Rock´n roll energy
Concierto de Potemkin
Fecha: sábado, 26 de diciembre.
Lugar: AKE, Iruñea.
Intérpretes: Potemkin, quinteto integrado por Aixibar Urteaga, a la voz, Iker Martinez y Mikel Fernández, a las guitarras, Alexis Alonso, al bajo, e Iban Idígoras, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de Gauaren Zaindariak, 2º CD de la banda. Hora y 20 minutos de duración. Asistencia aceptable, público curioso y receptivo finalmente.
Con un músico más que cuando les conocimos en 2006, Potemkin cerró 2009 en AKE ofreciendo una sorprendente descarga: y no porque esperásemos menos de ellos, sino porque la recibida, verdaderamente brutal, trascendió totalmente a las previsiones más optimistas. Cosa del rock´n roll killer ofrecido por la banda, el cual, heredero en buena medida del facturado por referentes como Turbonegro, The Hellacopters o Kuraia, realmente poderoso, fibroso y contundentemente guitarrero, se mostró sucio –en el sentido de asilvestrado-, directo y de altísimo octanaje. Totalmente echado hacia delante, cosa asimismo de cómo, con qué harro (orgullo, bien entendido dicho término… toda vez que, al igual que hablando de colesterol, puede haberlo malo y bueno) marcaron bíceps los músicos a la hora de plasmar en directo sus canciones; de cómo marcaron territorio desde las dos primeras detonaciones, las cuales, enlazadas, dejaron desde el principio bien claras las cosas, dando a entender que estábamos ante una sesión de rock… especialmente acorazado: y entendiendo ésta voz más que como relacionada con coraza –únicamente-, también, si se nos permite, con el corazón. Es que, fuera de vatios y decibelios solamente (vatios, sudor y rock´n roll –que también podíamos haber titulado esto-), más allá de ello, el bolo denotó grandes dosis de pasión y sentimiento, mostrándonos a unos músicos que, totalmente seguros de sí mismos, parapetados tras sus respectivos instrumentos, demostraron vivir el indomesticable viejo género con una entrega imposible de cuantificar: tanto, por otra parte, como la energía que generaron en escena, llegando de su mano por momentos a estados próximos al paroxismo: y tanto el vocalista, agitando convulsivamente sus brazos con igual frenesí que un baterista, como los demás a sus respectivos instrumentos, como el guitarrista Iker -por ejemplo-, miembro en su día de Latzen que no dudó en bajar una y otra vez del escenario para hacer sonar sus cuerdas entre los presentes… o incluso desde el suelo o la mesa de sonido, en un intento de animarles. De contagiar su energía a un público que asumió semejante caudal de fuerza como pudo, manteniendo cierta distancia de seguridad; sí, como lo harían ante un mar encrespado, y no por temor de ser salpicados por el oleaje, sino por miedo de que éste les arrastrase. El ciclón, el torbellino musical. De notas, pero ciclón. El volumen de energía generado… y su volumen, claro está, siempre atronador: en la línea de la fuerza generada por la banda, también imposible de cuantificar: y es que, al igual que ya se han inventado los aplausómetros, nos gustaría que alguien inventara algún artilugio similar para tratar de medir demostraciones de pasión y fuerza como éstas. Y a la imagen final deparada por la banda nos remitimos para dar fe de lo dicho, a la de unos músicos que, exhaustos, acabaron tan bañados en sudor como pletóricos, demostrando que en el siglo XXI los rockeros de verdad siguen sudando la camiseta.
Bueno, y aprovechando que ésta va a ser nuestra última crítica de 2009, diremos que nos complace haber terminado el año visitando –y comprobando- que, sin menospreciar la labor de otros locales, la referencial tríada de Iruñerria formada por Terminal, Black Rose y AKE continúa a toda máquina apostando por el rock, fiel a su estilo cada local pero todos en su sitio: apostando por los pequeños... pero grandes –e imprescindibles- grupos locales. Contribuyendo a mantener el vivero. Y nada más; a la vista de lo visto los últimos días en dichos locales, a ver si 2010 nos depara, por lo menos, lo mismo.
