MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

16/7/15

SANFERMINES 2015: CRÍTICAS DE LA M.O.D.A., FUNDACIÓN TONY MANERO Y ALEJO STIVEL

Orquesta de maravillosa graduación

Concierto de la M.O.D.A.

Fecha: jueves, 9 de julio.
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea.
Incidencias: 4ª actuación del ciclo Plaza de los Fueros 2015. Presentación de La primavera del invierno, 2º CD de la formación. 1 Hora  y 10 minutos de duración. Asistencia moderada, público mayoritariamente que se mostró participativo.

En unos días como estos, en los que ‘alcohol’ y ‘fiesta’ son términos sinónimos (la sanferminera combinación de ambos factores obra en ciudadanía y visitantes  maravillas), no podía faltar para rematar faena la presencia de la M.O.D.A., formación procedente de Burgos que, con solo cuatro años de vida y dos discos en su haber, se antoja ya imprescindible en todo tornado festivo que se precie: y más si el vendaval es del calibre del de Iruñea, de fuerza y fama mundial
Una vez concluida la sección de fuegos artificiales, ante un público que en ningún momento rebasó el límite marcado por el perímetro de los controles de luz y sonido; en una noche fresquita, algo que se agradeció… a medias, la velada arrancó con la actuación del último de los teloneros programados, Six Miles Wide, quinteto que, reforzado a las guitarras por Iván (jovencísimo y sobresaliente guitarrista en Impacto), ofreció media hora de genuino hardrock, convenciendo al personal con sus canciones; con unos temas de firma propia que, haciendo gala de gancho y cautivador veneno, delataron haber sido concebidos muy en la onda de los de bandas como Motley Crue; ¿la pena? Que no hubiesen nacido los integrantes de Sex Miles Wide décadas atrás. En otro tiempo. Y, a la vuelta de los años, que no hubiesen formado el grupo en otro lugar. Por lo demás, en lo referido a técnica y maneras esgrimidas a la hora de plasmar sus temas en directo, nada que objetar.

Camisetas blancas de tirantes (y pañuelicos al cuello algunos de los músicos), los componentes de la M.O.D.A. arrancaron actuación con el tema de estreno Nubes negras, título para nada premonitorio, sonado pronto Suelo gris, de ¿Quién nos va a salvar?, su primer disco grande; y así, recurriendo a dichos trabajos (y a algún que otro tema incluido en sencillos que vieron la luz previamente) vadearon la velada, trabajándose los burgaleses la noche canción a canción intentando en un principio caldearla y agradar: darle fuego y agrandarla finalmente con su música, buscando  impulsar hacia arriba, si no el mercurio, imposible tarea (los termómetros ya no subirían de los 15 grados), sí la temperatura ambiente con su sugerente cóctel musical, fruto de una maravillosa mezcolanza de ingredientes sonoros de substanciosos colores y matices; de una mixtura estilística surgida de la combinación de instrumentos como el acordeón, el banjo o la mandolina además de otros más previsibles y esperados, aliñado todo ello por el hacer de diferentes percusiones. Así pues, siendo esto así, a nadie extrañó que, desde el prisma artístico, la temperatura subiese y subiese conforme se fueron sucediendo las composiciones: los tragos largos con forma de canciones ofrecidos, de seductora graduación, entonando en la recta final la banda totalmente a los presentes con títulos tan esperados como los imprescindibles Nómadas o Los hijos de Johnny Cash, rúbrica más que perfecta del clímax felizmente alcanzado. De la consecución del objetivo final. Gustaron, en verdad.

Funky disco party al rojo

 Concierto de la Fundación Tony Manero

Fecha: sábado, 11 de julio.
Lugar: Plaza del Castillo, Iruñea.
Incidencias: 6ª actuación de las programadas en dicha plaza. Presentación del CD Superficial, último trabajo del grupo. Hora y 40 minutos de duración. Asistencia masiva, público que disfrutó de la velada.


