MARTXA, MARTXA CON NUESTRA FANFARRE!! (QUE USTEDES LO PASEN BIEN) )

24/4/10

KENZAZPI, EL VIERNES, 30, EN LA TÓTEM: ESPECIAL Y ANUNCIO DE PRÓXIMAS NOVEDADES EN BEORLEGUI IN ROCK




DOS CRÍTICAS DE CONCIERTOS Y UNA REFERENCIAL ENTREVISTA CON KENZAZPI, DEBAJO DE ESTAS LÍNEAS.



Argia eta koloreak

Concierto de Kenzazpi

Fecha: domingo, 20 de abril.
Lugar: teatro Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Eñaut Elorrieta, a la guitarra acústica, eléctrica, y a la voz, Beñat Serna, a la guitarra eléctrica, Igor Artzanegi, al bajo, Iñaki Zabaleta, a los teclados, y Ion Fresko, a la batería.
Incidencias: concierto de presentación de "Argiak", nuevo CD de la banda. Hora y 20 minutos de duración, bises incluidos. Lleno, público participativo mayoritariamente joven y femenino.

Cuatro días después de que Pamplona llenara el Gayarre para recibir a Los Secretos, Iruñea, la cara euskaltzale de la ciudad, hizo lo propio a propósito de la visita de Kenzazpi, formación en irresistible alza que llegaba con su cuarto álbum bajo el brazo. El concierto arrancó con una hora de retraso debido a un grave problema técnico, circunstancia que, por otra parte, a nadie importó una vez que dio comienzo: cosa de la calidad desplegada desde su mismísimo inicio, tanto desde el prisma musical como desde el luminotécnico. Sí, desde que a una con la subida del telón los primeros juegos de luces, flashes blancos bajo tonos morados, saludaron a los presentes; a un público que, expectante y ansioso, brindó a los músicos una intensa ovación. Sobre un escenario de sugerente estética industrial, con los móviles pendiendo de estructuras sitas a diferentes alturas, la velada se inició bajo las notas del primer tema del nuevo disco, composición a la que, con la excepción de Gau urdiñak, segunda en sonar, pronto siguieron entre otras Olatuz olatu, Itxaropena o Gernika, de dicho CD, ésta última sobre un fondo rojo tan inquietante como el infierno derivado del bombardeo: unos temas todos ellos de imponente cuerpo instrumental, con los guitarristas trazándolos con la precisión y elegancia propias de alguien que más que una guitarra, tuviese entre sus manos un tiralíneas. A continuación, hacia el ecuador del pase, sonarían canciones tan populares como Ilargia, Haizea, Malen (tocada con verdadera rabia) o Gutuna, cantadas entre palmas por los presentes, para hacerlo en la recta final más temas del nuevo álbum: y todo ello, insistimos, en medio de un espectáculo visual realmente colorista, generado por unos focos que jugaron con profusión con los haces desplegados, creando de forma totalmente efectista ambientes concebidos a medida para cada canción. Finalmente el concierto pareció terminar con Gaueko argiak, pero antes de que sus notas concluyeran ya estaban los presentes pidiendo de forma másiva nuevos temas al sexteto, viéndosen recompensados con dos nuevas interpretaciones: Noizbait, de Argiak, y el clásico –a estas alturas- Zapalduen olerkia. Y antes de proseguir, una aclaracion: ¿sexteto, acabamos de decir? Sí, toda vez que a los músicos que comparecieron en directo hay que sumar la imprescindible presencia de J. Mikel Arronategi, en un segundo plano, ex bajista de Exkixu y letrista, ideólogo y puntal por excelencia del proyecto.
Kenzazpi llenó de luz y color la noche con su personal power pop, de fuerte y contrastada personalidad; Kenzazpi, banda cuya andadura es todo un ejemplo de progresión geométrica si nos atenemos a cómo ha crecido con cuatro trabajos en su haber: un primero, Atzo da bihar, al que si bien le costó explotar vaya cómo lo hizo finalmente, un segundo, Bidean, que vino a confirmar las expectativas más optimistas, Gelditu denbora, el tercero, electrizante acústico con el que quedaron definitivamente asentandos en la élite del rock vasco, y Argiak, el presente, lleno de coloristas canciones. De cantos de vida y esperanza –que podríamos decir parafraseando a Rubén Darío- que han cosechado inmejorables críticas: y totalmente fundadas a tenor de lo visto en ésta, en su puesta de largo en nuestra vieja capital.





Electrizante acústico

Concierto de Kenzazpi

Fecha: jueves, 4 de Mayo.
Lugar: teatro Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Eñaut Elorrieta, a la guitarra acústica y a la voz, Beñat Serna,a la guitarra acústica y eléctrica, Igor Artzanegi, al bajo, Iñaki Zabaleta, a los teclados, y Ion Fresko, a la batería.
Incidencias: primer concierto del ciclo "Kantu eta Hitza", organizado por el Ayuntamiento. La actuación duró hora y media, bises incluidos. Lleno. Público joven y femenino en su mayor parte que se mostró participativo.

Nueve años atrás, la discográfica Gor editó un miniCD que pronto se revelaría como seminal, un disco que trajo consigo una saga de ocho volúmenes, entre 1997 y 2004: Aurtengo GORakada. En aquel trabajo, entre canciones de Koma y de unos por entonces debutantes Berri Txarrak, Hemendik At y Skalariak, aparecía una titulada Bi eta bat, de unos desconocidos Ken 7, canción que casi todos nos saltamos en beneficio principalmente de Goazen, de Hemendik At, la auténtica triunfadora del compacto. Pues bien, a día de hoy podemos dar fe de que KenZazpi, aquella desconocida formación, se encuentra en la cresta de la ola tras protagonizar un increible tirón, en los últimos tiempos: viviendo uno de sus momentos más dulces a raiz principalmente de la publicación de Gelditu denbora, un CD registrado en acústico que, de forma irremisible, les ha llevado a ampliar su radio de acción.
Tras una intro presidida por ráfagas de viento, la velada, sobre un fondo rojo, se inició con Zenbat min, deparando la interpretación de la práctica totalidad de los temas de dicho álbum: unas canciones ofrecidas en acústico, claro está... pero con cuerpo, para nada lights. En formato de desenchufado pero con espíritu eléctrico, ciertamente. Marcadamente electrizante habida cuenta de la energía que transmitieron, de la conexión de alto octanaje que generaron entre público y escenario, un público que siguió con atención el desarrollo del concierto. Éste, exquisito, se desarrolló sin fisuras, presentando a las canciones perfectamente arregladas para la ocasión: vestiditas con nuevos ropajes, de día de fiesta por parte de unos músicos que demostraron seguir con el buzo de trabajo, prestos en todo momento a darlo todo. Y es que si algo transmitieron los mismos fue credibilidad, la sensación de que si han reinventado sus canciones ha sido por experimentar algo nuevo, más allá de por motivos más pedrestres como, por ejemplo, salir únicamente uno o dos de gira para defenderlas... con el consiguiente ahorro económico (a menor número de músicos, más para repartir), que de todo hemos visto en la viña del señor: no, KenZazpi continúa al completo, defendiendo y disfrutando intensamente del momento, damos fe: y con tanta intensidad que incluso algunos de los temas (Bidean, Itxoiten, Batzutan) sonaron realmente contundentes: cosas de la ausencia del violín respecto al álbum... y de las ganas de enchufar las guitarras, seguramente. Y es que, claro está, el que tuvo, retuvo. ¿Las mejores, además de las citadas? Gutuna, Ezer ez da betiko (con Eñaut y Beñat solos en escena), Malen (de las más sentidas y significativas) y, ya en el bis, Ilargia, solicitada con insistencia por los presentes.
Años atrás, cuando los acústicos se pusieron de moda, el arriba firmante llegó a pensar que éstos venían a materializar cierta desarticulación del rock & roll. Hoy, tras haber visto a Barricada y a KenZazpi en el Gayarre, pensamos diferente: que en algunos casos incluso pueden significar otra forma de activar su esencia. E igual de electrizante, en realidad.







KEN7: SENTIMIENTOS Y COMPROMISO DESDE GERNIKA

(Entrevista publicada en Gara en 2001, con motivo de la salida del primer disco de Ken Zazpi)


Proceden de Gernika y ya estuvieron en boca de todos en 1997, debido a la inclusión de la canción “Bi eta bat” en el “Aurtengo Gorakada” de aquel año; ahora, cuatro años más tarde, esta formación euskaldun salta de nuevo al primer plano gracias a la edición de “Atzo da bihar”, su primer CD, un disco integrado por 11 composiciones llenas de compromiso y sentimientos a las que en esencia habría que encuadrar dentro del pop guitarrero o power pop con ciertos guiños en momentos puntuales al hardcore melódico; esto nos contaron acerca de ellos y su obra Eñaut y Jonmi


.- Ken zazpi, el nombre suena bien, resulta agradable al oído, ¿tiene o le habéis querido dar algún significado especial?

EÑAUT: Es el que le pusimos al proyecto en 1996, para nosotros sí que tiene un especial significado. Está claro que en Euskal Herria el número siete no es un número cualquiera...

.- Cuatro años después de vuestra aparición en aquel Aurtengo Gorakada que tanto dio que hablar volvemos a saber de vosotros, ¿cómo ha sido este tiempo? Tengo entendido que la canción registrada en aquel trabajo fue grabada por Eñaut más componentes de Exkixu, ¿desde cuándo está la actual formación?

JONMI: En todo este tiempo han pasado demasiadas cosas como para resumirlas en cuatro líneas; a causa del conflicto que vivimos en este país, hemos sufrido y estamos padeciendo situaciones muy de cerca, como otra mucha gente, y la música no ha podido ser una de nuestras prioridades; no acabábamos de reunir las suficientes ganas como para encauzar un proyecto como éste. Pero siempre hemos sentido que teníamos algo pendiente y este último año decidimos que había llegado el momento y que era la hora de intentar sacar todo lo que teníamos dentro.

EÑAUT: En aquel tiempo JonMi estaba en Exkixu y yo en Lugarri .Para grabar el tema en el Aurtengo Gorakada recurrimos a músicos cercanos; lo hicimos con Josu Artetxe a la batería y Esteban a la guitarra, ambos músicos de Exkixu. Hace un año, cuando retomamos la historia, creamos la nueva banda con vistas a grabar el disco y tocar en directo. En esta ocasión también lo hicimos con gente muy cercana, quedando la formación actual como sigue: Beñat Serna a la guitarra, Jon Fresco a la batería, Igor Artzanegi al bajo e Iñaki Zabaleta a las teclas y trikitixa.
Pero nosotros sentimos que de distinta manera Ken7 lo integra mucha más gente : Kepa, Unai, Alfon...

