Una cita con la historia
Concierto de Saxon
Fecha: viernes, 11 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Saxon, formación integrada por Peter Byford, a la voz, Quinn y Scarratt, a las guitarras, Nibbs Carter, al bajo, y Nigel Glockler, a la batería. Como teloneros, abrieron velada.
Incidencias: presentación de Call to arms, decimonoveno CD de la banda. Lleno prácticamente. Público muy participativo. Casi 2 horas de duración, bises incluidos.
Una cita con la historia, he aquí qué tenían las huestes metaleras forales con Saxon, una de las cinco maravillas del mundo… metálico; una banda que, pese a su rol de pioneros de la en su tiempo denominada nueva ola de heavy metal británico (no en vano llevan en activo desde 1976) continúa fiel a una de sus constantes desde su formación: seguir publicando buenos discos; no ya dignos –eufemísticamente hablando-, sino buenos, y, con ellos bajo el brazo, continuar haciendo historia. Escribiéndola noche a noche en las primeras décadas del presente siglo, pisando con paso firme los escenarios con trabajos como Call to arms, el que presentaron en Tótem, brindando uno de sus contados conciertos dados en esta ocasión en el Estado.
La velada fue abierta por Banderbuist, no compareciendo finalmente el otro de los teloneros anunciados, Crimes Of Passions; y a continuación, en medio de un inusitado ambiente de gala; frente a un respetable especialmente excitado y motivado por la grandeza del cada vez más inminente show, ante un público que, integrado principalmente por la vieja guardia rockera ochentera, respondió con la fidelidad esperada, los míticos Saxon, a escena.
Aunando a distintas generaciones alrededor de su poderoso magnetismo, el concierto, todo un espectáculo de luces, espectaculares efectos luminotécnicos y sonido (se instalaron hasta tres sets de diferente equipación a pie de sala en aras de que todo luciese a la perfección), arrancó bajo las notas de Hammer of the Gods, tema de estreno al que sucedieron dos primeros aldabonazos de característico regusto, Heavy metal thunder y Never surrender; ¿dos, solo? Y ¿cómo catalogar otros como Motorcycle man, con la guitarra solista sugiriendo los ruidosos acelerones de una motocicleta bajo las explosiones de luz y sonido, ejerciendo su fiereza de motor de explosión de la canción? ¿Qué decir de Demon sweeney todd, Rock´n´roll gypsy y sus intensidades netamente genuinas? ¿Y de la impresionante recta final, Wheell of steel, Crusader, Power and the glory y Princess of the night? ¿Qué, disponiendo únicamente de este espacio? Solo una cosa más: que pese a haberse mantenido en primera fila del metal aun con menos relevancia mediática –si se quiere- que grandes de su quinta como Iron Maiden o Judas Priest, bandas que, por cierto, tuvieron sus travesías del desierto en los noventa, Saxon demostró derrochar grandeza, dignidad y espectacularidad por igual.
Liderados por el legendario Peter Byford, dueño de las cuerdas vocales que firmaron el inicio de una de las etapas más gloriosas para la música popular del siglo XX, el heavy metal, Saxon, una de las bandas que más han hecho por que dicho género sonara como lo conocimos, pasó por Tótem, y lo hizo dejando claro que las viejas bandas continúan teniendo su empuje y su tirón. Con la tranquilidad de no tener que demostrar nada, aumentando su legado y con cosas grandes, llamadas a perdurar, todavía por hacer -más allá que viviendo de prestado o de rentas-, demostrando los comandados por Peter, nevada melena al viento, un envidiable estado de forma. Y así lo entendieron y valoraron los asistentes, sintiéndose seguramente en lo más hondo de su ser unos privilegiados por haber podido ver a una banda como esta: algo de lo que, a juzgar por su entrega, fueron conscientes, representado lo dicho una nueva razón para celebrar, en el sentido de alabar, su decisión de haber asistido a la actuación. Pese a que los británicos aún la sigan haciendo, toda una cita con la historia.
