MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

29/5/15

criticARTE MAYO: LOS SUAVES, ALTXATU, BOURBON KINGS, THE GODFATHERS, LA VELA PUERCA, ELPHENTAL, LEIVA...

Adiós, adiós

 Concierto de Los Suaves


Fecha: sábado, 23 de Mayo.
Lugar: Sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Los Suaves, banda formada por Yosi a la voz, Alberto y Fernando a las guitarras, Charly, al bajo, y Tino a la batería.
Incidencias: concierto enmarcado en la gira Cuando la música termina, de despedida de la banda. Lleno, localidades agotadas. Público de media de edad alta que se mostró entregado. Hora y 50 minutos de duración, bises aparte.

Los Suaves se despidieron de su público de Nafarroa con una última comparecencia en nuestra tierra, y por dicho motivo –posiblemente-, lo hicieron protagonizando un concierto… Altamente emotivo. Aunque el sentimiento fuese por dentro en la mayoría de los casos, ofreciendo una velada rica en sensaciones encontradas y, en otro orden de cosas, de obligatoria asistencia para todos sus seguidores, siendo como son de los más fieles de la escena rockera del Estado.
Con aroma de merecida y definitiva vuelta al ruedo tras 35 años de faena, el rock intergeneracional de los gallegos se hizo primera canción con Cuando los sueños se van, presentando dicho tema en directo a un Yosi que, con bastante buen aspecto (lo que veis es lo que soy -que pronto tuvo a bien cantar-), hizo gala de una voz que denotó lo mismo que tantas y tantas noches, autenticidad. Credibilidad. Y así, de inmediato (Maldita sea mi suerte, No puedo dejar el rock), el legendario cantante y letrista se hizo con la complicidad  general, cantando el público con él (tal vez por última vez) himnos tan míticos como los citados… ¡Y como si fuese la primera vez! Cosa, posiblemente, de la fuerza, la emoción y la pulsión del momento. 
A toda máquina, la engrasada maquinaria de rock & roll representada por el grupo  continuó arañando las almas del gentío con temas tan esperados como No puedo dejar el rock o Dulce castigo, composición esta última tras la que el siempre socarrón y vacilón frontman se despidió en falso, por vez primera: “esto es todo, hasta siempre; mi vida va a ser mejor desde hoy…” –fueron sus palabras-. Pero estaba claro que no, que pese a que se despidiera de broma en repetidas ocasiones, la música (Si pudiera, Malas noticias, Mi casa es el rock and roll, Dolores se llamaba Lola, cómo las hicieron suyas los presentes) no terminaba aún. Que todavía quedaba un trecho hasta el final, marcado por Ya nos vamos (con Yosi, ¡cubo en mano!, derramando confetis sobre sus compañeros) o Esta vida me va a matar, ya en los bises.
Llegó el final de la función para Los Suaves; al menos así lo parece. Llega la hora de las despedidas. La de abandonar los escenarios y decir adiós… Aunque no al rock, toda vez que, parafraseando una de las más señeras canciones del repertorio de los de Ourense, Yosi, el hombre que desde los primerísimos años ochenta ha vivido por y para dicho género, podrá dejar de tocar y de hacer giras, pero no el rock and roll. Y además ni puede ni podrá dejarlo porque el rock es su casa –tal y como canta en otro hit-, por lo que dejarlo sería como dejar aquella: impensable en su caso. En fin, sea como fuere, como seguidores acérrimos del rock and roll solo nos queda pendiente lo siguiente, antes de finiquitar texto: dar las gracias al grupo por los buenos momentos brindados durantes sus tres décadas y media de trayectoria y despedirnos, igualmente. Adiós, adiós.

De muy elevada graduación

‘Maiatza Rok’ 2015: conciertos de Altxatu y Bourbon Kings


Fecha: sábado, 9 de mayo
Lugar: Peña Euskal Herria, Burlata.
Incidencias: actuaciones de alrededor de 1 hora de duración. Lleno todo el tiempo. Además de dichas bandas también actuaron Estricalla y Aberri Txarrak.