.- ¿Qué es exactamente Ken 7, un proyecto de Jon Mikel y Eñaut? (porque en un principio era así, ¿no?) ¿Una banda como otra de las muchas que hay en la actual escena musical? ¿Cual es la función de Jon Mikel en la banda?

EÑAUT: JonMi y yo nos conocemos desde siempre y demasiado !ja, ja! En el 96 pensamos hacer algo nuevo, diferente a lo que estábamos haciendo hasta entonces, compartíamos sentimientos, inquietudes, ideas...y así nació Ken7. A medida que hemos ido dándole forma al trabajo, todos los componentes del grupo aportan lo suyo y cada vez más, aunque el peso de la composición de los temas, tanto la música como la letra, lo hemos llevado nosotros.

JONMI: El funcionamiento de la banda es un poco especial, dado que aunque componga los temas con Eñaut, yo no subo al escenario. Ya he subido a bastantes y esta situación es más cómoda para mí, tengo otras prioridades y ya sé como es el trote de los conciertos.

.- Dos de las canciones registradas en el disco no nos son desconocidas, por un lado Bi eta bat y por otro Ezer ez da betiko, de Lugarri. La nueva versión de la primera se antoja más kañera, más guitarrera, ¿tal vez consecuencia de una evolución del concepto del grupo en este tiempo? ¿arreglos, sin más?

JONMI: Hemos tenido muy claro desde el principio lo que queríamos hacer y decir, pero siempre vamos evolucionando. Creemos que hemos conseguido plasmar en el disco lo trabajado en el local, es un trabajo muy nuestro y muy sincero. Nosotros hemos realizado todas las labores de producción y nos sentimos satisfechos en todos los sentidos. Sabemos donde están nuestros límites y no tratamos de hacer cosas que no controlamos. Creemos que el grupo evoluciona canción a canción y en este sentido los temas sí que van evolucionando a la vez que el grupo y nosotros mismos.
.- Contadme la historia de Ezer ez da betiko, porque la tiene, ¿no? he oído que llegó a ser bastante popular...

EÑAUT: Ezer ez da betiko es un tema que compuse cuando tocaba en Lugarri, y pese a que no tuvimos la oportunidad de grabar ningún disco, se hizo muy conocido, pues fue muy pinchado en la radio. Al final del CD hemos incluido una nueva versión del mismo para rendirle un pequeño homenaje, pues estuvo en boca y oídos de la gente durante varios años sin llegar a estar grabado en realidad. Creemos que es una buena manera de cerrar nuestro trabajo, porque en todos los sentidos posibles es especial para nosotros.

.- ¿Qué fue de Lugarri?

EÑAUT: Han pasado muchos años; En aquellos tiempos éramos muy jóvenes y como es normal no teníamos nada claro lo que queríamos. Fueron mis primeros pasos en el mundo de la música y guardaré para siempre un buen recuerdo de aquella etapa.

.- Atzo da bihar, el ayer es el mañana, ¿una continuidad? ¿Dónde queda el hoy? ¿Qué es el hoy? ¿Cómo lo entendeis?

EÑAUT: Viendo lo injusto del presente que vivimos y sin olvidar el pasado de nuestro pueblo, aprendiendo siempre de los errores cometidos, creemos que ya es hora de que Euskal Herria tenga un futuro justo. Las generaciones venideras no pueden vivir las mismas injusticias que sufrimos nosotros. Atzo da bihar es una invitación a mirar hacia adelante con optimismo y esperanza, sin olvidar el pasado pero hacia delante siempre.

.- Las letras de muchas de las canciones dejan entrever algunas consecuencias de distintas variantes del problema político que afecta a Euskal Herria: el alejamiento de los prisioneros políticos, la realidad de los macos, los tertulianos... El sufrimiento, en una palabra. ¿Cómo veis el panorama político actual?

JONMI: La situación que vivimos nos condiciona totalmente, diariamente convivimos con largas distancias, muros, hipocresía, barrotes...pero siempre con esa sonrisa que espera al otro lado. Lo único que intentamos es ser sinceros en nuestras letras e ideas.

.- Itxoiten, una de letra un tanto filosófica, ¿qué esperamos? ¿Qué salida hay?

JONMI: Itxoiten ante todo es una autocrítica; creemos que siempre se puede dar un poco más de lo que damos. No se puede estar esperando sin más, la única salida es el trabajo y el compromiso diario.

.- Y ahora, a tocar, ¿cómo andais de bolos?

EÑAUT: Salimos del estudio en Mayo y hemos empezado a tocar prácticamente de seguido. Lo estamos haciendo todos los fines de semana y no nos quejamos. A este respecto, creemos que es importante hacer las cosas bien, con serenidad, no queremos ir demasiado deprisa. Hay que darle tiempo al grupo y ya vendrá lo que tenga que venir.

.- Y para acabar una inevitable, aunque no tenga mucho que ver con el tema, pero no puedo evitar preguntaros por Exkixu, ¿volveremos a saber de ellos alguna vez?

JONMI: No sabría que decirte, pero está claro que la vida da muchas vueltas.




¿QUÉ TAL LOS CONCIERTOS? CRÍTICAS MUSICALES DE ABRIL: SEPULTURA, CONCIERTO HOMENAJE AL "JUJANO", FITO & FITIPALDIS Y TOKYO SEX DESTRUCTION


25 años de pura vida… y una reflexión

Concierto de Sepultura

Fecha: lunes, 5 de abril.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Integrantes: Sepultura, banda formada por Derrik Green, a las voces y a la percusión, Andreas Kisser, a las guitarras y a las voces, Paulo Pinto, al bajo, y Jean Dolabella, a la batería. Como teloneros, comparecieron Armed for Apocalypse, Hamlet y Crowbar.
Incidencias: concierto de presentación de A-Lex, último CD de Sepultura, celebrado en el marco de un festival itinerante. Éstos actuaron durante hora y ½, bis incluido. Buenísima asistencia. Público participativo.

Procedente de Francia, la presente gira comandada por Sepultura protagonizó el lunes de Pascua el pistoletazo de salida en lo que recorrer el Estado se refiere, traduciéndose dicho arranque en todo un acontecimiento.
La velada, de claro espíritu festivalero, arrancó bajo el apocalíptico buen hacer de Armed for Apocalypse, quienes con su sludge metal o sludgecore (surgido de mezclar doom metal y hardcore punk), dejaron buen sabor de boca tras la media hora de que dispusieron, resultando la mejor banda de las tres teloneras en liza; la que mejor sonó para no haber podido probar sonido tan siquiera: algo que, fuera de toda duda, afectó principalmente al pase de Hamlet, de escasos 35 minutos de duración… Y para olvidar. Y es que, todo un regalo en un principio para ellos y su gente la posibilidad de girar con Sepultura, el mismo se mostró claramente envenenado, dejando a la banda al pie de los caballos. Sí, pese a la fuerza y actitud con la que intentaron defender sus temas, extraídos de La puta y el diablo y Revolución 12111. Y esto, lo visto, a pesar de que sepamos cómo funcionan estas giras, nos dio que pensar; pese a que sepamos que los teloneros casi siempre se ven obligados a tocar sin probar. Y es que, ¿quién es el pagano de ello, los grupos afectados? No, aunque pueda parecerlo; no, toda vez que saben lo que hay, tendiendo además, para más inri, a repetir dichos esquemas (por decirlo de forma suave) cuando ellos son cabezas de cartel; ¿quiénes, entonces? Los asistentes, quienes pagan entradas para ver a unas cuántas bandas… Se supone que, si no en idénticas condiciones técnicas (algo realmente imposible, pues en el metal, por muy rupturista que parezca el género, como en todo en la vida, también hay clases) sí, al menos, en condiciones dignas: ¿quiénes? Los seguidores de Hamlet el lunes 5, muchos de los cuales no dieron crédito a lo visto. Así pues, por ello hemos tratado de explicar lo ocurrido. Por ellos. Por una cuestión de respeto hacia ese público. Y finalmente, tras los veteranos Crowbar, quienes no convencieron a casi nadie con sus metálicos zarpazos, bastante oscuros y difusos y de extrema lentitud (siendo punto y aparte los recurrentes e interminables speeches en inglés de su frontman), tras el último de los peones, Sepultura a escena, los verdaderos amos del tablero. Con Derrik conduciendo la nave a la perfección, bajo espectaculares juegos de luces y un sonido, ahora sí, perfecto, damos fe de que los músicos que actualmente defienden la camiseta de Sepultura acertaron a deleitar a los presentes con su repertorio, ¿calentando motores? No, poniéndolos al rojo directamente desde el principio ora con temas nuevos, los menos dicha noche, ora con viejos; y, dentro de este bloque, ya con algunos como Sepulnation, grabados por el citado vocalista (quien en 1998 sustituyera al histórico Max Cavalera), ya con míticos e imprescindibles como Arise (segundo en sonar), Refuse/ Resist, Attittude, Troops of doom, Slave new World, Territory (de los más grandes de su discografía), Innerself (cómo marcaron bíceps con éste; pero de culturista –queremos decir-) o, en los bises, con el mítico y señero donde los haya Roots Bloody Roots, musicada bandera del poderoso hecho musical de Sepultura, de más que tribales y selváticas connotaciones. De una banda que, fundamental para entender los derroteros del metal desde los 80, pletórica, se encuentra actualmente celebrando sus 25 primeros años de vida: de pura y esplendorosa vida, como el pasado lunes, reflexiones aparte (aunque necesarias), se encargaron de demostrar.


Concierto Homenaje al Jujano

Fecha: jueves, 8 de abril.
Lugar: AKE, Txantrea.
Incidencias: Hora y ¼ de duración, lleno todo el tiempo. Público preferentemente cuarentón que revivió los temas ofrecidos, premiándolos con sentidos aplausos. Como broche final, incluidos también en el homenaje, comparecieron Los Parachutes.

