Creyendo en el rock & roll
Concierto de Loquillo
Concierto de Loquillo
Fecha: domingo 6 de
Julio.
Lugar: Plaza de Los
Fueros, Iruñea.
Incidencias: 1ª actuación
del ciclo Plaza de los Fueros 2014. Hora
y ½ de duración, bises incluidos; muy
buena asistencia, público heterogéneo que se mostró participativo.
En desigual lucha contra los
elementos (meteorológicos), envite del que finalmente salió mejor que bien
parado, Loquillo prendió con su rock & roll actitud la mecha de la
programación de Los Fueros, ofreciendo un memorable concierto. Una actuación
que, en el sentido literal de la palabra (a las 23.30 horas los termómetros
marcaban 13 grados) calentó los ánimos de los miles de personas que allí se
congregaron, un público que, claro está, fue vibrando más y más conforme fueron
sonando los imperecederos hits: El
rompeolas (primero en hacerlo, pasadas las 0.30 horas); Carne para Linda (cantada por el Loco desde el foso cara a cara a las
primeras filas) La mataré o El ritmo del garaje: cosa del paso del
tiempo, con guiño generacional incluido en su letra. Dedicada a las hijas en
vez de a las madres. “Tu hija no lo dice, pero me mira mal…” -que tuvo a bien
cantar-, dando a entender que, además de cambiar, el tiempo pasa que es una
barbaridad.
Con la lluvia dando una
tregua temporal (a partir de las 00.45 volvió a hacer acto de presencia, pero
ya era tarde para aguar el concierto), ante un gentío ávido de fiesta, la banda
abrió compuertas con Rock and roll
actitud, comenzando a hacer caudal con temas como Línea clara o Sol, de
sonoridad genuina, perfectamente orientada a cómo ha de lucir en el presente
siglo. Exquisitamente cuidada por el concurso a las 6 cuerdas de tres grandes
guitarristas como Jaime Stinus, Igor Paskual y Josu García, tan echados para
delante y descarados como elegantes a la hora de tocar.
Apoyándose en un repertorio
de lo más equilibrado, tan representativo del presente como del pasado
(indiscutible punto de apoyo los tiempos pretéritos para entender su actual
devenir, razón por la que han de ser visitados) el rockero de imponente planta
dio en todo momento la sensación de estar disfrutando del concierto. De sentir de
primerísima mano el cosquilleo de composiciones como Memoria de jóvenes airados, Cruzando el paraíso o El hombre de negro, con la que
reivindicó el color de su vestimenta, pañuelico asomando por el bolsillo
superior de su gabán –en un primer momento- finalmente anudado al cuello; y lo
hizo mostrándose desenfadado, cómplice o
especialmente conmovido, y en determinados momentos, contemplando con satisfacción
su obra desde el fondo del escenario. De manos del buenísimo hacer de su banda,
la razón de que siga creyendo en el rock & roll, protagonizando una imagen
que se repetiría mucho a lo largo de la velada.
¿Más temas a destacar? Tras
reivindicarse como lo hizo ante su público y lo más importante, ante el gran
público y en un marco como este, la plaza pública más importante de los
Sanfermines, los imprescindibles Rock and
roll star y Cadillac solitario,
brindados en unos bises que incluyeron además el hit de Burning Qué hace una chica como tú en un sitio como
este, dejando flotando en el ambiente la siguiente sensación: que Loquillo,
portador desde su serena madurez de la chulería inherente al género; el chico
de la calle que hace más de tres décadas comenzara a cantar su canción, sigue
teniendo su banda de rock & roll.
Kepa y sus ‘sorginak’ de la guarda
Concierto de Kepa Junkera
Fecha: lunes, 7 de Julio.
Lugar:
recinto del Nafarroa Oinez, Taconera, Iruñea.
Incidencias: 2º
actuación de las programadas en este marco. Hora y ¼ de duración, bises aparte; muy buena asistencia,
público de ambos sexos y diferentes edades
que disfrutó de la actuación.