Simple, sencilla y supercontundente actitud
Concierto de DKuajo
Fecha: martes, 22 de diciembre.
Lugar: Black Rose, Burlata.
Intérpretes: Dkuajo, banda integrada por Migortxo y Putopunki, a las voces, Fino Cazares, a la guitarra, Ubaldo, al bajo y Mintxo, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de S.S.S., segunda grabación de la banda. 1 hora de duración. Muy buena asistencia, público participativo.
El devenir de Dkuajo de unos años a esta parte, el viaje a lo largo y ancho de la escena que, más que empezar, comenzó a coger aire con el publicación de su primer CD (titulado precisamente Buen viaje), continúa adelante con idénticas ganas e intensidad, siendo buena prueba de ello la autoedición de una nueva grabación, S.S.S., siglas bajo las que se ocultan tres definitorios términos: simple, sencillo y supercontundente; tríada que, fuera de toda duda, viene básicamente a decir que lo que se ve es lo que hay: la actitud la banda en directo… y lo que puede oírse en la grabación -más bien-, sin mayor trampa ni cartón; las cartas sobre la mesa y las canciones, como el martes 22, claras, sobre el escenario.
Ante un público integrado en buena medida por incondicionales del Colectivo DKuajo que casi llenó el local, tras una cuenta atrás proyectada sobre imágenes de fondo de la propia banda actuando en un escenario grande (salteadas las mismas con otras de personajes de Barrio Sésamo), el reconvertido quinteto abrió fuego con Negocios narcos, tema al que siguieron dos más (la inédita La boca del lobo, entre ellas) antes de que sonara Pamimami, primera del nuevo CD en hacerlo; ¿reconvertido quinteto, hemos dicho? Sí, toda vez que en los últimos tiempos ha habido movimientos en sus filas y en el esquema de la banda, habiendo salido el guitarrista Thrasher y el bajista David Zarzosa (flamante nuevo fichaje de Su Ta Gar) y habiendo entrado Ubaldo a las 4 cuerdas… y un nuevo vocalista, el rapero Putopunki, hecho que, por otra parte, ha contribuido, y cómo, a que el sonido del grupo, claramente influenciado por el hip hop ya en etapas anteriores, se haya escorado aún más hacia dichos postulados: ¡si incluso el citado nuevo cantante tuvo a bien marcarse un freestyle, tal y como mandan los cánones en los conciertos rappers! Acto seguido, entre temas de su maqueta Braille metal, de su primer CD y unos cuántos inéditos, a caballo siempre entre el metal, el hardcore y el hip hop (he aquí los principales puntales sobre los que se apoya el hecho musical de Dkuajo), sonaron todos los protagonistas de la noche: todos los incluidos en el CD que se presentaba -queremos decir-, temas como el metalero Vudú o Al diablo, catapultando éste la velada a una recta final brillantemente culminada por el denominado por la banda mamoneo final (con sus seguidores, quienes ya saben de qué estamos hablando, agachándose y, ya en pie, botando frenéticamente con los ritmos de Stress) y con la interpretación de Kabrones, recuperada de la maqueta e igualmente celebrada; ¿otras canciones a destacar, más allá de las citadas? Billetes (una de las más recordadas de su disco debut) o la inédita Vergüenza, dedicada a la familia de Nagore Laffage y una de las más aplaudidas de la noche.
Perfectamente comandados por Migortxo, uno de los vocalistas con más carisma del vivero musical de Iruñerria, Dkuajo, fuerza y súper contundente actitud en escena, compareció en Black Rose, mostrándose realmente consolidados como banda y con las ideas, claras; ¿Que, cosa de los cambios, se les haya quedado algo de chicha guitarrera por el camino, que tal vez alguien pudiera apuntar? Puede, pero, a cambio, creemos que han ganado en fondo, actitud musical y credibilidad, además de en presencia escénica. Vamos, que su concepto de Braille metal, al menos en directo, ha salido reforzado del invento. Un concepto simple, sencillo y supercontundente, claro está.