Señora y señera aleación
Concierto de In Extremo
Fecha: viernes, 11 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: In Extremo, formación integrada por Michael Robert Rhein El Último Unicornio,a la voz, Dr. Pymonte, a la gaita, al arpa, a la chirimía, a la flauta y a las programaciones, Flex, a la gaita, a la gaita irlandesa, al chirimía y a la zanfoña, Yellow Pfeiffer, a la gaita y alnychelharpa,Van lange, a las guitarras, Die Luther, al bajo, y Specki TD, a la batería
Incidencias: presentación de Sterneneisen, nuevo CD de la banda, enmarcada en el Iberian Tour 2011. Asistencia discreta, público muy participativo. Hora y 20 minutos de duración., bises incluidos.
Procedentes de Gijón, los alemanes In Extremo hicieron en Iruñerria un alto en su camino la segunda semana de mes, ofreciendo algo que ya es una constante en ellos: un espectacular concierto. Un espectáculo musical que, toda una aleación de folk y metal, mereció fuera de toda duda una mayor presencia de aficionados. Pero bueno, especiales coyunturas de cada cuál aparte, ya sabemos qué tiende a ocurrirles a los pioneros casi siempre. A qué se ven abocados por regla general prácticamente buena parte de quienes abren caminos con sus carreras. Fusionando, como en el presente caso, estilos tan dispares sobre el papel como folk y metal: pese a obtener todo tipo de parabienes por parte de la crítica especializada, a la ingratitud de tener que recorrerlos en solitario. Lejos de los oropeles de los mass de corte más generalista y populista, reservados para propuestas de resultados más inmediatos. Eso sí, en lo relativo a ser profetas en su tierra, damos fe de que el septeto tampoco se puede quejar.
Surgida la idea matriz de In Extremo en 1995 como consecuencia de la unión de dos proyectos musicales, uno de música medieval y el otro erigido sobre el rock, fusionados ambos en 1998, los comandados por El Último Unicornio, respaldados a pie de sala por sets de sonido y de luces especialmente instalados para la ocasión (con estas últimas, especialmente reforzadas) presentaron en Tótem su noveno CD, aprovechando la parada, cómo no, para repasar su extensa trayectoria. Para marcar a fuego, a ritmos de rock-metal, su impronta a los presentes,perfectamente matizados dichos ritmos por el hacer de instrumentos como la zanfoña, las gaitas, el shawn, el nychelharpa, el arpa, el lirio, la trompeta marina, el dulcémele (instrumento de cuerda percutida) el tablá o el klangbaum. Un sello o marchamo musical que, cosa del timbre del ya citado vocalista, se demostró más que cercano al de sus paisanos Rammstein, viniendo representada la principal diferencia entre ambas propuestas musicales en la ausencia de elementos electrónicos en el caso de la de In Extremo, quedando ocupado su espacio por los sonidos de instrumentos como los citados. Por solos de gaitas y de guitarras como los que escuchamos, con las gaitas en primera línea de fuego –perfectamente respaldadas por la banda; por el lado más rockero del grupo, eso hemos querido decir- sonando en perfecta comandita. Por su genuino toque folk, frente al igualmente genuino regusto industrial de sus paisanos, algo que quedó sobradamente demostrado a propósito de interpretaciones como las de Liam oZigeunerskat, de las más disfrutadas por el público. Siguiendo con los temas ofrecidos, no podemos dejarnos en el tintero composiciones como En esta noche (derrochando su ejecución palmitas de esas tan características de Al Andalus), Ave María (nada que ver con composición alguna conocida titulada así) o, ya en los bises, Viva la vida, tituladas en castellano: esta última, con la sombra del Bunbury de Héroes del Silencio planeando de cerca, factor que tampoco nos debe extrañar habida cuenta del incontestable éxito cosechado en Alemania por los zaragozanos, en la década de los noventa. En unos años en los que, seguramente, ya se estaba fraguando su aleación. Excepcional, enorme directo el presenciado.