En estado de buena
esperanza desde los prismas creativo y artístico. Mostrando lo que actualmente
se trae entre manos, un nuevo proyecto a día de hoy, a tenor de lo visto, en avanzadísimo
estado de gestación; no en vano el artista tiene previsto salir de cuentas para
el próximo otoño. Así pues he aquí el argumento que tras ocho años de ausencia trajo al carismático trikitrilari de Bilbo a
Sanfermines: la puesta de largo del espectáculo Kepa Junkera & Sorginak. Y damos fe de que su propuesta
satisfizo a los presentes, encandilando a un público que abarrotó totalmente el
recinto. Haciéndolo hasta el punto de que en ocasiones quedara mermada la
visibilidad de cuanto ocurría sobre el pequeño escenario. Por cierto, poco que
ver sus prestaciones y dimensiones con las de los instalados en otros puntos de
la ciudad.
En una nueva noche
si bien, fresca, pero más apacible que la de la víspera (sin amenaza de lluvia alguna,
siendo los únicos aires llamados a concurso los musicales), con Junquera y su
séquito femenino sentados, dispuestos en abierto semicírculo sobre el tablado,
del show diremos que pivotó todo el tiempo alrededor de la triki del músico de
Rekalde, perfectamente respaldado por 7 jóvenes sorginak que, más allá de cantar y bailar –en algunos casos-, también
hicieron sonar cajones y otros útiles de percusión, pertrechadas de todo tipo de panderos; en algunos
casos incluso ¡cuadrados!: ¿concebidos tal vez a imagen y semejanza de los
platos cuadrados de los restaurantes de diseño? –Nos preguntamos-. Instrumentos
de percusión -en cualquier caso- cuyos sonidos no siempre acertaron a la hora
de abrirse paso, ganando la batalla casi siempre el de la triki.
Con especial
protagonismo para marchas, fandangos y distintas manifestaciones del arin-arin, las composiciones brindadas hicieron
gala de marchamo propio. De atesorar la especial rúbrica sonora de la casa,
luciendo como más que apropiadas para el baile: algo, lanzarse a bailar, que por
falta material de espacio apenas hicieron los asistentes, viéndose obligados a
disfrutarlas de un modo más pasivo: salvo en el caso de la ya legendaria Bok espok, de las últimas en sonar,
conformándose con seguir el proceder de los artistas a la hora de darles forma,
con el maestro de ceremonias compartiendo con generosidad la manufactura de las
mismas. Y todo ello marcado por una puesta en escena realmente sencilla;
totalmente ajena a artificiales atrezzos
y oropeles, recayendo el protagonismo únicamente en la música.
Amante declarado de
todo tipo de promiscuidades y fusiones .artísticas-; de la experimentación sonora
a todos los niveles, Junquera y sus ángeles de la guarda mutados en sorginak hicieron las delicias de
aficionados locales y foráneos con su actuación, dejando pequeño el recogido
–o, mejor dicho, escondido- espacio reservado para la música en euskera. Kepa
Junquera, una de las personificaciones por excelencia de la inquietud artística
de nuestra escena: artista que, dicho sea de paso, este año conmemora sus
primeros 35 años de carrera. En plena forma en la Taconera el día grande de las
fiestas.
Policromía en rojo fiesta
Concierto de Fangoria
Fecha: martes, 8 de
Julio.
Lugar: Plaza de Los
Fueros, Iruñea.
Incidencias: 3ª actuación
del ciclo plaza de los Fueros 2014; lleno,
varios miles de personas que coparon tanto el redondel como los jardines que
rodean la plaza. Hora y media de duración, bises incluidos.
La omnipresente &
latente estos Sanfermines amenaza de lluvia, materializada a partir de las
00.45 mediante un desagradable xirimiri,
no aguó el concierto de Fangoria, formación comandada por los legendarios Olvido
Gara y Nacho Canut cuya propuesta musical ni defraudó a sus fans, quienes se
hicieron fuertes en la plaza con suficiente antelación, ni terminó de seducir
al grueso de cuantos se dieron cita: un público que, atraído por la curiosidad
y por el tirón mediático del personaje, tal vez se arrimó a Los Fueros pensando
en escuchar un repertorio más… ¿antiguo? No, toda vez que el mismo también
albergó temas viejos de Fangoria, como Absolutamente
u Hombres. Un repertorio construido
sobre grandes éxitos de Alaska extraídos de épocas anteriores a su actual
banda, como si la actuación hubiese sido pensada como un homenaje a la carrera
de la artista. Pero para decepción de muchos, pese a puntuales y necesarias
concesiones al pasado, no fue así, topándose algunos de frente con canciones
nuevas (para ellos) y con un grupo vivo,
más que con una banda tributo a su vocalista.