Fiel a su cita anual –tal y como viene sucediendo desde mayo de 1994-, arrancó una nueva edición de Maiatza Rok, y lo hizo con un cartel que combinó veteranía y juventud: propuestas como las de Estricalla y los transgresores Aberri Txarrak, bandas a las que no llegamos a ver (ingeniosa versión / reconversión del concepto de Lendakaris Muertos la de estos últimos, auspiciada por su vocalista), con las de los jovencísimos Altxatu y los casi debutantes Bourbon Kings. Y la verdad es que las dos bandas de las que vamos a hablar dejaron gratamente  satisfechos a los presentes: a un público que un año más, tal y como es habitual, llenó completamente el recinto de la peña.
Procedentes de Irunberri, con dos discos publicados por GOR (legendario sello local  que sigue demostrando olfato a la hora de echar las redes en el caladero musical vasco),  Altxatu presentaron Hitza, su segundo CD, y lo hicieron propinando con su vitamínico y encadenado desgranar de canciones un señor golpe sobre la mesa, comandados por un cantante que demostró atesorar el desparpajo y la frescura de los Hertzainak de treinta años atrás: un vocalista –también guitarrista- que, con insultante decisión, tiró en todo momento de las canciones perfectamente empujado por bajista y baterista, defendiendo los tres su repertorio con el empuje propio de aquella época (de los viejos años 80 –queremos decir-) y de su juventud. Obrando así un grupo de media de edad de alrededor de 16 años que, con sus raíces echadas en un terreno súper fértil; abonado de la forma más fecunda posible por bandas como The Clash, The Pogues o Toy Dolls, hizo gala de ser puro presente. Así pues muy bien los de Lumbier,  dejando claro no ya que el futuro les pertenece, si no que ya está aquí: en ellos reencarnado.
Acto seguido la noche continuó creciendo, haciéndose pura intensidad de manos de los novísimos Bourbon Kings, formación que, surgida de las ansias de probar nuevas sensaciones sonoras de músicos de Insomnio Króniko y ZTK Rap, se llevó al público de calle en la noche de la presentación de 40º, su CD debut.

Liderados por Aarón, incuestionable MC -maestro de ceremonias- dicha noche (brutalmente escoltado por Julen y Jon a las guitarras y al bajo, DJ Paik, a los platos, y David Topper, a la batería), el quinteto dio rienda suelta de forma brutal a sus canciones, quedando retratada en directo sin concesiones la aleación sobre la que se sustentan: la suma del flow y las maneras del hip hop con la energía inherente al metal, estilo más que presente en las mismas bajo formas más bien propias del numetal. Sin inventar nada los citados…  mas reinventándose. Sonando a cosa nueva, lo realmente importante: de hecho, ententes sonoras de este calibre, basadas en mixturas de hip hop y metal, ya han sido sacadas delante de forma exitosa por Soziedad Alkoholika & Violadores del Verso o, en tiempos más recientes, Habeas Corpus & Los Chikos del Maíz, dando lugar estos dos últimos a Riot Propaganda. O, años atrás, por los protagonistas de estas líneas en el primer CD de Imsomnio Króniko, materializada dicha suma en el tema Chic@ no lo hagas. Así pues, ¿cómo plasmaron el sábado sus nuevos temas? Con espectacular fuerza y fiereza, dando lugar a un concierto incontestable: y así lo entendieron los presentes, un público que convirtió el recinto en una inmensa caldera… de Bourbon on the rock –si se nos permite-… U on the rap -si se prefiere-. En cualquier caso, tal y como hemos titulado este texto; al igual que el concierto de Altxatu, de muy elevada graduación.


Actitud, elegancia, determinación

Concierto de The Godfathers

Fecha: domingo, 26 de abril.
Lugar: Zentral Café Teatro, Iruñea.
Intérpretes: The Godfathers, formación integrada por Peter Coyne, a la voz, Christopher Coyne, al bajo y a la voz, Mauro Venegas y Steve Crittall, a las guitarras y a las voces, y Tim James, a la batería y a la voz.
Incidencias: concierto de conmemoración del trigésimo aniversario de la fundación del grupo. Hora y 20 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia bastante buena, varios centenares de personas.

