Blog musical de J. ÓSCAR BEORLEGUI llamado a ser integrado principalmente por monográficos sobre grupos de rock que le gusten y por críticas musicales de las publicadas por él en DIARIO DE NOTICIAS de NAVARRA. He aquí, sin duda, tus dosis diarias de BLOG & ROLL. Textos y notas -musicales- en perfecta armonía, como las combinaciones de sonidos, emociones y tiempos que dan lugar a una buena canción
MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN)
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Fecha: sábado, 26 de marzo.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Koma, formación integrada por Brigi a la guitarra y a la voz, Natxo a la guitarra y a segundas voces, Rafa, al bajo, a las voces y a los coros, y Juancar, a la batería.
Incidencias: presentación de La maldición divina, 8º CD de la banda. Hora y 50 minutos de duración, bises incluidos. Muy buena asistencia, público de distintas edades que disfrutó de la actuación.
Casi un año después de su última actuación en Iruñea (en el marco del festival de las peñas), Koma se reencontró con sus seguidores con motivo de la puesta de largo de La maldición divina, su incontestable nuevo CD, protagonizando un concierto incontestable, asimismo.
En medio de la habitual expectación que siempre rodea sus conciertos, sobre un escenario presidido por la espectacular batería de Juan Carlos, los comandados por ese titán que viene a ser Brigi Duque presentaron sus poderes con los temas de estreno Sin oxígeno y Los idiotas, piedras de toque a las que, ante un público noqueado –directamente- por la brutalidad exhibida en este arranque, siguieron, entre otras, la vieja Imagínatelos (primera en hacerse con el fervor de los presentes) y las igualmente de estreno Blancos de los nervios o Quién sobra. Acto seguido, el rocoso cuarteto atacó temas viejos como Vaya carrera o El pobre, canciones que contribuyeron a agrandar el implacable bombardeo de vatios, decibelios y buenas sensaciones. Mostrando las caras más versátiles de su majestuosa concepción del heavy metal; creando y recreándose la banda por sendas rítmicas (imponéntemente reconvertidas, claro está) tan variadas como las de la canción de autor (Bagare, qué poderosa versión, como todas las hechas por el grupo a lo largo de su carrera) el tango (El muro de Berlín), el thrash metal realmente malencarado (Patrón a seguir), el reggae –incluso- (Me vacío) o el son (El sonajero, hit que, reforzado por la trompeta de Sergio, cómo triunfó una vez más), la descarga, en lo que a respuesta del público respecta, alcanzó la calificación de totalmente exitosa de manos de esta última, yendo irremisiblemente hacia arriba de manos del colosal hacer de los cuatro gladiadores implicados con Bienvenidos a Degüelto, Tío Sam (espoleta que en 1995 nos alertó del potencial de la banda), Sakeo, el popurrí integrado por secuencias sonoras de El marqués de Txorrapelada, Mi jefe, Aquí huele como que han fumao y El infarto y, finalmente, a modo de última traca, La almohada cervical, tema para el que se contó con la participación de Jorge, de Sparto, a las voces.
En constante ebullición desde que se juntaran por primera vez en otoño de 1994, con su capacidad de convocatoria, al igual que sus constantes musicales, creciendo de modo tan firme como seguro desde entonces (grandes desde el primer día en realidad, habiendo sido sólo cuestión de tiempo que así lo reconociera público y crítica) la bestial concepción del heavy metal esculpida por los legendarios guerreros de Koma atronó en Tótem sin concesiones, mostrándonos a un banda en plena forma. La brutal manera de hacer de Brigi (portentosa y salvaje furia en escena), Natxo, tan inconmensurable como resolutivo, rotundo y elegante siempre, Rafa, sin perder cuerda nunca, ya a las cuatro cuerdas, ya a las voces, y de Juan Carlos, el hombre tranquilo que, en su línea, le echó el habitual par de bombos al asunto: músicos que, en otro orden de cosas, comparecieron trajeados al más exagerado estilo del género, luciendo más que a juego con una puesta en escena que, cuidadísima, incluyó telón de fondo y telares con diseños alusivos al arte del nuevo CD incluso. Músicos de una banda que, de altísimo voltaje, este sábado volvió a dejar claro lo siguiente: que lo suyo siempre fue y será el heavy metal.
