Blog musical de J. ÓSCAR BEORLEGUI llamado a ser integrado principalmente por monográficos sobre grupos de rock que le gusten y por críticas musicales de las publicadas por él en DIARIO DE NOTICIAS de NAVARRA. He aquí, sin duda, tus dosis diarias de BLOG & ROLL. Textos y notas -musicales- en perfecta armonía, como las combinaciones de sonidos, emociones y tiempos que dan lugar a una buena canción
MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN)
)
Ponte la
capucha, enciende el iPod y echa a andar porlaciudad.
Estás de suerte; si suena Enemigo mío (Gaser Discos, 2011), estás
ante el retrato más potente y menos adulterado delasociedad actual. Ante un toque de
atención para tratar de superar las consecuencias del desencanto. Los riojanos enBlanco
están que se salen, habiendo logrado con su tercer trabajo tener las cosas
claras y una personalidad propia en un mundo de bandas limitadas
mayoritariamente al mimetismo.
Enemigo
mío se grabó a finales del año 2010 en los estudios Sonovisión Rock
Lab de Logroño, con Dan Díez (Red Wine) como técnico y coproductor junto alabanda. Se trata de diez temas propios
que de manera desgarrada y, en ocasiones, poética, radiografíanlasituación sociopolítica actual; como
postre, cierra la colección una versión del Tan fácil, de
Barricada. El trabajo fue masterizado en los estudios Finnvox de Helsinki por
Mika Jussila.
El viaje de enBlanco
empezó tras el lanzamiento en 2007 de Fracaso, etcétera, álbum
debut que destacó sobremanera, perolarevolución
llegó en 2009 con Nuestra esla noche, con el que tanto prensa como
promotores y público se les rindieron. EnBlanco, por su parte, no esconde que su secreto eslaperseverancia,lafe en sus canciones, el trabajo ylaconfianza enlaautogestión. Desde su formación en el
año 2002 muchos han sido los pasos dados por el grupo: cuatro maquetas, inclusiones
en discos recopilatorios, colaboraciones de lujo o casi un centenar de conciertos ofrecidos.
La Rua 44 surge en 2008 fruto de la pasión de seis jóvenes
por la música, contando todos ellos con conocimientos musicales adquiridos de
antemano; sus canciones, erigidas sobre una concepción del heavy metal tan
clásica como melódica, destacan por la diversidad de sonidos obtenida, derivada
la misma de que a los instrumentos más habituales del rock se sume la presencia
del clarinete, claro protagonista en varias de ellas.
La trayectoria musical de La RUA 44 ha dibujado una continua evolución
en los últimos tres años, habiendo sido seleccionados el pasado 2011 entre los
doce finalistas del certamen Encuentros
de Jóvenes Artistas de Navarra: y no sólo eso, toda vez que recibieron una
mención especial, tras actuar en la sala Totem.
Con el lanzamiento de su primer disco, titulado Leyendas, grabado bajo la dirección de su
paisano Javier Elizaga, los de Lizarra/Estella han conseguido de forma más que
digna plasmar su reseñado buen hacer. El MARTES 10 podremos comprobarlo en
BLACK ROSE.
NARCO, ALITAS DE MOSCA: NUESTRA VALORACIÓN DEL DISCO Y DE SU CONCIERTO DE PRESENTACIÓN EN MOVIE, DOS AÑOS ATRÁS!!
Seis
años después de su última entrega de material, Registro de penados y rebeldes (DRO, 2003), y a dos años vista de que
movieran el recopilatorio Alijos
confiscados, Vikingo MD, Distorsión Morales, Diablero Díaz, Amnésico,
Abogado del Diablo y el Manipulador , los Narco del siglo XXI, han decidido
ajustar cuentas con la sociedad con la comercialización de un nuevo alijo de
material sonoro, Alita de mosca,
saldando así también cuentas con sus fans. Pagándoles la deuda contraída tras
su regreso en 2008.
Tras
poner en circulación cuatro impactantes partidas de canciones (Satán vive, Talego pon pon, Chaparrón de
plomo y el ya citado Registro de
penados y rebeldes), he aquí, ya en la calle, Alita de mosca, nueva entrega que, a la vista de su contenido, no
va a dejar indiferente a nadie; 15 recaditos contra la hipocresía que envuelve al mundo acechan por el disco: Soy el narco, Sotánico, Son ellos, La última cena, Estrellas en el
pecho, Dame veneno, Exorcismos caseros, La hermandad de los muertos, Pa los
restos y un día, El hombre que susurraba a los camellos y Mi negocio. 15 detonaciones de regusto sórdido y desafiante (como la vida misma, no
más) producto, como en anteriores operaciones de entrega, de mezclar agresivos riffs
de guitarras, apocalípticos samplers y cierto espíritu gansta con la habitual
base de hip hop, hardcore y metal. La presente colección se completa con
dos intros, varios samplers y untema
oculto… por los motivos de que se trate. La primera edición del disco, limitada
y numerada (presentada con una faja de cartón con un numerador de copias que va
de la 0001 a la 2000), incluye, además, un libreto de 16 páginas, un cartel en
A3, un adhesivo y otro tema incluido como bonus track, Julio César Chaves.
Impenitentes cronistas
del lado oscuro de Sevilla (más allá del gran poder de las hermandades, los
señoritos y la corrupción), Narco, la banda de vándalos por excelencia, ha vuelto, y estos son sus poderes: las malencaradas
composiciones de Alita de mosca, su
nueva partida de canciones. Unos temas disparados con bala en su totalidad, no
dando lugar a posibilidad alguna de suerte, como en la ruleta rusa. 15 inquietantes
dosis que, transparentes, de fuerte sabor y gran pureza, se presentan sin corte
alguno ni adulteración, en la línea de las entregas más celebradas de la banda;
¿el resultado? Una
música que, pura alita de mosca, más
que tranquilizarlas, pondrá nerviosas a las fieras… e incluso a los humanos.
Alita de
mosca:
Narco, una vez más, moviendo material.
Los Narco a saco… en el sentido que se quiera, poniendo la banda sonora al infierno de los barrios. Al color especial
que ha tenido y sigue teniendo su ciudad. Narco a degüello, a por todas
y a por todos. Los Narco a dar… y no sólo que hablar. Narco, hay cosas que es mejor no probar nunca, cosas que es imposible
abandonar: no podrás decir No a la pureza. Alita de mosca, cuidado que engancha, puro Narco, pura alita… de la Macarena: por fin se acabó la espera,
el síndrome de abstinencia; ya está todo listo para el nuevo subidón.
Pura crema
Concierto de Narco
Fecha: sábado, 20 de marzo de 2010.
Lugar: sala Movie, Aizoáin.
Intérpretes: Narco, formación
integrada por Vikingo M.D., Distorsión Morales, Diablero Díaz, Amnésico, Manipulador
y Abogado del Diablo. Como teloneros se contó con Karne de Kañón.
Incidencias: concierto de presentación de Alita de mosca, nuevo CD de Narco. Hora
y media de duración. Buenísima
asistencia, público encendido y entregado.
Impenitentes cronistas
del lado más oscuro de Sevilla, de la cara B de su ciudad y sus circunstancias desde
que pusieran en circulación su primera partida de música estupefaciente, Narco,
tras regresar a los escenarios en 2008, ajusta en el presente año
cuentas con la sociedad con la publicación de Alita de mosca, su nuevo alijo de material sonoro, saldando así de
paso también cuentas con su legión de seguidores: algo que, en otro orden de
cosas, hicieron el sábado 21 con sus incondicionales de Nafarroa
mediante el presente concierto, de presentación de dicho CD.
La velada arrancó con
la agresividad a ritmo de hip hop de Karne de Kañón, trío que acertó a caldear
la noche de cara a lo que se avecinaba: lo que todos, expectación a raudales,
habían ido a ver, un gentío que, con la Movie transformada en una auténtica narco-sala,
llevó en volandas a los cabezas de cartel, jaleando a los músicos todo el
tiempo: haciéndolo ya cantando, ya botando… independientemente de qué canciones
sonaran, nuevas o legendarias.
La actuación, brutal y
demoledora –se mire como se mire- se centró en los temas del gran Alita de mosca, iniciándose, tras
reproducción de la caústica intro del álbum, con el atronador trío de ases
conformado por Soy el narco (qué
declaración de intenciones, tanto desde el prisma textual como desde el
musical), Sotánico y el definitivo Son ellos, el Ustelkaria de los sevillanos: los seguidores de Negu Gorriak ya
saben de qué estamos hablando. Con rabia, con auténtica rabia renovada –más que
con ganas renovadas que se dice-, de manos principalmente del increíble
magnetismo del vozarrón de Vikingo, pronto encontraron su sitio en el cargador
clásicos como Cree en Dios, A tomar por culo el mundo o Vizco, con la banda, sin esconderse
nunca, detonándolas de manera frontal, sin
tregua ni concesión alguna, y los presentes, alborozados, haciendo suyo el
malencarado chaparrón de Narco sin dejar de saltar. Sin darse tregua tampoco a
una con los hits que ya nuevos, ya no, seguían
sucediéndose: DJ Muerto, Tu Dios de madera (con el público
reproduciendo con su voz incluso los riffs
de guitarra), Dame veneno (qué grande,
una de las nuevas llamadas a triunfar en los directos) o el mítico Kolikotrón, cantada íntegramente por el
entregado público y con la que se fueron… en falso: y es que, a la vista de las
fechas, con la Semana Santa a tiro de piedra, no podía faltar La hermandad de los Muertos, nuevo tema
que, otra de la cumbres de Alita de mosca,
abrió unos bises rematados por Ambiente
cadáver y, como siempre, por el referencial Puta Policía, cantadas ambas por el gentío a voz en grito.