En homenaje a Eduardo Saldise, castañero de día en la plaza de San Francisco –entre otras formas de buscarse la vida- y entre finales de los 80 y buena parte de los 90, rockero de noche al frente de bandas como Mal Temple, Los Jujanos o Los Mierdosos, en tributo y recuerdo de su memoria, un grupo de compañeros de acordes y fatigas organizó el pasado jueves este acto, evento al que, toda vez que también conocimos al Jujano, tuvimos a bien asistir.
La banda montada para la ocasión, integrada por legendarios de la escena musical local como Aouita, ex componente de Mala Fama –entre una interminable lista de grupos-, al bajo, Josean y Montxo, a las guitarras, y Rubén, a la batería (históricos éstos de formaciones como Tijuana in Blue en distintas épocas, Escarabajos o Kojon Prieto y Los Huajolotes -entre otras-), ofreció temas de las tres bandas con las que Eduardo compartió noches de fiesta, escenarios e ilusiones, contándose además para la llegada a buen puerto de la velada con varios vocalistas: Piluca (ex Mal Temple, Los Huajolotes y, posteriormente, en bandas como las de Amparanoia o Tonino Carotone, alternándose el micrófono la citada con Montxo durante buena parte de la noche), Jabiero Etxeberria (ex Mala Fama, Skalariak y en Vendetta a día de hoy, encargado de abrir fuego con el histórico hit Los Abuelos), Trijenio (ex La Lengua de Trapo, actualmente en Txarrena y mierdoso ocasional, con perdón, entre muchísimos más grupos, encargado de cantar, junto con Alberto, la inolvidable El Club de la Neuronas Muertas), Mikel, perteneciente a Los Jujanos, quien cantó varios temas en la recta final, entre ellos el himno Somos Los Peores, o el ya nombrado Alberto, actual frontman de Aitona Demonds. ¿Otros temas a destacar? El inmenso blues ofrecido por la torrencial Piluca, perfectamente secundada por Fermín (otrora El Hombre Invisible en Los Huajolotes), a la trompeta, y los míticos y desvergonzados Arango y Vamos todos a Mendillorri cantados por Jabiero, de Mal Temple ambos hits: célebre y ácida versión éste último del Lets spend the night together, de los Rolling, dedicado en los 90 al citado barrio, por entonces en construcción. El equivalente al Bustintxuri de nuestros días. Los temas, muy marcados por la influencia de los Stones, supuraron a borbotones rock & roll convenientemente condimentado con marcados síntomas de funk y rhythm´n blues; rock infeccioso jujano… en estado bruto –si se nos permite-, caracterizado por unas letras que, ricas en buenas vibraciones, de lo más irreverentes y mordaces, nos trasladaron por momentos a los 90. A la Calderería del Terminal y el 10 o a la Navarrería del Zuriza; ¿irónicas, las mismas? No, ácidas siempre, como el humor del TMEO, otro de los referentes de la época. Ricas en humor ácido, surrealista y corrosivo. Finalmente, tras el concierto homenaje propiamente dicho, tras una actuación en la que, a la vista de su evidente componente emocional, lo que realmente puntuó fue la presencia de compañeros y amigos de Eduardo a ambas alturas del escenario, tomaron el relevo y la alternativa los debutantes Parachutes, cuarteto que quiso sumarse a la presente ceremonia ofreciendo dos temas de Los Mierdosos, entre otras interpretaciones; estar igualmente presente en este tributo a uno de los suyos. De los nuestros. Del rock: de ese rock & roll callejero de rompe y corte de mangas –más que rasga-… y escasas pretensiones, más allá de servir de válvula de escape; allá donde esté el Jujano, si se enteró, inmensa sonrisa en ristre, seguro que disfrutó.

Fitoterapia para todos

Concierto de Fito & Fitipaldis

Fecha: viernes, 16 de abril.
Lugar: Campo de fútbol de Burlada.
Intérpretes: Fito & Fitipaldis, banda integrada por Fito Cabrales, a la guitarra y a la voz, Carlos Raya, a las guitarras, Alejandro Boli Climent, al bajo, Javi Alzola, al saxo y a las percusiones, Joserra Senperena, a los teclados y al acordeón, y Daniel Griffin, a las baterías. Como telonero, abrió noche La Cabra Mecánica.Incidencias: concierto de presentación de Antes de que cuente diez, nuevo CD de Fito & Fitipaldis. 2 Horas y ½ de duración. Buenísima asistencia, alrededor de de 8500 personas que, de todo tipo y condición, participaron y disfrutaron de la velada.

Para ellos, para ellas; para niños y jóvenes, adultos y mayores. Para hijos, padres y madres, ya en feliz comandita (en caso de ser menores los primeros, cuántos ejemplos de ello vimos el viernes), ya por separado. Para parejas de cualquier edad y estado, casados o solteros. Para separadas y separados. Para gentes de cualquier condición e idéntica sed de emociones musicales… amantes del rock & roll en general, sin más artificios: para todos, así demostró ser una vez más el reclamo de Fito & Fitipaldis. Su hecho musical. Los efectos del mismo: las sesiones de Fitoterapia que, como la presente, están brindando actualmente los citados a lo largo y ancho del Estado, las cuales, una vez más, están triunfando allí por donde van. Y, como el refresco del color de la cocacola, de modo incontestable. La velada se inició con la puntualísima comparecencia de La Cabra Mecánica, banda que, todo un lujo para sus seguidores su presencia, en ésta, su gira de despedida, volvió a hacer con sus temas del mundo una verbena… antes de ponérselo por montera Y tras su hora de actuación, tras brindarnos por última vez la posibilidad de degustar su pura carne de canción (agur, Lichis, ongi etorri, Miguelito), sobre las 22.00 horas, lo que todos estaban esperando: la hora de Fito & Fitipaldis. Sobre un espectacular escenario en el que, por primera vez en lo que a este artista se refiere, no faltó ni provocador o pasillo frontal (vaya que si lo aprovecharon los músicos, sacándole chispas en distintos momentos de la velada para gozo y disfrute de las primeras filas), la sesión musical ofrecida resultó redonda. Catártica a todos los niveles… Y para todos, público y músicos incluidos, a la vista de cómo disfrutaron de la misma. De los rostros de satisfacción con los que, pasadas las 00.30 horas, abandonaron escenario y recinto, el perfectamente acondicionado recinto, tras haber participado con avaricia del generoso festín musical: de un menú preparado con ingredientes extraídos ya del CD que se presentaba (sólo echamos en falta Los huesos de los besos, segundo single de Antes de que cuente diez), ya de los restantes, brillando con especial luminosidad, a tenor de sus novedosas intros musicadas (demostrando la banda que, pese a estar ahí, en el olimpo –poco menos-, se lo sigue currando a pie de obra), hits como Un buen Castigo, Me equivocaría otra vez o Quiero beber hasta perder el control, que, con Raya al lap steel, sonó enlazado con el instrumental La Cuisine de Bernard; ¿más temas ya, nuevos, ya no, a destacar? Me acordé de ti, Catorce vidas son dos gatos (qué buenas vibraciones las transmitidos por ambos), Barra americana (cantado por Lichis, tema que le fue como anillo al dedo), Tarde o temprano (de sonoridad muy sureña, tal vez excesivamente próxima a M-Clan, nuestro único pero al mismo), Soldadito marinero (cómo la corearon los presentes, resistiéndose a que acabara) y, ya en la recta final, la versión del gran Al Cantar, de Platero y Tú (hubo covers de todas las bandas en las que ha participado o con las que en algún momento se ha implicado Fito: Todo a Cien, Abrazado a la Tristeza, Deltoya…), Corazón Oxidado y, cómo no, Acabo de llegar, tema que, en medio de un nuevo derroche de arte, ganas y maneras (una de las constantes de la noche), cerró el concierto: la presente terapia de grupo. Del grupo. Del grupo humano que se dio cita. El presente espectáculo de música en directo… concebido y articulado en torno a la música en directo. La presente sesión de Fitoterapia para todos, Fito & Fitipaldis, claro está, también incluidos en la misma. Una vez más, chapeau!

Demoledor, rupturista, sugerente

Concierto de Tokyo Sex Destruction

Fecha: jueves, 22 de abril.
Lugar: cafetería de la UPNA, Iruñea.
Intérpretes: Tokyo Sex Destruction, banda integrada en directo por RJ Sinclair, RR Sinclair, RM Sinclair y JC Sinclair, respaldados por dos músicos de apoyo. Como teloneros, abrieron velada Out Of Noise.
Incidencias: concierto de presentación de The Neighbourhood, nuevo CD de la banda, enmarcado en el ciclo UPNA en concierto. 50 minutos de duración. Aceptable asistencia.

Tokyo Sex Destruction (Vilanova i la Geltrú, 2002), una de las bandas de rock independiente que más ha girado fuera del Estado, recaló en la cafetería del aulario, cerrando la presente edición del ciclo UPNA En Concierto de forma… Demoledora. Haciéndolo por medio de un concierto que, desde el primer minuto, demostró haber sido planteado descaradamente al ataque, sin prejuicios ni complejos. Ante un público, en opinión del frontman del sexteto, un tanto parado (“podéis acercaros, no somos gente violenta”; “sois la gente más silenciosa para la que hemos tocado; de aquí, al Liceo”, tal y como dijo con ironía tanto al principio como cerca del final), destilando los músicos todo el tiempo una energía que, con la excepción de casos contados en las primeras filas, vaya que si contrastó con la actitud del respetable, la velada se tradujo en la intensísima interpretación de buena parte de los temas del nuevo CD de los catalanes, unas composiciones que, orbitando en torno a una concepción del rock garagero tan personal como killer, con fuertes dosis de psicodelia, no dejaron indiferente a nadie: cosa de su lisérgico regusto, de la actitud con que fueron defendidas y de la presencia en su incendiario ADN de ingredientes como el punk, dando lugar la suma total a un hecho musical que, tan indefinible como bestia, presentado en la línea del crossover facturado desde los 90 en la escena catalana, llamó la atención por lo atractivo que resultó.
Magistralmente plasmado en canciones de incuantificable e inmensa sonoridad, dicho hecho musical se hizo rock orbitando en torno a un eclecticismo poco menos que total, tal y como lo dieron a entender los instrumentos para su factura utilizados: batería, percusiones, bajo, guitarra (saliendo de la misma, pura fragua con cuerdas, fuego más que chispas; pura incandescencia musicada) teclados… y ¡saxo, en algunos temas! Rock & roll en esencia, lleno de momentos de altísimo voltaje y gran intensidad progresiva que, progresivamente envolventes, se tradujeron en la creación de abrasivas atmósferas sonoras con forma de canciones: de viscerales y electrizantes composiciones que, de interesantes planteamientos siempre y no menos atractivos desarrollos instrumentales antes del desenlace, llevadas al directo con total libertad tanto desde el prisma estilístico como desde el referido a su duración (esto es, combinando sonidos, ritmos y expansión en el tiempo de dicho sumatorio con absoluta libertad), se estamparon contra nuestros tímpanos como lo que demostraron ser, verdaderos bofetones sonoros.
Con vitola y aureola de grupo clásico (cosa de las buenas vibraciones que transmite la presente banda, comenzando por su sugerente nombre) Tokyo Sex Destruction pasó como un ciclón por la UPNA, transformando la cafetería en improvisado club de garage y, a pesar de lo dicho del público, gustando y convenciendo a los presentes. A quienes, un jueves más, se dieron cita con motivo del presente ciclo, el cual, al igual que el de Jazz el miércoles 21, dicho jueves tocó a su fin. Así las cosas, como dijimos entonces, no nos queda otra que despedirlo. El año que viene, más.