En una noche presidida por
la expectación (a la vista del gentío congregado, curiosa la organización del habitual
ejército de lateros, a brazo partido
y pleno rendimiento), la sesión de electro
pop al rojo que quiso ser el concierto arrancó con No sé qué me das, prosiguiendo la policromática sesión con temas
más o menos de estreno.
Luciendo un vestido rojo
pasión –que más tarde cambiaría por uno negro-, perfectamente escoltada en todo momento por
los bailarines del ballet New Fantasía, Alaska encadenó las canciones a ritmo
trepidante, ofreciendo un espectáculo brillante. Pese a que su puesta en escena
fuese más comedida que la ofrecida aquí en Sanfermines de 2010, dando vida a un
show en el que además de su inconfundible estrella, brillaron con luz propia las
coreografías esgrimidas por el incansable cuerpo de baile: un ballet integrado
por cuatro personas que también tuvo sus minutos dorados, levantando la noche y
alborotando por vez primera totalmente la plaza cuando, en el seno de un medley, ofrecieron el hit Bailando, cantado por una de las
bailarinas: encendiendo una plaza que hasta dicho momento solo se había
alterado con la interpretación de Perlas
ensangrentadas, bien pasada la media hora de actuación.
Llegados a dicho punto, a
una con la del ya citado xirimiri,
más que la recta final del concierto llegó el sprint camino de su conclusión, materializada con la inclusión de
hits más o menos imprescindibles como Dramas
y comedias o verdaderamente obligados, como A
quién le importa o Mil campanas,
con el que se despidieron definitivamente.
Con el que se marcharon dejando
atrás los Sanfermines con algo de pena –seguramente, toda vez que su
espectáculo está concebido para relucir bajo el calor de las noches del verano-
mas, eso sí, con mucha gloria, saliendo airosos pese a la incidencia
meteorológica: a estas alturas de la fiesta, no sabemos si coyuntural o
estructural la misma. A ver qué pinta en los cielos mañana, seguro que oros en
los escenarios. Esperemos que no sean bastos.
Llevarse al público de calle
Concierto de Calle 13
Concierto de Calle 13
Fecha: miércoles 9 de
Julio.
Lugar: Plaza de Los
Fueros, Iruñea.
Incidencias: 4ª actuación
del ciclo Plaza de los Fueros 2014;
muy buena asistencia, plaza a reventar. Público mayoritariamente joven y de ambos
sexos que se mostró entregado.
La cuarta (actuación) de
Feria hizo las delicias de cuantos se citaron en Los Fueros, metiéndose los
portorriqueños Calle 13 a los miles y miles de personas en el bolsillo: un
público plurinacional y transatlántico –en significativo número- que para las
23.30 ya había copado tanto el perímetro circundante, donde no cabía un
alfiler, como el redondel propiamente dicho.
Tras una nueva jornada de
que sí, que no; de no saber si iba a caer o no un chaparrón (afortunadamente la
margarita dijo No), ávida la
ciudadanía de ganas de disfrutar y de paz meteorológica, la fiesta comenzó con la
irrupción de los ¡11! componentes del grupo en el escenario: sobre un
entarimado con profusa presencia de útiles de percusión, presidido el mismo por sendos sets de batería
y, valga la redundancia, percusiones, instrumental llamado a sostener el hecho
musical llamado a ser levantado por guitarras, bajo, teclados, melódica,
acordeón, djembes y una sección de vientos integrada por trompeta, trombón y
saxo.