Teníamos ganas de ver
a Narco, de sentir el impactante directo de los de la Macarena; de los de dicho
barrio de la capital hispalense, enclave que, pese a compartir denominación con
la así denominada virgen o con la famosísima canción de Los del Río, sólo sale
en los medios para mal. Narco, grupo que, entidad y sonoridad propias, a
degüello y a por todas, ha vuelto con argumentos, no para vivir de rentas. Con
cosas que decir, más allá de las dichas entre 1997 y 2003. Con cosas
interesantes que decir… y transmitiendo credibilidad con su discurso, asunto
nada baladí. Y así lo entendieron los presentes, un público que se citó en
buenísimo número en la remozada sala de Aizoáin para disfrutar de la presente
alita de mosca musicada, tras haberla catado en sus casas: fuera de toda duda, pura
crema la misma.
ESPECIAL NARCO, RECUPERANDO VIEJOS ALIJOS: UNA VIEJA ENTREVISTA, UNA CRÍTICA, NUESTRA RESEÑA DE "REGISTRO DE PENADOS Y REBELDES"... Y ALGUNOS VIDEOS!!
CHAPARRÓN DE PLOMO, CHAPARRÓN DE NARCO: ENTREVISTA CON LA BANDA PUBLICADA EN GARA EN 2001
Chato Chungo y Vikingo MD a las voces, Diablero Díaz a la guitarra, Amnésico al bajo, Manipulador a la batería y el Abogado del Diablo y Dj Muerte a los samplers, he aquí Narco, banda sevillana que vuelve a estar de actualidad debido a la reciente publicación de “Chaparrón de Plomo”, su tercer trabajo.
"Chaparrón de plomo" es un CD integrado por doce temas, doce pildorazos a los que con algunos matices habría que situar dentro de los parámetros sonoros que caracterizaron al exitoso ”Talego Pon – pon”, su anterior “narco – entrega”: una más que acertada combinación de ritmos pesados y hiphoperos perfectamente ensamblados, con una cada vez mayor presencia de estos últimos si cabe, medios tiempos o aceleración y zapatilla cuando la canción lo requiere, secuencias pregrabadas, guitarras infernales y scratches frente a frente... Rasgos claramente diferenciales de la banda y en este nuevo álbum fácilmente diferenciables que vienen a demostrar a las claras que los de Sevilla, además de saber perfectamente lo que quieren, están consiguiendo plasmarlo, y aquí está el resultado: en hits potenciales como “A tomar por culo el mundo”, “Miseria, muerte y sangre” , “La pasma está buscando” o “Dígitos humanos”, el tema décimo tercero, el que no sale en el disco y que, como si se tratara de la bala que se han guardado en la recámara, únicamente aparece en el single promocional. En cualquier caso demoledores todos ellos tanto en lo que a sonido se refiere como a los textos, llenos de realismo crudo, sabor a barrio periférico e incluso a road-movie callejera del nuevo siglo, configurando en su conjunto todo un chaparrón si no de plomo, sí cuando menos de Narco. De genuino sonido Narco, del bueno; interponte en su trayectoria y, si sobrevives, sabrás de qué estamos hablando. Chaparrón de plomo, de Narco. Y es que lo han vuelto a hacer, se han vuelto a superar.
.- Chaparrón de plomo, el tercer disco como quien no quiere la cosa; se dice que el tercero es el que define a un grupo... Hablad de él un poco en general: tiempo de grabación, lugar, temática de las canciones...
.- El disco lo grabamos, mezclamos y masterizamos en un mes. Trabajamos de manera muy intensa porque eso es lo propio para no bajar la guardia y que todo salga bien, lo de grabar tranquilos es para los grupos poperos... Hicimos todo el trabajo en Madrid porque allí nos tenían más controlados y porque tampoco nos dejaron ir más lejos, para el próximo ya se verá; y sobre las canciones podemos apuntar que en general cada vez tiramos más hacia lo nuestro: el barrio, la familia... y éste es el tema base de todas las letras. Escribimos sobre lo que vemos, no de lo que no vemos, y ya está. ¡A tomar por culo el mundo...!
.- Si en el anterior trabajo el principal blanco de la crítica era la religión, en éste parece que es la policía la que se lleva la palma, ¿os molestan mucho? ¿a menudo? De otra parte, ¿es difícil ser de una ciudad como Sevilla y no ser como l@s sevillan@s que salen por televisión? ¿En qué se diferencia la Sevilla real de la televisiva?
.- Mira, a los curas cabrones ya les hemos dado suficiente caña, bueno, suficiente no, porque nunca es bastante, pero no son los únicos a los que hay que joder. Ya los hemos castigado bastante con pegadas de carteles de "Satán vive" y el jodido Sagrado Corazón del "Talego pon pon" en plena Semana Santa; te puedes imaginar el careto de todos los “capillitas” y las “marías” vestidas de mantilla el Domingo de Ramos con todo el centro de Sevilla empapelado de carteles dándoles caña. Se lo merecen por borregos, por no tener dos dedos de frente y por pensar que dando limosna y venerando a un muñeco de madera se solucionan todos los males del mundo. Que miren para el Vacie (barrio de la capital hispalense) y otros barrios marginales en vez de esconder su miedo burgués y su dinero dentro de las iglesias. Y de lo de la pasma, qué vamos a contar que no se sepa.
.- ¿Cuál es el verdadero trasfondo de esa notoria “presencia policial” en tantas canciones? ¿Tal vez la denuncia de la hipocresía que hay en torno de figuras como las del ejemplar agente del orden o el policía de barrio amable y próximo a los ciudadanos?
.- La policía está enferma, y lo está porque quiere controlar todo y no puede, se pone mala porque no acepta que ocurran cosas a sus espaldas. Les da miedo lo que no ven, no oyen o no saben. Es por eso que ahora surge el policía de barrio, esos policías “buenos" que no son más que los “capullos” del Cuerpo que salen por ahí para controlar a los que fumamos porros, ya que según ellos el que empieza fumando acaba delinquiendo y enganchado al caballo. Nosotros atacamos a toda esa mierda y así se refleja en el disco.
.- Hipocresía e imagen distorsionada de un Cuerpo que de un tiempo a esta parte no dudan en potenciar desde las distintas cadenas de televisión, con series como “Policías” o “El comisario”, en las que salen funcionarios públicos cuyo comportamiento nada tiene que ver con la realidad; ¿es una nueva estrategia para intentar acercarlos al ciudadano?
.- De lo que se trata es de que la gente se sienta segura y protegida. En la vida real la pasma siempre llega tarde y encima todo lo hacen con el puto culo; entonces se tienen que inventar a esos Rambos de andar por casa. Lo verdaderamente preocupante es la enorme presencia policial en la calle, y cada día va a más...
.- ¿Y si os pidieran una canción para una de esas series?
.- ¡Vete a toma por culo!
.- Una pregunta sobre la canción que falta, ¿por qué no habéis incluido en el álbum “Dígitos humanos” ? ¿Va a quedar inédita? ¿Es un as que os guardáis en la manga? ¿Una estrategia comercial?
.- Nos parecía un tema muy potente como para dejarlo inédito o sólo en el single para las radios, así que hemos querido dar posibilidad a los fans de conseguirla. Es una especie de regalo para toda la gente que nos sigue desde el primer disco. Además siempre mola hacer temas para singles con tiradas cortas. Por cierto, de ese single, de "A tomar por culo el mundo" se han vendido más de 1.500 copias.
.- Volvamos al CD; además de las canciones la portada también es impactante, el rollete “setentero” y callejero que transmite, y decimos setentero porque el coche que sale en ella es de esa década, de los setenta; ¿de quién es? ¿Del Lute? ¿Del Vaquilla? ¿El de “Perros callejeros” ? Además el disco tiene mogollón de sabor a historias de barriadas, arrabales... ¿cómo se os ocurrió esa portada?
.- El coche es el de la película "Deprisa deprisa", y da una imagen entre lo “chele” y lo macarra que refleja bastante bien el lugar donde vivimos. Y el logotipo del nombre es bastante explícito con el título del disco.
.- ¿Os han planteado alguna vez hacer la banda sonora de alguna road movie o alguna peli así?
.- ¿Qué es eso? Lo único que hemos hecho para el cine ha sido unos temas para la película "Shacky Carmine".
.- Prosigamos con el disco; son ya tres para Bruto, y nuevamente con el ex – Def Con Dos J. Arispont a la producción... Suponemos que contentos, tanto con la discográfica como con éste...