(Santa) sangre, sudor y rock & roll
Concierto de Los Carniceros del Norte
Fecha: viernes, 11 de noviembre.
Lugar: AKE, Txantrea.
Intérpretes: Los Carniceros del Norte, banda integrada en directo dicha noche por Txarly Usher, a la voz, Nando Fausto, al bajo, y H Zombie, a la guitarra.
Incidencias: actuación de 1 hora de duración, bises aparte. Asistencia discreta.
Tras comparecer en 2010 entrando –y saliendo- por la puerta grande, Los Carniceros del Norte volvieron a blandir su afilado instrumental en AKE, presentándose en esta ocasión con dos importantes novedades: con CD nuevo en el morral, (integrado, cómo no, por otras trece cuchilladas, trece nuevamente) y, ¿cosa tal vez de los recortes?, en formato reducido. Con un carnicero menos en plantilla. Con las baterías pregrabadas, cuestión que abordaremos más adelante. En cualquier caso, al rojo…sangre siempre, mostrándose hambrientos –y sedientos- de rock, santa sangre y emociones musicales fuertes. Desplegando una actitud y una chulería muy propia de los años ochenta.
Respaldados por proyecciones centradas en motivos alusivos a sus canciones, frente a un público que se dio cita en número más bien discreto, lo cual, a la vista del buen sabor de boca dejado el año pasado, nos sorprendió ingratamente, la hemorragia de rock al corte comenzó a manar con Rojo profundo. Bajo las notas iniciales pregrabadas –como si de las de una caja de música se tratasen- de dicho tema, con Txarly recitando su letra con sugerente voz, a la espera de la salida de guitarrista y bajista: al igual que el vocalista, vestidos de riguroso negro y luciendo ambos vistosas crestas. Con un Txarly que, cual si de un cruce de Evaristo, Francis (Doctor Deseo) y Eduardo Benavente se tratara -salvando todas las distancias-, derrochó a borbotones visceralidad a la hora de filetear nuevas piezas de estreno como Alucarda o El ataúd del vampiro, siguientes en sonar, y ricas, si no en hierro o proteínas, sí en vitaminas más al uso, hablando de lo que estamos hablando: en punk´ n roll de porte siniestro, hecho con arrojo y teñido de afterpunk –la mayoría de las veces-, ingredientes más que perfectos para conformar unas canciones que, una vez más, lucieron cual perfecta banda sonora de noches de niebla y cementerios. De vidas lamentablemente perdidas en lamentables circunstancias… o de películas de cine negro como las que en buena parte de los casos las inspiraron. Pero, además de temas de estreno, las aceradas hojas de los cuchillos de H. Zombie y Nando (he aquí qué fueron las cuerdas de sus instrumentos dicha noche) también tuvieron a bien despiezar viejas piezas, como El hombre de los rayos X, Ladrones de cadáveres o Muertos vivientes, salpicando de modo inmisericorde a su clientela con su rock. A corazón abierto, con su sangre convertida en rock de venenoso y morboso magnetismo, facturado a ritmo trepidante y claramente influenciado por referentes estatales de los ochenta como Espasmódicos –en lo referido a la velocidad de los temas- o en lo que a su esencia se refiere, Parálisis Permanente, o foráneos como Joy Division o Lords Of The New Church. Bueno, y a propósito de que actuaran con las baterías pregrabadas, ¿qué decir? ¿Es lícito hacerlo? ¿Hasta qué punto? Difíciles preguntas, si señor. Evidentemente, el espectáculo salió perdiendo, pero ejerciendo de abogados del diablo diremos lo siguiente: que nuestra valoración no habría sido la misma si hubiese mediado pago de entrada de por medio (creemos que no es lo mismo enjuiciar un concierto de bar de libre acceso que otros de acceso previo paso por taquilla), y que, en cualquier caso, tocar sobre una base pregrabada tiene que resultar complicado, requiriéndose un ejercicio extra de sincronización, además de entrañar la asunción de más riesgos. Además, precursores como Josetxo Bicho Ezponda ya lo hicieron en su día, mediados de los noventa. Y yendo con todo el instrumental pregrabado. En cualquier caso, santa sangre, sudor y rock & roll, sanguinolenta vida todo ello, bien los carniceros en su regreso.