Ya metidos en harina, Calle
13 construyeron su edificio sonoro sobre unos cimientos erigidos en torno a un reggae & ragga de inequívoco sabor
latino. Sobre un sostén de rap – fusion
convenientemente rockerizado y aliñado por toques de bossa nova, merengue,
cumbia, candombe y salsa –especias más especiales aparte-, todo ello al servicio
de las voces de los vocalistas: denominado Residente
el varón, auténtico maestro de ceremonias y todo un ciclón a la hora de arengar
a los presentes, y PG -13 la chica, hermana del citado. Y hermanos ambos –dicho
sea de paso- del guitarrista, teclista y director musical del grupo, conocido
como Visitante.
El concierto arrancó con Fiesta de locos, perfecta tarjeta de
presentación para ponerle banda sonora a la noche, y prosiguió con dos
verdaderos hits, Baile de los pobres
y El aguante, antes de despachar
éxitos como No hay nadie como tú, Cumbia de los aburridos, La vuelta al mundo
(dedicada a todos los emigrantes del mundo) o La perla, ofrecida camino del final: unas composiciones portadoras
de letras de positivos y clarividentes contenidos que resultaron del agrado del
gentío Y vaya que si el público se
identificó con ellas, coreándolas con desenfado sin dejar en ningún
momento de bailar. Haciendo suyo el lírico latido de unos temas que en
ocasiones, más que enlazados, se sucedieron conformando popurrís, tal vez
tratando de mostrar el grupo el mayor número posible de canciones en esta su
entrada triunfal en Iruñea: su presentación en auténtico loor de multitudes en
la ciudad.
¿La pena? Al igual que
ocurriera la víspera en el concierto de Fangoria, que el volumen se quedara
corto, faltando ‘chicha’ del set de sonorización para atrás –a todas luces-… y
sobrando luz. Iluminación en la plaza, algo que nos llevó a preguntarnos lo
siguiente: si no la de todas las farolas, a ver si no sería posible prescindir
siquiera de la luz de las mayores. En un marco como este y yendo a lo que se
va, a disfrutar del embrujo de la música en directo, meter más sonido y restar
alumbrado público sería una muy buena noticia para el público en general.
Música para calmar la fiesta
Concierto de Jorge Pardo Trío y Javier
Colina
Fecha: jueves 10 de Julio.
Lugar: Paseo de Sarasate, Iruñea.
Incidencias: 3ª cita del ciclo Jazz Fermín 2014; muy buena asistencia, aforo
completo. Público de edades maduras y ambos sexos que disfrutó de la velada.
Tras las actuaciones de Jerry González &
el Comando de la Clave (día 8) y Kenny Blues Bass Wayne & Bob Stroger. –el 9-, el jueves 10 llevó hasta el
pequeño escenario de Sarasate a Jorge
Pardo, Josemi Carmona y José Manuel Ruiz Bandolero,
músicos de primer orden que, sobre el tronco musical tejido por otro que tal,
Javier Colina, deleitaron al público con su actuación: con una actuación tan
iconoclasta como sensacional, concebida para los paladares –auditivos- más exigentes y exquisitos.
Frente
a un público que comenzó a llegar a una con el final de los fuegos y que
completó el espacio de las sillas, Pardo (flauta travesera y saxo), Carmona –a
la guitarra española-, Bandolero,
percusiones, y Colina, quien compareció junto a la mejor de las compañías
posibles para este menester, la de su contrabajo, hicieron las delicias de
todos con las piezas ofrecidas, calmando con sus excelsos desarrollos musicales
momentáneamente la fiesta: en resumidas
cuentas, tal y como se dice de la música, amansando el cuarteto al menos
durante cerca de hora y media a la fiera representada por los actuales
Sanfermines. Aportando cordura al espíritu indomable de las fiestas, desatado
el día 6 a las 12 del mediodía y a su libre albedrío por calles y plazas hasta la
medianoche del 14. Del cada vez más cercano último día.
Llegados
a este punto, ¿cómo lograron su propósito? Derrochando arte, gusto y mimo a
raudales: y así lo entendieron los presentes, un público tranquilo a la hora de
seguir las evoluciones de los músicos y verdaderamente apasionado a la hora de
premiarles, brotando de sus almas con espontánea fuerza los olés y los aplausos. Y todo ello en un
marco de tanto abolengo como el del paseo de Sarasate, novedoso enclave para
una programación, Jazz Fermín, que en
los presentes Sanfermines ha cumplido 18 años. Para un ciclo musical que,
llamado a terminar ayer viernes con la presencia de Janice Harrington Quintet,
hace muchos años que se hizo mayor de edad.