.- Por ahora las relaciones son buenas, y con Jesús nos une una gran amistad; Él nos comprende a la perfección y se siente plenamente identificado con la banda.
.- Veamos otros asuntos, por ejemplo el nombre de la banda, ¿por qué os pusisteis Narco? ¿Tal vez para provocar a la sociedad bienpensante y denunciar su hipocresía ante el tema de las drogas?
.- Lo pusimos porque es corto y contundente, y a la vez provocativo. Además muchas personas que viven del negocio y miles de las que consumen se identifican con él.
.- Por cierto, seguro que no consumís más que otros, pero seguro también que nunca os invitarán a ningún partido, a ninguna farsa de esas que con un balón de por medio se acostumbran a organizar en determinadas fechas contra la droga; ¿qué pensáis de ese tipo de montajes? ¿Vivimos en el estado de los montajes, de los montajes de todo tipo? Todo va bien, “España va bien” pero ahí está lo de las vacas locas y las consiguientes chapuzas, la problemática de los Balcanes, el problema político con Euskal Herria y nadie hace ni dice nada serio
.- Consumimos lo que podemos y nos dejan, así que ¿cómo vamos a jugar un partido en contra de lo que nos gusta? Lo suyo sería organizar un partido contra la opresión, el poder establecido, la religión, las fuerzas de seguridad... Que está todo montado, hombre; todo se mueve alrededor de cifras y éstas son las que mandan. Y sobre lo de que “España va bien” decir que va de culo, y que la derecha nunca traerá nada bueno.
.- Sois una de las bandas más populares, de las que más tocais; Hacednos un balance de vuestra última gira, la de “Talego pon-pon”.
.- Hemos estado año y medio girando por todos lados, han sido alrededor de ochenta o noventa conciertos los realizados. Grabamos un vídeo con Tinieblas González y tocamos en importantes festivales; las ventas del disco fueron buenas y todo fue de puta madre.
.- Y poco más que preguntar por nuestra parte, si queréis añadir algo más...
.- Pues nada, que ya estamos metidos en la gira del nuevo disco y a ver si nos vernos pronto por arriba.
NARCO, AMBIENTE CADÁVER
NARCO, CONCIERTO EN LA SALA REVERENDOS, 6 – IV - 2001
Éxito artístico y de público para asistir a la puesta de largo en Iruñea en vivo y en directo de Chaparrón de Plomo, el tercer trabajo de los sevillanos Narco; la cita fue el pasado viernes 6 de Abril en el Reverendos, transformado para la ocasión en una suerte de narco – sala, esto es, en el lugar adecuado para que los numerosos seguidores de la politoxicómana formación hispalense recibiésemos de la mano del Vikingo y compañía el esperado chaparrón de Narco, esto es, nuestra atronadora dosis de vatios, desparrame y fiesta, porque eso fue el concierto en esencia... y a pesar de algunos peros derivados de un imprevisto de última hora, pues faltaba un cantante, el Chato Chungo. Así las cosas ese cachondo conocido como el Vikingo, todo pundonor y profesionalidad... tuvo que cantarse todo, papeleta que fue resolviendo de menos a más y cada vez mejor a medida que avanzaba el concierto; como sucede en estos casos, éste se basó fundamentalmente en la presentación de los temas del nuevo álbum más la interpretación de algunos de los más significativos de anteriores trabajos, como Tu dios de madera o Ambiente cadáver del exitoso segundo CD Talego Pon pon o los ya imprescindibles del primero Kolikotrón, D.J. Muerto o La puta policía, con el que se despidieron entre invasiones de escenario y la algarabía del personal. Y poco más: la constatación de haber visto en acción a una banda de vándalos que no sólo no ha tocado techo, sino que sin duda aún dará que hablar.
NARCO, REGISTRO DE PENADOS Y REBELDES
He aquí la cuarta entrega discográfica de Narco, la banda de forajidos musicales liderada por Vikingo M.D. y una de las formaciones más salvajes y convincentes de la escena actual; y ¿qué decir de ellos, tanto de la banda como del disco? De aquella que continúa apostando claramente por la tecnología, los ritmos maquineros y las bases pregrabadas a la hora de terminar de redondear con acierto sus composiciones y del CD que sin perder ni un ápice de crudeza los temas que lo integran suenan más hiphoperos que los de entregas anteriores, pero hasta el punto de que más que de rap metal o metal rapeado en esta ocasión, a la hora de definir sus sonido, me atrevería a hablar de hip hop metalizado, aunque eso sí: convenientemente respaldado por un envoltorio de Nu Metal más que contundente: de una especie de hip hop del nuevo siglo o algo similar; además hay indicios más que suficientes como para que pensemos que nos encontramos ante un trabajo si no de hip hop en sí sí concebido por lo menos teniendo en cuenta algunas de sus principales características: el mayor protagonismo de D.J., el hecho de que casi todas las canciones vayan empalmadas entre sí, la temática de sus letras, las cuales juegan el papel de representar la voz del gueto ya que casi siempre hacen referencia a historias y aconteceres del arrabal y los bajos fondos... Ah!, y atención a Mata– kofrades, el juego para PC que viene en el CD. No recomendable para espíritus especialmente sensibles o sensibleros todo ello.
Toda vez que la montaña, la inmensa mole que actualmente son en concierto los Marea, no se ha dejado ver todavía por su tierra, no pocos vecinos de Pamplona y comarca nos desplazamos a Bilbao la víspera de Nochebuena, ¿con qué fin? Con el de disfrutar de una noche muy especial. Para seguir de primera mano las evoluciones del mejor grupo de rock del Estado. Para vibrar con el concierto de una banda que, pura trasfusión de vida, además de en su hambre, está demostrando mandar en cuantos aspectos rodean su devenir, comenzando por el nivel desplegado a la hora de plasmar en directo sus canciones (qué sonido el conseguido, tan limpio como el escenario, totalmente desprovisto de cachivaches sonoros como lució) y terminando por su capacidad de convocatoria: fuera de cualquier duda, y más en los presentes tiempos, fruto esto último de la calidad y la musicalidad de la música por ellos concebida, compuesta, grabada y, finalmente, tal y como ya hemos señalado, defendida sobre los escenarios.
Haciendo gala desde el principio de un encefalograma vivo, muy vivo, bajo un ambiente llevado a ebullición de forma sensacional, la velada arrancó con los temas de estreno Bienvenido al secadero y La majada, prosiguiendo la descomunal demostración de fuerza, vida y poderío que fue el concierto; el espectáculo de luces, sonido y sentimientos y emociones a flor de piel que vino a ser con Duerme conmigo y En tu agujero, en perfecta aleación ambos. Sugerentemente enlazados… entre sí y con los dos anteriores, provocando el alborozo general: como el resto de los temas que sonaron - por otra parte-, nuevos y legendarios en alegre comandita hasta el número de veintisiete. Unas canciones que, imposible citarlas todas (y más todavía, dejar alguna sin destacar), mostraron a las claras que los directos de Marea crecen y crecen gira a gira. Que disco a disco, en progresión geométrica, la calidad de los conciertos de los de Berriozar sigue creciendo más y más, con Kolibrí en el principal punto de mira a tenor de su inmensidad. De su inconmensurable intensidad a la hora de sacar no ya chispas a su guitarra, sino vida a las canciones, envolviendo la brillantísima labor de César, Alén, El Piñas y Kutxi en un mágico resplandor. Bueno, y asimismo, la total predisposición a pasarlo bien de los presentes, de un público que, hipnotizado –o casi en algunos casos-, siguió el concierto esgrimiendo sonrisas de satisfacción, como si en las letras de Kutxi viese algún tipo de luz al final del túnel. Ese rayo de esperanza tan balsámico e imprescindible siempre… Y más en estos tiempos. Un motivo para sentirse vivos y felices al menos por unas horas: durante las dos que duró el concierto. Un gentío que, por lo demás, abarrotó completamente el recinto, habiendo llegado en algunos casos, dato destacable, desde Navarra: y es que, excepciones aparte como puntuales citas del C.A. Osasuna lejos de El Sadar, pocos equipos o agrupaciones de la Comunidad Foral (ya, deportivas, ya practicantes de cualquier otra disciplina artística) movilizan a día de hoy el número de gente que actualmente mueven en sus desplazamientos los Marea: toda una ‘marea’ de incondicionales, nunca mejor dicho.
“Todo se pega, menos la hermosura”, nos decían nuestras madres de pequeños. Mentira. El viernes 23, los Marea, “los José Tomás del rocanrol” (tal y como los definió el sin par Kutxi Romero) contagiaron a unas siete mil personas algo bien distinto, en Bilbao: su vitalismo y buen rollo. Y saciando su hambre de rock comiéndose las canciones, cual estrellas, una a una, lo hicieron compartiendo con toda esa gente su musicada energía positiva. Tras la festividad de Santo Tomás, celebrada en la villa el miércoles 21, haciendo del viernes otro día grande para la capital bilbaína. Adelantando en uno la noche buena, en verdad. Trasformando la noche del 23 en una realmente especial.