Fecha: viernes, 11 de noviembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: In Extremo, formación integrada por Michael Robert Rhein El Último Unicornio,a la voz, Dr. Pymonte, a la gaita, al arpa, a la chirimía, a la flauta y a las programaciones, Flex, a la gaita, a la gaita irlandesa, al chirimía y a la zanfoña, Yellow Pfeiffer, a la gaita y alnychelharpa,Van lange, a las guitarras, Die Luther, al bajo, y Specki TD, a la batería
Incidencias: presentación de Sterneneisen, nuevo CD de la banda, enmarcada en el Iberian Tour 2011. Asistencia discreta, público muy participativo. Hora y 20 minutos de duración., bises incluidos.
Procedentes de Gijón, los alemanes In Extremo hicieron en Iruñerria un alto en su camino la segunda semana de mes, ofreciendo algo que ya es una constante en ellos: un espectacular concierto. Un espectáculo musical que, toda una aleación de folk y metal, mereció fuera de toda duda una mayor presencia de aficionados. Pero bueno, especiales coyunturas de cada cuál aparte, ya sabemos qué tiende a ocurrirles a los pioneros casi siempre. A qué se ven abocados por regla general prácticamente buena parte de quienes abren caminos con sus carreras. Fusionando, como en el presente caso, estilos tan dispares sobre el papel como folk y metal: pese a obtener todo tipo de parabienes por parte de la crítica especializada, a la ingratitud de tener que recorrerlos en solitario. Lejos de los oropeles de los mass de corte más generalista y populista, reservados para propuestas de resultados más inmediatos. Eso sí, en lo relativo a ser profetas en su tierra, damos fe de que el septeto tampoco se puede quejar.
Surgida la idea matriz de In Extremo en 1995 como consecuencia de la unión de dos proyectos musicales, uno de música medieval y el otro erigido sobre el rock, fusionados ambos en 1998, los comandados por El Último Unicornio, respaldados a pie de sala por sets de sonido y de luces especialmente instalados para la ocasión (con estas últimas, especialmente reforzadas) presentaron en Tótem su noveno CD, aprovechando la parada, cómo no, para repasar su extensa trayectoria. Para marcar a fuego, a ritmos de rock-metal, su impronta a los presentes,perfectamente matizados dichos ritmos por el hacer de instrumentos como la zanfoña, las gaitas, el shawn, el nychelharpa, el arpa, el lirio, la trompeta marina, el dulcémele (instrumento de cuerda percutida) el tablá o el klangbaum. Un sello o marchamo musical que, cosa del timbre del ya citado vocalista, se demostró más que cercano al de sus paisanos Rammstein, viniendo representada la principal diferencia entre ambas propuestas musicales en la ausencia de elementos electrónicos en el caso de la de In Extremo, quedando ocupado su espacio por los sonidos de instrumentos como los citados. Por solos de gaitas y de guitarras como los que escuchamos, con las gaitas en primera línea de fuego –perfectamente respaldadas por la banda; por el lado más rockero del grupo, eso hemos querido decir- sonando en perfecta comandita. Por su genuino toque folk, frente al igualmente genuino regusto industrial de sus paisanos, algo que quedó sobradamente demostrado a propósito de interpretaciones como las de Liam oZigeunerskat, de las más disfrutadas por el público. Siguiendo con los temas ofrecidos, no podemos dejarnos en el tintero composiciones como En esta noche (derrochando su ejecución palmitas de esas tan características de Al Andalus), Ave María (nada que ver con composición alguna conocida titulada así) o, ya en los bises, Viva la vida, tituladas en castellano: esta última, con la sombra del Bunbury de Héroes del Silencio planeando de cerca, factor que tampoco nos debe extrañar habida cuenta del incontestable éxito cosechado en Alemania por los zaragozanos, en la década de los noventa. En unos años en los que, seguramente, ya se estaba fraguando su aleación. Excepcional, enorme directo el presenciado.