La legendaria Fundación Tony Manero desembarcó un año más en Sanfermines, haciendo suyas las ganas de fiesta del gentío y quedando de inmediato los músicos  impregnados por las mismas; poniendo en pie de baile a los presentes incluso desde los momentos previos a los primeros acordes: desde que, al filo de la media noche, sonase la intro pregrabada que precedió al primer tema-sintonía de entrada, un instrumental que, de característico regusto, fue el aperitivo perfecto para lo mejor: tal y como pronto comprobamos, para lo que estaba por llegar.
En una nueva noche de chaqueta (no precisamente en la cintura), sobre un escenario, con permiso de la batería, tan despejado como repleta la plaza, los comandados por los legendarios Miguelito Superstar y Paquito Sex Machine dieron inicio a su cometido, reactivar la fiesta, con un tres en uno que vino a ser el mejor reactivo de los posibles; con tres temas que, extraídos de su último CD (Inevitable y Lo haces tan bien –entre ellos-), sonaron enlazados, quedando activado desde ya el mecanismo: el más que perfecto engranaje de facturar funk ultra bailable, desenfadado y jovial, tanto desde el prisma musical como desde el lírico: con la música aportando cuerpo sonoro a unas letras concebidas igualmente para ello, para que únicamente fuese preciso mover el esqueleto a su compás.
Sin posibilidad de vuelta atrás, con el bajo ejerciendo de rotunda correa de transmisión y la sección de vientos, colosal, disfrutando de sus momentos y haciendo disfrutar a pleno pulmón, tan demoledora concepción de la mejor música disco de los 70 y los 80 fue siempre de menos a más, luciendo en todo su esplendor con temas tan esperados como Looking for la fiesta, Supersexi girl o Sube el tocadiscos, verdaderos pesos pesados de un repertorio que, tal y como era de esperar, hicieron bueno, y cómo, el célebre dicho de que el “sábado en la noche se hizo para bailar”. Y todo ello ante un público que, si bien no exteriorizó sus aptitudes para el baile en demasía ni mostró especial apetencia por cantar (ya se sabe cómo las gastamos por aquí en lo referido a dichas materias), siguió la actuación con interés y efusión: con más y mayor entrega en función de su cercanía al escenario, mostrándose en todos los casos complacido y seducido por los músicos; por los 9 componentes de una formación que reivindicando la fiesta y la música como valores indispensables del ser humano –tal y como acostumbran a proclamar, no dando en directo gato por liebre nunca-, salieron por la puerta grande nuevamente, encandilando en su regreso a Iruñea al personal. ¿De modo superficial, ateniéndonos al título del CD que vinieron a presentar? De ninguna de las maneras, imposible el juego de palabras. De forma sensacional.


Sin alejarse del rock & roll

Concierto de Alejo Stivel

Fecha: lunes, 13 de julio.
Lugar: plaza del Castillo, Iruñea.
Incidencias: última cita de las programadas en dicho espacio. Hora y ½ de duración, bises incluidos. Asistencia buena, público de ambos sexos y de la quinta del artista, principalmente.

Sin alejarse de sí mismo, del rock & roll y sus circunstancias con forma de canciones,  tanto propias como de artistas de su entorno artístico más inmediato. Y sin separarse de las de Tequila en demasía, haciendo ver que la sombra de tan legendaria marca continúa siendo… Imprescindible para él, más que únicamente alargada: así compareció el seminal Alejo Stivel en la plaza del Castillo, protagonizando una verbena rock –a tenor del repertorio brindado, integrado básicamente por versiones- que satisfizo a los presentes: a un público que, finalmente, se dio cita en interesante número.
Ante un plaza que, en lo que a limpieza hace referencia, lució más presentable que en noches precedentes, Stivel, verdadero icono del rock en castellano, abrió la espita al más genuino rock & roll con Nada más, tema del grupo Mamá incluido en su última grabación, Decíamos ayer: el disco homenaje a un buen número de artistas de su quinta  que, publicado en 2013, le sirve actualmente de coartada para salir a la carretera.
Haciendo gala el cantante al frente de su banda, con el reputado guitarrista Julián Kanevsky incluido en la alineación, de mantener timbre, planta y maneras (verdaderamente importantes dichos vectores para seguir pisando escenarios), el siguiente artista revisado fue Serrat, Hoy puede ser un gran día, recalando acto seguido el setlist en el repertorio de Tequila, Rock and roll en la plaza del pueblo: en la del Castillo de Iruñea –dicha noche-, enclave que poco a poco fue caldeándose: al tiempo que el gentío fue aproximándose hasta el escenario por la calle principal y adláteres... Y de esta guisa transcurrió la velada, el acertado recorrido por el mapa de la memoria musical del Madrid de la época de la denominada Transición, he aquí qué vino a ser la actuación: con los músicos tratando de hacer del lunes otro sábado, parafraseando la conocida canción de Paloma San Basilio. De la noche del lunes una como la de cualquier sábado, de manos de temas como Sábado en la noche –imprescindible, no podía faltar-, Enamorado de la moda juvenil, de los precursores Radio Futura; Qué demasiado (del cancionero del primer Joaquín Sabina) o Qué hace una chica como tú en un sitio como este, brindadas entre guiños a hits de la banda madre de Stivel -incluidos o no en Decíamos ayer- como Que el tiempo no te cambie o Dime que me quieres, ofrecida por partida doble: reescrita como balada (aportando el punto de necesario romanticismo a la noche) y tal y como la conocimos, para dar de esta forma por concluida la sesión. Pero, toda vez que faltaban temas clásicos por sonar y que  únicamente habían transcurrido 70 minutos desde el comienzo del concierto, estaba claro que tenía que haber más. Que aquello no era el final, llegando en el tiempo extra lo mejor de la cosecha propia de Stivel: grandes hits de Tequila como Necesito un trago, Me vuelvo loco y Salta, recibidos como agua de mayo por la plaza; por un público que en la presente cita, última de feria, se dejó llevar por el viaje en el tiempo protagonizado por Alejo y sus canciones. Correcta, sin incidencias ni turbulencia alguna la singladura. Nada que objetar.

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