Rock ‘sin’. Rock ‘con’
Concierto de Agustik Van
Fecha: viernes, 23 de
mayo.
Lugar: Terminal,
Iruñea.
Intérpretes: Agustik Van,
grupo formado por Migortxo, a la voz, Kliffor,
Juanjo Ojeta y Miguel, a las guitarras, Rafa Duke, al bajo, Sergio, a la batería
y a los coros, y Mintxo, a la batería.
Como teloneros se contó con Kutxi & Pete.
Incidencias:
presentación
de Drogas no, porros sí… ¿O era al revés?,
primer CD de la banda. Hora y 15 minutos, bises
aparte. Muy buena asistencia.
A gusto, he aquí cómo se
sintieron cuantas personas se citaron en el Terminal con motivo de dos puestas
de largo: la de la banda protagonista de estas líneas y la de su primer CD. Muy
a gusto, tanto los principales responsables de la fiesta, la Agustik Van, como quienes respondieron a la cita, un
público que en distintos momentos se mostró incluso entregado. Y en todos ellos
totalmente por la labor.
La velada arrancó tras la
intensa comparecencia de Kutxi & Pete, teloneros de lujo que caldearon
irremisiblemente el ambiente de cara a lo que se avecinaba: la esperada materialización
de la oda (musicada) a la fiesta golfa por parte de la banda de Kliffor, algo que hicieron con tanta
sencillez como precisión.
Denotando ganas, tablas y
desenfado, escudándose los músicos en una concepción más que vacilona del rock,
la banda arrancó con Eh, eh, eh, tema
con vocación de himno de taberna (a juzgar por cómo fue saludado) y al que
siguió el canto a la libertad Ya no creo
en ti, antes de que el sexteto/septeto, dejando claro tener muchísimas historias
que cantar, se decantara por un buen número de composiciones inéditas; ¿sexteto?
¿Septeto? Sí, toda vez que comparecieron dos baterías, alternándose los citados
el puesto. Llegados a este punto, antes de continuar, no podemos menos que
hacer una mención especial para el baterísta titular, personaje –dicho con
todos los respetos- que se desmelenó como colorista corista cuando estuvo lejos
de platillos y tambores; brillando sobremanera en su no sabemos si improvisado
o no papel de animador. ¿Más temas a destacar? Condenas de muerte (para el que se contó con la presencia al bajo
de Nerea, de Las Valium), Todos, todos,
Child in dron (campestre versión del Child in time de Deep Purple, con la voz
de Kutxi ornamentándola) o Dejé la coca,
protagonizando un final que nadie se creyó y que llevó a la banda a brindar
temas como Qué va a pasar, magníficamente reforzada por una corista y un
saxofonista.
Sin hacer de menos a la
tripleta de guitarristas y al ilustre bajista, entre el plantel musical brilló
con voz propia Migortxo, uno de los animadores por excelencia de la escena
local y frontman-showman que, rapeando
con su personal arte, aportó con brillo su parte a la base rockera, tejida por
sus compañeros sin ningún tipo de complicación.
Y sobre el conjunto en su
totalidad, ¿qué decir? Que al igual que el resto de los humanos en cualquier
orden de la vida, demostró dicha noche lo siguiente: que tras comenzar los
músicos a dar rienda suelta a su pasión sin ningún tipo de cortapisas años
atrás, demostraron caminar hacia el final del ciclo obrando de igual manera. Haciendo
rock ‘sin’ y rock ‘con’: rock sin miedo a juicios (críticos) ni prejuicios, sin
tensiones ni pretensiones. Sin vergüenzas (escrito separado) de ningún tipo.
Rock ‘sin’ entendido como sinónimo de rock… de verdad: esto es, de rock con
esencia y actitud. Hecho con ganas de disfrutar y de hacer disfrutar, más allá
de querencias hacia innovaciones estilísticas, búsquedas de nuevos sonidos o de
cualquier otro tipo de vanidad. Sin enfermizas ansias de que sus diversiones se
conviertan en obligaciones. Con gusto y a gusto, en resumidas cuentas. Sin más.
Maravillosa y festiva mezcolanza
Concierto
de la M.O.D.A.
Fecha: viernes, 9 de
mayo.
Lugar: Subsuelo,
Iruñea.
Intérpretes: La
Maravillosa Orquesta del Alcohol (M.O.D.A.), banda formada por Adán R&R Maravillas, a las guitarras y a la mandolina, Alvar de Pablo, al saxofón y a los coros, El Maravilloso Caleb, a la batería, Joselito Maravillas El reverendo del blues, al acordeón y a los coros, Wonder Juan Mariscal, al bajo, y David Ruiz, a la guitarra acústica y a la voz
Incidencias: presentación de
Quién nos va a salvar, primer CD de
la formación. Hora y 15 minutos de
duración, bises incluidos. Muy buena entrada, público muy participativo que
terminó entregado.
Maravillas. He aquí qué
hicieron los señores de la denominada Maravillosa
Orquesta del Alcohol con sus canciones en Subsuelo: las delicias de
cuantos se citaron allí con un fin, disfrutar de la festiva mixtura de músicas
y ritmos de los de Burgos; de su original combinado musical, aliñado con
inaudito vitalismo e ingentes dosis de
desenfado.