20/4/10

ESPECIAL DOCTOR DESEO



Doctor Deseo, una de las bandas más sugerentes, respetadas y queridas de Euskal Herria, ha sacado nuevo disco; su título , Deseo, Cartografía Imposible. El CD, editado por Baga-Biga ofrece diez nuevas dosis de emocional y musicado deseo, y será presentado el próximo sábado, 24, en la sala Tótem: allí estaremos. Hasta entonces, podéis disfrutar de Que amanece de nuevo, primer single extraído:

SEXO, TERNURA Y MISTERIO (MUXIK, 2008), ANTERIOR DISCO DE DOCTOR DESEO

Pasito a pasito, disco a disco, Doctor Deseo ha logrado de forma natural cimentarse en nuestra escena, y de la forma más sólida posible: cosa de sus directos, tan apasionados como apasionantes, y de sus discos. De discos tan impactantes como éste, un CD integrado por 10 intensas canciones por medio de las que Francis, Josi y compañía vuelven a protagonizar un nuevo salto cualitativo en su carrera: sí, y hasta el punto de hacernos pensar que, de su mano, tiene que pasar algo allende el Ebro. Y grande; así lo dejan entrever estas composiciones, pasionales y ricas entre otras en connotaciones sexuales (derivadas tal vez del término sexo, reivindicado por el título del disco), sensuales (deparadas posiblemente por la ternura, también sugerida desde el mismo) y ¿misteriosas? No, llenas de pasión. De roja pasión, como siempre, y deseo, más bien. Si te crees con un corazón a prueba de bombas –emocionales- de todo calibre y condición, prueba a escuchar cortes como Tu torpe corazón, Diez negritos, La hermandad de los perros sin dueño o Danzing in the hell

DOCTOR DESEO, TRES VIEJAS CRÍTICAS, TRES

La filosofía del tocador

Concierto de Doctor Deseo


Fecha:
Domingo, 16 de Enero de 2005
Lugar: Teatro Gayarre, Iruñea.
Intérpretes: Doctor Deseo, banda integrada por Francis a la voz y a la guitarra, Toro a las guitarras, Josi al bajo y a los coros, Raúl a los teclados y Txampi a la batería, reforzados para la ocasión por Aiora a la voz femenina, Mikel al saxo y a la flauta travesera y el actor Ander Lipus.
Incidencias: por problemas de índole técnica el concierto, que tuvo dos partes y duró hora y tres cuartos, comenzó con cerca de una hora de retraso. Lleno, público entusiasta que disfrutó de la actuación.

Cuando se llevan años en un grupo hay veces en las que la filosofía del músico, del tocador de música (si se me permite la expresión) tiende a mutar, a manifestarse de distintas formas, más allá de la dinámica de grabar y tocar: en esos casos la misma puede llevar al músico a tomar decisiones de distinto calado, como parar y desaparecer de la escena para regresar más tarde, tratar de reinventarse o probar a reinventar el repertorio de manera sorpresiva o sorprendente, buscando en un primer momento sorprenderse él a sí mismo y, acto seguido, al público en general. Sí, y cuanto mayor es el tiempo que se lleva en el oficio más comunes acostumbran a ser estas prácticas. Estas metamorfosis, como la que el pasado Domingo llevó a cabo Doctor Deseo bajo esa denominación precisamente: Metamorfosis, un espectáculo a medio camino entre el set acústico, el teatro y el cabaret por medio del cual el Doctor chequeó los temas más lentos de su repertorio. Tras un monólogo de lo más sugerente y explícito declamado por Ander (todo un todoterreno durante el show) y bajo una iluminación más propia de una función teatral, la función comenzó de la mano de Es solo la necesidad y deparó la interpretación o puesta en escena de veintiseis composiciones convenientemente arregladas para la ocasión, alcanzándose el clímax en la primera parte con Ni naiz o Abrázame. Las canciones ofrecidas nos mostraron a una formación de lo más versátil, con un Francis que, presentado como “un niño grande, un pequeño abuelo o un terrorista poético”, se mostró de lo más sensual, provocador y transgresor. Y en una forma física envidiable, tan pronto trepando al trapecio que pendía sobre el escenario como balanceándose sobre el mismo, ya recorriendo el pasillo del teatro cantando, (haciéndolo incluso de forma personalizada), sacando a bailar a chicas e incluso amagando caminar sobre el mar de gente que poblaba las butacas... tal y como Jesucristo sobre el agua. Y todo ello en el marco de un espectáculo exquisito, perfectamente trazado, en medio de unas atmósferas llenas de intimidad, tonos rojizos y sombras, muchas sombras. La segunda parte, que se desarrolló bajo la misma tónica, trajo consigo temas como En el sol de tus ojeras (con el que principió), Corazón de tango o Canción de piratas, tema con el que se despidieron, aunque aún retornarían a las tablas para ofrecer Sueños gastados a modo de bis. Y esto es lo que dio de sí la noche, una velada protagonizada por unas composiciones de intención tan amorosa como amoral y cuyas connotaciones, tan sensuales como sexuales, salieron plenamente a la luz de la mano de esta Metamorfosis tan propicia para ello.




Cum laude en deseo y actitud

Concierto de Doctor Deseo

Fecha: sábado, 27 de Mayo de 2006.
Lugar: Sala Artsaia, Aizoain.
Intérpretes: Doctor Deseo, banda formada por Toro, a la guitarra y a los coros, Josi al bajo y a los coros, Francis a la voz y ocasionalmente a la guitarra, Raúl a los teclados y Txanpi a la batería.
Incidencias: Concierto de presentación de Detrás de los espejos rotos, nuevo CD del grupo. La actuación duró hora y cuarto, dos tandas de bises aparte. Buena entrada, público que se mostró participativo.

Tras la temporada de rigor en barbecho –tal y como acostumbran a hacer, entre disco y disco, desde hace años - Doctor Deseo ya se encuentra operativo nuevamente: y el regreso no ha podido ser mejor, con un nuevo trabajo con el que los comandados por Francis y Josi se han vuelto a superar. Sí, y es que, en el presente caso, la presente dinámica de sacar disco, embarcarse en la correspondiente gira de presentación y posteriormente, transformarse en célula durmiente durante los siguientes doce meses, está demostrando ser acertada a todos los niveles. Ante una entrada más que interesante teniendo en cuenta las fechas y la temperatura que hizo el sábado, la noche arrancó con En aquellos ojos negros, tema del nuevo CD al que siguieron clásicos como Dulces sueños (ofrecido entre luces parpadeantes) o Desde el centro de un huracán: una velada, cómo no, presidida por un Francis que, de negro y con sus habituales ligas rojas en el sombrero y en la pierna derecha, se mostró tan locuaz y cercano como siempre. Siguiendo con el pase, apuntaremos que éste se desarrolló a buen ritmo, deparando un buen número de temas nuevos, como Loco (unos de los hits del CD, a ritmo de sex-machine sobre un estribillo 100% Deseo), el reflexivo Detrás de los espejos rotos o ¡Vale ya!, composiciones muy bien aceptadas por los presentes y perfectamente integradas en el repertorio: cosa de su tensión musical y emocional y de su sabor, intenso y exquisito. De su genuina e indisimulada denominación de origen. Así las cosas, podemos afirmar que, sin remitirnos necesariamente a clásicos como Corazón de Tango o Panfleto Nº 13, que también sonaron, apenas hubo diferencias entre la respuesta generada por los temas nuevos (con qué rapidez han entrado en la familia) y otros como Abrázame (motivado por el recuerdo hacia un gran artista de la tierra, tristemente desaparecido), Fugitivos del paraíso o ¿Quién mueve las cuerdas?, que, interpretado bajo luces parpadeantes y bases techno, inspiró un sarcástico comentario sobre la realidad de Nafarroa al vocalista: “qué bonito todo, el Osasuna en la Champions y el señor Sanz en la presidencia”. Finalmente, el set terminó con A mi pequeña María, pero a la vista de que como todo lo bueno, se hizo dos veces breve, la banda tuvo que comparecer hasta en dos ocasiones antes de concluir con una chica del batzoki travestida hoy en El chico del batzoki, ofrecido a ritmo de rumbita-rock entre mordaces comentarios relativos al PNV, armarios y no salidas de los mismos...
Doctor Deseo reverdeció laureles en Artsaia nuevamente, revalidando cum laude su doctorado tanto en pop-rock pasional como en actitud en escena y deseo, sus hechos diferenciales: ah, y mostrándose en plena forma, con hambre de electricidad y escenarios tras el experimento acústico-teatral que supuso el espectáculo Metamorfosis, plasmado en su anterior CD, y el parón de 2005. Evidentemente, nos gustó.




Sexo, ternura y deseo

Concierto de Doctor Deseo

Fecha: sábado, 26 de Abril de 2008.
Lugar: sala Tótem, Atarrabia.
Intérpretes: Doctor Deseo, banda formada por Aitor Toro, a la guitarra y a los coros, Josi al bajo y a los coros, Francis a la voz, a la guitarra y a la pandereta, Raúl a los teclados, y Txanpi a la batería.
Incidencias: Concierto de presentación de Sexo, ternura y misterio, nuevo CD del grupo. 2 horas de duración, bises incluidos. Lleno, público eentregado y participativo.

