Intención, verdad e intensidad
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Deonliguan, quinteto integrado por Salieri, a la voz, Patxi y Oskar, a las guitarras, Josetxo L´Obelix, al bajo, y Txober, a la batería.
Incidencias: presentación de Rock´N´Roller, primer CD de la banda. 1 hora de duración, bises a parte. Asistencia aceptable, público que disfrutó de la actuación.
Al igual que en otros contextos, en el pasional mundo del rock muchos son los llamados y pocos los elegidos. Los tocados por la varita mágica del éxito, tan caprichosa a la hora de bendecir grupos como inescrutables los caminos del Señor: y ello, en ocasiones, sin tener en cuenta factores como los años de trabajo previo, el estilo elegido o el idioma empleado para expresarse: acordémonos de Dover, por ejemplo. Bueno, y dicho sea de paso, radicando en dicha no existencia de fórmulas infalibles al respecto buena parte de la magia que rodea al arte musical. De la fe a prueba de bombas, carros y carretas que mueve a bandas como Deonliguan a seguir en la carretera.
La velada, erigida sobre los temas del flamante Rock´n Roller y aderezada por algunos de los viejos, se tradujo en una actuación rebosante de intensidad, fidelidad y pasión por un estilo. Repleta de un rock´n roll que, con sus vetas de heavy metal, AOR y rock sureño –en determinados momentos-, concebido y facturado lejos de conceptos como tiempo o lugar, se mostró totalmente atemporal. En estado puro, totalmente desnudo en lo que a intentos de innovaciones estilísticas respecta. Con sus latidos y su sonido característico ondeando cual enseña de la banda, manifestándose los primeros más vigorosos que los de los temas de su maqueta y el sonido, en las canciones nuevas, mucho mejor encauzado que en las de aquella. Unas canciones, las nuevas, que revelaron empaque, señas de identidad propia (he aquí una de sus principales novedades) y magnetismo, a pesar de jugar en algunos casos en su contra, sobre el papel al menos, su minutaje. Pero no, en ningún caso se cayeron, luciendo tan ricas en desarrollos y pasajes musicales como en bondades artísticas: factores derivados del buen hacer de Salieri, a la voz (poniendo de manifiesto haber nacido para cantar así, vena hinchada a todo rock) y, especialmente, del gran Josetxo L´Obelix, histórico con mil historias a sus espaldas que, imagen del grupo se quiera o no, de manos de su fuerza y solvencia en escena, desde que regresó a Iruñea tras décadas de ausencia ha revolucionado no sólo Deonliguan, sino la escena rockera en general.
Deonliguan, sinónimo de rock´n roll. De rock´n roll en esencia, he aquí qué deberían decir los diccionarios en caso de que recogiesen dicha entrada. Y es que eso hicieron en Black Rose, poniendo verdadera cara –musicada- a su pasión por el viejo género y, de paso, demostrando haber dado un gran paso respecto a la última vez que les vimos, abriendo para Y & T, en 2009; poniendo cara y banda sonora a una noche como aquellas que décadas atrás nos hablaban de rock and roll, esperas en billares, maneras de vivir o trenes de color azul, Leño o Barricada mediante. Parafraseando a Rosendo, de rock and roll sin ir más lejos: algo, como ellos a buen seguro saben, tan fácil y difícil a la vez. Bien Deonliguan, bien.
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