Dando a entender los músicos haber
venido más que dispuestos a hacer bailar hasta a los muertos (tal y como lo
deja entrever el esqueleto del logotipo del grupo desde el telón de fondo), los
citados, hijos putativos -si se nos permite- de Johnny Cash, arrancaron destilando
aires de country rock brindados en su lengua madre desde el prisma artístico,
el inglés, dando lugar a unos ambientes de connotaciones abiertamente
tabernarias. A unas atmósferas de regusto irlandés claramente llamadas a
quedarse: y así lo entendieron los presentes, un público que en algunos de los
casos ya conocía a la banda, tras haber pasado por Sanfermines y San Fermín de
Aldapa años atrás. Un gentío al que se llevaron… de calle.
3 años de carrera y 120 conciertos
a sus espaldas después, el sexteto, camisetas blancas de tirantes todos ellos,
prosiguió faena emborrachando a los presentes con temas de estreno ya en
castellano como la ya sugerida Hijos de Johnny Cash, Amoxicilina o Vasos vacíos, yendo continuamente al
ataque, tal y como lo demostraran hechos como el que sigue: que todos los
músicos hicieran coros tal y como se hace en las fiestas, con independencia de
que tuviesen micrófonos o no. Siendo esto así, a nadie extrañó el devenir de la
velada, yendo como fue la actuación para arriba todo el tiempo. Y subiendo.
Haciéndolo sin posibilidad de
vuelta atrás hasta que una hora después de que se abriera la espita, el caudal
formado por tan embriagadoras sensaciones sonoras amenazara con secarse, algo
que, claro está, no ocurrió de golpe. Circunstancia, el final del concierto,
que en primera instancia tuvo que esperar, toda vez que la M.O.D.A., a la vista
del éxito obtenido (¿Dónde van, triunfan, sería la pregunta?) se vio obligada a
servir nuevas dosis de ambrosías, rematando velada con temas tan
imprescindibles como Nómadas o Gasoline. Rematando la fiesta a la
perfección –así las cosas- y dejando un maravilloso sabor de boca en general.
Con nombre propio
Concierto
de Eñaut Elorrieta
Fecha: viernes, 9 de
mayo.
Lugar: teatro
Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Eñaut
Elorrieta, a la guitarra acústica, y a la voz, acompañado por Rubén Caballero, a la guitarra eléctrica y a la
mandolina eléctrica, Igor Telletxea, a la batería, y Txus Aranburu, a los teclados, secuencias y programaciones.
Incidencias:
presentación
de Deserriko Kantak, primer CD en
solitario del artista. Hora y media de
duración, bises incluidos. Buena entrada, centenares de personas. Público de
ambos sexos y diferentes edades que se mostró bastante participativo.
El teatro Gayarre acogió la
presentación en Iruñea del presente escarceo –artístico- de Eñaut Elorrieta,
vocalista de Kenzazpi, saldándose la apuesta con un rotundo éxito artístico… Y de asistencia –pensamos-. Y más a
la vista de factores como los siguientes, la abundante oferta de conciertos que
vivió nuevamente Iruñea & Iruñerria, la
bonanza meteorológica y la hora de la cita, las 20.00 horas
Presto el artista una nueva noche a
bucear en su universo más personal, a buscarse a sí mismo en sus canciones más íntimas,
coloreada la actuación desde el principio por envolventes ambientes
magníficamente tintados por el teclista (¡qué hologramas sonoros los dibujados
por momentos!), la misma arrancó con el tema Non dago nire etxea?, dibujando la referencial voz de Elorrieta acto
seguido hasta cinco nuevos temas de su particular cosecha: incluso algunos no
incluidos en el CD. ¿Canciones a destacar? Versatilidad instrumental todo el
tiempo al servicio de la función artística, con su voz dejándose oír en todo su
esplendor con tanto brillo como brío, Besamotzaren
besoa, Azken balsa (composición
que le llevó a levantarse del taburete y a danzar guitarra en ristre por el
escenario, tal y como en él es característico) o Tren luzea
El momento de carácter intimista
por excelencia llegó a una con el ecuador del viaje, traduciéndose en las interpretaciones de Gernika (una de las dos únicas
concesiones al cancionero de Kenzazpi) y, en solitario, de Itzulera, copla popular ofrecida a capella, con el hacer del
público contra el suelo, marcando el compás con sus pies, como único acompañamiento.
Y a partir de dicho punto de inflexión comenzó la cuenta atrás, marcada por
interpretaciones como las de Mendigoixalarena
(composición recuperada del CD recopilatorio Ehungarrenean hamaika, grabado en 2005 por referenciales artistas del
país en memoria del poeta Lauaxeta), Geografía
o Nire aitaren etxea, musicada
adaptación del inmortal poema de Gabriel Aresti con la que pareció concluir la
velada: algo que, a la vista del interés del público en que no fuese así, no
sucedió, regresando Eñaut a las tablas para brindar en solitario un segundo
tema de Kenzazpi, el más que exigente en este formato y en dicha coyuntura Hemen gaude, antes de rematar,
acompañado ya por su excelente plantel de músicos, con Deserriko kontradantza, una de las señas de identidad de por sí de Deserriko Kantak.