Desbordada, he aquí cómo resultó la expectación generada en Tótem ante la presencia de Doctor Deseo, uno de los valores más seguros de la bolsa musical y subiendo, constantemente al alza en los últimos tiempos. Una banda que de forma natural, pasito a pasito cual laboriosa hormiguita, sin tratar de hacer de cada uno artificiales zancadas, ha logrado cimentarse de la forma más sólida posible, obteniendo la mejor de las recompensas: admiración, respeto y credibilidad. Ante una sala a rebosar, sobre un escenario presidido en su parte superior por teclados y batería (ésta última, aislada tras una pantalla de metacrilato), entre flashes rosaceos, trazos de láser verdes y diversos pregrabados entremezclados que vaya cómo caldearon la salida de los músicos, la velada arrancó bajo las notas de Mi torpe corazón, puerta de acceso del nuevo disco a la que, enlazadas, siguieron Orjia amaitezinak (ofrecida desde un escenario presidido por la oscuridad, con el láser rojo, entre luces estroboscópicas, haciendo de las suyas entre los presentes y con Francis haciéndolo también entre aquéllos – asimismo-: cantando y bailando sobre el mar de gente desde el metálico barco central de la sala) y Fugitivos del paraíso, con el frontman, ya sobre el entarimado, tocando con energía la eléctrica... roja, por supuesto: un Francis que, respaldado por el legendario Josi, su fiel escudero, compareció como acostumbra, gafas oscuras, pantalón negro con liga roja, camisa blanca y guante y sombrero negro con cinta roja. A continuación llegaría el momento de composiciones nuevas como Hazlo (cantada ¡desde la barra!, con aquel paseando entre las lámparas) o La hermandad de los perros sin dueño, ofrecidas entre veteranas como Abrázame (de las más emotivas del repertorio, cosa de la cercanísima realidad que la inspiró), En tu rincón, con el cantante y showman a pie de pista, abriéndose pasillo entre la gente al igual que, según la Biblia, hicieran los israelitas entre las aguas del mar... Rojo, precisamente (el color predominante esta noche a todos los niveles) o Una tregua en mi cabeza, con el citado, en escena de nuevo, enfocando al respetable con una gran linterna... como si de un móvil con vida propia se tratase. Ya en la recta final brillarían con luz propia Danzing in Hell (discotequera total), Noche de viernes y el histórico Corazón de tango, quedando para los bises entre otras Ahora que estás dormida (entre pompas de jabón, con el vocalista ejerciendo como tal desde la barra nuevamente), la sobrecogedora Diez negritos (temazo, directamente), A mi pequeña María, una reconvertida y travestida –musicalmente hablando- Chica del batzoki y Juegos malabares, bajo cuyos sones llegó la noche a su final.
Todo un icono de la escena, Francis y sus chicos, en ésta su vuelta a la palestra, volvieron a ofrecer un gran concierto; al rojo, tal y como siempre han sido éstos. Un show de luz y sonido ciertamente intenso y pasional. Una actuación sostenida sobre su inclasificable –y genuina- forma de concebir el pop-rock, si acaso de una manera totalmente transgresora y amoral, típicas marcas de la casa y estandartes por antonomasia de la banda, a estas alturas. Unas marcas, unas características las mismas riquísimas en connotaciones sexuales (derivadas del sexo que reivindica el título del nuevo CD), sensuales (deparadas por la ternura sugerida desde el mismo) y ¿misteriosas? No, llenas de pasión. De roja pasión; de deseo, más bien.


Y ESTE ÚLTIMO VÍDEO, ESTA ´`ULTIMA CANCIÓN, GENTILEZA DE LA CASA

LA GIRA DE FITO&FITIPALDIS PASÓ POR PAMPLONA

El viernes 16 pasó por Pamplona/Burlada la triunfal gira que está llevando a cabo Fito&Fitipaldis a lo largo y ancho del Estado. El acontecimiento tuvo en el CAMPO DE FUTBOL de la localidad colindante con la histórica capital vascona. Pinchando aquí podéis leer la crónica. La CRÍTICA ha sido movida a la sección ¿QUÉ TAL LOS CONCIERTOS? correspondiente a abril.




LA CABRA MECÁNICA, PURA CARNE DE CANCIÓN

Hemos subido este viejo videoclip no por gusto, sino porque es IMPOSIBLE insertar ningún enlace de otros más actuales: "inserción denegada por solicitud", se puede leer en YOUTUBE en la casilla donde debería aparecer el código de los nuevos; así las cosas, aprovechamos para dedicar el título del tema a quienes toman este tipo de decisiones, no dejar subir videoclips a los blogs; a quienes impiden la visión de vídeos en bitácoras como ésta, pues ya nos ha pasado con otros clips de CALAÑA y BARRICADA; ¡si no nos lucramos con ello! ¡Si los principales beneficiados son los grupos!

ASÍ PUES, QUE OS FOLLEN



FITO&FITIPALDIS EN ACCIÓN: ¡QUÉ BUEN ROLLO EL QUE TRANSMITEN EN DIRECTO!

11/4/10

ESPECIAL FITO&FITIPALDIS

.- Cuéntanos algo de Los Fitipaldis, Fito.
.- Los cuatro músicos de Platero hemos hecho algo, a raíz del parón (*). Una cosa es parar el grupo, pero tú no puedes detenerte. Tenía unas canciones, vi que tenía tres meses pa´vacilar y monté una banda de amigos...

(*) Se refiere a los parones que detuvieron la carrera de Platero y Tú a raíz del éxito de masas conocido en 1996-1997 por Extremoduro, banda en la que, en dichos años, recaló Iñaki Uoho Antón, el legendario guitarrista de Platero. A partir de entonces, hasta la disolución de éstos Iñaki tocó, compuso y produjo en ambas formaciones, protagonizando conciertos memorables. ¡Qué pena que aún no se estilara el DVD, que no se grabara ninguno de las apoteósicas giras conjuntas protagonizadas por ambos grupos dichas temporadas! Para que veáis de qué estamos hablando, echadle un ojo al siguiente vídeo: el tema ofrecido por ambos grupos al alimón, mezclados y revueltos, Juliette, de los Platero:








He ahí, por ahí arriba (en las primeras líneas de esta entrada), lo que nos contaba Fito Cabrales sobre su por entonces emergente proyecto musical Fito&Fitipaldis en una entrevista que le hicimos en septiembre de 1997; ¿el motivo de la misma? La salida del álbum 7, de Platero y Tú. la misma fue publicada en Nº 92 del Tubo, siendo ésta una de las primeras veces en que vio la luz la a día de hoy afamadísima denominación de Fito&Fitipaldis. Lo que pasó después, de todos es sabido: la llegada de los dos primeros discos, la separación de Platero y Tú en 2002 y el comienzo del éxito masivo de Fito en solitario con Lo más lejos, a tu lado. Con motivo de la histórica actuación de la banda en la Aste Nagusia bilbaína de 2004, mantuvimos con Fito la siguiente entrevista; una entrevista-río, más bien. La misma fue publicada en agosto de dicho año en Zazpi7ka, suplemento dominical del diario Gara. Pero antes de leerla, degustad otra canción: la sensacional versión del Voy a beber hasta perder el control, de Los Secretos: inconmensurables ambos, el cover y Fito&Fitipaldis...








FITO CABRALES A CORAZÓN ABIERTO
O CÓMO HACER LA CASA POR EL TEJADO SIN QUE PELIGRE EL EDIFICIO

(entrevista publicada en ZAZPI7KA)

Y logrando el más difícil todavía, en este caso: Que los cimientos de la construcción (su proyecto musical, en este caso) se asienten definitivamente: Esto es lo que ha conseguido Adolfo Fito Cabrales (Bilbo, 1966) con “Lo más lejos, a tu lado”, la tercera colección de canciones registrada bajo el nombre de Fito & Fitipaldis.

Así las cosas, con motivo del concierto que ofreció dentro de la Aste Nagusia bilbaína, nos adentramos un poco en la intimidad del pequeño gran músico del Botxo con el fin de conocerle más; de conocer más y mejor a un tipo pegado a una guitarra y a una gorra y que, entre otras cosas, no duda en definirse en sus canciones como ¿diferente? No, como raro directamente. ¿Raro? Sí, no digo diferente, digo raro, ¿les suena? Pasen, vean y lean.

Las crónicas dicen que naciste en 1966 en el bilbaíno barrio de Zabala; ¿qué tal estudiante fuiste, bueno o el colegio... poco te enseñó?

¿Estudiante? Malo, y el colegio aún peor, así que imagina.

Si pudieras encontrar a aquel viejo profesor que, según cantabas en un viejo tema de Platero, nunca supo explicar la verdadera lección, ¿qué le dirías?

Nada, tampoco hay rencores. Es que él tampoco la sabía. Los profesores no son sabios, sólo son profesores.

Háblanos algo de tu infancia: El primer balón, la primera guitarra... ¿cuándo ves que lo tuyo va a ser eso?

¿Que lo mío va a ser esto? – se pregunta entre risas -; cuando cojo por primera vez una guitarra no pienso en ser guitarrista, lo que más me sedujo es que con ellas se puede hacer canciones. También me atrajo el balón, lo que pasa es que hasta los quince años es fácil ser deportista, pues no tienes un duro ni sales por la noche. Pero luego descubres que hay más cosas... Mucha culpa de ello la tuvo Txus, guitarrista de los Flying Rebollos, que tenía un hermano mayor; accedíamos a su habitación, donde tenía los discos - de Woodstock y así casi todos, ya que era más hippie que la marihuana -. En aquellos años los hermanos mayores eran los que tenían los discos y aquellos tocatas de la maletita. Txus sabía tocar cuatro acordes y me los enseñó, así fue como me entró el veneno. Y cuando sabes eso ya quieres tocar con otro y hacer canciones.

Adolfo o Fito, ¿de dónde viene el apodo? ¿cuál es primero, el Fito familiar o el artístico?

Siempre me han llamado así. De crío me llamaban Adolfito, pues aparte de que soy pequeño Adolfo suena grande como nombre. En mi familia todos son Fitos. Mi abuelo se llamaba Adolfo y al aita y a mí nos pusieron el nombre por él. Además los tres Fitos somos iguales y tocamos la guitarra igual. Es algo como de label.

Ahora ¿cuál es antes? ¿cómo compaginas ambas facetas?

No separo mi vida musical de la familiar, soy el mismo. Eso lo tengo claro. Tengo la suerte de ganarme la vida componiendo canciones y tocándolas pero no interpreto ningún papel. Si mañana estoy triste el siguiente disco será triste. Creo que es la única manera de llevar años en esto: No tener que interpretar papeles. Nunca separo el Fito familiar del artístico, pues sólo hay uno.

Hablemos de música. Escuchando los CD´s de Fitipaldis da la sensación de que musicalmente hablando has crecido, de que has sabido madurar y reinventarte como pocos músicos. Háblanos del estirón que has pegado, de la transición personal y musical de Platero a Fitipaldis.

Más que de eso habría que hablar de lo que han cambiado las cosas en mi vida; lo han hecho tanto que los cambios han afectado a mi música, puesto que por medio de ella trato de plasmar mis estados de ánimo; el cambio de la que hacía antes a la actual no es consecuencia de un giro premeditado. Antes vivía de otro modo, en otro lugar. Estoy muy orgulloso de todo lo que hice con Platero pero no podría hacerlo ahora. Y el primer disco de Fitipaldis me parece genial pero tampoco podría hacerlo ahora. Creo que ha habido unos giros motivados siempre por historias personales, giros que, por otra parte, tampoco han sido demasiado bruscos. Estoy seguro de que el próximo CD será distinto, pues en los últimos tiempos mi vida ha sufrido cambios y eso se reflejará. Y te estoy hablando sin saber cómo va a ser porque todavía no tengo ni canciones ni nada.