Emisión al rojo
Concierto de Radioplebe
Fecha: jueves, 17 de diciembre.
Lugar: bar Terminal, Iruñea.
Intérpretes: Jorge Pus, a la voz y a las guitarras, Iñigo CPU BREACKER, al saxo y a las teclas, Zak , al bajo, y El hombre araña, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de "Emitiendo", primer CD de la banda. 1 hora de duración, bises aparte. Asistencia aceptable.
Como surgidos de un cómic más que de una fábrica -a tenor de la puesta en escena de la banda, con los músicos luciendo monos color rojo-, teniendo en cuenta, además, la ironía con la que se presentaron (“buenas noches, ya han llegado los obreros del metal”… y es que, a juzgar por la hora a la que empezó el concierto, las 22.30, perfectamente podía haber colado que los presentes músicos acabaran de salir de trabajar) Radioplebe compareció el jueves 17 en una de las terminales por excelencia del rock en directo de Iruñea, el señero local de Calderería, logrando calentar la noche con su hecho musical. La emisión, el concierto en sí, arrancó con Emitiendo, definitoria declaración de principios que, sintonía perfecta para iniciar la programación de esta peculiar estación de música, en clave de fiesta y de enérgico rock´ roll (erigida sobre unos teclados ciertamente rockanroleros, de claro regusto por momentos a los de bandas como Sex Museum), dio paso a Que yo lo vea, tema que, denotando cierta dispersión estilística, se movió por parámetros más funkies. A continuación, bajo una sonoridad excepcionalmente buena, siguiendo el orden del CD sonó Menuda vida, muy próxima a las lindes de las composiciones del primer álbum de Gualitxo (normal, recordemos que Jorge fue vocalista y miembro fundador de los citados), canción que, ante el público que poco a poco iba poblando el local, pasó el testigo a la irónica y surrealista Tacto rectal, dedicada “a los que trabajan explorando los culos de la gente en busca de no se sabe qué”. Y todo ello, como decíamos, ante un público que, unos por el concierto, otros, no necesariamente, poco a poco iba llegando al emblemático Terminal, quedándose en buen número en el mismo: buena señal. Y es que, en otro orden de cosas, hay que decir que la pasada semana, la que arrancó el 14 de diciembre, no es precisamente la mejor de este mes para organizar cualquier tipo de actividad, habida cuenta de su ubicación en el calendario, tras las de los puentes y en la antesala navideña: razón por la que consideramos digna de mención la asistencia registrada. La fiesta en clave de acidez punk e ironía, esto fue el concierto, continuó con la after-pachanka de Ley de la traición, deparando acto seguido Palmaditas para todos (ofrecida a endiablada velocidad, entre coloristas cambios de ritmos) y, por las sendas del ¡heavy metal!, perfectamente matizadas éstas por los teclados, claro está (a destacar durante todo el concierto el papel a las teclas y al saxo de Iñigo CPU BREACKER, el que fuera componente de los recordados Buitraker), La cima de la civilización. Finalmente, la presente emisión depararía dos versiones, una, del Amigo, si quieres currar, de La Polla, más que apropiada para estos tiempos de ERE´s (claro ejemplo de canción por la que no pasa el tiempo… porque los hechos que inspiraron su composición, la sempiterna crisis, no cambian), y otra de los Ramones, para enfilar la recta final con los aires ultra festivos de Virgencita de la pápa y rematar con Todo paripé, perfecto cierre del círculo en lo que a principales características de su letra hizo referencia: tan ácida y sarcástica como la de Emitiendo, el primero en sonar.
Radioplebe, formación novel si se quiere pero sobradamente preparada (con pesos pesados tan experimentados como Jorge Pus o Iñigo en su alineación) calentó con su emisión el Terminal, demostrando encontrarse en un interesante proceso de ebullición. Cerca de encontrar su punto, a tenor de lo visto dicho jueves. Al rojo. Bien, bien.