Sobre
la música ofrecida diremos que el póker de ases citado sobre el escenario
coqueteó indisimuladamente por riberas del jazz y del flamenco: aliñado tan
cautivador maridaje con toques latinos y connotaciones propias del rock
progresivo andaluz de los 70, vadeando por alegrías –preferentemente- dichas
aguas los cuatro a la perfección. Y es que así se mostraron a la hora de
adornar la esencia flamenca y jazzística de los temas, como peces en agua,
destapando con profusión el tarro de las mismas y sacando el mayor partido
posible a sus instrumentos en aras de lograr su objetivo, gustarse a sí mismos
y gustar a los demás.
¿La
prueba de que lo lograron? Las escasas rotaciones protagonizadas por los
sentados en las sillas, verdadero indicador en conciertos como este, de
carácter gratuito y al aire libre, de si el público lo pasa bien o no. Del
nivel de satisfacción del respetable, pues en caso de que no se alcance el
objetivo, de que no disfrute el personal, ya sabemos qué pasa, que el tránsito
de personas no se puede evitar. El pasado jueves, fuera de las inevitables
excepciones, apenas tuvo lugar.
Mescalina ‘mon amour’
Concierto de Los Rebeldes
Fecha: viernes 11 de julio.
Lugar: Plaza del Castillo, Iruñea.
Incidencias: 6ª actuación de las programadas con motivo
de los Sanfermines 2014. Hora y ½ de
duración, bises incluidos. Muy buena asistencia, público altamente participativo.
Los legendarios Rebeldes agarraron la noche
del viernes el toro por los cuernos y triunfaron en el corazón de la ciudad,
saliendo por la puerta grande tras protagonizar, tal vez incluso superando las mejores
expectativas, una señera actuación.
Comandados por ese jinete que sigue siendo
Carlos Segarra (sombrero vaquero y chaqueta roja de cuero), integrada la formación, siguiendo los cánones
más clásicos del género, por baterísta, saxofonista y contrabajista, Los
Rebeldes arrancaron con Mía,
calentando motores el concierto sin posibilidad de vuelta atrás apoyándose en
los de su célebre Harley 66, antes de
quedar Colgados en la carretera
camino de visitar al Español en Nueva
York, cuarta parada de la velada –motos mediante, gasolineras y carretera-:
de una noche que, cosa de la tregua dada por el cielo y de que era la del
viernes (primera ligeramente apacible: en lo referido a meteorología bien podríamos
decir que ha hecho aguas el capotico
de San Fermín), hizo que se citara en la plaza un auténtico gentío: un público
que, fresco y con ganas de fiesta, entre trago y trago -cosa del botellón
protagonizado por muchos de los presentes- cantó y secundó en todo momento con
euforia las indicaciones de Segarra, integrándose plenamente en la actuación.
En un concierto que fue toda una declaración de intenciones por parte de los
músicos. Un auténtico ejercicio de hacer rockabilly –como fue siempre, tintado
de country, swing y boowie voogie- sacado delante de forma totalmente
profesional.
Respecto a la alineación mostrada por la
banda, diremos que, si bien en un principio fueron cuatro los integrantes del
plantel, pronto pasaron a ser cinco; tras la interpretación de La libertad crea adición, uno de los dos
únicos temas nuevos que sonaron, con la incorporación hasta el final como
segundo guitarrista y ocasional vocalista de Aurelio Morata, miembro fundador
del grupo y su actual manager, aportando especial poso y peso a hits como Eres especial, Mi generación (“bueno, amigos, es hora de dedicar una canción a una
generación de ganadores: la nuestra”, he aquí cómo presentó Sagarra el tema, de
inequívoca vocación de himno generacional) o Rebeca, antes de cerrar noche con ases de su reconocida baraja como
Mediterráneo, Bajo la luz y, cómo no, Mescalina.