CANALEROS, NUEVO VIDEOCLIP: UNA VEZ MÁS, GRANDES, LOS DE BERRIOZAR
Intérpretes: Vanesa
Linares, Heydi, a la voz, acompañada por Aitor Berdiel y Salva Criado, a las guitarras y a los coros,
Mikel Bassquez, al bajo y a los coros, y Mateo
Cirer, a la batería.
Incidencias: presentación de 20 Acordes para 11 días, nuevo CD de la
banda. 1 Hora de retraso, hora y 10 minutos de duración, bises incluidos.
Asistencia discreta, público curioso que se mostró participativo.
Con casi todos los números, a
priori, de su parte; con todo prácticamente a favor -desde el prisma artístico-
para que los catalanes Heydi se hubiesen dado un baño de masas (a tenor del
espectáculo musical presenciado, un pase de esos que dejan huella), dicho baño
no llegó finalmente a producirse por la más que discreta asistencia registrada:
siendo achacable la misma tal vez a una extraordinaria conjunción de factores,
presidida por el adelanto del concierto al miércoles, en aras de, a la vista
del deseo de actuar mostrado por la banda, secundar el paro del jueves sin
cancelarlo; y si a ello le sumamos la alarmante falta de curiosidad del actual
público potencial, el hecho de que en lo que atañe a asistencia a conciertos
como este apenas haya relevo generacional o la cada vez más generalizada falta
de capacidad económica para salir de casa que a todos nos afecta… Para qué
decir más. Así pues, a este respecto, poco más que añadir: donde sí que lo
hubo, muchísimo más que comentar, fue en lo referido a la actuación y a la
actitud mostrada por los músicos: para quitarse el sombrero la misma,
comenzando por su decisión de salir de Barcelona contra viento y marea en una
semana tan difícil como esta, con el fin de actuar dicho miércoles en Burlata y
el viernes, en Donostia.
Revelándose como una excepcional
vocalista, puro sentimiento de por medio y puro corazón; perfectamente
secundada por una banda… soberbia –directamente-, demostrando los músicos su
condición de excepcionales ya tocando juntos, ya, por separado, Heydi se ganó
uno a uno al respetable repasando los temas de su tercer trabajo, su disco más
personal; un CD en el que desnuda totalmente sus sentimientos por medio del uso
de sugerentes armonías y de su aterciopelada voz, tan rica en fuerza como en
matices y colores. Por medio de un hecho musical erigido sobre una concepción
del rock & roll que se mostró rica en connotaciones glam y en otras propias del mundo del cabaret, quedando envuelto
por una sugerente aureola más que característica de dicho espectáculo músico-teatral:
algo que quedó totalmente de manifiesto con la actitud de tigresa con la que
Vanesa encaró buena parte del concierto, no dudando a la hora de abandonar el
escenario para cantar de modo tan personalizado como insinuante algunas de sus
canciones cara a cara a los presentes. Llegando a hacerlo incluso sentada en la
barra: unas composiciones que se sucedieron orbitando entre unos medios tiempos
brindados en total increscendo –en lo
que a intensidad hace referencia, con la misma perfecta y progresivamente
activada y detonada-, como Dónde estoy,
Cosas que decir, Me dejaste de lado o la desgarradora versión de El jinete, del gran José Alfredo,
facturadas denotando cercanía y proximidad y enarbolando siempre la elegancia
como principal bandera, y a caballo de la fuerza propiamente dicha del rock
& roll, como El rey de las arañas,
primera en sonar, o Tiempos mojados,
pistoletazo de salida hacia la explosiva recta final. Unos temas en su conjunto
que, consistentes y con verdadera substancia musical y emocional, de raigambre
y ejecución tal vez un tanto provocativa para una ciudad tan puritana como
esta, dieron lugar a un show que, en cierta medida, se nos antojó de espíritu
bastante próximo a los de Doctor Deseo. A una actuación que, poderosa se mire
como se mire, mereció una mejor respuesta, en verdad.
Intérpretes: Lisabö, banda integrada por Karlos Osinaga y Javi
Manterola, a las
guitarras y a las voces, Ionyu y
Joseba, a los bajos, y Eneko Aranzasti e Iban Zabalegi a las baterías. Como teloneros, abrieron velada Muy
Fellini.
Incidencias:
presentación de Animalia
lotsatuen putzua, nuevo
disco de la banda; 1 hora de duración, bises aparte. Asistencia
aceptable, medio aforo; público participativo.
Lisabö llenaron Movie, y cómo, con
su ruidosa belleza; con su personal mundo erigido alrededor de atronadoras
atmósferas sonoras, tan sugerentes como estruendosas las mismas, y lo hicieron
una vez que Muy Fellini, en constante estado de maquinación de curiosos virajes
musicales, habituales de todo tipo de carteles –últimamente-, hicieran lo
propio en clave de reinvención: tributando a Los Planetas.
Vistiendo con inusual intensidad,
en clave de folk rock, parte de las canciones del seminal LP Súper 8 del referencial grupo de Granada,
la pareja artística integrada por Jon y Edu, sin colaboraciones externas de
ningún tipo dicha noche; sobre un escenario marcado por la presencia de hasta
¡tres! baterías, salió totalmente airosa del trance, logrando el nihil obstat de los presentes: de un
público que siguió con interés la hora de actuación de un dúo que, en otro
orden de cosas, tuvo a bien regalar un tema inédito suyo, llamado a ser
registrado próximamente como single. Y a continuación, con la laboriosidad, la
persistencia y la tenacidad por bandera, Lisabö a escena: la constatación del
trabajo bien hecho por parte de una banda que, sigilosamente, cual hormiguita;
sin hacer mucho ruido (fuera de su hábitat natural, los escenarios) ha
conseguido hacerse incluso con la pole
position en tops como el de Rockdeluxe, publicación que ha otorgado
a su Animalia
lotsatuen putzua la distinción de
disco del año.
Al abrigo de dos sets de baterías
ligeramente ladeados, instalados a pie de suelo, el euskal rock de sangre espesa,
ejecución al filo y corte genuinamente alternativo del sexteto (teñido de
noise, postpunk y, cual si de especias sonoras se tratase, de cuantos
ingredientes estilísticos se quieran añadir) se materializó por medio de un implacable
bombardeo de vatios y decibelios, dando lugar sin barreras, lejos de limitador
acústico alguno, a un hecho musical que fue a un tiempo vehículo y objeto del
viaje en si mismo: un auténtico aquelarre, una orgía sonora tan contundente
como consistente, fuese cual fuese la canción brindada, razón por la que no
citaremos ninguna: toda vez que, incluso superponiéndose entre sí –cual si de nebulosas
de paso que llegaran y se marcharan se trataran- todas llevaron a los presentes
al paroxismo, quedando arrastrados y atrapados por el atmosférico –y
estratosférico- universo de la banda. Así pues, ¿en qué derivó la actuación? En
un catártico y espectacular ejercicio de brutalidad musical, fraguado por medio
de un derroche de energía descomunal. Sin recorte alguno en ninguno de sus
frentes sonoros, ruido, ritmo, pegada y distorsión a toda máquina: con los
bateristas extrayendo volutas de madera de sus baquetas al igual que chispas de
sus hachas los guitarristas (desconocemos cual de los dos baterías destrozó
más) y con los encargados de hacer sonar tanto las seis cuerdas de acero como
sus cuerdas vocales, cual carrileros a sangre y fuego, subiendo –la
temperatura- y haciéndolo directamente al ataque alternándose a los micros,
prestos a envolver con sus desgarradoras voces y rematar las interpretaciones
siempre. Y todo ello, en una noche en la que todo sonó por partida doble; con
la evidente y rotunda complicidad de los bajistas (uno de ello, Joseba, el de
Dut y Kuraia), traduciéndose en desquiciante furia desbocada en su conjunto:
puros huevos de gallina de baserri en unos tiempos como estos, de granjas
avícolas de cinco estrellas y guantes higienizados. Así las cosas, qué tornado.
Qué fuerza constructiva la manifestada por el mismo. Qué modo de construir
diques sonoros por el mero placer de construirlos. Qué grandes Lisabö, en
resumen. Qué bestialidad…
Como un trueno
Concierto de Los del Rayo
Fecha: jueves, 22 de marzo.
Lugar: Black Rose, Burlata
Intérpretes: Los del Rayo, formación
integrada por Juan Carlos, a la voz, Leo, a la guitarras, José, al bajo,
y Alonso, a la batería.
Incidencias: Hora y 20 minutos de
duración, bises incluidos. Asistencia discreta, público que disfrutó de la
actuación.