Espíritu de rock & roll
Concierto de Espíritu de Contradicción
Fecha: viernes, 11 de diciembre.
Lugar: bar Subsuelo, Iruñea.
Intérpretes: Espíritu de Contradicción, quinteto formado por Jaione, a la voz, Mikel y Matxi, a las guitarras, Guille, al bajo, y Pedro, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de "Cautivos en abril", primer CD de la banda. 1 hora de duración, ½ de retraso. Asistencia bastante buena, público participativo.
“Rock callejero, impulsivo, rico en voluntad e intención que, en ésta, su gran noche, acertó a transmitir pasión y credibilidad, algo fundamental en el bautismo de fuego”: he aquí cómo nos referimos el hecho musical de esta banda la primera vez que la vimos, marzo de 2007; el día de su debut, por más señas. Y lo cierto es que, dos años y medio después, a tenor de las veces que los hemos visto en este tiempo (taloneando a Los Ronaldos unos Sanfermines, imponiéndose con autoridad en un Berri Rock, intentando acceder a la Final de Encuentros de 2008 o tratando de ganar la de 2009-… a día de hoy no quitamos ni una coma de lo dicho. Bueno, y menos aún a tenor de lo visto en Subsuelo en su bautismo de fuego… desde el prisma discográfico, en esta ocasión: puesta de largo únicamente empañada por un pequeño detalle, que el primer retoño de la banda, el CD que se presentaba, ¡no vio la luz a tiempo!, quedándose el grupo y el público, canapés incluso de por medio, compuestos y sin disco que vender –los primeros- y que comprar los segundos, todo un contratiempo en los tiempos que corren actualmente para las ventas. Comandados por Jaione, vocalista que, una noche más, resolución y seguridad a espuertas, acertó a tirar de la banda desde todos los frentes (voz, maneras y presencia escénica como tiene, para dar y tomar), con la de la voz de oro llevando las riendas con autoridad, el pase comenzó con Mi perdición, sonando acto seguido Bala perdida (con todos los boletos para convertirse en hit), Al mirarte, Barrotes de bambú o La balada. A continuación llegarían las canciones de títulos más… contradictorios (¿irá por ahí la explicación del nombre del grupo), temas como Flor de hiel, Todo es nada (comenzando el sonido a dar señales, pese a los empeños del técnico, de estar quedándose corto) y Recuerdos para olvidar, cantado por Jaione con la única compañía de una pianista, Itziar: tema tal vez concebido para el lucimiento de la enorme voz de la primera cuya interpretación, desde el prisma técnico, resultó un tanto accidentada. Finalmente, con un sonido que terminó cobrando forma a borbotones (aunque tampoco el mismo estuvo mal, ojo: bajo un sonido que hizo que el empastado rock de los Espíritu sonara como lo hace en los bares el rock en general, ganando el asunto en credibilidad) la actuación terminó con Rayando el alba (tema para el que se contó con la colaboración de Selva, otra de las grandes voces de Nafarroa) y Cuesta arriba, dejando buen sabor de boca en general.
Expectación ante la presentación del primer CD de Espíritu de Contradicción, banda con un buen número de triunfos en su haber y una de las de mayor proyección de la actual escena local: he aquí, en primera instancia, qué despertó este concierto. Su convocatoria -queremos decir-, una expectación que, a la vista de la progresión geométrica descrita desde 2007 por la banda –más allá únicamente de los premios cosechados por la misma, 2º puesto de los últimos Encuentros incluido-, se tradujo en lo siguiente, en las mentes de muchos: en seguridad. En la total confianza de que la cosa, necesariamente, ha de ir a más. ¿Que por qué cuestionamos siempre los concursos… o, más bien, que en el ámbito del rock, sirvan o no de algo? Porque consideramos que en el rock & roll, el premio más valorado, es el conseguir subir un nuevo día al escenario. Una nueva noche. Otros, los demás galardones, están bien, pero como reconocimientos o anécdotas, no como únicas metas a alcanzar: al menos si el espíritu rockero es de verdad, de rock & roll nada más; ¿como en este caso? Creemos que sí. De cualquier modo, como siempre, el tiempo lo dirá.
