Menú Especial para estos
Sanfermines: pamploneses, pamplonesas, visitantes en general. Y totalmente
gratuito, IVA incluido. Comenzaremos el día con dianas para desayunar –los más
madrugadores- o, en el caso de los más trasnochadores, le pondremos fin con
ellas para recenar; para almorzar, como aperitivo prebazkari o para comer directamente, alegres pasacalles a cargo de
gaiteros, fanfarres y txarangas. De cara a la hora de la merienda, el momento
más importante de la fiesta, tenemos animadas marchas a cargo de La Pamplonesa
camino de la Monumental, y, una vez en
los tendidos, todo tipo de cócteles a cargo de dicha banda y de las txarangas
de las peñas, interpretaciones incluidas de coplas surgidas a pie de calle o de
clásicos populares como el No hay Tregua,
de Barricada. Como merienda cena podremos degustar los himnos de las peñas en
su punto (a una con su vespertina marcha triunfal), y para cenar, ritmos de
todo tipo en los diferentes conciertos y verbenas. Raciones todas ellas,
desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, concebidas para ser degustadas en
cinco ingestas, lo realmente saludable, como las autoridades sanitarias no
dejan de repetir. Ah, y picoteos aparte, que en Sanfermines todo está
permitido; durante estos días vividos en clave de solfa (más que de sol o de fa), estando la música tan presente como está. Por supuesto que tan
sugerente menú, acompañado por vino de la tierra y buenas viandas, los
pimientos del piquillo, qué recuerdos, las alubias de Sangüesa o la trucha con
jamón… Mejor que mejor. Y todo ello, insistimos, gratis, IVA incluido: sí,
yendo incluido como va bullicio, alegría, jarana o armonía, ¿quién da más?
La música, ¿qué sería la fiesta
sin la música? Nada, siendo como es su principal alimento. El carbón que
alimenta la maquinaria. Muy poca cosa –si acaso-, marcando sus ritmos como lo
hacen el pulso de cualquier celebración en general. Marcándolo como lo que son,
puros latidos encargados de bombear el flujo festivo por calles y plazas,
convertidas estos días en coloristas escenarios: desde el acompasado latir de
un bombo (bombo, bombear, ¿primos hermanos sus significados?) hasta el
desenfrenado bum, bum, bum de una
base pregrabada. En cualquier caso, pura pasión encendida desde las 12 del
mediodía del día 6, hora en que sonó el clarín y estalló la fiesta. Bueno,
desde que lo hicieron los cuartos del reloj de la Casa Consistorial y los
timbaleros, a su son, tejieron la alfombra sonora al encargado de prender el
chupinazo.
Así pues, si estás por aquí estos
días, ya sabes qué hay para comer. Y en régimen de self service, sírvete tú mismo. A cualquier hora del día o de la
noche. Avisados estáis, en Pamplona-Iruñea por San Fermin, buen menú. ¡Salud!
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