Con 30 años a la espalda alumbrando su devenir -materializadas dichas tres décadas de trayectoria en discos ya clásicos como Hit by hit, Birth, Scholl, Work, Death o Unreal World-, The Godhathers, precursores del rock alternativo londinense con punto de inicio de actividad en la penúltima década del siglo XX, recalaron en  Zentral en fechas recientes, ofreciendo un concierto a la altura de las expectativas generadas. Una rotunda y elegante exhibición de tocar rock and roll que, como en históricas visitas de los legendarios padrinos a Nafarroa, encandiló a sus incondicionales, un público de ambos sexos que se identificó plenamente con la banda y que, joven en los años 80, ya vio en algunos casos a la misma por entonces, en salas como la Ilargi de Lakuntza.
Haciendo gala los carismáticos hermanos Coyne de total entrega y actitud, el rock de porte a un tiempo corrosivo y pegadizo de la banda se manifestó de inmediato de manos de unas canciones que, a caballo entre el postpunk, la new wave y lo que más tarde se denominaría britpop, lucieron en todo momento enérgicas y contundentes; manifestándose poderosamente guitarreras y dando a entender lo siguiente, que el que tuvo, retuvo: desde I want everything (primera de su primer LP y primera en sonar, tal y como siempre fue: toda una declaración de intenciones para empezar) hasta This is war, última antes de los bises, brillando a lo largo del set list títulos como I can´t sleep tonight (todo un guiño a los Ramones), I want you, I´m insatisfied (con esquirlas propias de la rabia de Sex Pistols brillando en sus compases) o She gives me love:  composiciones de característico magnetismo que, como la celebrada y esperadísima Birth, Scholl, Work, Death, perfecta rúbrica final, formaron parte de la banda sonora de buena parte de los emergentes bares musicales y pubs de los años 80 y 90, verdaderas universidades en lo referido a descubrir a su clientela bandas y propuestas musicales: algo, por desgracia, totalmente perdido a día de hoy.
Testigos y protagonistas de una época como la que les tocó vivir, en la que, frente a otros modelos musicales imperantes en su tiempo, el no ser virtuoso del instrumento se sustituía con grandes dosis de arrojo y determinación, así sacaron adelante The Godfathers el presente concierto, con actitud, arrojo y determinación, engrandeciéndose de manera progresiva el calibre de las sensaciones generadas y dejando claro desde el prisma artístico que, pese al paso de los años, el tiempo de la banda no ha pasado. Que, fruto también -posiblemente- de estos tiempos de impasse, falta de norte artístico y de indefinición a todos los niveles, su propuesta musical continúa de actualidad. Plenamente vigente: una propuesta que, materializada a la vieja usanza, el domingo 26 demostró seguir siendo de altísimo octanaje.



Viento en rock a toda Vela

Concierto de La Vela Puerca

Fecha: sábado, 25 de abril.
Lugar: Zentral Café Teatro, Iruñea.
Intérpretes: La Vela Puerca, formación integrada por Sebastián Teysera Enano y    Sebastián Cebreiro Cebolla, a las voces, Nicolás Lieutier Mandril, al bajo, Carlos Quijano Coli, al saxo, Alejandro Picone Ale, a la trompeta, Santiago Butler  y Rafael Di Bello, a las guitarras, y José Canedo Pepe, a la batería. El cartel se completó con  Vendetta, banda que actuó en primer lugar.
Incidencias: presentación de Érase, nuevo CD de La vela Puerca. Hora y ½ de duración, bises incluidos. Lleno. Público muy participativo que disfrutó de la actuación.

La Vela Puerca iluminaron con sus himnos la noche pamplonesa del pasado sábado, protagonizando un auténtico torbellino sonoro que, enganchando en bloques las canciones -viento en rock a toda máquina-, enganchó a toda velocidad igualmente a la concurrencia: al gentío que con motivo de su visita abarrotó el aforo del Zentral.
La noche comenzó con la comparecencia de Vendetta, a quienes les tocó ejercer de anfitriones de los uruguayos y a cuyo concierto no llegamos por encontrarnos en otro espectáculo musical; finalmente, sobre las 22.30, se abrió el telón para los comandados por los carismáticos Enano y Cebolla, totalmente espoleados por sus incondicionales desde incluso antes de que ello sucediera: así lo dejaron entrever los característicos cánticos entonados en honor del grupo, de genuina naturaleza y resumidos en la repetición de un único verso, vamos, la Vela, vamos la Vela de mi corazón. Así pues, bajo semejantes muestras de cariño, saltaron al escenario.
La noche despegó bajo los sones de un primer bloque de canciones extraídas de Érase, álbum que se presentaba, composiciones que lucieron gancho, patente y señas de identidad propias. Características. Modo de proceder propio a la hora de componer –hemos querido decir-, combinado diferentes sabores bajo el denominador común del rock quedando reforzado todo ello con la presencia de los vientos.
El ya remarcado ritmo trepidante del concierto fue en buena medida el responsable de que la totalidad de los presentes quedara de inmediato a merced del intenso hacer de los músicos; inexorablemente atrapado por su embrujo: esto es, sin posibilidad alguna de poder sacudirse la ininterrumpida y continua sucesión de canciones, circunstancia que acrecentó la intensidad de la velada y, como consecuencia, la entrega general, magnificada a partir de dicho primer bloque de canciones por la llegada de otros  integrados por temas sobradamente conocidos: Sobre la sien, Colaboré, Va a escampar, Haciéndose pasar por luz… recibidos por los más acérrimos botando en señal de aprobación -banderas de Uruguay  al aire en las primeras filas- e incluso con tarareos de sus partes instrumentales. Protagonizando –así las cosas- músicos y público una explosiva fiesta de exaltación del rock de La Vela tanto sobre como bajo el escenario, celebración unitaria que encontró su momento álgido cuando uno de los presentes accedió al entarimado para aportar su voz en dos canciones, algo que, sin impedimento alguno, llevó a cabo con tanta solvencia como naturalidad.
Finalmente, tras parecer terminar la noche con El profeta (cómo se adueñó la sala de su letra), la formación, por petición general, tuvo que regresar al escenario, brindando hits tan esperados como Vuelan palos (con la presencia de Javiero y de la sección de vientos de Vendetta), Zafar o El viejo, saludados y disfrutados a toda vela toda vez que aquello se acababa: el concierto de una banda, La Vela Puerca, que demostró varias cosas con la presente actuación: por qué están ahí (en primer lugar)… y por qué tenían que venir. Que cruzar el charco. Por qué tenían que venir por tercera vez a Iruñea: porque a la tercera ya se sabe cuál va, la vencida, algo que en esta ocasión estaba claro. Grandes los uruguayos en su nueva visita a la ciudad.