Bueno, a tenor de la algarabía desatada, de hacerlo con una versión del
celebérrimo Johnny B. Goode.
Perfectamente acompañado por su banda de rock
and roll, él también demostró tenerla, Calos Segarra reverdeció laureles en
Pamplona; rocker a tiempo completo, rebelde con causa desde que en los primeros
años 80 comenzara a despuntar junto con Loquillo en formaciones como Teddy,
Loquillo y sus amigos o Los Intocables, germen
de los posteriores Trogloditas: backing
band de El Loco hasta fechas muy
recientes y el martes en la Plaza del Castillo, dos días después de que su
otrora jefe de filas actuara en Los Fueros. Por cierto, ¿cosa del destino? ¿Una
extraña coincidencia semejante cruce de caminos? En cualquier caso curioso el
protagonismo de los tres, de Loquillo, Trogloditas y Los Rebeldes en los
presentes Sanfermines.
Incombustible e inefable Gurruchaga
Concierto de la Orquesta Mondragón
Fecha: sábado, 12 de julio.
Lugar: Plaza del Castillo, Iruñea.
Incidencias: 7ª actuación de las programadas con motivo de
los Sanfermines 2014. Hora y ½ de
duración, bises incluidos. Muy buena asistencia nuevamente. Público muy participativo.
El particular circo de Javier Gurruchaga, incombustible
e inefable frontman y maestro de ceremonias de la Orquesta Mondragón, encontró
el mejor escenario posible en Iruñea el pasado sábado; en el mare magnum de la
locura sanferminera, perfectísimo caldo de cultivo para el hacer de la histriónica
formación.
Ante un público que completó nuevamente buena
parte de la plaza (jerseys rojos sobre blanco poniendo la nota de color, tan
imprescindibles estas fiestas como fajas y pañuelos), la velada arrancó con una
introducción en vivo y en directo al más puro estilo Blues Brothers, compareciendo a su final el
ideólogo y vocalista, traje negro, sombrero y gafas de sol, foulard plateado al
cuello. Con este arengando en todo momento al gentío con su característica
forma de expresarse, sonó un primer tema, Garras
humanas, composición a la que seguiría una primera versión, en una noche
prolija y perfectamente surtida de ellas: de legendarios hits de artistas como
B. B. King, The Doors, Elvis Presley, John Lennon o The Beatles, en continua
alternancia con éxitos con firma propia como cuantos sonaron posteriormente: Corazón de neón, Tic tac (Mi viejo despertador), Caperucita
feroz (con la protagonista de dicho título bailando desenfrenadamente sobre
el tablado), Ponte la peluca o Viaje con nosotros, reina de las
cadenetas en las verbenas de los años 80 pese a que dicha noche, la del sábado,
no se materializara ninguna. Unas canciones las citadas que sonaron antes de que
el grupo dijera adiós con Adiós, adiós
–precisamente-… y, toda vez que Javier parecía estar pasándoselo en grande;
disfrutando como un enano, Lola Lola, con una presunta Lola, al
igual que Caperucita en la suya, bailando a sus anchas por las tablas.
Haciéndolo la bailarina cambio de vestuario
mediante –en una noche rica en ellos, el mismo Javier se cambió hasta en tres
ocasiones-… y con la imprescindible compañía de una de las sensaciones de la
Mondragón, ahora y siempre: la del pequeño gran Popocho, quien participó con su
singularidad, gracejo y disfraces en varias de las interpretaciones, aportando
la nota simpática y cómico-teatral. Contribuyendo a lo grande a
transformar el escenario en una
verdadera fiesta, haciendo que el evento trascendiera de la categoría de
concierto a la de show.
Maestro y modelo de showmans al frente de un grupo de verdadero predicamento y rompe y
rasga desde mitades de los 70, los liderados por el hiperactivo y polifacético
Gurruchaga demostrando mantener el tirón por medio de la verbena – actuación
ofrecida, manteniendo el tipo todo el tiempo. Por medio del, digámoslo así,
espectáculo brindado en la, en otro orden de cosas, noche de la presentación de
su nuevo CD en la ciudad, Liverpool suite,
grabado en homenaje a The Beatles: razón por la que incluyeron temas suyos en
su repertorio; unas composiciones que, por cierto, sonaron por lindes sonoras
más cercanas a las de los Stones, siendo su sonoridad en general, especialmente
guitarrera y sementera, una de las tónicas de la velada. De un show con el que
la Mondragón, quitándose años de encima, triunfó.