¿Cómo surgió la idea de Fitipaldis?

Como surgen estas cosas: Por pasarlo bien. Estábamos con Platero girando prácticamente de continuo y se me empezaron a juntar unas canciones que yo no las veía formando parte de su repertorio; así las cosas, comencé a quedar para tocarlas con amigos entre los que estaban Txus o el Polako, el que ahora es el manager. Y después como todas las bandas: comienzas a ensayar y cuando tienes unos temas le comentas a un amigo que tiene un bar a ver si te deja tocar, después grabas un disco, grabas tres y fíjate...

Me imagino que la idea de abandonar la estabilidad de Platero tuvo algo de salto sin red ¿no? Lo más seguro habría sido continuar con dicha banda.

Sí, y muy poca gente lo ve así, que es como fue realmente; la gente piensa que Fitipaldis ha sido una banda muy importante desde siempre, pero cuando yo rompo con Platero y digo que sigo con éstos me estoy yendo de una banda que vende 100.000 copias a una que está vendiendo 30.000. Así pues no es lo que comentan algunos al respecto, “ te has ido con Fitipaldis porque funcionan muy bien”. No, funcionan muy bien ahora. Cuando dejé Platero la banda que funcionaba así era aquella.

Y tras ese empezar de cero a romper nuevamente las listas, pues de hecho tu último trabajo ya es disco de diamante; después de los éxitos cosechados en Platero y sin pensar en las ventas como único objetivo, ¿llegaste en tu fuero interno a pensar alguna vez que venderías aún más?

La verdad es que no. No sé si en el pop se puede llegar a pensar en ello pero en el mundo del rock de este país nadie piensa en las ventas, ni yo ni las bandas de rock´n roll que conozco; hombre, sí que piensas que lo que estás haciendo es mejor que lo anterior y que va a funcionar, pero estoy convencido de que eso nos pasa a todos: Nadie va a un estudio de grabación pensando que lo que está haciendo no es buenísimo, pues si no no vas. Lo que pasa es que nunca puedes preveer el salto de vender 30.000 copias a vender 100.000. Aunque para cierta gente sean cifras ridículas son saltos muy grandes.

Hablando de reinventarse, otros músicos vascos también lo han hecho: Fermin Muguruza, los miembros de Barricada años atrás, Evaristo... Aparte de que sea la propia vida la que te vaya poniendo en tu sitio, tras años y años de carretera y convivencia ¿es esto una necesidad?

Pienso que ante todo es una cuestión de sinceridad. En ocasiones sucede que, de repente, los grupos te atrapan en un papel, te encasillan y acabas convertido en una especie de personaje, y no puedes salir de ahí. Este suele ser uno de los males de las bandas.

Hablemos a continuación de alguien que un buen día se cruza primero en el camino de Platero y después en el tuyo, una persona clave a mi entender: Roberto Iniesta, líder de Extremoduro. ¿Cómo os conoceis y llegais a sintonizar? ¿Qué te ha aportado como letrista? ¿Cómo ha influido en ti? Las letras de Platero y las de Fitipaldis tienen poco que ver.

Aparte de como letrista, que ojalá que se me haya apegado algo, a nivel vital me ha influido mucho, pues además de músico terminó siendo un amigo. Roberto es una persona muy lucida, muy interesante. La primera vez que coincidimos con Extremoduro, hace más de diez años, recuerdo que me dije para mí: “Dios mío, están todos colgaos. Estos son unos perro-flautas de primera”. La verdad es que eran muy freaks. Estábamos en un camerino lleno de moscas y todo era muy cutre. Claro, Extremoduro no era lo que ha sido después. Realmente hubo un buen rollo de sintonizar los unos con los otros, sobre todo con Roberto. A partir de entonces comenzamos a coincidir bastante y Robe hizo amistad, pero una amistad pura y dura con Iñaki. Estuvo viviendo una temporada en su casa y nos conocimos bien.

Pero aún hay más; de su mano entablas amistad con Manolillo Chinato, personaje fundamental a la hora de entender la trastienda lírica de Iniesta. Así las cosas, acabas participando en Extrechinato y Tú, proyecto musical surgido alrededor de sus poemas. Háblanos de ello, de tu participación en el CD “Poesía Básica”.

El máximo responsable de ello fue Roberto. Tras el último concierto de la gira conjunta de Extremoduro y Platero de 1996, me encontraba de madrugada tirado en mi habitación y de repente entra el citado con una especie de contrato que había redactado en un folio en blanco y me dice: “¡Fito, echa aquí una firma!”. En el mismo se decía que me comprometía a participar en el próximo disco de Manolillo, y yo firmé para que me dejase dormir y se fuera. Así las cosas, comenzamos a preparar el disco y tardamos cinco años en hacerlo...

Bueno, tras este impasse sigamos con Fitipaldis; a la hora de hablar de la evolución creativa que has seguido ¿hay que hacerlo también del hecho de que ya no vivas en Bilbo o eso vino luego?

Hombre, tampoco es que si me fuese a los Pirineos fuera a cambiarme completamente el chip y estuviese hablando todo el rato de montañas, pero claro que influye. Lo que sí que está claro es que el vivir donde vivo es otra de las cosas que van en el paquete, junto con historias que has hecho y que no quieres volver a hacer, acontecimientos que te cambian la visión de la vida, cosas nuevas que te planteas...

De Zabala a Gernika, de Bilbo a la orillita del mar; en cualquier caso y por curiosidad: ¿por qué tantos rockeros, cuando parece que la cosa va, mostrais esa querencia hacia los pueblos?

Pienso que es algo que la mayoría de la gente haría si no tuviese que trabajar en una oficina. Si currara en Bilbo no podría, tendría que vivir allí por no comerme una hora de coche cada día. En cambio, si tienes un trabajo que es... no sé, como el del Circo Atlas... Yo nací en Bilbo pero siempre he vivido en pueblos; tras hacer la mili estuve viviendo en Málaga (Benalmádena), después regresé a Bilbo y ahora vivo en Gernika. Me gusta Bilbo, me encanta. Me parece acojonante. Las ciudades me gustan pero para ir a ellas, no para tenerlas todo el rato al lado. Además, al final te dejas llevar por las mismas y acabas viviendo a su ritmo. En cambio en el pueblo siempre estás más tranquilo; vienes que te mueres de los nervios porque llevas cuatro días tocando por ahí y lo que te apetece es esto. Y es algo que haría cualquiera, no creo que seamos especiales.

Repasando los textos de las canciones de los CD´s de Fitipladis vemos que abundan las reflexiones y las miradas hacia el interior así como también multitud de referencias a las nubes, los sueños y el mar. Sobre todo al mar, como lo demuestran temas como “El ojo que me mira”, “Soldadito marinero” o “Las nubes de tu pelo”. ¿Qué te ha dado éste? ¿Es más fácil hacer autoanálisis a su lado?

No lo sé... Si ni siquiera sé nadar ni he ido nunca a pescar. Siempre he vivido a su lado y para mí es una referencia clara. Me da el punto de que es la libertad total. El monte, por ejemplo, no me da esa sensación de libertad. El mar presenta un horizonte mil veces mayor y me atrae mucho, más que el cielo casi. Es algo tangible y que está vivo, que viene y se va. Y la gente que conozco que vive de la mar en el fondo es un poco como los músicos: Un día están aquí, otro allá, no están nunca en casa... Viven un poco de mentiras, pues están todo el tiempo trabajando pero nunca con los pies en la tierra.

Pero además de esas referencias en tu repertorio también llaman la atención las que hay a la tristeza o la soledad: Hablo de “Abrazado a la tristeza” o “Si el cielo está gris”, temas que cantas en el CD de Extrechinato. ¿A qué se deben esas menciones? ¿Has llegado a sentirte tan solo y triste?

En primer lugar hay que partir de que yo no hago las letras para los demás sino para mí, aunque después terminen trascendiendo. Yo escribo - aparte de ir al psiquiatra - y me sienta muy bien. Y si hablas de soledad es porque te sientes solo. Además, por otro lado, cantar a la alegría es muy aburrido. Escribir una canción sobre algo divertido no tiene gracia: pronto te cansas de cantarla, pues no lo haces a algo que sale de dentro. Tampoco quiero decir con esto que haya que componer siempre en clave pesimista. Cantas a las soledades... (Fito hace una pausa y se pone metafísico)... a los paraísos perdidos, a lo que no tienes. A la ausencia de algo. Se canta como los lobos, ¡auú!... Es lo mismo - concluye -.

¿Cuál es tu actual estado de ánimo?

Confuso.

Por cierto, ¿por qué cuanto más desgarradora es la letra (“Quiero beber hasta perder el control”, “Corazón oxidado” o “Whisky barato”)... más alegre es la música de la canción?

No es que salga siempre así... Tampoco es que sea algo premeditado.

Formulemos la pregunta de otro modo: ¿Buscas en la música una especie de terapia para superar lo que transmiten esas letras?

A mí me cuesta mucho terminar los textos, tampoco los escribo en una noche. Es por eso por lo que varía el estado de ánimo que encierran las canciones. Por otra parte, para mí tocar la guitarra es algo divertido y hacer las letras no. Por eso mismo las letras pueden ir de un palo y la música de otro.

Así pues el objetivo de la música no es desdramatizar.

No, no. Lo que pasa es que a veces la letra más triste coincide con los acordes más alegres. Una canción alegre no tiene que ir con una letra alegre ¿no?

Cambiemos de tercio, para acabar. Háblanos de tu look, de ese look tan personal que incluye las patillas y la gorra y que ha sobrevivido a la reinvención. ¿Desde cuándo con ella?

Qué te voy a decir del look, como no pase por el quirófano lo tengo claro, y sobre las gorras... las primeras se las robaba al aita. Se trata de la gorra inglesa que se ha llevado en Bilbo desde siempre. No, no es madrileña, y siempre me han gustado. Lo que pasa es que si tocas en una banda y llevas gorra trasciende más que si la llevara otro. Llevo gorra y ya está, no pasa nada más. Lo que sí me han dicho es que tengo pinta de personaje de cómic.

Fito y Los Fitipaldis, ¿por qué Los Fitipaldis?

Se lo inventó Polako; teníamos que tocar en un bar y yo no quería que se anunciara como Fito el de los Platero. Éste andaba por allí y dijo: “Fitipaldis, ¿no?”

De formar parte de un grupo has pasado a liderar un proyecto personal; ¿no echas en falta el respaldo de una banda?

No, pues los músicos me respaldan bastante. Se portan muy bien, no los siento como que si estuviesen sólo por dinero..

