de chequear la escena pop punk de la ciudad, saldándose dicho examen con las valoraciones aquí expuestas: sin ningún tipo de acritud, nuestros mejores deseos para las tres bandas.

MARVIN - Queremos hacerlo todo from Sense Titol on Vimeo.

MARVIN, EL VÍDEOCLIP: QUEREMOS HACERLO TODO, ¡ADELANTE!


Electro rock de altos vuelos

Concierto de Sorry Mamma


Fecha: jueves, 29 de septiembre.

Lugar: Black Rose, Burlada.

Intérpretes: Sorry Mamma, banda integrada por Piluca, a las voces, Goar, a las guitarras, a los coros y a las programaciones, Cristina, al bajo, y Tachín, a la batería.

Incidencias: presentación de I wanna know, primer CD de la banda; 1 hora de duración. Asistencia muy discreta, público participativo.

Arrancó una nueva temporada de música en directo en Black Rose, la vigésima, y, lo hizo con un concierto realmente explosivo; ¿la pena? La asistencia registrada. La poca asistencia registrada –más bien-, inversamente proporcional a la riquísima actuación ofrecida por una banda que lo dio todo. Pero bueno, lo que hubo es lo que hay y, salvo contadas excepciones, lo que, por desgracia, nos tememos que va a haber este año en muchos sitios. Y en muchas ocasiones. Y frente a ello, más que tratar de capear como se pueda el temporal, poco más se puede hacer. Intentar tirar todos hacia delante, locales pequeños y grandes.

Bajo un ambiente familiar y distendido, la primera vez de Sorry Mamma en Nafarroa comenzó a materializarse con temazos como el que da título al CD y Let´s go to the party, auténticas invitaciones a la fiesta perfectamente acogidas por el público, brillando asimismo con luz propia Times of dance en estos primeros compases, con las ibicencas noches festivas de fondo: unas composiciones intensas, de diferentes hechuras y atmósferas que, erigidas sobre la complicidad de las contundentes y, a un tiempo, sugerentes y mágicas guitarras de Goar Iñurrieta y las bases disparadas desde el ordenador, de manos de los punteos del citado entre las nubes de música electrónica, generaron una cuando menos novedosa atmósfera en el local, llenándolo de sabor a rock… ultrabailable. Realmente moderno. Revestido por un traje tan brillante como festivo, de alto standing el mismo. Bueno, y sin menospreciar las trayectorias de ninguno, en consonancia esto último con las horas de vuelo de un músico como Goar, de prolífico curriculum pese a su edad: enrolado actualmente también en Malditos Bastardos, alguien al que vimos colaborando con Hertzainak en el Anaitasuna cuando sólo contaba con ¡14! años de edad; posteriormente, siendo miembro de Cicatriz (1986-1996) y, finalmente, formando parte de las bandas de Estopa o Nacha Pop. ¿Otros temas a destacar? I hate my neighbourhood o Let me be your guide, al igual que los anteriormente citados, merecedores de mejor suerte en lo que a llegar a más público hace referencia. Unas composiciones que, en resumidas cuentas, dejaron claro que Sorry Mamma, su radio de acción –más bien-, necesariamente tiene que crecer.

Bueno, y finalmente, al hilo de lo expuesto en estas líneas de estas líneas, no podemos concluir sin quitarnos el sombrero ante bandas entusiastas como esta, que, en su infatigable labor por intentar asomar la cabeza y respirar, no dudan en desplazarse desde donde haga falta; desde Madrid -en este caso- hasta locales como el Black, el Terminal (decano en los que a organización de conciertos de este tipo se refiere, labor en la que lleva embarcado desde 1986), AKE o el reinaugurado Infernu, espacios que hay que apoyar a cualquier precio a la vista de lo que han sido y deben seguir siendo, viveros de jóvenes promesas en general. De los músicos llamados a ser los integrantes de las bandas del mañana, formaciones que, entre unas cosas y otras, alarmante falta de personalidad o discurso propio en muchos casos y el actual exceso de oferta, materializado con la presencia de bandas completamente hechas copando sus escenarios (llamados en otros tiempos a acoger principalmente a quienes estaban empezando), nos temamos que lo van a tener claro, a la hora de salir adelante con sus proyectos. O no tan claro. Y dicho esto, nada más por nuestra parte. Bien, Sorry Mamma. A miles de pies de altura, su electro rock de altos vuelos.

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