Magia y fantasía en clave de ópera rock

Concierto de Elfenthal

Fecha: sábado, 25 de abril.
Lugar: teatro Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Maite Itoiz, a la dirección artística, a la voz, a las guitarras eléctrica y acústica, al arpa celta y a las flautas, y John Kelly, a las guitarras eléctrica y acústica y a la voz, acompañados por Georgina Sánchez, al chelo, Dann Hoyos, a la guitarra eléctrica y a la voz; Itxaso Satrustegi, al piano y a la voz; Javier F. Paiz, al bajo; y Bjorn Mendizabal, a la batería. Además, se contó con los bailarines Juanjo Arrieta, Marina Scotto y Olatz Oribe.
Incidencias: presentación del nuevo espectáculo de Maite Itoiz y John Kelly. Muy  buena entrada. Púbico participativo.

Al amparo de la complicidad del bosque secreto, con la habitual aquiescencia y presencia a lo largo del cancionero de hadas, ninfas y otros seres mitológicos (xanas, landas y demás) el mundo de los sueños en el que habitan Maite Itoiz y John Kelly cobró vida en Iruñea, materializándose su paraíso mágico y onírico en el Gayarre de manera multidisciplinar. A caballo entre lo etéreo y lo terrenal, haciéndolo por medio de un show con tintes de ópera rock que, con marcados guiños al mundo de la danza, conjugó música de esencia celta y medieval de tintes arrebatadoramente épicos con la particular visión del rock sinfónico y de la música clásica de la pareja, dando como resultado el espectáculo que presentaron y representaron en el teatro pamplonés.
Concebido como un punto de inflexión en su carrera, presentada la velada como un viaje con pretensiones de futuro a través de los diez años de trayectoria de Elfenthal (esto es, como un repaso de sus composiciones más conocidas aliñado por pinceladas de Los Pilares de la Luz, futuro proyecto en el que actualmente se encuentran trabajando), la noche arrancó con unos cuántos temas llamados a iluminar dicha obra todavía nonata; con unas composiciones que, al igual que cuantas fueron recreadas, siguieron una dinámica ciertamente continuista todo el tiempo: presentadas por Maite, estelar hada madrina dicha noche, por medio del recitado o lectura de su sinopsis, como imprescindible paso previo a su interpretación.
Como inexcusable antesala de unas interpretaciones llevadas a cabo en feliz y próspero maridaje entre las herramientas del rock (guitarras, bajo eléctrico, batería) y otras,   más bien propias de la música clásica, como el chelo, las flautas o el arpa, aportando gota a gota las notas musicales de estas últimas el imprescindible componente bucólico frente a la fuerza de las primeras. La necesaria cordura para contrarrestar con la calma los efectos de la tormenta eléctrica, en aras del objetivo final: aportar la sonoridad característica a cada composición, definida a la perfección por Maite cantando por lindes propias de la lírica.
Sobre el desarrollo de los temas señalaremos que, marcado por estudiadas y ensayadas coreografías (dejando la presencia de los bailarines momentos de excelsa belleza plástica), lució presidido por una puesta en escena muy cuidada: lo cual, pese a ser digno de ser reseñado, elogiado y elogiable –incluso-, no evitó que llegásemos a la siguiente conclusión: a pensar que todavía queda trabajo por hacer… En aras de lo siguiente, principalmente: de mantener la tensión y el ritmo de la obra. Aspectos por pulir y mejorar, algo de lo que Maite y John seguro de que son conscientes: cosa de la búsqueda de la perfección inherente a músicos como ellos y a proyectos como este. Por lo demás nada que objetar: una noche para el recuerdo en el haber de Maite y John. 