De “Si miro a las nubes” (“pero hoy no nos queda ilusión y los sueños se pudren”, Platero y Tú) a “Trozos de cristal” (“estoy bien aquí, en mi nube azul”, Fitipaldis). ¿Cómo es esa nube? Con la mano en el corazón, a dos años de la separación oficial de Platero, ¿satisfecho con el cambio?

Sí, pues cambios así no son producto de una rabieta. Cambiar de banda no es un capricho; en cualquier caso nunca me arrepiento de lo que hago. Como dice Robe sólo hay que arrepentirse de lo que no se hace. Y acerca de la nube azul te diré que en el fondo no es más que una coraza: no me gusta cómo es la realidad y me la invento, y vivo bien en mi nube azul, entre algodones.

La última: “consegui sin degenerar que mi vida fuera el rock and roll”, cantaba Rosendo hace veinticinco años y lo cantas tú ahora; sin degenerar, algo que no es poco en los tiempos que corren; ¿cómo se hace?

Es cuestión de tener claro qué quieres hacer, de hacerlo y de saber que eso que estás haciendo es lo que quieres hacer y que está bien hecho. Y de trabajar y trabajar, pues si te gusta tu trabajo estás dándole vueltas las veinticuatro horas del día. En el fondo se trata de creérselo.







CANCIÓN EXTRAÍDA DE VIVOS PARA CONTARLO, CD/DVD REGISTRADO EN EL YA HISTÓRICO CONCIERTO DE FIESTAS DE BILBAO; EL TÍTULO DEL TEMA, UN BUEN CASTIGO: EN MI OPINIÓN UNA DE LAS CIMAS ARTÍSTICAS DEL BUENÍSIMO HACER DE FITO

ESPECIAL FITO: VARIAS VIEJAS CRÍTICAS. Y DEBAJO, LA SECCIÓN "QUÉ TAL LOS CONCIERTOS" DE ABRIL: CON NUEVA ACTUALIZACIÓN!!


Como pez en el agua

Concierto de Fito & Fitipaldis

Fecha: sábado, 12 de mayo de 2007.
Lugar: Campo de fútbol Areta, Huarte.
Intérpretes: Fito & Fitipaldis, banda integrada por Fito Cabrales, a la guitarra y a la voz, Carlos Raya, a las guitarras, Candy Caramelo, al bajo, Javi Alzola, al saxo y a la percusión, Joserra Senperena, a los teclados y al acordeón, y José Bruno el Niño, a las baterías. Como teloneros, abrieron la noche Anorexia y Zodiacs.
Incidencias: medio aforo largo, cerca de 6000 personas. Público principalmente femenino -aunque de todo tipo y edad- que se mostró participativo. Fito & Fitipaldis actuaron durante 2 horas y cuarto, bises incluidos.

Pese a que en los albores del concierto no faltara un amago de lluvia (coincidiendo con las primeras composiciones ofrecidas, como si hubiese querido sumarse al mismo) finalmente no llovió. Como si, al igual que los presentes, hubiese querido hacer su aportación para que Fito se encontara en las tablas como finalmente lo hizo: como pez en el agua. O para que así se encontraran los peces que, tocados también con gorra inglesa, miraban con cara de flipados hacia la tarima desde sus flancos; eso sí, en cualquier caso mejor así, en seco, como discurrió finalmente la noche. En un recinto muy bien acondicionado, sobre un escenario rematado por dos puentes de luces de estructura semicircular, la velada comenzó a las 20.45 horas de manos de Anorexia, voluntariosa banda con CD en el horno a la espera de la sonrisa que la suerte les ha negado hasta el momento; y acto seguido, el pop rock impulsivo, abrasivo y pegadizo de Zodiacs, quienes demostraron tener entidad como para afrontar mayores cotas: y así lo entendió el todavía escaso público, premiando con aplausos su esfuerzo sobre las tablas. Finalmente, a las 22.00 horas se retiraron, dejando libres las mismas para Fito & Fitipaldis, quienes comparecieron media hora dispués bajo una fina lluvia que, afortunadamente, quedó en anécdota. Al igual que en su anterior visita, la actuación comenzó con la mejor canción del set-list del de Bilbo, en nuestra opinión: Un buen castigo; pronto, muy pronto llegarían temas del laureado Por la boca vive el pez, como el que le da título, Me equivocaría otra vez o Como pollo sin cabeza, salteados entre otros más antiguos: todos ellos bajo efectistas juegos de luces y magistralmente interpretados por la banda, formación en la que si bien en un momento u otro, todos sus integrantes brillaron con luz propia, en esta ocasión destacaremos la labor de Carlos Raya, el gran guitarrista en la sombra. El gran músico que todo gran artista necesita detrás. A continuación, con el grupo sentado en semicírculo y ambiente de cantina, de taberna irlandesa y entre ciertos aires balcánicos, llegaría un set acústico (como si se tratase de un concierto dentro del concierto), que nos brindó Rojitas las orejas, Qué divertido y El funeral, recuperando el encanto de los mismos, la esencia acústica que dichos títulos portaban en el CD que nos los presentó, el primero. Y a partir de aquí, nueva cascada de hits: Deltoya (revisión a ritmo de boguie-boguie del legendario tema de Extremoduro), A la luna se le ve el ombligo –poderoso rock & swing bajo el cielo estrellado del escenario-, La casa por el tejado, el imprescindible Soldadito marinero... para terminar en los bises con Acabo de llegar, entre otras. Para concluir dejando claro lo siguiente, nuevamente: que creyendo, teniendo fe en uno mismo, los sueños pueden hacerse realidad. Por muy locos que sean –o parezcan-. Por mucho que a los demás les dé la sensación de que estemos construyendo la casa –nuestras vidas, en general- por el tejado. Y así lo volvió a poner de manifiesto el sábado el rock para todos los públicos de Fito y sus Fitipaldis. Sus buenas vibraciones, la energía positiva generada, cosa, además de de su música, de unas letras que, coreadas o no, se sienten y se cantan por dentro, principalmente. De un hecho musical que por segunda vez en seis meses hizo que a su lado en el Areta, aunque no lloviera... todos nos sintiésemos como peces en el agua.


Marcha triunfal

Concierto de Fito & Fitipaldis


Fecha: Viernes, 10 de noviembre de 2006.
Lugar: Pabellón Anaitasuna, Iruñea.
Intérpretes: Fito & Fitipaldis, banda integrada en directo por Fito Cabrales, a la guitarra y a la voz, Carlos Raya, a la guitarra, Candy Caramelo, al bajo, Javi Alzola, al saxo y a coros, Joserra Senperena, a los teclados y al acordeón, y José Bruno el Niño, a las baterías. Como teloneros, abrieron la noche Zodiacs
Incidencias: Llenazo histórico, más de cuatro mil personas. Público de todo tipo y edad que, totalmente entregado, se mostró muy participativo durante toda la actuación; ésta duró dos horas y cuarto, bises incluidos.

Llenazo, reventón en toda regla el cosechado por Fito en el Anaita: y es que, en tiempos recientes, pocas veces hemos visto dicho polideportivo como este día, tan atestado de gente de toda edad, condición... y gustos musicales incluso –nos atreveríamos a decir-, toda vez que, más allá del predecible arco rockero, se dio cita todo el mundo, familias enteras incluidas. Frente a unas gradas cuyos asientos se iban poblando poco a poco, sobre las 21.00 horas se apagaron las luces y se encendieron los focos del escenario, comenzando la actuación de Zodiacs. Convidados de piedra en cierto modo en la noche de hoy, los de Getxo, pese a todo, acertaron a presentar sus credenciales por medio de una meritoria actuación que les reportó tímidos aplausos: cosa del pop-rock guitarrero ofrecido durante la media hora de que dispusieron. Y pasadas las 22.00 horas, tras los últimos reajustes técnicos, lo que la totalidad del gentío estaba esperando: la salida de Adolfo Fito Cabrales al frente de sus renovados Fitipaldis, quienes, bajo los sones de Un buen castigo, comparecieron entre espectaculares y efectistas juegos de luces que, en estos primeros momentos, se recrearon de manera especial jugando a recortar la silueta característica del bilbaino a lo largo y ancho del escenario. Acto seguido llegarían dos canciones de Por la boca vive el pez, una de ellas, la que da título al CD, cuya temprana interpretación vino a dejar clara a nuestro entender la voluntad del artista de poner las cartas sobre la mesa desde el principio; además, en otro orden de cosas, ¿para qué guardar éxitos para el final cuando se tiene un set-list repleto de ellos? Y así lo entendieron los presentes, quienes en toda ocasión demostraron conocer de arriba a abajo el repertorio, un listado de canciones que, sin recovecos para ellos, fue alternando temas de más reciente factura (Sobra la luz, Me equivocaría otra vez, Como pollo sin cabeza, en la primera parte del concierto) con viejos y aclamados hits como Para toda la vida o Cerca de las vías, por ejemplo: unos temas de renovados desarrollos instrumentales que vaya cómo sonaron, con qué enjundia y calidad en manos de los actuales Fitipaldis, banda que, más allá de la constelación de estrellas que es, demostró ser un equipo perfectamente engrasado, destacando curiosamente Javier Alzola, en la misma: único músico superviviente de las diferentes formaciones y, más que un puntal, parte de los cimientos de la carrera de Fito, nos atreveríamos a decir. Pasada la hora de concierto, la actuación se recondujo momentáneamente por derroteros más intimistas, con todos los músicos (baterista incluido en una esquina, al frente de una más pequeña) sentados en línea ofreciendo... otro concierto dentro del concierto –por así decirlo-: un set integrado por temas como Rojitas las orejas, Callejón sin salida (rumbosa y rumbera versión del tema de Barricada) o El Funeral. A continuación, de manos del rockabilly campero de Deltoya, el show volvió a su cauce natural, sendero por el que discurriría hasta alcanzar su recta final, protagonizada por temas tan rotundos como La casa por el tejado, Soldadito marinero o la impactante Medallas de cartón y rematada por Acabo de llegar. Finalmente, el bis depararía Esta noche (auténtica declaración de principios) y Donde todo empieza, bombazo de efectos reterdados que sirvió para poner el punto final en verdadero loor de multitudes.
En el marco de un otoño inusualmente cálido, Fito, con su impresionante concierto, contribuyó a subir unos grados más la temperatura de la ciudad, dejando entrever otra vez que, nuevamente, ha subido de división, por increible que parezca: así lo demostró la presente marcha triunfal –eso fue la actuación presenciada, digámoslo sin rodeos- protagonizada por él y sus músicos, desfile que, en nuestra opinión, se va a prolongar durante la totalidad de la presente gira Por la boca vive el pez – 2006. Una gira cuyo listón va a resultar difícil de superar.


