Alternando viejos y nuevos
nombres, músicos noveles y otros más veteranos –como siempre ocurrió en MAIATZA
ROCK-, la vigésima edición del ciclo deparó las
actuaciones de SÍNDROME DEL NORTE, CICLONAUTAS, BOCANADA y MALAPUTA. FLITTER, LA SONRISA METALICA, KHAMUL (en su versión CHAOS AD PROJECT, tributo a
Sepultura) HIBAKUSHA, KASKEZUR, SAKEO, GOVERNORS y ANAI ARREBAK. Ya aquí la crítica de los últimos conciertos.
‘Marea’ de Rock & Roll
Fecha: sábado, 10 de mayo
Lugar: Peña Euskal Herria, Burlata.
Incidencias: actuaciones de alrededor de 1 hora de
duración, Alrededor de 5 horas de música en directo. Lleno todo el tiempo,
público que disfrutó de las diferentes actuaciones.
Sobre la primera jornada de Maiatza
Rock 2014 solo diremos lo siguiente. Y con rotundidad. Que subió la marea y se
lo llevó todo –directamente-: y es que solo cabe calificar de arrasada lo
vivido, tanto a la hora de hablar de las diferentes actuaciones como de los
niveles de asistencia y de efusión registrados: del buenísimo hacer de cuantos
pisaron el escenario y de quienes siguieron sus evoluciones desde abajo,
llenando el recinto de la peña a rebosar.
La noche de rock & roll
arrancó con los resucitados Síndrome del Norte, veterana banda local de mitades
de los 90 de vuelta a los escenarios estos días. En formato trío y con dos
miembros originales en sus filas, Jaime y Lasa, los Síndrome dejaron muy buenas
sensaciones, por lindes sonoras muy propias de las últimas décadas del siglo
XX. Eso sí, demoledoramente punkrockeras.
Más que las esbozadas entonces. ¿Fruto de la incorporación de Jun a las
guitarras y a la voz? ¿De las ausencias
de Luis y de El Flako, actualmente
con El Drogas? En fin, a ver qué da
de sí esta vuelta.
A continuación, recién llegados
del Viñarock, tuvo lugar la actuación de Ciclonautas, banda que transmitió muy
buenas vibraciones pedaleando con fuerza sobre las dos ruedas con forma de CD
que dan vida a su primer trabajo, un disco doble titulado Qué tal? Y todo ello frente a un público que los llevó en volandas
todo el tiempo, desde la línea de salida (Tristes
corazones –para alegría de los de los presentes-, Kamikaze del nido) hasta la de meta, representada por Qué tal y El dromedario. ¿Metas Volantes a destacar? El paraguay, Arde Babylon, Que corra el aire, La alegría…
Protagonizando, en suma, todo un ciclón
de rock & roll.
Lo mismo que Malaputa, tercer
trío en liza que, también con CD de estreno, pisó sin posibilidad de freno el
acelerador en la noche de puesta de largo en casa de su malencarada propuesta
musical, dando igualmente la de cal con sus canciones. Con la brutal
presentación de pildorazos de rock acelerados como Sin Herrar (con la que subió el telón), Café y mulas o Su nombre es
ruido, con Euken a la batería y Óscar a las guitarras, qué sonido a lo
Motörhead el extraído de sus cuerdas, respaldando demoledoramente a El Piñas cual brutales escuderos. Con el
bajista y segunda voz de los Marea comandando el grupo y mandando sobre el
escenario haciendo bueno su actual rol, ser jefe de filas: mostrándose
totalmente suelto y desmelenado a la hora de cantar, dándolo todo como en él es
habitual. Finalmente, sobre el repertorio brindado diremos que se centró en su
primer CD, Subió el telón, aunque
también albergó sorpresas con forma de versiones. Y sí, resultó del gusto de
los presentes; de un público que incluso llegó a corear el nombre del grupo con
reiteración. ¿Lo mejor de los conciertos de Ciclonautas y Malaputa, llegados a
este punto? Que nadie solicitó canciones de Marea: buenísima señal.