(Santa) sangre, sudor y rock & roll
Concierto de Los Carniceros del Norte
Fecha: viernes, 11 de noviembre.
Lugar: AKE, Txantrea.
El padre, el hijo y el santo espíritu del rock
Concierto de The Brew
Fecha: jueves, 3 de noviembre.Lugar: El Bafle, Iruñea.
Intérpretes: The Brew, trío integrado por Kurtis, a la guitarra y a la voz, Tim, al bajo, y Jason, a la batería.
Incidencias: presentación de The Third floor, tercer CD de la banda. Muy buena entrada, público muy participativo. Hora y 45 minutos de duración., bises incluidos.
El padre, al bajo; el hijo, a la batería y, el espíritu del rock & roll presidiéndolo todo, perfecta y señorialmente personificado, además de en los citados, en el buenísimo hacer del guitarrista y vocalista del trío, he aquí qué nos sugirió la presencia de The Brew desde que iniciaron su descarga: la idea de encontrarnos ante una gran grupo de rock & roll. Ante un trío, formato básico para facturar rock & roll (número perfecto este, el tres, además de en la cultura medieval cristiana, en contextos como el presente, representando la cifra mínima exigible para dicha empresa) cuya existencia no podríamos explicarnos sin la presencia de cualquiera de los tres músicos implicados en el mismo, demostrando como demostraron ser, más que imprescindibles en sus respectivos papeles (nadie lo es únicamente por hacer sonar un instrumento musical), auténticos sostenes del proyecto. Vamos, antojándosenos imposible –directamente- entender la presencia de Tim, el padre, sin la de Jason, el hijo, y viceversa, quedando alimentado el juego de posibles combinaciones hasta donde se quiera si a las mismas añadimos, y hay que hacerlo de manera obligatoria, la de Kurtis, el hijo adoptivo de la pareja -a todas luces-. Y sí, claro que hay que sumarla, a la vista del concierto presenciado. Del espectáculo deparado por los tres, ya dándolo todo juntos, ya por separado; derrochando arrojo y actitud y dejando grabadas a fuego en las retinas y tímpanos de los presentes decenas y decenas de inolvidables flashes, erigidos sobre los espectaculares molinetes protagonizados por Kurtis, el hecho de que, en la recta final, llegara incluso a tocar la guitarra con un arco de violín (fusionando de la forma más experimental posible música clásica y rock progresivo, entre gritos como “la madre que te parió”, proferidos por el, a estas alturas, enfervorizado público) o el solo de batería brindado por Jason, con este haciendo sonar de manera endiablada timbales, tambores y platillos incluso con las manos. Provocando una voraz tormenta… a la velocidad del rayo. A ritmos finalmente de batucada, poniendo el mejor broche a la presente fiesta del rock. De exaltación del rock & roll, lo que en verdad fue el concierto.
Grande la actuación por partida doble (además de por los motivos sugeridos, por lo relativo a su duración, siendo la verdadera noticia que, tratándose de un grupo inglés, tocaran durarte hora y ¡45! minutos), la misma, primera de la actual gira estatal de The Brew, ofreció temas de sus tres trabajos grandes, revelándose de cuerpos fornidos los mismos. Sin michelines ni aditivo alguno, pura fibra y vértigo a espuertas, ser auténtica esencia: unas composiciones que, tensión, intención e intensidad, de interesantes y perfectamente nutridos desarrollos, denotaron auténtica pasión por parte de los músicos, brindando los mismos a fuego una soberbia demostración de cómo ha de tocarse el rock & roll: normal, siendo de las escuelas de pirómanos como Led Zeppelin o Jimy Hendrix; ofreciendo los tres en inusual maridaje, sincronía y sintonía una clase de rock, de verdadero rock & roll, de altísimo voltaje. Tintado de hardrock, atmósferas ciertamente stoner y de psicodelia cuando así se precisó, facturado el mismo con clase e inusual fuerza, en estos tiempos en los que tanto se usa el nombre del rock en vano. Y así lo percibieron los presentes, un público que casi llenó el local de Donibane y que, imantado poco menos por su buenísimo y brutal hacer, sintió, y cómo, su pulsión en sus carnes, marchándose con la sensación de haber sido testigos de algo grande. The Brew, señoras y señores.
Para paladares exquisitos
Concierto de Luther Russell & Band
Fecha: jueves, 27 de octubre.
Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava.
Intérpretes: Luther Russell & Band, formación integrada por Luther Russell, a las guitarras y a la voz, Mauri, a las guitarras, Jorge, al bajo, y Chuchín, a la batería.
Incidencias: primer concierto del ciclo Jai O´Rama, presentación de The Invisible Audience, 5º CD de Luther Russel. Asistencia discreta, público que se mostró entusiasta. Actuación de una hora de duración en total.
Arrancó el novedoso ciclo de música en directo auspiciado desde la nueva Casa de Cultura de Atarrabia, inaugurada el pasado mes de marzo, y, a la vista de la denominación del mismo (Jai O´Rama/Caramelos musicales extranjeros), no pudo hacerlo mejor que con la actuación de Luther Russell, toda una golosina musical.
Familiar directo de legendarios compositores estadounidenses como Bob Russell (Ray Charles, Duke Ellington…) o Bud Green; compositor –asimismo-, productor y multi- instrumentista, compañero de escenario en multitud de ocasiones de artistas como Arthur Lee, Johnny Cash, Tom Petty, Los Lobos o Wilco, Russell comenzó la carrera musical que ha terminado por traerle hasta Nafarroa en 1997, habiendo conseguido publicar hasta el momento cinco LP en solitario: el último de ellos, el que en compañía de su recién estrenada backink band presentó el pasado jueves. De hecho, el presente concierto fue el segundo que dieron juntos.
Sobre un escenario organizado de forma circular (presidido por la batería y delimitado por fundas de guitarras, pantallas de sonido y por los monitores), Luther dio luz verde a la actuación ofreciendo tres composiciones a lomos únicamente de las cuerdas de su guitarra; en formato One man band –si se nos permite el anglicismo-, compareciendo acto seguido los músicos acompañantes. Ofreciendo en un primer momento unas composiciones que, dibujadas única y genuinamente por las notas de su guitarra, impregnadas de rock (sureño) de autor, también dejaron entrever ciertos destellos –más que influencias- procedentes del grunge, brindando el aspecto físico del songwritter total credibilidad a lo apuntado. Y del resto del repertorio, de las canciones ofrecidas junto con la banda, ¿qué decir? Que, presididas igualmente por una exquisitez y una delicadeza incontestable, pese a los nuevos ropajes adquiridos, denotaron una idéntica esencia. Identidad. Ser hijas del mismo padre, a pesar –igualmente- de las diferentes intensidades musicales y sonoras que mostraron.
Luther Russell trasladó parte de su cosecha de folk rock americano a Atarrabia, satisfaciendo plenamente a los presentes con sus frutos; a un público integrado por un grupo de personas realmente selecto… Tal y como suele acontecer en estos casos. Por esa selecta minoría de Iruñerria que, presa de unos gustos musicales propios de gourmets, sobrevive como puede, fuera de la oferta musical habitual, destinada al gran público. Al margen de lo ofertado a la ciudadanía en general por el negocio musical: de lo que tantas veces en nombre de la música se ofrece al consumidor –que no al amante de la misma- buscando eso precisamente, el negocio. En cualquier caso, agradando a las decenas de personas que, agradecidas, asistieron a la presente degustación, saboreando con gusto este, el primero de los caramelos programados. Una actuación que, para paladares exquisitos, además de por el buen sabor de boca que dejó, lució cual si de un dulce tal se tratara también en lo relativo a su duración, dicho sea de paso. Al tiempo en que se consumió la golosina, una escasa hora, bises incluidos.