He aquí la hoja de prensa o "bío" que preparamos sobre el trabajo; más abajo, el VIDEOCLIP. El sábado fue el día, KOMA en concierto: próximamente, la crítica!!
KOMA, LA MALDICIÓN DIVINA (MALDITO RECORDS, 2011)
Koma, el engranaje musicalmente perfecto integrado por Brigi Duque, compositor de la música, guitarrista y vocalista del grupo, Rafa Redín, bajista y letrista, Natxo Zabala, guitarra solista, y Juan Carlos Aizpún, batería, vuelve a demostrar su poderío con la publicación de La Maldición Divina, su octavo trabajo: nuevo aldabonazo sonoro que, tres años después de la publicación del anterior, Sakeo (álbum que llevó al grupo a cruzar en dos ocasiones el océano Atlántico) ve la luz cuando estamos en puertas del decimoquinto aniversario de la salida de su primer CD.
La Maldición Divina, título abierto a múltiples interpretaciones (más que a un Dios en particular, referido a cuestiones relacionadas incluso con ídolos o con los personales “becerros de oro” de cada cuál), se grabó en los estudios M.A.V. de Zizur Mayor, Navarra, donde también se hicieron las mezclas; una vez más, Miguel Aizpún, productor habitual de la banda, se encargó de dichas labores, compartiendo cometido con los propios músicos; la masterización final, asumida igualmente por ambas partes, se llevó a cabo en los estudios MASTER M.A.L. Por último, apuntaremos que Kike se encargó del arte de la portada (tan impactante como la música del disco) y que para la llegada al mejor puerto posible de las canciones se contó con colaboraciones como las de los músicos de Su Ta Gar y Mr. Fylyn David y Alfonso Zarzosa –entre otras-, quienes aportaron sus voces en los coros.
La Maldición Divina ofrece doce cañonazos que Kolosales, Majestuosos, con la casta habitual de Koma latiendo a borbotones, denotan desde su primera escucha su ADN. La analítica perfecta; que sólo pueden ser de Koma, banda cuyas vigorosas constantes vitales se siguen manteniendo en el mismo estado de forma que cuando surgió en 1994, si no creciendo: como si por ellas no ya no pasaran los años, sino que tampoco les pesaran. Y desde el prisma estilístico, por si quedara alguna duda, dejando claro con rotundidad, tal y como lo proclaman en ‘Almohada Cervical’, que lo suyo siempre fue, es y será el heavy metal, concepción del género que de alta tensión siempre, erigida sobre su esencia más genuina, rockerizada y atemporal, luce impactante a rabiar con los ropajes sonoros exhibidos por el grupo: su sonoridad del siglo XXI. ¿Temas a destacar? ‘Blancos De Los Nervios’, ‘Patrón A Seguir’ (de malencaradas y broncas letras), ‘Los Idiotas’, ‘Quién Sobra’ (críticas e irónicas a un tiempo), ‘Sin Oxígeno’ (la más vacilona) o la inconmensurable versión del ‘Bagare’ del cantautor Gontzal Mendibil, sostenidos todos ellos por unos riffs que, ya característicos, han creado escuela; rubricados por los punteos de Natxo (tan elegantes como resolutivos y contundentes) y lanzados con incontestable precisión desde la siempre fornida base rítmica, con Rafa sin perder cuerda –igualmente- y Juan Carlos, en su línea, echándole el habitual ‘par de bombos’ al asunto. Finalmente, el CD se completa con ‘El Exorcista’, ‘Fantasmal’, ‘Me Vacío’, ‘No Te Lo Tomes a Mal’ y ‘Ostia Frontal’.
Un disco éste, La Maldición Divina, llamado a ser toda una divina bendición para los miles de incondicionales de Koma, banda que, paradigma del mejor heavy metal facturado en el Estado, vuelve a dejar claro que su concepción del rock sigue siendo sinónimo de grandeza y rotundidad: una vez más, buena señal.
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