Siempre será un rebelde
Concierto de U.D.O.
Fecha: viernes, 4 de diciembre.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Udo Dirkschneider, a la voz, acompañado por Stefan Kaufmann e Igor Gianolla, a las guitarras, Fitty Wienhold, al bajo, y Francesco Jovino, a la batería. Com o teloneros abrieron noche Maxxwell.
Incidencias: concierto de presentación de "Dominator", nuevo CD de la banda. 2 horas y 10 minutos de duración, bises incluidos. Media entrada larga, tirando a buena. Público treintañero y cuarentón –preferentemente- que, participativo, disfrutó de la actuación.
Al frente de Accept desde principios de los 70, y de U.D.O., su propio proyecto al margen de la banda madre, desde 1988, el legendario Udo Dirkschneider visitó el primer viernes de mes la Tótem, protagonizando una imponente descarga y marcando una nueva muesca en el apartado de visitantes ilustres de la referencial sala de Iruñerria. La metálica cita comenzó a tomar forma con el buen hacer de Maxxwell, quinteto que, por los atemporales senderos metálicos transitados por tantas y tantas bandas, apenas dispuso de tiempo para mostrar sus encantos a los presentes: su impulsivo heavy rock de buenísima factura y altísima graduación… a un público que, de estética al uso del heavy de los 80 –en buena parte de los casos-, respondió a la presente apuesta por los sonidos metaleros más clásicos de la mejor forma posible, haciéndola suya. Respondiendo a la llamada. Acudiendo en muy buen número al reclamo de una de las voces más características y veneradas del atemporal género duro, la del carismático Udo. Sobre un escenario en el que, en un primer momento, llamaron nuestra atención las dos espectaculares torres de pantallas que escoltaban la batería (espectacular igualmente ésta, de doble bombo y generosamente surtida de tambores adicionales e incluso con platos supletorios pendiendo sobre ella), bajo una intro pregrabada y la luz de decenas de bombillitas rojas -alineadas en barras verticales, cuatro, delimitando la batería y las ya citadas torres de pantallas-, sobre las 23..00 salieron Dirkschneider y los suyos a darlo todo: el guitarrista Kauffman, procedente igualmente de Accept, también entre ellos. El concierto arrancó con The bogeyman, centrándose fundamentalmente en los temas grabados por Udo al margen de Accept. Evidentemente, claro está, por razones de fuerza mayor en este caso (¿cuándo volveremos a ver a Udo por aquí? ¿Cuándo ha estado anteriormente?) también encontraron su lugar composiciones de aquellos, como I don´t wanna be like you (cuarta en sonar esta noche y primera de Accept), la mítica Princess of the dawn (tema con todos los sacramentos del heavy metal, al modo entendido por Accept, en su esencia), la definitoria I´m rebel o la definitiva Metal heart, cantada y tarareada por los presentes: temas de rotunda y elegante sonoridad, para nada estridentes todos ellos (tanto los apuntados de Accept como los de U.D.O., los nuevos y los más viejos –en el caso de estos últimos-) que, en general, demostraron seguir teniendo una clara vocación de himnos metálicos: lo que fueron, son y siguen siendo los de Accept en buena parte de los casos; unas canciones todas ellas concebidas para que el público mueva las cabezas y, puños y cuernos al aire, coree sus a un tiempo potentes y melódicos estribillos, siguiendo un mismo patrón: por los parámetros musicales esperados siempre, sin salirse de las expectativas puestas en ellas por los fans de Udo: vocalista que demostró llevar el heavy metal en su ADN (más que en la sangre únicamente) y cuyos seguidores, a estas alturas, no esperan ni desean viraje estilístico alguno en sus canciones, por leves que los cambios puedan ser. Unos seguidores que, además, disfrutaron de los correspondientes solos de guitarra, de batería… y de un bis de media hora de duración centrado en legendarias canciones de Accept, como Balls to the wall, entre otras. De unas canciones que a todos confirmaron algo ya intuido, por otra parte: que Udo Dirkschneider, musicalmente hablando, siempre será lo que fue, hijo de la rebeldía. Un rebelde. Muy bien el citado.