Los del Rayo, legendaria
formación de Alsatsu que a finales de los años ochenta y principios de los
noventa animó, y de qué modo, la escena rockera de Nafarroa (y provincias
limítrofes), subieron el jueves al escenario de Black Rose, cayendo de su mano
sobre el mismo el rayo por excelencia del rock, plasmado a la perfección en el
logotipo de AC/DC: quedando desatada sobre dicho entarimado toda una tormenta
de rock & roll. Y es que los de Sakana, sonando como un trueno,
protagonizaron un poderoso concierto, damos fe; desgranando un repertorio que
orbitó alrededor de los dos trabajos que llegaron a grabar, un EP, Por la cara, publicado en 1989, y un LP
completo, Miedo al miedo, sacado a la
luz en 1991 por GOR, representando dicho disco la primera referencia del sello
auspiciado en dicho 1991 por Marino Goñi y el primer álbum producido por El
Drogas: un trabajo, este último, que aportó la práctica totalidad de cuantas
canciones sonaron dicho día, veinte en total, destacando a idéntica altura del
nivel esgrimido por los músicos la ausencia de uno de los hits del grupo por
excelencia, Hijos de la Extremadura,
algo que sorprendió a los asistentes.
Con tres de los cuatro miembros
originales, guitarrista, bajista y baterista, presentes en la actual alineación
titular, comandados por Juan Carlos, frontman cuyo timbre demostró encajar como
un guante en el hecho musical, Los del Rayo pusieron las cartas sobre el tapete
con un torrencial tema instrumental, dando paso el mismo a sendos temas de Miedo al miedo (Castígame e Y poco más) y
de su segundo disco, Un caso perdido
y Me gusta hacer el amor: canciones
que, al igual que las veinte que sonaron en total; sin miedo y sin perder
frescura, mostraron por la cara su primigenia brutalidad –actualmente traducida
en contundencia-, luciendo con descaro. Sí, a pesar del poso ganado con los
años, muy presente en las mismas; en los temas de una banda a la que, a tenor de
sus letras, bien podríamos denominarla “los Barricada de Sakana” –si se nos
permite, pese a estar su sonido más escorado hacia el rock americano y hacia el
punk-. A tenor de lo sugerido por sus letras, concebidas a medio camino entre
el sabor genuinamente callejero y el regusto más sensual. Por unas canciones
interpretadas con arrojo (destilando harro,
puro orgullo en su conjunto), entre las que destacaron, como siempre, Niños guapos, Dejaré de estar colgado, Preso
en tus besos y, ya en los bises, La
vida es así.
De vuelta a los escenarios de
forma extraoficial desde octubre de 2010 -tras muchísimos años de parón- y, de
manera más o menos oficial, desde finales de 2011 (toda vez que si el gusanillo pica de verdad no queda otra que
volver a las andadas; al regazo de esa sarna que, puro gusto, dicen que no
pica), Los del Rayo demostraron fuerza, ganas y
actitud en esta, su briosa madurez, dejando claro que por algo han
vuelto al circo del rock & roll: a esa auténtica carrera de obstáculos y de
fondo que viene a ser entregarse en
cuerpo y alma a su veneno, lo cual puede llevar a buena parte de cuantos
rockeros parten de la línea de salida ya, a desistir momentáneamente (son
muchos los llamados y pocos los elegidos),
ya, con el paso de los años, a reengancharse a la carretera nuevamente.
A volver a la pelea. A rockeros como Los del Rayo, banda que pudo y debió haber
sido más, mucho más. Haber escrito muchas más páginas en la enciclopedia del
rock foral. Grupo que, de regreso –más que de vuelta, expresiones no
siempre sinónimas-, dejó buen sabor de
boca en el Black.
Vida tras Skalariak
Concierto de The Kluba
Fecha: jueves, 15 de marzo.
Lugar: AKE, Txantrea
Intérpretes: The Kluba, banda formada por Juantxo JSK, a la voz y a las guitarras, Vidal
Soler, a la guitarra y a los
coros, Berenguer, a la batería, Xavi Jamaica, al contrabajo, Eli P. Nicolau, al violín, y Pep Garau, a la trompeta.
Incidencias: presentación de Amor, odio y ruido, nuevo CD de la
banda; 1 hora de duración, bises aparte. Asistencia discreta, público que
disfrutó de la actuación.
The Kluba, formación de porte
ska-billy creada con la intención de fusionar el rock & roll de los años
cincuenta con el ska de los sesenta, proyecto surgido en 2009 sobre la
burbujeante capacidad creativa y las ganas de volver a los escenarios del
recordado Juantxo Skalariak, visitó
el que hasta la disolución de la citada formación fuera uno de sus escenarios
de cabecera, el de AKE, y lo hizo con un inspiradísimo CD bajo el brazo: Amor, odio y ruido, segundo de los por
él registrados desde que quedara finiquitada la banda madre.
Mostrando la cara más colorista y
ambiciosa de su concepción del ska, ante una asistencia a la que, una noche
más, sólo podemos calificar de discreta (y más estando quien estaba llamado a
actuar, el que fuera carismático frontman de Skalariak), la noche quedó
activada con el instrumental que abrió el álbum debut de The Kluba, publicado
tres años atrás, sonando acto seguido un primer tema nuevo, Mi voz: puerta de acceso del CD al que
siguieron tres de su ópera prima, African
team, Brindo (de indisimulable
sabor a country rock, puro rock & roll ranchero perfectamente dibujado por
el violín) y Entre tinieblas: estos
dos últimos, tras una primera concesión al repertorio de su anterior grupo,
representada por Oligarquía, ofrecido
con nuevos arreglos. Acto seguido el protagonismo fue para un bloque de
canciones nuevas integrado por seis de ellas, entre las que destacaron la más
que festiva ¡Qué calor!, Anti-cowboy, Colapso capital, Vámonos
o la que da título al CD, Amor, odio y
ruido, temas que dejaron claro lo siguiente: que The Kluba están aquí para
quedarse. Que la banda tiene necesariamente que despegar; hacerse con un nombre
entre el gran público, disponiendo de semejante repertorio y estando lo
rodados, preparados y fogueados que demostraron estar. Y es que dicho jueves
escuchamos auténticos temazos: a caballo entre el swing y guiños a bandas como
Stray Cats; con el latido de fondo del espíritu de The Clash y marcados por el
country y por esos aires jamaicanos tan característicos y tan presentes en el
mundo de Juantxo, unas canciones irremisiblemente condenadas a tirar del grupo
hacia arriba. ¿Más ejemplos? Borracho de
la vida (con los Mano Negra y lo que se denominó Barcelona Sound muy de
fondo; en clave skatalítika, claro está) Ska
Billy train, representando en su día los raíles llamados a sostener las
bases sonoras del convoy representado por los temas del CD debut, o Rude rockers llamando. Finalmente, la
actuación pareció terminar con un nuevo guiño a Skalariak, Despídeme, pero no fue así: todavía sonarían dos pelotazos más, Puto alcohol (de ellos, igualmente) y un
nuevo hit en potencia, Nunca vas solo.
Buscando un día, o más
–posiblemente-, tratando de encontrar días o noches divertidas en los actuales
tiempos de penumbra; trabajando la palabra cantándole a la fiesta (sin
olvidarse de pensar en la revuelta), The Kluba pasó por Iruñea cual huracán de
buenas vibraciones, y lo hizo destilando a pie de escenario sensación de
libertad y policromatismo en todos los sentidos, escribiendo así una nueva
página de su destino. De su destino rebelde ahora y siempre, de manos de sus
nuevas canciones: de concepción realmente libre desde el prisma creativo y
espíritu de corte totalmente positivo, dejando claro Juantxo por su parte que hay
vida, mucha vida, tras Skalariak. Que ahí sigue, dispuesto a hacerse oír. A
seguir haciendo ruido. ¡Feliz travesía!
Al calor del
mejor hardrock
Concierto de Three Seasons
Fecha: miércoles, 14 de marzo.
Lugar: El Bafle, Iruñea.
Intérpretes: Three Seasons, trío integrado por Sartez, a la guitarra y a
la voz, Olle, al bajo, y Chrille, a la batería. Como teloneros, abrieron noche Arenna.
Incidencias: presentación de Life´s road, primer CD de la banda. Hora y 20 minutos de duración, bises aparte.
Asistencia aceptable.
Sensacional, he aquí cómo resultó la noche de rock & roll que el
miércoles, un día tan inusual para dichos menesteres, brindó el Bafle a la
ciudad: y tanto en lo referido a la actuación de los suecos Three Seasons,
banda revelación actualmente en su país, como a la de los gasteiztarras Arenna,
quienes dejaron a considerable altura el pabellón.
Con un elogiable primer disco bajo el brazo, Beats of Olarizu, transitando con insultante aplomo por las sendas
del stoner rock, los alaveses pusieron las cartas con forma de canciones sobre
la mesa con rapidez, haciendo gala de estar más que preparados para mayores
empresas; y todo ello marcando músculo tema a tema de manos de una concepción
del stoner intensa, vibrante. Marcando territorio los músicos por medio de
pasajes y nebulosas tan sugerentes como pantanosas. Arenosas. Así las cosas,
¿qué más decir de ellos? Que, demostrando no ser unos recién llegados, su
presencia fue todo un lujo, estando a la altura de los cabezas de cartel, como
pronto pudimos comprobar.