Otro modelo festivo es posible
Conciertos de Kashbad y Berri Txarrak
Fecha: domingo, 13 de
julio.
Lugar: Jai Gune,
parque de la Runa, Iruñea.
Incidencias: actuaciones
organizadas dentro de la programación Herri
Sanferminak de Gora Iruñea! 1 Hora y 1 hora y 40 minutos de duración –respectivamente-.
Recinto a rebosar Público entregado. La noche finalizó con la actuación de
E.T.S.
Sí se puede. Es posible
sacar adelante otro modelo festivo. Otro modo de entender y organizar la
fiesta, he aquí la principal enseñanza que nos brindó la presente visita al Jai Gune organizado por Gora Iruñea!, espacio alternativo
concebido para los conciertos de corte más alternativo que, plenamente
consolidado e integrado en la Fiesta –a tenor de lo visto, del histórico
reventón registrado-, recogiendo el espíritu del 12 años atrás censurado
recinto de las txoznas, acogió el domingo las actuaciones de Kashbad y Berri
Txarrak. Sus multitudinarios conciertos, organizados a partir de las 20.00 como
interesante alternativa frente a la tauromaquia impuesta en las tardes
sanfermineras: como en tantas otras partes, de capa caída en Iruñea entre la
juventud. Con más y más división de
opiniones a su alrededor dicho presunto arte.
Comandados por la insigne
Sorkun Rubio, los primeros en comparecer fueron Kashbad, de actualidad este 2014
por su regreso tras un buen número de años de parón. Banda de referencia en la
segunda mitad de los 90, los citados demostraron encontrarse en excelente forma
artística, sacando adelante de modo pletórico un concierto en el que alternaron
temas de entonces, extraídos de los tres discos que llegaron a grabar, y de
ahora. De arrakala, exitosamente publicado
meses atrás, mostrándose incisivos, vanguardistas y rompedores. Como siempre.
Haciendo gala de portar argumentos musicales sobradamente interesantes como
para volver.
A continuación, una hora de
reloj después (el encierrillo es mucho encierrillo: hubo que esperar a las
22.00 para retomar la música en directo), llegó la actuación más relevante de
la presente programación: la de los preclaros Berri Txarrak, a día de hoy la
formación de Nafarroa más iconoclasta e internacional.
En continuo proceso de
crecimiento y aprendizaje desde 1994, año de su fundación, y a pesar de los
cambios de alineación vividos, sin dejarse ni las formas ni la esencia por el
camino, los comandados por el talentoso Gorka Urbizu encendieron la mecha –y
las gargantas de los presentes- con temas como Betiko leloaren betiko leloa y Stereo,
sonando enlazados y como un cañón antes de que lo hicieron otros de sus
diferentes trabajos, celebrados y coreados de forma igualmente incontestable: Kezkak, Ez dut nahi, Achtung!!!, Oreka, Denak ez du balio, Tortura
nonnahi o Maravillas, dedicado a
la memoria de víctimas como Germán Rodríguez o Maravillas Lamberto y con el que
los de Lekunberri parecieron terminar. Pro no, aún quedaban más: el tema de
estreno Etsia entre ellos.
Nada ni nadie, ni la Final
del Mundial de Brasil tan siquiera pudo con la capacidad de convocatoria de
Berri Txarrak, formación que, por cierto, ya protagonizó un llenazo en Los
Fueros en Sanfermines de 2006, sin que ello le haya servido de argumento para
volver al epicentro sanferminero. Banda que el domingo, a las orillas del Arga,
protagonizó un concierto épico, dando un
golpe maestro sobre la mesa. Un toque que debería remover cimientos y
conciencias. En el año de su 20º aniversario, hacia arriba y todavía subiendo
los citados.
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