La Tierra no está sorda
Concierto de Barricada
Fecha: sábado, 12 de Diciembre.
Lugar: Pabellón Anaitasuna, Iruñea.
Incidencias: concierto de presentación de "La tierra está sorda" organizado bajo la denominación de I Woodstock Pamplona por Palestina. Localidades agotadas. 3 horas y 40 minutos de duración, bises incluidos. Público absolutamente volcado con la banda.
Tras triunfar en Londres la última semana de noviembre, los incombustibles Barricada, cuatro años después de comparecer por última vez solos en el Anaitasuna, volvieron a pisar su escenario de referencia nuevamente, superando con buenísima nota dicha reválida y rubricando con un nuevo llenazo su nueva cita con su público: con su multigeneracional –si se nos permite- legión de seguidores; y ¿con qué motivo? Con el de la presentación de La tierra está sorda, su ambiciosísimo nuevo CD, trabajo cuyo contenido está calando totalmente en nuestra sociedad: sí, y hasta el punto de hacernos pensar su título justamente lo contrario, que, afortunadamente, la misma no lo está. Que la sociedad, después de años de oír, ver y callar (es más, hasta en los tiempos que corren parece ser esa la consigna), no está sorda del todo. Ni dispuesta a permanecer ciega y muda por más tiempo ante hechos reales como los que motivaron (más que inspiraron) el presente disco. Que, parte de ella al menos, tal y como demostraron los Barricada y su vanguardia de seguidores el pasado sábado, parece dispuesta a abrir los ojos ante ciertas realidades. Incluso a pensar, oír, ver y no callar; a contar dichos hechos, a reflexionar sobre los mismos y a cantarlos a los cuatro vientos… al pie de la letra y de escenario. La actuación, como no va a poder ser de otro modo en esta gira, se articuló en torno a dos partes claramente diferenciadas… incluso en la iluminación, deparando dos conciertos en uno: un primer pase más sobrio en lo que a juegos de luces respecta que, centrado en el emocionante repaso de los 18 nuevos temas, vino a ser una especie de concierto didáctico, con el Drogas presentando cada canción y su trasfondo (seguido este tramo por el gentío, aún cantándoselas todas, con una mezcla de respeto por las letras y de admiración contenida hacia la banda, no sonando los primeros gritos de Barricada, Barricada hasta los primeros 40 minutos de bolo) y un segundo tramo de 2 horas de duración, con las luces ya a pleno rendimiento y desarrollado en clave de genuino concierto de la banda. Y es que así van a tener que ser en esta ocasión los conciertos, toda vez que a nuestro juicio, a tenor del dramatismo que encierran y siguen encerrando las historias que han dado vida a las canciones, resultaría inconcebible mezclar las nuevas con las viejas. Pasar de Lentejuelas o La hora del carnaval (dos de las más coreadas de la segunda parte) a Pétalos o La carta; ¿que por qué hemos incidido en la iluminación? Por eso mismo, porque estando ante un trabajo como éste, más allá de su presentación… creemos que poco o nada hay que celebrar. ¿Más cosas a destacar de la emotiva primera parte? El trabajo de Iker Piedrafita en escena respaldando a la banda, mostrándose como un consumado multiinstrumentista todo el tiempo, y que el Drogas, sin bajo en ristre en varios temas, dedicara uno a Aminatu Haidar, Matilde Landa: luchadora republicana ésta última cuyo nombre, al igual que el de Tensi o los de las trece rosas, no conocemos por los callejeros, ¿por qué será?
A continuación, como si de un bis gigante se tratara, la segunda parte deparó una noche de rock & roll en toda regla, actuación que, a la vista de los temas que sonaron, legendarios casi todos, nos llevó por momentos a 1990, año en el que la banda presentó en este mismo marco su laureadísimo primer trabajo en directo; ¿los más destacados? Los de la impresionante propina final, Balas blancas, No hay tregua (cantada con el corazón, incluso sin música, por los presentes), Esta noche no es… y La silla eléctrica, coreadas en su totalidad por un agradecido y volcado público que, cantando y jaleando al grupo, aplaudiendo y dando palmas, se dejó la voz y las manos dicho sábado… llevándose a cambio lo siguiente: la seguridad de haber asistido nuevamente a una cita histórica. La constatación de ello, más que de haberlo hecho a un concierto de Barricada. Una vez más, como siempre, muy bien los citados.
Un par de matizaciones, la presentación oficial de S.S.S. de Dkuajo se hizo en octubre en el Infernu, en una fiesta con cerveza gratis y concierto de la banda. Y en la crítica de Potemkin citas a los tres bares de siempre, y aunque añades la coletilla de que hay más, sería interesante echar un vistazo a la programación del Infernu, ya que están programando viernes y sábado y trayendo a bandas potentes de Euskal Herria como Akatu, Elbereth, Infest, Mendeku Itxua, Kasu!, Odolaz Blai, Ost, Vicepresidentes, y muchas más que me dejo, por no comentar la cantidad de grupos de chavalillos de Iruña que se suben a su escenario.
ResponderEliminarHacía falta ampliar el abanico de escenarios, a ver si los teneis en cuenta para próximas críticas.
Un gusto seguir leyendote, tanto como Piloto como crítico, a seguir así por muchos años más!!!!!
Un abrado Piloto!!!!!!
Bueno, y ahora un par de matizaciones por mi parte: la presentación "oficial" de S.S.S., como tú dices, fue en el Infernu, pero que yo sepa DKuajo continúa haciendo conciertos de presentación de su CD, como el reseñado en Black Rose. Lo mismo que Radioplebe, que también presentaron CD en el Infernu y yo fui al Terminal a verlos. Infernu taberna es un local que está haciendo muchísimo por el rock en general, lo que pasa es que no puedo ir nunca a comentar sus conciertos por dos razones: porque programan siempre o casi siempre en fines de semana, razón por lo que otras programaciones se lo comen (tened en cuenta que, al escribir en un periódico de información general, tengo que asistir a los conciertos en atención a la demanda tienen)y porque muchos de los grupos que ahí actúan... igual es mejor que se sigan fogueando: estoy totalmente de acuerdo con que es necesario que todo el mundo tenga su oportunidad, y locales como el Infernu son referencias obligadas para los grupos que actualmente están empezando, pero ¿sabéis qué pasa con mi curro como crítico? Que todos grupos quieren salir en el periódico... y protagonizando artículos elogiosos. Y dichas cosas, en muchos casos (como en el de S. de I, por ejemplo) son incompatibles. ¿Que tienen derecho a tocar? Por supuesto que sí. Pero de ahí a que vaya a escribir sobre ellos -o sobre cualquier otro de su (falta de) nivel-... como que no, de momento. Por el bien de todos. Y la 2ª matización: si hablo de Terminal, Black Rose y AKE es porque son la trinidad por excelencia de los locales de todo tipo, salas incluidas, con programación de música en vivo... y de incuestionable calidad siempre: desde finaloes de los 80 programando el Termi, principios de los 90 el Black y desde mitades de los 90 el AKE: y siempre, insisto, haciendo conciertos de nivel. Y, como dije en el artículo de DKuajo, sin desmerecer a nadie, Onki Xin, Tábata, Singular y, por supuesto, el Infernu. Que programen, por ejemplo, entre semana, y ya iré, lo juro. Bueno, esto quería comentar. Un fuerte abrazo pa´l comentarista y gracias por participar.
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