Con nombre propio, tomando aire desde
este, su autoimpuesto destierro, Elorrieta demostró tener cogida la medida al
hecho de salir en público lejos del paraguas de la banda madre, Kenzazpi; de
hacerlo en aras de lo siguiente, satisfacer ese ansia, esa catártica necesidad de todo músico de reinventarse
solo o en compañía de otros cada cierto tiempo. Y sí, damos fe de que salió
totalmente airoso del envite: del ejercicio de introspección artística que vino
a ser el concierto. Del ejercicio… De madurez, tras decidir hacer un alto para dar
rienda suelta a canciones como las ofrecidas, de ritmos meditadamente pensados
y pausados. Para mirar en todas las direcciones, hacia dentro incluido, antes
de proseguir camino con su grupo. Como siempre que Elorrieta visita Iruñea, un placer.
Enteros. Ganando enteros
Concierto de Tracción
Fecha:
sábado,
2 de mayo.
Lugar:
sala
Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Tracción,
banda integrada por Iban Viedma, a la voz, Alfonso Zarzosa, a las guitarras y a
los coros, David Zarzosa, al bajo y a los coros, y Dani Lizarraga, a la
batería. Como teloneros abrieron noche L-15.
Incidencias:
presentación
de Rotos y quemados, 2º CD de
Tracción. Hora y 15 minutos de duración, bises aparte. Asistencia discreta.
Dos años después de la
puesta de largo de su álbum debut, Virgen
de las Tinieblas, los impulsivos Tracción comparecieron en Tótem con motivo
de la presentación del primer hermano de aquel, Rotos y quemados: definitiva prueba sonora de que la formación de
los hermanos Zarzosa, a por todas desde el primer día, nació con visos de
continuidad. Que lo suyo no era flor de un día.
Ante una sala un muy poblada,
tal vez pasara factura la coincidencia del concierto con las fiestas de la
Txantrea, la velada arrancó de manos de los madrileños L-15, banda con siete años de trayectoria y dos
discos en su haber que, correosa y voluntariosa, apuntó maneras por las lindes
de un nu metal & rock metal de
rocosas y vigorosas intenciones. Marcando por dónde han de ir los tiros, el
camino a recorrer a la espera de su definición definitiva, antes de despedirse
versionando a Hamlet. Y a continuación, sin ningún tipo de concesiones, la
verdadera razón de ser de la noche, los Tracción, prestos para quemarla y
romperla en mil pedazos. Más que preparados para responder con sus llamaradas
con forma de canciones a la llamada a la reacción propia de unos tiempos como
estos, de crisis y quemes derivados.
Sobre un cuidado escenario
presidido por ese personal Eddie del
grupo que es la Virgen de las Tinieblas
(los seguidores de Iron Maiden ya saben de qué estamos hablando); presidido
–igualmente- el entarimado por sendas pequeñas pantallas de proyecciones en su
parte superior, los músicos detonaron el pistoletazo de salida disparando los
temas nuevos Rotos y quemados (cubiertas
sus caras con caretas) y Tras el apagón,
para proseguir a fuego, a bocajarro todo el tiempo, con una balacera de nuevos
temas de estreno, antes de repasar viejos como los recordados M.R., con Iban representando ser el
Presidente del Gobierno, o Escombros,
magnificado, y cómo, por la lumínica acción de los estrobos. Y de esta guisa
transcurrió la cita, alternándose en el set
list temas nuevos y viejos. Temas de
estreno de sonoridad cada vez más escorada hacia el heavy y el metal como Pasa por la iglesia, N.O.M
o Carne, antes de terminar con
Jódete, bises aparte Bueno, así –que
decíamos-, entre temas de los dos CD y las ya características caracterizaciones
de Iban, frontman que no dudó en
comparecer ya, de anonymous, ya de
turista – nuevo rico en el Caribe –por ejemplo-, contribuyendo de este modo a enardecer
más al personal.
Acerados, salvajes. Enteros,
más que rotos. Enteros y ganando enteros, muchos enteros. Caninos y mostrando
los incisivos: así se mostraron Tracción, perfectamente conjuntados… y de
idéntico modo propulsados por Dani Lizarraga a las baquetas, último en llegar
al grupo y contundente guinda del pastel. A muerte, yendo a morder sin
miramientos a la hora de entrar a matar con sus estiletes musicados. Contra los
quemes y quemazones, quemados, pidiendo fuego en lugar de cremas protectoras.
Gasolina y fuego con su actitud, perfectamente retratada en sus letras
trepidantes ritmos de por medio. Demostrando el cuarteto, tal y como ya
apuntamos dos años atrás, disponer de tracción a las cuatro ruedas en su
conjunto. Así las cosas, llegados a este punto, rodado el directo, he aquí cómo
fue. Sobre ruedas el concierto de manos de unos músicos como estos, más que
rodados y por la labor.
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