Desde que Three Seasons accedieron al entarimado, haciéndose con su
correspondiente parte de la noche de inmediato. En formato trío, el más
incontestable estando de por medio el rock & roll, los de Suecia tiñeron
desde el principio de hardrock genuino la velada, comenzando con un
instrumental de más que elaborado, genuino y característico sabor; facturado a
la antigua usanza, viniendo a ser uno de esos temas que, a la vista de su
esencia y de la urgencia de los tiempos que corren, en los conciertos de las
actuales formaciones del género apenas se dejan escuchar. Y de esta guisa
transcurrió la actuación, entre composiciones presididas por diferentes
ambientes (eso sí, psicodelia o rhythm´n´ blues de por medio, pintados siempre
en clave hardrockera, algo a lo que también contribuyó decisivamente el timbre
del vocalista), de interesantes desarrollos y de corte musical inequívocamente
setentero. Entre unas canciones que, cómo no, nos trajeron a la memoria por
momentos grandes momentos de grandes como Deep Purple, Led Zeppelin, Jimi Hendrix, The Doors, Black
Sabbath o Gov’t Mule. Unas composiciones, tal y como hemos sugerido líneas más
arriba, más propias de otras épocas que de la presente; de tiempos pasados para
el hard -a todas luces mejores- en los que, por ejemplo, a la hora de componer
canciones, lo más importante no era controlar su minutaje. En los que lo que primaba
era el dar rienda suelta a la creatividad, independientemente de valorar si
alguien pincharía o no en las emisoras de radio la canción. Unas canciones las
de Three Season que, además de la sensación de estar viajando en el tiempo, nos
dejaron la de encontrarnos ante algo grande.
Que una noche cualquiera de
marzo, víspera de día laborable –por más señas-, una banda como Three Seasons
visitara Iruñea debería ser noticia; y no sólo a toro pasado: he aquí la razón
por la que nos resistimos a dejar pasar de largo su concierto, ocasión más que perfecta para tomarle el pulso a la
siempre interesante escena nórdica y de cuya afluencia de público no nos vamos
a quejar, a tenor del interesante grupo de rockeros de espíritu que hicieron
acto de presencia. Unos asistentes que respondieron con fluidez a las
inequívocas señales enviadas por los músicos, inmediatamente convertidas en
lazos de complicidad: de cercanía con una banda que, vayamos terminando, carne
de festivales como Azkena Rock, dejó la siguiente impresión en el ambiente:
cosa de la juventud de sus miembros, que todavía tiene por delante kilómetros y
kilómetros por recorrer y, si nada se tuerce, discos y discos por grabar.
Volverán.
Irradiando rock´
n´roll
Concierto de
Radioplebe
Fecha: sábado, 10 de marzo.
Lugar: AKE, Iruñea.
Intérpretes: Jorge Pus, a la voz y a las guitarras, Iñigo CPU BREACKER, al saxo, a los coros y a
los teclados, Gaizka, al bajo, e Iñaki, a la batería.
Incidencias: presentación de Estrellados del rock, nuevo CD de la banda. 40 minutos de duración,
bises aparte. Asistencia discreta.
De lo más escorados hacia el rock´ n´ roll en lo que al aspecto musical
respecta, claramente influidos por el
punk en lo relativo a las letras de las canciones; por el influjo del
punk más clarividente e irónico escrito en castellano, Radioplebe puso volumen
en AKE a sus nuevas composiciones el último fin de semana; ¿el motivo? La
presentación en sociedad de las mismas, unos temas que suenan como tiros tanto
en directo como en disco: como enérgicos e incendiaros disparos llamados, tras
llevar a moverse y a reflexionar a sus oyentes, a alojarse en sus cerebros,
algo que al menos en lo que atañe al encargado de redactar estas líneas, sucedió.
¿La pena? Continuando con la metáfora de la que nos vamos a servir para
redactarlas, la discreta presencia de radioyentes sintonizando con las nuevas
o, en algunos casos, regrabadas
canciones de la banda. Pese a tratarse de un sábado y de no haber muchos más
espectáculos de este tipo en la ciudad, que el local no registrara una mejor
afluencia a propósito de esta, la
primera plasmación en vivo de Estrellados del rock.
Ciñéndose exclusivamente a la
presentación del CD propiamente dicha, la velada arrancó con No hay mus, tema dominado por la
presencia de unos teclados que, realmente rocanroleros, muy en su sitio durante
toda la actuación, llegaron a recordarnos por momentos incluso a los de grandes
del rock ibérico como Sex Museum. Sí, luciendo a idéntica altura que las
guitarras –incluso-, en lo referente a protagonismo y calidad. Siguiendo el
guión preestablecido en el CD, los comandados por Jorge, presencia al frente de
los suyos, talento y actitud, encararon acto seguido Pater Penis, tema que discurrió por lindes sonoras más funkies y
que precedió al que da título al trabajo: de intención más que irónica su
letra, con las denominadas estrellas del rock de fondo que, como ya cantaran
los Tijuana en 1985, no lo son. Y así, de esta guisa fue repasado el disco,
brillando con luz propia temas como Tanto
bío bío tanto (cantado en el compacto por el seminal Evaristo Páramos), La cuna de la civilización y De género degenerado, antes de que
llegara la noche a su final de manos de otros dos, al igual que el penúltimo de
los citados, recuperados de una anterior grabación: el vitamínico y festivo Virgencita de la Papa y Emitiendo, declaración de principios que
ahí continúa, siendo uno de los banderines de enganche de la banda. Antes,
contémoslo todo, de que concluyera la actuación con una propina que, como si se
buscara apuntalar la vertiente más punk de la banda, incluyó incluso una
sorprendente versión de un tema de RIP.
Emitiendo a contracorriente, como
siempre, Radioplebe demostró ser una realidad musical de nuestros días, más que
una promesa del rock, tal y como, de manera tal vez sardónica, presentó Jorge a
los suyos a propósito de Estrellados del
rock; una formación, Radioplebe, que de manos del rock por ellos defendido,
aunque sea despacio, tiene que hacerse con su espacio. Con su hueco, y más que
en el dial, sobre los escenarios. Ampliar su radio de acción, algo realmente
necesario en unos tiempos como estos, en los que tanto se utiliza el nombre del
rock en vano: de becerros de oro por doquier, flagrante carencia de
autenticidad en tantos casos… Y de tanto rock de radiofórmula, por denominarlo
de forma diplomática. Así pues, a tenor de lo visto, esto esperamos de
Radioplebe. Rock´ n´ roll, sencillamente. Del pueblo y para el pueblo, tan
fácil y tan difícil. Sólo eso, rock´ n´ roll, y ello encontramos. Bien, dicho
sábado.
Podium para tres
Rock a tres bandas,
actuaciones de Tako, La Fuga y Los Suaves
Fecha: viernes, 9 de marzo.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Incidencias: más de cuatro horas y media de música en
directo; muy buena asistencia. Público de ambos sexos y de edades
preferentemente maduras que disfrutó de la velada, mostrándose más o menos
participativo en función de cada actuación.
Tres en uno, qué mejor solución para que no
resulte tan duro aflojar los bolsillos en los tiempos que corren; tres grupos,
tres, retomando la gira que, en aras de sumar e intentar capear lo mejor
posible la actual coyuntura económica, emprendieran en octubre de 2011: y tres
cajones en el podium para ellos, he aquí qué deparó la presente noche.
Por riguroso orden de aparición, el tercer lugar
de dicho podium fue para los legendarios Tako, avanzadilla del presente
triunvirato; escudándose en un rock vigorosamente nutrido de substancia musical
y de energía, Tako aprovecharon la cita para reivindicarse e intentar ampliar
su círculo de seguidores; para dejarse ver -y notar- en un cartel cuya cabecera
demostró tener dueños de antemano, a tenor de la actitud detonada por los
presentes: Los Suaves, formación cuya presencia volvió a poner de manifiesto
algo de sobra conocido, que su casa sigue siendo el rock & roll.
Destilando ganas en busca de reivindicar y
reafirmar sus raíces más guitarreras, estando las guitarras como están, mucho
más presentes en esta nueva etapa de la banda, La Fuga pusieron todo el corazón
sobre el escenario, brindando un repertorio que alternó temas de sus dos
diferenciadas eras; hits como Buscando en
la basura (negociando gasolina) o Majareta,
con los que empezaron, con canciones extraídas del primer CD registrado con el
navarro Pedro Fernández al frente, como Cicatrices,
Sola o Ganas; ¿lo mejor? El hecho de volver a comprobar que su actual
directo huele y sabe a rock; a rock & roll guitarrero sin trampa ni cartón,
en la línea del facturado en los noventa por bandas como Platero y Tú: hueco,
por cierto, todavía libre, el dejado por la otrora formación de Fito y Uoho; el hecho de que Alfredo Piedrafita
subiera a participar en Arde el viernes,
a tenor de cómo fue recibido por la sala; ¿la pena? Que, salvo las primeras
filas, la mayor parte del público demostró estar esperando como agua de mayo la
actuación de Yosi y los suyos: y más tras la cancelación de su concierto un año
atrás por estas fechas; bueno, y el sonido, que le jugó una mala pasada a la
Fuga, antojándosenos el volumen un tanto bajo. Camino del final, tras regalarse
todo un baño de masas, los afincados en Reinosa dieron la sensación de terminar
con su excelsa versión del Heroína de Los Calis, pero no; aún
faltaban los bises, rematados, cómo no, con la referencial P´aquí p´allá.