Finalmente la noche alcanzó su
clímax con la incandescente actuación de Bocanada, pase que no vimos en su
totalidad: Cosa de la hora que iba siendo. Pero bueno, ya hablamos de ellos hace poco en este espacio,
por lo que otra vez será.
Redondeando ciclo
Conciertos de Anai Arrebak, Sakeo, Governors y Kaskezur
Fecha: sábado, 24 de mayo
Lugar: Casa de Cultura de Burlata.
Incidencias: última jornada de Maiatza Rock 2014. Asistencia muy buena, público participativo.
Concluyó la 20ª edición de Maiatza Rock, quedando completado el
círculo con las actuaciones de Anai Arrebak, Sakeo, Governors y Kaskezur.
La cara B
de la moneda, abrir la velada en una noche de lo más ingrata para ello (marcada
por las inclemencias meteorológicas y futbolísticas), le tocó a Anai Arrebak, encargados
de hacerlo a una hora tan ‘intempestiva’ como las 22.15: horario que, a la
vista de los retrasos vividos en las jornadas anteriores, casi nadie se creyó. Siendo
esto así, los citados se vieron obligados a actuar ante decenas de personas, un
público que, damos fe, disfrutó de sus canciones; de unos temas escritos sobre
una base de música ochentera de concepción muy negroide, bailable y
marcadamente rupturista: pese a no llegar a excesos como los protagonizados por
Matxet, su vocalista, en anteriores proyectos suyos, luciendo la banda en
esencia tan iconoclasta como los grupos en los que hemos visto a su frontman
desde el 2000, año en que lo conocimos.
Con la tormenta balompédica, la Final de la Champions League, ya disipada, ante un
recinto camino de presentar la buena entrada esperada, sobre la medianoche
llegó la hora de Sakeo, formación que, con Koma en el recuerdo (no hubo más que
ver cómo se cantaron clásicos suyos como Tío
Sam, Sé dónde vives o el popurrí final
de grandes hits) ofreció un repertorio apoyado en dos pilares: las
composiciones extraídas de su primer CD, La
muda, y las de la anterior formación de Rafa y Nacho: al igual que sus
actuales compañeros, incontestables ambos en directo. Apoyadas todas y cada una
de las canciones en puntales ya propios de Sakeo como los venenosos riffs de Natxo, las certeras letras de
Rafa, la sólida presencia de Arkaitz a la voz y la poderosa pegada de El Loco. ¿La pena? Cosa de encontrarnos
en un recinto como este, un auditorio –más que una sala de conciertos-… El
sonido. Un sonido cuyo filo poco a poco fue mejorando en lo relativo a nitidez,
pese a que en ningún momento se alcanzó la claridad absoluta.
Y con dicho problema tuvieron que lidiar
asimismo Governors, última formación a la que vimos a tenor de la hora que iba
siendo. Con nuevo CD, Morphinapolis,
publicado a finales de 2013, los comandados por el carismático J. Sang
demostraron nuevamente ser una de las bandas de la actual escena euskaldun que
más y mejor se lo está trabajando, iluminando briosamente la noche con las
incontestables melodías de sus canciones; alternando siempre los ritmos más
contundentes con otros de corte
descaradamente bailable, de porte tecno
–incluso-, sin perder fuerza ni pulsión rockera las canciones. Y aún diremos
más, añadiéndose de su mano nuevas prestaciones sonoras y quedando brillantemente
ornamentando su atronador latido: lo mismo, en otro orden de cosas, que por
efecto de las ocasionales lenguas de fuego disparadas y de los estudiados juegos
de luces. Ganando -así las cosas- entidad propia la personalidad musical del
grupo, banda que con temas nuevos como Paradisu
bailara, Reset, Baneki o ya célebres como Kristal
kolpatuak gustó, se gustó y convenció.
Concluyó Maiatza
Rock 2014, cumpliéndose los mejores augurios. Así pues, poco más por
nuestra parte. Presentar nuestras disculpas a las bandas cuyas actuaciones no
hemos podido presenciar y felicitar al resto por las suyas. Y en 2015, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario