Mentes ‘Def’ contra la estupidez
Concierto de Def con Dos
Fecha: miércoles, 6 de julio
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea
Incidencias: 1ª actuación del ciclo Fueros directo 2011; enmarcado en la gira La culpa de todo la tiene Def Con Dos. Como teloneros abrieron noche Arima Sutan.
Abanderados de la lucha contra la estupidez desde los inicios de su carrera, los siempre visionarios y perspicaces –además de aguerridos y chocantes- Def Con Dos descargaron sus clarividentes proclamas desde el escenario de Los Fueros, plaza del rock por excelencia en Sanfermines.
El honor de abrir el telón festivo recayó en los locales Arima Sutan, power trío que dio fuego a la mecha de forma sobresaliente, con los temas brindados. Y tras su actuación, desde el planeta Def, la hora Def propiamente dicha. La de la nueva comparecencia en la ciudad de los comandados por la legendaria pareja formada por César Strawberry, letrista e ideólogo de la banda, y J. Al Andalus, bajista y responsable de canalizar por lindes musicales la apabullante creatividad del primero.
Bajo una introducción pregrabada, impactantes imágenes bélicas y cuenta atrás incluida en las pantallas; articulada la actuación sobre las canciones más conocidas y reconocidas del sexteto, los músicos y el público abandonaron trincheras y comenzaron a tomar posiciones bajo las notas de Qué dice la gente, tema que, rescrito y regrabado para el trabajo La culpa de todo la tiene Def Con Dos (recopilatorio de las mejores jugadas –musicales- del grupo que actualmente DCD está presentando) dio paso a Fin de siglo, antes de que se iniciara el bombardeo propiamente dicho, entre inquietantes sonidos de sirenas y de hélices de helicópteros en vuelos rasantes, momentos de necesario protagonismo para el bajo de J. Al Andalus y ácidos e ingeniosos comentarios de Strawberry a propósito de la coyuntura actual: antes de que la banda procediera a activar las cargas explosivas de hits como Mundo chungo (“el mundo chungo nos lo hemos currado los mayores y lo estáis heredando los más jóvenes, y no se puede consentir; no es cuestión de indignación, sino de justicia”), Poco pan, El coche no, Ultramemia (“ciudad-pesadilla que nunca creímos que fuera a convertirse en realidad: sólo vosotros podéis lograr que las cosas cambien”, tal y como indicó un siempre inspirado César), Hipotécate tú o Demasiado humano, canciones que vaya cómo han ganado sentido con el paso de los años, demostrando estos no pasar por ellas; ¿por qué? Porque nada cambia, y, si acaso, lo hace para peor. Porque el estado de las cosas y las cosas del Estado (bueno, y de Europa y Occidente en general) son las que son, algo que, fuera de toda duda, las ha revalorizado en sus mercados. Y todo ello, entre canciones más hilarantes, como Tuno bueno tuno muerto, Mártires del Rock, Veraneo en Puerto Hurraco, Trabajando para Dios, De Cacería o Armas pa´l pueblo; aunque de contenido más lúdico y cercano al surrealismo y la ocurrencia, igual de bien recibidas por los presentes: por un público que cantó, votó y siguió el concierto con interés, aunque sin completar totalmente el anillo. Cosa tal vez derivada, tratándose de la primera noche festiva, del peaje a pagar por los excesos cometidos durante el día por el público potencial de DCD, más cercano de edades propias de la madurez que de otras verdaderamente compatibles con el full time propio de la fiesta.
Reivindicando el pensamiento independiente y libre a ritmo de rapmetal; haciendo ver que el cerebro no es una franquicia, Def Con Dos pasaron por Iruñea poniendo en guardia con sus canciones a todos, frente a quienes, en materia de pensamiento, nos tratan de dar gato por liebre. Tratando de aportar lucidez frente a la estupidez imperante. Luz e ideología Def frente a la tontería cada vez más atosigante, siendo la mejor prueba de lo dicho la vigencia en el tiempo del para algunos delirante discurso del grupo: de rabiosa actualidad para propios y extraños veinte años después, dejando ver qué sigue diciendo la calle y la gente: ahora, más que nunca, nada en el mundo los podrá detener.
Jueves 7 julio, Brigada Improductiva, LA PEGATINA
Apoteosis en la fiesta… Pagana
Fecha: viernes, 8 de julio.
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea.
Incidencias: 3ª actuación del ciclo Fueros directo 2011, lleno total. Hora y media de duración. Como teloneros abrieron noche Rock Stars.
Tras el llenazo cosechado la víspera por La Pegatina, la plaza de Los Fueros volvió a quedarse pequeña para albergar la actuación de Mago de Ôz; el apoteósico aquelarre de músicas y ritmos pergeñado por el hechicero Txus de Fellatio y los suyos. La catártica –para casi todos- y explosiva fiesta pagana por ellos protagonizada, actuación que, esperada por los seguidores más acérrimos del grupo (damos fe de que casi todos los presentes en la plaza, en verdad) como agua de julio; como el agua lanzada el 6 de julio desde los balcones para tratar de saciar la sed de fiesta de las calles, colmó las ansias de todos plenamente, cumpliendo las expectativas y satisfaciendo totalmente al gentío.
En semejante marco, la velada no pudo arrancar mejor que con los locales Rock Stars, formación que visto y no visto, de cero a cien en nada, condujo hasta el sexto cielo a los presentes por autopistas como Highway star o Highway to hell; por medio de ¿versiones? No, de poco menos que calcos como los brindados de temas de Europe, AC/DC o Deep Purple, himnos que los músicos de Rock Stars demostraron tener más que interiorizados, tras unas vidas llenas de pasión por el metal. Y tras tan espectacular arranque, pasadas las 0.30 horas, el momento cumbre de la noche. El de los madrileños Mago de Öz, llamados con sus musicadas pócimas de ritmos y colores a terminar de rematar faena. Y de qué forma lo hicieron, consiguiendo embrujar y llevar con su característica concepción del heavy metal hasta el séptimo cielo a todos, sin excepción.
Tras hacer acto de presencia Txus sobre el puente de mando de su batería, emergiendo por sorpresa entre el mar de platillos y tambores haciéndose querer, el concierto arrancó con Gaia, tema que con todas las marcas de la casa más que presentes en sus notas, hechizó al gentío desde ya; vamos, como si el hechizo realmente ya estuviese preparado de antemano, dejando a todos más que preparados para lo que se avecinaba: para la imponente y a un tiempo festiva noche de exaltación de las mágicas esencias de la banda, protagonizada por la descarga de canciones ya convertidas en clásicos como El atrapasueños (de las primeras en poner a botar a la totalidad de la plaza), Vodka´n´roll (cantada por Kutxi en el día de su cumpleaños, presentado por José Andrea, el vocalista, como “un tsunami de humanidad” y felicitado multitudinariamente por la marea humana), la power-balada Desde mi cielo o La costa del silencio, de las más destacadas del repertorio con permiso de La Posada de los muertos, última en sonar y, ya en los bises, La Rosa de los vientos (cantada por Txus y Andrea protagonizando un elegante dueto) y, finalmente, la largamente solicitada y esperada Fiesta pagana: el himno de los Sanfermines dicha noche. La canción de esta, la fiesta pagana de Iruñea por excelencia, hit que, terminando de encender a todos, puso a bailar incluso a los habitualmente recostados en los hierbines.
Estandartes, perfecto botón de muestra del heavy metal más triunfal del Estado; portadores, dueños y señores de una pócima, combinar con indisimulable acierto la fuerza y las melodías propias de las vertientes más clásicas del heavy con las de la música celta; mezclar instrumentos y maneras propias del folk –así como sus cambios de ritmos- con los propios del rock, fórmula que vaya que si les sigue dando resultado, Mago de Öz pasó por Iruñea como un tornado, demostrando que la poción resultante sigue siendo resultona y totalmente efectiva; un corpus musical integrado por unas canciones que, aun ciertamente básicas, primarias y previsibles –en ocasiones-; de sonoridad claramente lindante con la verbena –en otras-, no dejan indiferente a nadie. Que, además, la banda le tiene perfectamente cogida la medida a su show y a sus posibilidades, siendo un grupo que engatusa y gusta, y mucho, a niños y mayores. El pasado viernes, muy grandes en Los Fueros. Nada que objetar.
Sábado 9 julio, Pete Bombastic, SÔBER
Soberbios
Concierto de Sôber
Fecha: sábado, 9 de Julio.
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea.
Incidencias: 4ª actuación del ciclo Fueros directo 2011; concierto enmarcado en la gira de presentación de Superbia, nuevo CD de Sôber. Como teloneros abrieron noche Pete Bombastic.
Desaparecidos de la escena a una con la consecución del éxito, en 2005, y de vuelta a los escenarios estrenando 2010, Sôber, la referencial banda de rock y metal alternativo formada en 1994 por los hermanos Escobedo, pasó por Los Fueros protagonizando una espectacular actuación. Un concierto pasional, enérgico y soberbio, en líneas generales.
Bajo una ligera amenaza de lluvia que, materializada con más o menos avaricia, refrescó y enfrió un tanto el ambiente antes, durante y tras la actuación de Pete Bombastic (no siendo necesariamente sinónimos dichos términos, refrescar y enfriar), los citados ofrecieron 45 minutos de indie pop de diferentes niveles de densidad, reivindicando su porción de protagonismo por medio de unos temas de marcado corte bailable, en general Y acto seguido, seis años después de su última visita como Sôber, tras las aventuras protagonizadas por Carlos y Jorge Escobedo en Savia y Skizoo –respectivamente-, bajo un telón presidido por una inmensa Ô, logotipo del grupo en los directos, los liderados por el primero a darlo todo, en este su reencuentro con sus seguidores: con un público local y foráneo que, si bien se dio cita en buenísimo número, no protagonizó ni de lejos un llenazo como los registrados días anteriores, quedando el grueso de los interesados por la actuación propiamente dicha concentrado en el semicírculo delantero –básicamente-, entre el escenario y el perímetro del sonido.
Bajo sonidos pregrabados y enigmáticos haces de luces tiñéndolo todo de rojo, saludada la banda brazos al aire en su salida, el majestuoso espectáculo de luz y sonido llamado a ser protagonizado por Sôber despegó con Superbia, tarjeta de presentación del grupo en su actual nueva andadura; de una formación que, mostrando una línea de ataque perfectamente empastada y compensada (qué trío, los Escobedo y Antonio Bernardini) echó para atrás a todos, propulsada con la potente pegada de su baterista Manu Reyes: sustituto del titular de las baquetas Alberto Madrid, fallecido en accidente en los años de impasse, en 2006. Luciendo los temas un abrigo metálico más afilado y acerado que antaño, la actuación, toda una descarga de adrenalina y decibelios, alternó viejos y recordados hits (La prisión del placer, La nube, Paradysso, El hombre de Hielo) y recién estrenadas promesas, composiciones presididas todas ellas por la habitual alternancia de atmósferas, olas sonoras y cambios de temperatura, en lo que a densidad e intensidad de sus diferentes tramos respecta; unos temas que, precursores en buena medida en su día del nuevo metal que se avecinaba, demostraron con su pionera y enérgica combinación de contundencia y melodías ser ejemplos de cómo se recordará parte del metal estatal del siglo XXI, aunque esto, evidentemente, sólo el paso del tiempo lo dirá. Unas composiciones que, como Arrepentido, Tic tac o Loco en la trepidante traca final –a todas luces- (cosa esta última de la puntual y efectista acción de estrobos y juegos de láser reforzando el hacer de los focos), con sus característicos tintes, texturas y sonoridad, dejaron más que saciados a los presentes, un público que prácticamente no dejó de botar.
Tras cinco años de punto y aparte, Sôber retornó a Iruñea nuevamente, desplegando forma física y artística, espectáculo y argumentos de peso en este, su regreso. Sôber, nuevo ejemplo de banda de larga trayectoria en el tiempo que, tras años de parón –después de echar la persiana presuntamente para siempre-, vuelve sobre sus pasos, recuperando status y lugar de privilegio sin problemas. Su hueco de inmediato, toda vez que ahí estaba, vacío. Su sitio a la cabeza del pelotón, prueba, además de la atemporal valía de su propuesta, de la actual falta de ideas imperante en muchas de las nuevas formaciones. Pero bueno, eso, y nunca mejor dicho, ya es otro cantar. En lo que Sôber hacer referencia, soberbios. Dicho está.
Noche, Drogas y Rockanroll
Concierto de Txarrena
Fecha: domingo, 10 de julio.
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea.
Incidencias: 5ª actuación del ciclo Fueros directo 2011; concierto enmarcado en la gira de presentación de Azulejo Frío, 2º CD de Txarrena. 2 horas de duración. Como teloneros abrieron noche Eraite.
Como buen mago que se precie, siempre con alguna sorpresa en la chistera, El Drogas, tal vez el músico de Iruñea que más veces ha subido al escenario de Los Fueros, volvió a acceder al mismo nuevamente, esta vez al frente de Txarrena: su bala en la recámara para el presente 2011, aprovechando las merecidas vacaciones de Barricada. Y, tal y como acostumbra, así lo hizo don Enrique una vez más, enamorando a la noche con su magia y rockanroll. De otra manera –si se quiere- debido a la singularidad del rock ofrecido en esta, su presente reinvención, pero con los susodichos como principales ingredientes: así volvió a hacerlo ese gato de salvaje mirar que, acurrucado a la espera de la madrugada, sigue siendo El Drogas, quien, pletórico en esta no sabemos si su segunda o tercera juventud (primera de espíritu, fuera de toda duda), volvió a ejercer de reinona en toda su plenitud, sorprendiendo con su salvaje y felino tocar, verdaderamente personal, agreste y pasional. Con su concepción más provocativa del rock & roll, propia de los tiempos en los que el mismo venía aliñado por el sexo, entre otras substancias. O por la oscuridad, tantas veces cómplice de aquel y con tantas connotaciones e historias compartidas en noches como, por ejemplo, las más que presentes en Azulejo Frío.
La velada fue abierta por unos jovencísimos Eraite, formación que, de blanco como la cal por fuera y negro metálico en su ser –seguramente, rematados ambos sentimientos por el siempre candente color rojo- demostró haber interiorizado a la perfección el recorrido del heavy y el hardcore vasco de los noventa, demostrando a la concurrencia, por lindes muy cercanas a las de Su Ta Gar, que continúa habiendo peregrinos prestos para continuar afrontando dicho camino, veinte años después. Perfectamente preparados los mismos. Y finalmente, acto seguido, los flamantes Txarrena del nuevo siglo al escenario, más que preparados para dejar huella en los Sanfermines… y en la historia, toda vez que el concierto fue grabado de cara a la publicación de un futuro DVD.
Alimentado por los temas de los dos álbumes de Txarrena, el fuego de la noche mostró sus primeras y tórridas lenguas con Salvaje mirar, prosiguiendo el crepitar, sobre la ya ardiente madera del escenario, con Así (del segundo CD, como el primeramente citado) y El charco, viejo, este último. Con El Drogas, el Flako, Txus y Brigi inconmensurables, pura adrenalina y actitud rockera todos ellos regando con gasolina la función, el incendio llamado a ser el concierto fue adquiriendo las esperadas grandes dimensiones de manos de canciones directas siempre al estómago y al corazón –más que únicamente a la cabeza- como Todos los gatos (primera en mover a los de delante), El peldaño más cercano, Hay poca luz, Dime cómo besas, Piel de gato (con El Drogas, abrigo de cuero negro hasta los pies, careta y chistera, sacando a lo Alice Cooper a relucir su faceta más teatral: algo que, máscara de lobo cubriéndole el rostro, también hizo en El lobo feroz), Déjalo muñeca (con Enrique blandiendo impulsivamente bastones al aire, sobrevolando cual helicóptero de lado a lado del entarimado) o, ya en la recta final, Frío, la más coreada por los presentes: por un público de media de edad alta que, si bien no en el número esperado, protagonizó una asistencia notable, disfrutando con más tranquilidad que los días previos de la noche; de unas canciones que, ardientes de por sí y de contrastada madera para arder y hacer arder (como Nada sin ti, Empujo pa´ki y, cómo no, Azulejo Frío, últimas en sonar), aun presididas por el carisma y el inquieto latir de la creatividad de El Drogas, crecieron perfectamente propulsadas por el impulso de Txus (un auténtico dandy de las seis cuerdas), el Flako (representando como pocas veces se ve en los actuales escenarios la personificación del rock & roll) y de un Brigi que, colosal, aprovechó la ocasión para dar permiso de fin de semana al baterista que encierra en su interior. Una noche más, a la espera –en el presente caso- de ver cómo queda el DVD, nada que objetar.
Puro y sanferminero infierno
Concierto de Vendetta
Fecha: martes, 12 de julio.
Lugar: plaza de Los Fueros, Iruñea
Incidencias: 7ª actuación del ciclo Fueros directo 2011; concierto enmarcado en la gira Puro Infierno Tour 2011, de presentación de su 2º CD. Hora y 40 minutos de duración. Como teloneros abrieron noche Sueños Rotos.
Un infierno de intenso rojo festivo en toda regla, he aquí qué organizó Vendetta con su comparecencia en Los Fueros. Por medio de una actuación que, cien por cien incendiaria, transformando parte de la plaza en una inmensa caldera, puso la nota de calor a la presente jornada, marcada por el desplome de los termómetros.
El pistoletazo de salida de la noche fue protagonizado por Sueños Rotos, quienes, aplicados y aventajados alumnos de bandas como Pignoise (competencia directa suya a esas mismas horas en la plaza del Castillo), demostraron haber dado un gran salto en los últimos tiempos, con los temas de Vuelo 2609, su primer CD. De manos de un renovado repertorio rematado por Yo no bajo, tema que, con las penurias clasificatorias del C.A. Osasuna de fondo, fue coreado por sus incondicionales: por los centenares de jóvenes que se acercaron a arroparles, llevándoles en volandas durante su media hora de actuación. Y es que, a pesar de lo poco que, sobre el papel, pegaban en el cartel, con su pegadizo, melódico y electrizante pop rockerizado tocaron parte del cielo con las manos, calentando, y mucho, a los presentes. Y tras tan celestial calentón, diez minutos antes de lo previsto, lo que los pronósticos en su conjunto sí auguraban: la verdadera subida de la temperatura, a una con la salida de Vendetta.
Tablas y soltura a espuertas; fuerza, dinamismo y garra el quinteto, formando piña los cinco músicos cual los dedos de una mano en pro de un mismo fin, su musicado y atronador infierno, qué sonido el desplegado, comenzó a coger forma con Alerta, tema al que siguieron composiciones como Cómo sube, Es mentira o Ciudad desolación, con trombonista, trompetista, bajista y guitarrista & vocalista en primera línea de fuego alternándose la voz principal, sin limitarse ninguno de ellos a cumplir el expediente únicamente; esto es, a tocar y nada más. Con Pello y Rubén especialmente, pura y fogosa adrenalina a los vientos, ejerciendo de verdaderos pulmones del grupo, ya a coros, ya bailando desenfrenadamente arengando a los presentes, además de haciendo sonar sus instrumentos. Al igual que Jabiero Etxeberria y Luisillo Kalandraka, demostrando tener tan interiorizada la fuerza del ska como la del rock. Bueno, y aunque expresado de forma diferente, el espíritu festivo inherente a ambos estilos. Y, de manos de interpretaciones tan celebradas como La familia, Buonasera –precedida por una espectacular batucada-, Son libre, Begitara begira, Kolorez busti (haciéndose hueco el euskera de esta forma en el principal escenario de la fiesta; brindadas ambas por Pello, ondeando enardecidamente una bandera de Nafarroa), Loco, Egunero… imposible citar todas, así lo entendió la mocina, botando y bailando al compás de los bravos sones de forma absolutamente entregada. Infernal y más que efusivamente entregada incluso -en ocasiones- no dudando ni en salpicarse profusamente con bebida en aras, se supone, de refrescarse: un público que derrochó frenesí y ganas de fiesta a espuertas, aunque no llegara a completar en su totalidad el anillo de Los Fueros.
Protagonistas de una progresión geométrica que en apenas un año les ha llevado de actuar en la calle en Sanfermines, en el destierro del asfalto, a hacerlo dentro del programa oficial, Vendetta barrió con su colorista tornado de ritmos dicha plaza, demostrando con su directo más que trazas y hechuras de banda grande: normal, teniendo en cuenta las décadas de mili de músicos como Jabiero, Luisillo o Enrikko, el baterista, más que bregados por tablados –o superficies obligadas necesariamente a serlo- enrolados en bandas como Mala Fama, Burni, Drindots o, entre 1997 y 2007, Skalariak. Así las cosas, normal que el martes ni el fresco reinante pudiera con el puro infierno tejido por el quinteto. Con su puro y sanferminero infierno.
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