Finalmente, ante un público enfervorizado;
comandados por el hombre que de ninguna manera podrá dejar el rock (declaración
con forma de canción que Yosi minutos después proclamó), sobre las 0.00 horas
comparecieron los de Ourense, comenzando la fiesta del rock con el esperado No puedo dejar el rock, tema que, a
manera de rúbrica general de la sesión, dejó claro lo siguiente: que a pesar
del tiempo transcurrido desde que cerrara el paraíso (cualquier tipo de ellos
en estos días de oscuridad y pesimismo, ya reales o artificiales), siempre nos
quedará la música en directo. El rock de verdad, recordándonos que es posible la evasión: como
el cantado por patriarcas como Yosi, poblada cabellera y pobladas barbas
blancas, chaqueta de cuero y eterna y sempiterna sudadera con el logotipo de su
banda: ¡Qué vacilón se mostró durante buena parte de la velada! El rock
desgarrado y desgarrador plasmado en hits como Palabras para Julia, Ese día
piensa en mí (tal vez el epitafio musicado del carismático vocalista), Dolores se llamaba Lola o, encarando los
bises, acompañado al micro por ese alumno aventajado suyo que es Kutxi Romero, Mi casa…: unos temas que, todos cuantos
sonaron, escritos –y vividos- a sangre y fuego, así fueron vividos por la sala,
catapultando al grupo a lo más alto del podium. Sin dejar indiferente a nadie,
muy grandes los gallegos una vez más.
Caluroso diciembre
Concierto de Leiva
Fecha: sábado, 3 de
marzo.
Lugar: sala Tótem,
Atarrabia.
Intérpretes:
Leiva,
a la voz y a las guitarras, acompañado en directo por Juancho, a los coros y a
las guitarras, Manuel Mejía, al bajo,César Pop, a
los coros, al Hammond, a la acordeón y a la guitarra acústica, Luismi Huracán Ambulante, a la percusión, Tuli, al saxo, Alvarito, a la trompeta,
y Roberto, a la batería. Como teloneros comparecieron Almas Mudas.
Incidencias:
presentación
de Diciembre, primer CD en solitario
del artista. Hora y ½ de duración. Varios centenares de personas, público que
se mostró participativo.
Calor, he aquí qué vivimos
el primer sábado de marzo en Tótem de manos de la llegada de Diciembre; de Diciembre… con mayúscula: A una con la irrupción de Leiva y su trouppe de músicos con motivo de la
presentación en sociedad de Diciembre,
álbum debut en solitario del citado, uno de los artífices, compositores y
cabezas pensantes de Pereza; polifacético, inquieto y versátil
multiinstrumentista que compareció rodeado por siete excepcionales músicos. Por
un plantel que, de auténtico lujo, dejó entrever a los presentes, desde el
minuto uno, la magnitud de su actual apuesta musical, grandiosa a priori y sin
reparar en medios artísticos la misma, para los tiempos que corren. Una
apuesta, a tenor de lo visto, totalmente a la altura de la valía de las
canciones.
Tras arrancar la velada con
el descarado y solvente hacer de los zaragozanos Almas Mudas, la noche, la
segunda de Leiva y los suyos defendiendo estas canciones, comenzó a lucir en
todo su esplendor pasadas las 23.30 horas, momento en el que estalló de manos
de Nunca nadie: hit en potencia de Diciembre que dio paso a otro tema
nuevo, Penaltis, antes de que el
grupo hiciera una primera concesión al repertorio de Pereza brindando el
célebre Animales: una banda, en otro
orden de cosas, integrada por los músicos habituales de las giras de Leiva y
Rubén y reforzada para la ocasión por Juancho, de Sidecars, y por un
trompetista adicional; por un músico, Alvarito, que formando tándem con Tuli, plasmó a la perfección uno de los
hechos diferenciales del repertorio de Leiva respecto al de Pereza: el toque
soul que puso la rúbrica al hecho verdaderamente reseñable, el corte más
rockero de las canciones. El porte verdaderamente rocanrolero de cuantas, con
la marca de la casa por bandera, arregladas sin cortapisa alguna, sonaron en
directo, haciéndolo por lindes marcadamente setenteras y stonianas, en buena parte de los casos. ¿Más temas por unas u otras
razones dignos de ser destacados? Supervivientes,
Sudando la tristeza (trayendo el momento de sabor acústico de la sesión) o Vis a vis, el gran tema escrito por KikeBabas -por nombrar algunas de las nuevas-, y las versiones ofrecidas: Como lo tienes tú y Súper hermanas, de Pereza; El
caso de la rubia platino, de Joaquín Sabina (autor por quien Leiva
exteriorizó su admiración) y Ya no tengo
problemas, de Sidecars, último tema en sonar –en apariencia- bajo cuyo
desarrollo, tan desenfadado como extenso, incluso en clave de fiesta funkie,
fueron presentados los músicos. Pero, como denotó la entrega de la sala, la
cosa no podía terminar aún, por lo que todavía sonaron tres temas más: EmE, el esperado single del disco nuevo,
y dos de Pereza: el segundo de ellos, Lady
Madrid.
Fuera del techo protector de
la banda madre por primera vez en muchos años, Leiva, de manos de esta, su
sorprendente extensión artística, hizo bueno aquello de que restar, en
ocasiones, puede ser sumar. Sinónimo de dar nuevos pasos hacia adelante. Que de
la aparente división, de caminos -en este caso- y momentánea, también puede
surgir la multiplicación. De posibilidades, claro está. Y lo hizo
protagonizando una actuación de genuino regusto rockero que cautivó a los
presentes: a un público al que, ganado en casi todos los casos de antemano (si
se quiere), damos fe, convenció.
Embrutessíos.
Enduressíos
Concierto de O´
funk´ illo
Fecha: viernes, 2 de marzo.
Lugar: Sala Totem, Atarrabia.
Intérpretes: O´funk´illo, banda integrada por Andreas Lutz
a la voz, Pepe Bao al bajo, Rafa Kas, a las guitarras y a los coros, Moi, a los
teclados, y Chacho, a la batería.
Incidencias: presentación de Sesión Golfa, último CD de la banda. 2 Horas de duración.
Asistencia discreta; público que se mostró muy participativo.
O´funk´illo, el huracán de funky andaluz
embrutessío por
excelencia, se dejó sentir en Tótem dos años después de su última
visita, y lo hizo presentando dos importantes novedades: un nuevo guitarrista,
Rafa Kas, en sustitución del miembro fundador Javi Marssiano, y Sesión golfa, CD publicado en mayo de
2011 y prueba de que su regreso a las tablas no fue únicamente consecuencia de
querer dar una última vuelta al ruedo; de tratar de recoger los últimos
aplausos de su público, sino también de tener nuevas cosas que decir.
Luciendo actualmente en directo
un formato más reducido; prescindiendo de vientos y coristas, mostrando una
alineación más básica que la presentada en sus últimas visitas (resultando el hecho musical final realmente
rockero y, además de embrutessío,
sempiterna seña de identidad de la casa, ciertamente enduressío), la fiesta se materializó
desde el principio de manos de temas ya legendarios, como Riñones al Jerez, Groove
o Dinero en los bolsillos, ya, de
estreno, como Hasta las cejas, primer
single del disco nuevo: temas que en cualquier caso, con bajista y baterista
marcando a fuego los raíles llamados a sostenerlos, en todo momento hicieron
gala de un potencial sonoro a prueba de bombas –directamente-; de disponer de
mimbres más que suficientes para que los músicos, a su libre albedrío, abrieran
fuego abiertamente desde sus diferentes frentes… con un único objetivo: que el
público lo pasara lo mejor posible, más allá únicamente de sacar adelante la
canción. O dos, si se quiere: divertirse ellos en primer lugar en aras de la
consecución de dicho fin, agradar a los demás. Y a decir verdad vaya que si el
quinteto logró todo ello, divertirse y divertir –tanto monta monta tanto-,
poniendo en ultra festivo pie de baile a los presentes con temas de distintas
edades, como A´Jierro, A shuparla o Revolución urbana, por citar otro de los más recientes: de corte
claramente visionario el mismo a tenor de lo que estalló poco después de ser
grabado, el 15-M. Con unas composiciones
que, en cualquier caso, pese a mostrar en directo importantes y novedosos
desarrollos instrumentales, en ningún momento lucieron michelín alguno ni
dieron sensación de pesadez, no atragantándoseles al público, el cual,
integrado por irreductibles incondicionales, cantado y botando, espoleando y
siendo espoleado por la banda, se sintió trasladado incluso a otra dimensión en
un momento dado, vía un espectacular instrumental brindado por baterista y
teclista. A otro mundo. Al mismísimo epicentro del planeta Aseituna, girando los presentes desde entonces hasta el final de la
noche de forma definitiva a su alrededor.