Lo más lejos, a su lado

Concierto de Morau y Fito & Fitipaldis

Fecha: Viernes, 8 de Octubre de 2004.
Lugar: Pabellón Anaitasuna, Iruñea.
Intérpretes: Morau a la guitarra y a la voz acompañado por una banda de cuatro músicos. Fito y los Fitipaldis, banda integrada en directo por Fito Cabrales (guitarra y voz), Batiz (guitarras y coros), Roberto Caballero (bajo), Javi Alzola (saxo y a coros) y Fernan Irazoki (batería).
Incidencias: Lleno histórico el registrado en el Anaitasuna para recibir a Fito y los Fitipaldis. Público de todo tipo aunque predominantemente joven que cantó, dio palmas y se mostró entusiasmado durante toda su actuación; ésta duró cerca de dos horas, bis incluido.

A su lado, sí, lo más lejos junto a él y sus Fitipaldis: Así está posicionado el público de Iruñea y así lo volvió a demostrar nuevamente, respondiendo de forma masiva y entregada a la nueva comparecencia del pequeño gran músico bilbaino en la ciudad. La velada (o baño de masas, más bien) comenzó sobre las 22.15 horas con la salida al escenario de Morau, cantautor eléctrico que ante la sorpresa de muchos se presentó acompañado por una banda; el de Tolosa, durante la media hora de que dispuso, ofreció unos temas de corte rockero ciertamente, con una sonoridad radicalmente diferente respecto de la de los de su primer CD; y tras su pase, sobre las 23.10, lo que todo el mundo estaba esperando por cuarta vez en menos de un año: La actuación de Fito & Fitipaldis, quienes en líneas generales ofrecieron un repertorio bastante similar al interpretado en su anterior visita a Iruñea pero que, en cualquier caso, fue capaz de convertir el pabellón en una olla a presión, de poner el recinto patas arriba. Y es que tal y como lo dejó entrever el histórico llenazo registrado (hoy por hoy fuera del alcance de cualquiera) la capital de Nafarroa es plaza conquistada.
El concierto propiamente dicho comenzó con Voy a beber hasta perder el control, versión del célebre tema de Los Secretos que tan bien ha interiorizado el músico del Botxo, y ofreció una suerte de repaso / marcha triunfal por las composiciones de sus tres álbumes, con menciones especiales para Mirando al cielo (la preferida del abajo firmante), la endiablada Ojos de serpiente o Rojitas las orejas (del primer CD), Sevilla de Bilbao, A la luna se le ve el ombligo o la apoteósica Cerca de las vías, del segundo, o las imprescindibles La casa por el tejado, Un buen castigo, Whiski barato o Mi pobre corazón de Lo más lejos, a tu lado, el tercero, tema éste último con el que sobre la 1.15 de la madrugada se despidieron. Y todo ello con un sonido que, al igual que los juegos de luces, fue yendo de menos a más para acabar siendo más que aceptable, habida cuenta de que estamos hablando del Anaita; y esto es lo que dio de sí el presente pase, un evento del que desde un punto estrictamente musical podríamos decir que se desarrolló a caballo entre el peculiar concepto de rock & roll de este Fito post Platero y el espíritu acústico de sus composiciones; en fin: Que Fito Cabrales ha sabido buscarse o crearse su espacio y que sigue encandilando, teniendo y manteniendo al público a su lado... No más lejos. Así lo volvió a demostrar.


Y cojer el cielo con las manos...

Concierto de Fito y los Fitipaldis


Fecha: lunes, 12 de Julio de 2004.
Lugar: Carpa Rojilla, Iruñea.
Intérpretes: Fito y los Fitipaldis en directo es una banda formada por Fito Cabrales (guitarra y voz), Batiz (guitarras y coros), Roberto Caballero (bajo), Javi Alzola (saxo y a coros) y Fernan Irazoki (batería).
Incidencias: Muy buena entrada; público entregado y participativo que durante las dos horas que duró el concierto dio palmas, jaleó a la banda y cantó en diversas ocasiones.

Sí, cojerlo. Coger el cielo más que tocarlo: Eso ya hizo el ex de Platero con dicha banda y con sus primeros CD´s en solitario: Con el actual Lo más lejos, a tu lado podemos afirmar que lo ha cogido y que lo tiene bien agarrado tras años de sueños locos y de dar la impresión de parecer tocarlo... a base de tocar, de hacer una música tan personal como sincera. De crear a base de combinar rock´n roll con leves toques de blues, swing o charleston unas composiciones un tanto introspectivas pero que han logrado trascender, algo realmente meritorio en los tiempos que corren y que afortunadamente el público ha sabido valorar. Así lo dieron a entender los gritos de Fito, Fito, que comenzaron a escucharse hacia la medianoche reclamando la presencia del pequeño gran bilbaíno sobre el escenario. Así las cosas, la velada comenzó con una preciosista revisión de Quiero beber hasta perder el control, tema que sonó más pausado y cercano al actual sonido Fitipaldi y que cosechó la primera gran ovación; y acto seguido llegaría el momento del celebrado La casa por el tejado y de Trozos de cristal y Barra americana, temas estos últimos, al igual que el primero, pertenecientes a A puerta cerrada y que más que canciones resultan pequeñas obras de arte, de orfebrería musical elegantemente musicadas. Y a continuación la cascada de éxitos que resultan ser todos y cada uno de los conciertos de Fito: Un buen castigo (con el gentío cantándose aquello de qué te mentes Don Quijote pa´ flipar con los molinos), A la luna se le ve el ombligo, Cerca de las vías, Qué divertido, el imprescindible Rojitas... con todos los temas viejos con nuevos desarrollos musicales, convenientemente arreglados. Dando a entender al respetable que lo suyo es tanto la creación como la recreación: crear o componer canciones, recrearse interpretándolas y tratar de recrear a la inmensa legión de seguidores que asiste a sus actuaciones. Y a fe que lo consiguen, vaya. Ya en la recta final, la apoteosis llegaría de la mano del soldadito marinero que conoció a una sirena, de No tengo nada que decir (tema que sirvió para que se lucieran el maestro Anzola y Batiz, el gran guitarrista en la sombra) y de Corazón oxidado, tema que terminó de poner a la carpa en pie de ¿guerra? No, de baile, en pie de baile y con el que se despidieron... un tanto a la francesa. Y poco más: Constatar el triunfo de Fito, un artista que musicalmente hablando ha sabido madurar y reinventarse como pocos. Lo cierto es que éxitos como el suyo nos reconfortan y en la actual era post O.T. en que vivimos son buenos para todos. Pasote.

4/4/10

CRÍTICOS, MÚSICOS Y MÚSICAS: REFLEXIONANDO, QUE ES GERUNDIO

No sé mucho de música, lo reconozco. Más bien poco, si es que se puede saber algo. Eso sí, pese a mis reconocidas limitaciones (sólo sé de Evaristo y sus diferentes conjuntos y, si acaso, de Barricada, S.A., Eskorbuto, Extremoduro, Marea y pocos más: recordar para verlo las listas de los 30 mejores discos de BEORLEGUI¨N ROCK), pese a ello confieso que, de momento, no me ha ido mal la feria. Que no me está yendo mal. Que más bien al contrario, me ha ido y me va bien, habiendo tenido hasta la fecha la oportunidad de aportar mis impresiones –que no conocimientos, insisto-, las sensaciones que en mí produce y ha producido la música en unos cuántos medios: Eguzki Irratia -en diferentes épocas entre 1984 y 1996, en programas ya propios, ya no, siempre con música de fondo-, El Tubo (publicación en la que me dieron la alternativa en lo que a escribir de cara al público se refiere, donde permanecí de 1994 a 2000), Gara (diario en el que colaboré entre 2001 y 2003), El Bolo Feroz (guía de ocio en la que idem de idem entre 2001 y 2009) y Axular, Diario de Noticias, medios en los que llevo desde 1998 y 2004, respectivamente... o Nabarra y Rock Estatal, revista ésta última en la que ya he debutado, entrevistando a Calaña. ¿Que la feria no ha terminado aún, apuntaba? Y lo que te escribiré, morena… Y es que, con la que está cayendo, estoy seguro además de me queda no mucha, sino muchísima feria por delante, aunque también confesaré que con 67 años… no me veo ¡qué sé yo!, rodeado de raperos malencarados, escribiendo críticas de los Encuentros de Jóvenes Artistas o en el Hatortxurock… ¡36! En su trigésima sexta edición libreta en mano. Eso sí, confío en que para cuando toque dicha edición, en 2035, por prescripción tiempos atrás de las causas que en 1999 provocaron la puesta en marcha del Festival, no haga falta hacerlo ya…

No sé mucho de música en general –que decía-, “y ahora se da cuenta”, que pensará alguno. No sé nada realmente, esto es lo que hay y así lo digo. Y el que diga lo contrario, que “sabe de música”, sea del gremio de los críticos o comentaristas musicales o no, miente. Falta a la verdad como un bellaco; así las cosas, llegados a este punto, ¿por qué digo esto con semejante rotundidad? Porque más allá de teorías y definiciones asépticas, la música, intangible en sí misma, es un arte; la música, producto –a mi juicio- de combinar sonidos, sentimientos (importante matiz, al menos cuando en cualquiera de sus acepciones está de por medio la música popular) y tiempo. Un arte, no una ciencia: y como tal sólo se puede sentir. Saber no, saborearla sí. Disfrutar de sus encantos. Sentir las sensaciones que nos causa… en el corazón principalmente. Así la entiendo yo: y es que, según creo, una persona puede saber de matemáticas, mas no de música; por mucho que sepa incluso de teoría musical, siendo ésta la razón de que a unos les guste una música y a otros no, de que, partiendo de un mismo punto de partida, unos grupos triunfen y otros no o de que, incluso tocando una misma canción dos bandas, versioneándola una de ellas, el que la recree triunfe y su autor no…. O viceversa, que de todo hay en la viña del señor.

Bueno, y si no sé de música, ¿por qué escribo de música? ¿Deseos de satisfacer el ego? ¿De catequizar o proclamar mi verdad? Para nada; si en su día opté por ello fue por dos razones, porque pronto caí en la cuenta de que me gustaba un tipo de música (igual que a alguien le puede gustar un cuadro aunque no sepa de pintura) y porque, en mis años de radio en Eguzki Irratia, descubrí que más que hablar me gustaba escribir. Además, para escribir de cualquier asunto de raigambre artística y emocional (de teatro o incluso de deportes asimismo), sólo es necesario lo siguiente, que te guste escribir; ¿por qué creéis que el periodismo musical y el deportivo suele ser vocacional? En fin. Bueno, vayamos terminando la presente reflexión, que ya ha estado bien para ser lunes de Pascua.

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