NUKORE
es una banda de metal alternativo o nu metal surgida en Vitoria/Gasteiz en
2004, habiendo pasado desde entonces sus integrantes un incontable número de
horas en la bajera. Dándole tiempo al tiempo y dándose tiempo a sí mismos. Formándose
en primer lugar como músicos y, a continuación, dando forma a sus canciones. En
suma, tratando de hacer las cosas bien.
Como
resultado de tan meticuloso proceso, 2011 trajo la publicación de su álbum
debut, The sun will rise. En
constante evolución, en dicho trabajo es fácil adivinar por dónde van los tiros
en lo que a influencias respecta: siguiendo la estela de grandes como Limp
Bizkit, Korn, Deftones, Faith No More, Rage Against the Machine o Metallica.
Nu metal, maneras
y credibilidad
Concierto de Nukore
Fecha: jueves, 26 de enero.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Nukore, cuarteto formado por Aitor,
a la voz; Ander, a la guitarra, Txino, a la batería, y Unai, al bajo, a los
coros y segundas voces.
Incidencias: presentación de The sun will rise, primer CD de Nukore. 1 Hora aproximada de
duración. Asistencia discreta, público participativo.
El pasado jueves las puertas de Black Rose se
abrieron de par en par para Nukore, banda surgida en Vitoria/Gasteiz en
2004 que, con un CD en el bolsillo, The
sun will rise, y con la idea de entrar a grabar otro rondando ya sus cabezas,
pasó por Burlata cual huracán: cosa del concierto detonado. De la explosiva
actuación ofrecida, no dejando indiferente a nadie.
Ante una asistencia más discreta
que otras registradas en el local (aun así, pensamos que aceptable teniendo en
cuenta factores como que estemos en enero… y a finales de mes), la banda
ofreció su incendiario directo sin contemplaciones. Yendo a saco. Al rojo, no
importándole lo más mínimo el hecho de que apenas se hubiesen dado cita unas
decenas de personas. Directos a la yugular, yendo desde el principio a dar con
sus deflagraciones: con unos temas que, extraídos del CD que presentaron (salvo
un par de inéditos ofrecidos en la recta final), exhibieron impúdicamente
texturas verdaderamente guiris. De poderosísima factura los mismos, arrojo y
actitud a espuertas en todo momento por parte de los músicos, un sonido tan
gordo como internacional: cosa, con permiso de la más que solvente base
rítmica, de los latigazos sonoros propinados desde la guitarra por Ander,
músico que actuó sentado por estar convaleciente de una lesión de rodilla y que
incluso rompió una cuerda en el fragor de la batalla: algo que, visto lo visto,
no nos extrañó. Bueno, haciéndolo más bien lo contrario, que otros, como el
baterista, no rompiesen nada. Y hablando de los miembros del grupo, no podemos
obviar al vocalista, el cual, de voz imponente y muy rica en registros, tal vez
al día siguiente de los conciertos tenga agujetas en el cuello, tal y como
demostró vivirlos. O tal vez no... Pero por la costumbre: un cantante que incluso
nos llevó a rememorar al gran Matxet, legendario frontman de unos grandes de la
escena de los noventa: Jousilouli, formación injustamente olvidada y a
reivindicar. Además, en parte, por ahí fueron los tiros desde el prisma
estilístico, a caballo entre la estela de los citados y el hacer de bandas
extranjeras como Deftones, Nailbomb o Rage Against the Machine.
Procedentes de Gasteiz, ciudad
siempre rica en actividad volcánica y sísmica -desde el prisma musical-; fruto de
una explosiva concepción del nu metal y del rapcore (quedando aunados dichos
estilos en el mismísimo nombre de la banda, Nu & Core) el grupo lució en el
Black como un engranaje que rozó la perfección. Como una cadena de montaje de
sonidos perfectamente engrasada, tal y como lo dejaron entrever los sucesivos
cadenazos con forma de canciones. Los calambrazos rítmicos que se sucedieron,
demostrando por medio de las incandescentes bolas sonoras disparadas que por la
capital alavesa las erupciones metálicas siguen a la orden del día: sacudidas
que, con epicentro en el escenario, se expandieron sin piedad durante la hora que
duró el terremoto; ¿una hora? Sí, toda vez que entregándose tal y como lo
hicieron, dándolo todo los músicos de ese modo, es imposible estar más en
escena. Y más en niveles como este: tras un viaje como colofón a una jornada
laboral, circunstancias tal vez no tenidas en cuenta por algunos pero que a
quienes seguimos día a día, noche a noche, el devenir de conciertos como este,
no se nos escapan. El de una actuación que, además de maneras y decibelios,
derrochó por encima de todo credibilidad.
Muchas gracias Oscar por todos tus comentarios y sobretodo tu presencia y intéres por la musica.Mucha suerte y R'n'R
ResponderEliminarBesos! Charlotte y Nukore!