Bueno, y antes de concluir, no podemos menos que agradecer este tipo de programaciones arriesgadas y valientes, todo un soplo de aire fresco en unos tiempos como estos: aunque, de modo totalmente comprensible –poniéndonos en la piel de los programadores-, en tantas ocasiones presididos por la previsibilidad. Y hoy, jueves, en este mismo marco, Terry Lee Hale. Estaremos por allí.
Inmejorable sabor de boca
Concierto de Terry Lee Hale
Fecha: jueves, 3 de noviembre.
Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava.
Intérpretes: Terry Lee Hale, a la voz, a las guitarras de seis y doce cuerdas y ocasionalmente a la armónica.
Incidencias: 2º y último concierto del ciclo Jai O´Rama. Asistencia aceptable, público entusiasta. Actuación de una hora de duración, bises aparte.
Terry Lee Hale (San Antonio, Texas, 1953) fue el encargado de cerrar el goloso ciclo musical celebrado a caballo entre octubre y noviembre en la Casa de Cultura de Atarrabia, dejando su concierto un muy buen sabor de boca entre los presentes: a un público del que, a la vista de la asistencia registrada, teniendo en cuenta factores como la raigambre del evento o el carácter escasamente mediático del artista, podemos decir que se citó en un número aceptable. Tampoco como para tirar cohetes pero sí como para animar a los responsables de la programación a seguir en el intento.
La actuación dio comienzo con mayor puntualidad que una semana atrás, ofreciendo el tejano lo mejor de sí mismo guitarras en ristre en todo momento; ya con la de seis cuerdas –durante la mayor parte del tiempo y, cómo no, slide-guitar de por medio-, ya con la doce en la recta final, extrayendo en ambos casos un sonido que empastó a la perfección con el timbre de su voz; plasmando con el concurso de tan fieles compañeras de viaje unos temas que, como su voz, denotaron un genuino sabor americano. Unas composiciones erigidas sobre la versión más característica del country rock o sourthen rock que, sonando con mayor o menor distorsión, haciendo gala incluso de un regusto inequívocamente fronterizo en ocasiones, demostraron atesorar un más que profundo sabor a cosa propia: como el aroma del más reconocido y penetrante perfume, bastándose Terry más que de sobra para llenar él solito el escenario; ¿cómo? Con su Chanel Nº 5 musicado. Unos temas, así las cosas, cuya música, por momentos, trasladó a los presentes a locales de la legendaria Ruta 66 como los célebres The Black Cat o The Snow Cap, establecimientos en los que se encontrara tocando un songwritter local, para gloria y deleite de los recién llegados viajeros.
Pero pese a ser ofrecidas por él en solitario, las canciones brindadas lucieron con esplendor todas sus líneas, dicha noche: las líneas maestras y los trazos más propios de los adornos, si bien estos últimos, sugeridos, más que mostrados. Pero bueno, al igual que suele decirse en otros contextos, en ocasiones como esta también fue más bonito sugerir que enseñar. Dibujar las atmósferas y colorearlas parcialmente a un tiempo, en vez de añadirles todas las capas de pintura. Y así lo entendió el respetable, un público que, demostrando saber qué había ido a ver (si no a quién a priori en todos los casos, sí el tipo de música a degustar) aplaudió siempre con fuerza, otorgando su beneplácito a Terry incluso cuando, obviando la barrera idiomática, éste se dirigió a ellos… En inglés, claro está.
Iruñea y comarca, verdadera caldera en ebullición en los últimos tiempos en lo que a programación de música en directo hace referencia, acogió semanas atrás la propuesta de Terry Lee Hale, trotamundos de la canción de autor, compositor e interprete con doce discos en la recámara; llegados a este punto, ¿qué más decir del citado? Que, cercano, distendido en escena y agradecido en todo momento, cosa del concierto presenciado, en Atarrabia gustó.
Aupa Oscar!!
ResponderEliminarESte no va a ser el último concierto de Jaiorama, estamos trabajando para traer nuevas propuestas. Recibirás información!
Agur bero bat!
Eneko.