Tras arrancar el día 6 con 20
minutos de retraso, concluyeron los Sanfermines 2013, y aquí estamos, hoy 15, fieles
a nuestra cita con el habitual balance de las fiestas. De unos festejos que en
esta ocasión nos han dejado agradables sensaciones térmicas; incluso de mayor
intensidad y calor que el registrado por los termómetros, a la vista del, a
nuestro juicio, positivo desarrollo de las mismas. Así pues, repasemos lo
ganado y lo perdido estos días por los diferentes escenarios.
A San Fermín pedimos, al igual
que viene reclamándolo desde hacer treinta y cinco años una significativa parte
de la ciudad, un lugar en la Plaza Consistorial para la ikurriña, y finalmente lo
tuvo. Lo obtuvo, gracias a una acción que a muchos nos recordó a episodios como
el de las Giraldillas en Sevilla en
1999, enseñando al mundo dicha enseña su razón de ser y su derecho a estar en
la plaza, más allá que ser únicamente
una bandera: en Nafarroa, todo un símbolo de resistencia frente a la
prepotencia y al sempiterno rodillo de las derechas, sean cuales sean sus marcas.
¿Qué pasó? Lo que tarde o temprano tenía que pasar, estando el empuje de la reivindicación de su presencia de por medio: imposible de detener dicha fuerza, como la del agua cuando busca una salida. Algo que, por cierto, nunca hubiese ocurrido si dicha bandera hubiese estado en el balcón. ¿Que no era el momento ni el lugar para exhibirla, tal y como se ha escuchado? Bueno; y tras tantos años de espera, sean o no Sanfermines, ¿cuándo es el momento y el lugar? A la realidad nos atenemos. Y es que el problema en sí no es la ikurriña –pensamos-, sino el constante ninguneo al que se ve sometida una significativa parte de la ciudadanía.
¿Qué pasó? Lo que tarde o temprano tenía que pasar, estando el empuje de la reivindicación de su presencia de por medio: imposible de detener dicha fuerza, como la del agua cuando busca una salida. Algo que, por cierto, nunca hubiese ocurrido si dicha bandera hubiese estado en el balcón. ¿Que no era el momento ni el lugar para exhibirla, tal y como se ha escuchado? Bueno; y tras tantos años de espera, sean o no Sanfermines, ¿cuándo es el momento y el lugar? A la realidad nos atenemos. Y es que el problema en sí no es la ikurriña –pensamos-, sino el constante ninguneo al que se ve sometida una significativa parte de la ciudadanía.
En unas fiestas como las recién
terminadas, presididas por cierta atomización de propuestas musicales (entre
programaciones oficiales, alternativas, privadas o de corte espontáneo) a San
Fermín, su espíritu más popular, perdimos un año más en parte de los conciertos
de mayor relumbrón –presuntamente-; en los de las plazas del Castillo y de Los Fueros,
a la vista de la falta de actualidad, que no de calidad, de algunos de los
artistas contratados (El Consorcio, La Frontera) o del carácter repetitivo
(Chambao, Canteca de Macao, Celtas Cortos, M-Clan) de la presencia de otros en
la ciudad, razones por las que no nos hemos prodigado por allí. ¡Si incluso en
las fiestas de los barrios hay propuestas no ya de más, sino de rabiosa
actualidad! ¡O en la programación alternativa, de la que posteriormente hablaremos,
las ha habido, pese a haber sido montada contra reloj! Y es que en los diez
años que el firmante de estas líneas lleva dedicándose a esto, si algo ha
podido constatar es lo siguiente, que cada programación sanferminera hace mejor
a la anterior.
Respecto a las actuaciones de las
plazas del Castillo y de Los Fueros, no deja de llamarnos la atención el comprobar
cómo se sigue apostando año tras año por bandas, excepciones puntuales aparte, como La
Pegatina, que, en sus visitas a Iruñea, apenas congregan público cuando hay que
pasar por taquilla, algo que no debería ser así. O cómo se reservan año tras
año las bandas de mayor renombre para los fines de semana. Para agasajar a la
avalancha forastera, quedando reservados los músicos locales, Gregario de Luxe
y Flitter –el presente año-, para los de casa. Y es que, en aras de la
proyección de grupos como estos últimos –por ejemplo-, ¿no sería mejor
programarlos en fin de semana? ¿Por qué se obra como se obra? ¿Tal vez por
aparentar nombres ante quienes nos visitan? Nombres españoles, claro está: repásense
las diferentes carteleras, Los Brincos incluidos, y verán.