En torno a un hecho musical
facturado por una banda que demostró capacidad más que sobrada de reinventarse;
de haber sabido darle una explosiva vuelta de tuerca a su directo,
transformándolo en algo más que difícil de intentar clonar. Agarrándonos a esto
último, no estar dispuesta la formación a ponérselo fácil al grupo llamado más
temprano que tarde a ser su extensión natural en estos tiempos: su
grupo-tributo llamado a versionearles. Y es que, visto lo visto, a día de hoy, ¿quién sería el osado de
intentar emular a Pepe Bao y los suyos? A un maestro que, principalmente, en
los bises, volvió a mostrarse intratable a la hora de hacer sonar su
instrumento. Inconmensurable, combinando metalizados aires de bulería, alegrías
y fandangos –por ejemplo-, antes de rematar faena junto a sus compañeros
llevando al éxtasis a los presentes con una salvaje versión de Pata Palo, por las sendas del funk-core
más voraz. De su más embrutessía y enduressía concepción: como todo, dicha
noche.
Puro salvajismo
sonoro
Discordance Fest,
actuaciones de Allowance, Dawn of the Maya, Crisix y The Eyes.
Fecha: sábado, 25 de febrero.
Lugar: sala Movie, Aizoáin.
Incidencias: actuaciones de ½ hora de duración (en el caso de las dos
primeras bandas) y de ¾ de hora; asistencia discreta. Público joven que se
mostró entregado.
Los metalheads
de Iruñea y comarca tenían una importante cita, al menos sobre el pepel, con
los sonidos más duros el último sábado de mes, encuentro al que acudieron en
número… ¿discreto? Escaso, creemos (eufemismos aparte), viendo cuántas personas
asistieron a Movie. El centenar de aficionados, no más, que siguió las
actuaciones de Crisix y The Eyes, únicas que presenciamos: un público que se
atrincheró en el espacio más próximo al escenario, quedando delimitada la parte
de abajo de la sala por medio de un telón promocional de la actual gira de The
Eyes, cabezas a priori de cartel.
Indiscutibles cabezas en principio los
citados… A tenor de la descarga ofrecida por Crisix, intratable y jovencísima
escuadra que, con flamante álbum debut recién parido, The menace, y con una más que exitosa maqueta en la recámara, Demonsthrashion (no en vano han estado
tres años girando con la misma, llegando a actuar en dos ocasiones en el
prestigioso Wacken Open Air), puso de
manera brutal los puntos sobre las íes, dejando listón –y sonómetro, en caso de
que lo hubiera habido- a gran altura, de cara a la siguiente actuación: cosa
del hecho musical ofrecido, presidido por la velocidad del hardcore y por frenéticos punteos, teñidos de
característico regusto a speed metal. Consecuencia directa todo ello del
enervante thrashcore por ellos facturado, poderoso torrente de ritmos y
decibelios que, desbordándose, anegando la ribera frontal del escenario, motivó
enérgicos pogos e intentos de moshing
adelante, dejando el ambiente hirviendo de cara a la comparecencia de The Eyes:
banda que, a decir verdad, lo tuvo fácil a la hora de encarar su cometido,
rubricar de la forma más demoledora posible la velada, algo que, apoyándose en
los temas de Hold your axes, rip their
guns, su tercer y nuevo CD, hicieron sin problemas.
De manera tan rotunda como grandiosa, sí: de
ese modo sacaron adelante su pase, desde un entarimado que presentó en su parte
delantera dos pequeñas plataformas, llamadas a ser utilizadas por los
guitarristas en aras de dotar de una mayor vistosidad al hecho de blandir y
hacer sonar sus hachas, incandescentes en todo momento las mismas a la vista de
su actitud. Bueno, del arrojo de la banda en general. De un grupo que, en
perfecto estado de forma física y artística, se comportó en directo como si le
fuese la vida en ello. Así, yéndoles como a músicos como estos, en cierto modo,
podemos decir que les va: no en vano día a día y noche a noche se la dejan en locales
de ensayo, carreteras y escenarios, siendo en muchos casos su recompensa, el
premio tras horas y horas de kilómetros y de trabajo no remunerado, conciertos
catárticos como este: razón por la que no dejaron de incitar a los presentes a
moverse como ellos. De manera igualmente desenfrenada, con idéntico frenesí,
algo que al compás de las sacudidas sísmicas sonoras por ellos desatadas
tuvieron a bien hacer, protagonizando las correspondientes y esperadas réplicas a modo de respuesta.
Con sendos discos recientemente publicados
por Kaiowas Records como contundente tarjeta de visita, una semana después de
que lo hicieran Vita Imana, compañeros de escudería discográfica, Crisix
y The Eyes recalaron en Iruñerria, demostrando ser representantes punteros de
una generación de bandas metálicas que, explosiva, únicamente a la espera de
detonador, tienen necesariamente que explotar. Estar llamada alguna de ellas,
además de a salpicar la escena con su deflagración, a sacudir y despertar a los
aficionados a este tipo de sonidos, toda vez que nos resistimos a creer que,
actualmente, en Iruñerria, no haya más. Un mayor número de seguidores
dispuestos a sacudir las cabezas y darlo todo en conciertos como este. Como el
del sábado 25, aquí al lado. Puro salvajismo sonoro. Brutal.
Intérpretes: Berri Txarrak,
trío integrado por Gorka, a las guitarras y a la voz, David, al bajo y a los
coros, y Galder, a la batería. Como teloneros abrieron noche Not to Amy y Gaur
Ez.
Incidencias: presentación de
Haria, nuevo CD de la banda. Casi dos
horas de duración, bises incluidos. Lleno. Público de toda condición que se
mostró se mostró entregado.
Exultantes. En estado de
gracia total, he aquí cómo vimos a Berri Txarrak en Tótem, sala que, a lo
grande, nuevamente consiguieron llenar, dejando colgado en taquilla como testigo de la gesta el cartel de Localidades Agotadas.
La noche arrancó con los
holandeses Not to Amy, impulsivo quinteto que, a medio camino entre los ritmos
de un punkrock ciertamente melódico y el
brío de los Metallica de los noventa, lo dio todo, demostrando que por algo los
de Lekunberri los incluyeron en el cartel. A continuación, ante una sala que ya
presentaba muy buen aspecto, llegó el turno de Gaur Ez, formación local que,
pese a esgrimir menos tablas que los anteriores, por lindes propias de un post-hardcore
de lo más experimental, pasó semejante prueba del algodón y de fuego con
holgura, actuar inmediatamente antes de Berri Txarrak: entre jugosos cambios de
ritmos y todo tipo de volantazos estilísticos, jugando con descaro con las
diferentes atmósferas creadas; ¿el resultado del pase de Gaur Ez? Una propuesta erigida
sobre un euskal rock de corte rabiosamente alternativo que, tan arriesgada como
valiente, puso de manifiesto el porqué de su presencia en Tótem, quedando
compensada la necesidad de rodaje denotada por el derroche de maneras esgrimido.
La necesidad de tiempo para terminar de pulirse en directo por su caudal de
ideas, realmente interesante. Y acto seguido, en absoluto loor de multitudes;
en medio de una gran expectación, la banda de Nafarroa últimamente más en boca
de todo el mundo a escena. Berri Txarrak, el grupo euskaldun que, en estos
tiempos de constante menosprecio al euskera por parte de todo tipo de
instituciones navarras, más lejos y más alto ha llevado nuestro milenario
idioma.
En medio de una puesta en
escena y de un sonido espectacularmente bueno (parece mentira que un trío pueda
sonar así, como lo hicieron los Berri),
demostrando la remozada formación haber dado, por increíble que pueda parecer,
un nuevo salto cualitativo, la velada despegó de manos de tres de los temas del
CD que se presentaba, quedando abierto de esta forma un setlist de lo más
equilibrado; un concierto marcado por un
hecho musical perfectamente llevado en volandas tanto por la entrega de los
presentes como por el sobresaliente hacer de la técnico de luces, creando esta
última un espectáculo paralelo totalmente a la altura; volviendo a referirnos
al público, por un gentío que no dudó a la hora de botar y cantar, haciéndolo
con total satisfacción a propósito de hits tan conocidos e interiorizados como Jaio.Musika.Hil, Payola, Ez, Oreka (reescrito respecto a cómo lo
conocimos), Eskuak, Maravillas (durante la actuación
propiamente dicha) o Denak ez du balio
–en los bises-, solicitados cánticos del Hator,
hator de por medio: en un tiempo extra que a modo de apoteosis final deparó
dos auténticos pelotazos: Stereo
(convirtiendo Tótem en un auténtico clamor) y Oihu.
Hilando fino, como siempre; hilvanando
metal ya de trazos más gruesos, ya de concepción más melódica, quedando la
amalgama sonora resultante tintada por toques que fueron del punk al pop (deteniéndose
en vertientes estilísticas siempre tan apetecibles para el trío como el emo o
el hardcore), Berri Txarrak lo dieron todo y todo obtuvieron en Tótem una vez
más, llenazo cosechado incluido, quedando sus integrantes, a buen seguro, vacíos…
pero llenos. Pletóricos, tras haberse entregado como lo hicieron. Así las
cosas, muy bien la banda. Nuevamente disparada, saliéndose y, sin techo alguno
en lontananza, subiendo.