Pólvora en estado de gracia

Concierto de Leiva

Fecha: viernes, 24 de abril.
Lugar: Zentral Café Teatro, Iruñea.
Intérpretes: José Miguel Conejo, Leiva, a la voz y a las guitarras, acompañado por la Leiband, formación integrada por Juancho, a los coros y a las guitarras, Manuel Mejía, al bajo, César Pop, a los coros, a los teclados y a la guitarra acústica, Luismi Huracán Ambulante, a la percusión, Tuli, al saxo, Pachequín, a la trompeta, y José Niño Bruño a la batería.
Incidencias: presentación de Pólvora, 2º CD del artista. Hora y20 minutos de duración en total. Lleno, localidades agotadas. Público con importante presencia femenina que se mostró entregado.

En total loor de multitudes, así transcurrió el concierto que protagonizó Leiva en Iruñea, acompañado por sus siete magníficos; por una banda integrada por siete magníficos músicos que, sostenida sobre pesos pesados del Universo Leiva –si se nos permite- como Juantxo, César y Tuli (rematada la alineación de gala por la presencia del gran José Niño Bruño a las baquetas), hizo gala de estar en un estado de gracia y complicidad de no retorno: lo mismo que el cabeza de cartel.  Así pues, siendo esto así; a la vista de lo que vimos en Zentral, no podemos menos que hablar de este concierto recurriendo a la siguiente expresión, con permiso de Rubén Darío: definiéndolo como una auténtica marcha triunfal.
Feliz a la vista de todos en su planeta de canciones, ante una desbordada expectación, el  ex integrante de Pereza abrió fuego con las canciones de estreno Los cantantes y Cerca, llevando el cuentakilómetros de Cero a Cien en cuestión de segundos: de los pocos segundos que le costó al gentío arrancarse a cantar, algo que, alma, corazón y entrega, hicieron sin interrupción a lo largo de la noche demostrando ser más, mucho más que espectadores: ser lo que en ámbitos futbolísticos se conoce como el Jugador Nº 12: todo un orfeón en esta ocasión. Tras una primera concesión al repertorio de Pereza (Animales), la descarga colectiva de adrenalina continuó con otros dos temas nuevos igualmente recibidos, antes de que la velada, tras desempolvar la banda otro viejo hit de la legendaria formación (Windsor), tomara derroteros más tranquilos en lo referido a los ritmos de las canciones: de unas composiciones que, para todos los públicos -en líneas generales-,conformaron un repertorio de lujo, sacado adelante navegando por  parámetros de calidad realmente exigentes.
Y así transcurrió la noche, sin que nunca bajara el listón; sin turbulencia alguna. Sin que en ningún momento decayera la expectación, incrementándose exponencialmente el ambiente camino del final de manos de hits –en acto y en potencia- extraídos de todas las vetas posibles: de Diciembre, ópera prima del artista (Miedo, Eme); del cancionero de Pereza (Superhermanas), y de Pólvora –evidentemente-, alcanzándose con Mirada perdida el clímax colectivo antes de los bises: de una propina efusivamente rematada por sendas versiones de Los Rodríguez (Hace calor), y, cómo no, Pereza, correspondiendo el honor de rubricar la noche a Lady Madrid.

A la segunda va a ir la vencida para Leiva, totalmente convencida la concurrencia como quedó: a esta conclusión llegamos en Zentral. Totalmente seducidos como marcharon cuantos abarrotaron la sala para seguir las evoluciones de un grande… Con la pólvora a punto desde el principio de su nueva apuesta artística. De un artista que en esta, su nueva acometida a la cima (tras haber hoyado sobradamente la misma con Pereza); en su nuevo intento por regresar a lo más alto de manos de su nueva propuesta musical, dio la cara al frente de los suyos todo el tiempo, sin esconderse nunca. Defendiendo a lomos de su guitarra las canciones con total determinación, haciendo gala del consumado jinete que es. Dicho viernes cosechó un incuestionable triunfo, en verdad.


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