Pero bueno, aunque
parezca mentira, no todo va a ser crítica negativa. Donde sí que hubo nivel, y
mucho, fue en el ciclo Jazz Fermín,
brillando con luz propia los artistas elegidos; con luz majestuosamente propia
en casos como los de Bill Evans y Martirio & Javier Colina: al igual que la
Broken Brass Band e Ignacio Berroa, subiendo al escenario todos ellos horas
después de que lo hicieran sus presuntos teloneros, razón por la que no vimos a
ninguno. Y es que tal y como nos preguntamos en 2012 a propósito de que se
instaurara en los Fueros dicha práctica, programar al telonero incluso horas
antes del cabeza de cartel, ¿por qué se les hace actuar a horas tan tempranas? Y más suponiéndose como se supone que el
motivo de que actúen grupos denominados teloneros es darles bola; darles la
oportunidad de tocar inmediatamente antes del grupo grande con el fin de darse
a conocer, aprovechando la presencia de su público y su tirón, no horas antes
de la estrella. Pero bueno, tal y como hemos comprobamos este año, no solo se ha
persistido en este error, sino que se ha multiplicado. Por dos. También en Los
Fueros.
Pese a que ya hace años que perdiésemos
al glorioso y genuino San Fermín, donde sí nos lo encontramos fue disfrutando
alegremente por zonas como Jarauta, algo que nos alegró sobremanera, pese a la
manifiesta pérdida de naturalidad y espontaneidad a la hora de gustar y ver, de
disfrutar y degustar en general el otrora carácter popular de la fiesta: representado
únicamente a día de hoy por el desmedido botellón
y por el encierro de la villavesa; por cierto, ¿por qué el mismo, último acto
verdaderamente surgido del pueblo y para
el pueblo, no es considerado tradición?
Y más cuando vemos cómo algunas novedosas procesiones ya son tenidas por tales.
Como la del Jueves Santo, con bastantes menos años de vigencia. En fin; oh tempos, oh mores, que en señal de
desaprobación tal vez, en caso de que nos viesen, dirían los antiguos
habitantes de Pompaelo.
A san Fermín pedimos un año más
un espacio alternativo, y en esta ocasión se consiguió. Gora Iruñea! lo logró, y
de paso la ciudadanía, surgiendo a orillas del Arga una pequeña ciudad paralela a la Pamplona
oficial. Perfectamente montado a pesar de la tardanza con la que llegaron los
permisos, el recinto ha acogido decenas de actividades, albergando holgadamente
a los miles y miles de personas que desde el primer momento acudieron a la
llamada de los colectivos populares: llamadas en un primer momento las gentes para
tomar parte en las labores de montaje, brindando una exitosa respuesta y,
posteriormente, quedando todos los días completos los diferentes turnos de
trabajos, gracias a la desinteresada labor de más de 800 voluntarios. Preparado
para albergar bandas que, por imperativo municipal, no caben en la programación
oficial, por la Runa han pasado con gran éxito de asistencia artistas como
Gatibu, Obrint Pas, Boikot, Kaótiko (compitiendo con el horario de los toros y
saliendo más que airosos del trance), Vendetta, Sho Hai & R de Rumba &
Xhelazz (quienes atrajeron un público diferente al habitual en este marco),
Habeas Corpus o Reincidentes, y todo ello pese al silenciamiento de cierta
cabecera local, diario que, en caso de que se hubiese registrado el más mínimo
incidente, no hubiera dudado en criminalizar a todos y cada uno de los
asistentes. Así pues, la valoración de este primer año del recinto no puede ser
más positiva. Y antes de terminar, una última reflexión para quienes han
despotricado contra el mismo; ¿qué decirles? Lo que dicen los taurinos a los
antitaurinos en defensa de la fiesta:
si estás de acuerdo vas, y si no, pues no. Y no hay más que hablar, no siendo en
el caso que nos ocupa obligatoria la asistencia. Además, ¿acaso alguien se ha
quejado porque se haya contado con El Consorcio para la plaza del Castillo? ¡Y siendo
algo que en ningún caso es la Runa, una zona de paso!
Tras tocar ayer techo la fiesta,
la realidad nos despierta hoy, 15, el día más largo del año. Y lunes -por más
señas-, quedando todos a merced del inevitable rescate a manos de la misma; de
la rutina llamada a rescatarnos con sus duros ajustes de todo tipo: de horarios, económicos, emocionales…
Sin olvidarnos de los ciudadanos
de una u otra forma excluidos de la fiesta, de esos que, cosas de la situación
económica, las han vivido en blanco y negro -más que en blanco y rojo-, ya falta menos para los del 2014:
¡Viva, Gora San Fermín!
No hay comentarios:
Publicar un comentario